JAZZ Y CONFINES POR VENIR-14*

Por SERGIO MONSALVO C.

JAZZ Y CONFINES POR VENIR (PORTADA)

JAZZKANTINE

EL BEAT GERMANO

POR VENIR 14 (FOTO 1)

El cuartel general del más importante proyecto de fusión creado en Alemania se encuentra en Brunswick, en un edificio señalado con el letrero Monofon Produktionsgesellschaft. Ahí se producen los álbumes de Jazzkantine.

Antes de poder consolidar su «receta secreta», el DJ Ole Sander, el multitalentoso líder de grupo Christian Eitner y el mezclador discográfico Matthias Lanzer tuvieron que recorrer un largo camino. Sander vendía camisas antes de hacerse DJ del antro de hip hop «V» en Brunswick a fines de los ochenta. Ahí conoció a Eitner.

La confianza creció entre ellos y fundaron su propio estudio, el mencionado Monofon. Los grupos que grababan ahí formaron parte de la primera ola de jóvenes raperos alemanes y se llamaban Phase 5 o State of Departmentz, entre otros. Matthias Lanzer, editor de la revista Rap Nation y director del sello discográfico del mismo nombre, fue el tercero en unírseles.

Eitner, Sander y Lanzer tenían sus propias ideas sonoras. Soñaban de una mezcla de jazz, funk, soul y rap, interpretada por una auténtica big band. En noviembre de 1993, la visión empezó a adquirir forma. Lanzer aprovechó sus excelentes relaciones en la escena hiphopera y Eitner se puso en contacto con músicos de jazz, soul y funk.

Así pudieron juntarse un rapero como Aleksey (de Phase 5) con Smudo, autor de múltiples hits con el grupo de rap Die Fantastischen Vier, o la eminencia del jazz Gunter Hampel con el grupo de crossover Such a Surge. Todos los participantes comprendieron rápidamente que el encanto especial de su reunión radicaba en sus enfoques musicales distintos. De esta manera se dio una mezcla musical rara vez cultivada hasta entonces en Alemania.

ESPACIO PARA IMPROVISAR

Los comienzos de Christian Eitner se remiten mucho más allá del hip hop: “Mi vida cambió cuando de adolescente escuché ‘Hey Joe’ de Jimi Hendrix. Además, a mi papá le encantaba el jazz. El jazz es sonido, sentimiento vital y mensaje al mismo tiempo, de manera semejante al hip hop actual. Pero tampoco me perdía, por ejemplo, los conciertos de Motörhead y otros semejantes”.

Posteriormente, ya en colaboración con Sander y Lanzer, la diversión se convirtió en seriedad profesional para Eitner y no tardaron los tres en encontrarle tanto un nombre a su proyecto conjunto, Jazzkantine, como un contrato disquero. Incluso sin un sencillo exitoso metieron su álbum a las listas (el homónimo Jazzkantine de 1994) y vendieron más de 100 mil ejemplares, además de agotar los conciertos.

Los cimientos ya estaban puestos y los músicos congeniaron, entre ellos muchos invitados con bastante espacio para improvisar. Los elementos jazzísticos se aliaron de manera fulminante con el funk, scratches y rap. También el segundo álbum, Heiß und fettig (1995), tuvo un recibimiento considerable. Los auditorios para los conciertos empezaron a crecer. Tres generaciones de músicos recorrían Alemania en el mismo camión.

Sin embargo, después de 200 conciertos y el disco doble Frisch gepreßt und live (1996), se restableció la calma alrededor de Jazzkantine. El descanso duró hasta que empezaron a surgir las ideas para el álbum Geheimrezept (1999). Para éste, su tercer álbum de estudio, Eitner y sus colaboradores de Brunswick volvieron a contratar a múltiples y destacados músicos.

Gracias a su éxito, el nombre Jazzkantine ya se ha convertido en una especie de institución, tan férrea como son las alemanas. Varias empresas disqueras grandes les aconsejan a sus músicos que participen con ellos en giras o en sus grabaciones.

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EL BREBAJE MUSICAL

De esta manera la nueva obra contó con un equipo sin par. Además de los rostros ya conocidos como Gunter Hampel y Smudo, llegaron a Jazzkantine el pionero del techno Westbam y Pee Wee Ellis, saxofonista de James Brown, Buddy Casino, intérprete del Hammond con Helge Schneider, así como raperos como el japonés Gaku y Der Wolf de Dortmund, los jazzistas Nils Landgren y Till Brönner y el invitado muy especial Ol’ Dirty Bastard del famoso Wu-Tang Clan.

En total, la “receta secreta” es obra de 37 músicos de ocho naciones. El resultado es un brebaje musical al que se le nota la energía invertida en su creación. Esta intensidad también se debe al hecho de que la sección rítmica se grabó en vivo, a diferencia de las producciones anteriores.

En Jazzkantine todo mundo puede dedicarse a lo suyo con la improvisación, aunque el track básico desde luego ya está hecho por los integrantes fijos. Incluso el método de trabajo más libre requiere cierta preparación. Eitner, Sander y Lanzer realizan las grabaciones previas con el grupo permanente durante una semana en una finca de Mallorca en donde tienen un estudio portátil. Ahí escriben los arreglos y ensayan algunos temas. Pero, finalmente, cada quien puede tocar la música o inventar el texto que quiera.

A pesar de la forma de trabajar poco convencional de Eitner y su equipo, Jazzkantine cuida el negocio. Las ventas de los discos y la promoción por medio de videos y la radio son muy importantes para ellos. “Por supuesto queremos tener éxitos —han dicho—. De alguna manera hay que cubrir nuestros altísimos gastos de viaje”.

Cada año realizan una gira y luego una presentación en algún festival de jazz importante, como el de Montreux, por ejemplo. Además, tienen un proyecto conjunto con el Teatro Estatal de Brunswick para presentar performance escritos por cada uno de los integrantes del grupo.

En lo netamente musical el jazz-rap es un subgénero del hip hop que incorpora influencias jazzísticas en diversos grados y niveles, según el artista y sus intenciones. El desarrollo en este sentido entre finales de los años ochenta (sus comienzos) y mediados de la segunda década de los años cero (cuando cumple ya un cuarto de siglo) ha sido patente.

Si al principio solía tener letras de contenido políticamente comprometido y de temática radicalmente afrocéntrica. En la actualidad dicho estilo se ha sofisticado hasta alcanzar un hipermoderno cosmopolitismo a base de capas de tiempo (con lo cual se rinde tributo al pasado; se revigorizan las siguientes etapas instrumentales y finalmente el tiempo expande sus horizontes con las nuevas formas del presente.

Es decir, utiliza los andamios interiores del género a base de la rítmica propia del hip hop, para luego construir una sólida edificación con el fraseo, las instrumentaciones y los solos del jazz. Un ejemplo contundente de tal evolución es Jazzkantine, que en el 2014 cumplió 20 años de existencia, es decir, ha cubierto prácticamente la cronología del subgénero.

Para conmemorarlo sacó a la luz un álbum de jazz-rap que de veras merece este nombre. En su nacimiento el estilo de tal agrupación se basaba  principalmente en sampleos, pero en la actualidad quienes lo fundamentan son los músicos. Los integrantes lo llaman «una fusión experimental de hip hop y jazz orquestal».

Una fusión que se anunciaba desde hace mucho tiempo y que ahora es apoyada por algunas de las grandes formaciones del jazz. Christian Eitner reunió para la ocasión a las estrellas de la escena teutona y de talla mundial de tal tinglado como el trompetista Christian Winninhoff, al guitarrista Tom Bennecke y al saxofonista Heiner Schmitz y la cantante Nora Becker, entre otros.

Como raperos invitados fungieron: Das Jazzhaus, Smudo, Aleksey, Puff Baba & Signor Rossi, Xavier Naidoo y la Küchen Session, además de los de casa: Cappuccino, Tachi y el DJ Air-Knee, además de Andy Linder y Simon Grey. Y detrás de ellos la afamada Big Band de la NDR (Orquesta de la Radio de Hamburgo), la cual ya ha realizado proyectos parecidos con el rock como con la música de Jimi Hendrix, de Frank Zappa o en el tango, con la de Astor Piazzolla.

Jazzkantine ofrece de esta manera, en el álbum Ohne Stecker (Desconectado), una muestra de cultura hip hop viva y cosmopolita, condimentada con la habilidad lírica de los raperos (que lo interpretan en alemán) y la maestría instrumental bajo la batuta y orquestación del también arreglista Toorsten Maaß.

Cada canción es un fruto maduro y perfecto.  Eitner se limitó a sugerir el ritmo y los músicos disfrutaron todas las libertades de la improvisación (con el llamado «freestyle»)

Desde el latin beat de «Hunger Hunger» pasando por la balada “55555”, hasta el muy hip “Boogaloo”, apoyado por la sólida sección de alientos, se pone de manifiesto por completo la seguridad de los músicos experimentados, así como la perduración de las melodías.

La introducción con «Es ist jazz» (una composición colectiva), resulta ejemplar: se escucha un live jazz animado y se revela con toda claridad la base común con el hip hop y sus fundamentos en las citas y referencias a la historia del jazz: todo un desplegado de intenciones. En el disco en general domina la improvisación y ambos géneros respiran las mismas sonoridades urbanas.

Discografía mínima:

Jazzkantine (BMG, 1994), Heiss und Fettig (BMG, 1995), Frisch gepresst & Live (BMG, 1996), Geheimrezept (BMG, 1998), In Formation-Club Remixes (EFA, 2000), Die Jazzkantine Tanzt (Warner, 2001), Futter für die Seele (RCA, 2002), Unbegrenzt haltbar (RCA, 2003), Hell’s Kitchen (RCA, 2008), Unser Eintracht (RCA, 2009), Jazzkantine spielt Volkslieder (Universal Music, 2012) Ultrahocherhitzt (2013), Ohne Stecker (2014).

 

VIDEO SUGERIDO: Jazzkantine – Es ist Jazz (Official Audio), YouTube (Jazzkantine)

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*Capítulo del libro Jazz y Confines Por Venir. Comencé su realización cuando iba a iniciarse el siglo XXI, con afán de augur, más que nada. El tiempo se ha encargado de inscribir o no, a cada uno de los personajes señalados en él. La serie basada en tal texto está publicada en el blog “Con los audífonos puestos”, bajo la categoría de “Jazz y Confines Por Venir”.

 

 

Jazz

y

Confines Por Venir

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2021

 

 

© Ilustración: Sergio Monsalvo C.

 

 

POR VENIR 14 (REMATE)

LIBROS: ELLAZZ (.MEX)

Por SERGIO MONSALVO C.

ELLAZZ (.MX) PORTADA 2

 LAS MEXICANAS*

 A pesar de todas las restricciones que impidieron por mucho tiempo el acceso mayoritario de las mujeres a la escena jazzística mexicana, el amante de esta música puede encontrar una lista sobresaliente de féminas que han participado en el jazz desde la última parte del siglo pasado. Actualmente, ellas interpretan el jazz, lo graban, dirigen a grupos, componen, hacen arreglos musicales, producen álbumes, administran grupos y presentan conciertos, es decir, están involucradas en todo el proceso creativo.

Ejecutantes y compositoras. Aparecieron desde la segunda parte del siglo XX, pero, ¿quiénes son esas mujeres a las que desde entonces se reconoce dentro de la escena?

El jazz con ellas como protagonistas ha estado en el corazón de nuestro tiempo, en una realidad entonada con la voz o el piano primordialmente. Es el estallido de artistas apasionadas que han derramado su energía en tales instrumentos buscando la expresión conmovedora en la improvisación.

Uno escucha sus discos no tanto para saber cómo argumentan, sino para disfrutar con su transcurso en la construcción del argumento. Esta es una manera de defender un género, desde su esencia, que en general debe enfrentarse al anodino gusto mayoritario por otras músicas más conservadoras. Y buscar en él diversos ángulos en el panorama creativo. Es decir, las mujeres tienen en el jazz el mismo problema que los hombres en México: la necesidad de un público.

¿Quiénes son esas mujeres? Seres tratando de expresar sus emociones y sentimientos. Si hay algo que las haya caracterizado en él es su pronunciado individualismo, su dedicación y su deseo de que se les trate como lo que son: músicos profesionales. Las representantes contemporáneas siguen pidiendo que simplemente se les escuche.

La incertidumbre del fin de siglo y comienzos del nuevo, parece afectarlo todo. El jazz, por supuesto, no se abstrae de ello. En este periodo han cambiado radicalmente las condiciones económicas, sociales y hasta ambientales del mundo. Las artísticas también, por supuesto. Ante la dispersión de los elementos y la mediatización de los gustos, se impone un cambio en la forma de entender al jazz, con la mente abierta a los nuevos sonidos. Ellazz (.mx) es un libro que reúne sus palabras, conceptos sobre el género, sus iniciaciones, su devenir, sus historias, y con él he buscado participar en la divulgación de dichos conceptos.

 

 

*Ésta es parte de la introducción al libro Ellazz (.mx), de la Editorial Doble A, y cuyo contenido seriado he publicado periódicamente en este blog: Con los audífonos puestos, bajo tal categoría.

 

 

 

 

 

 

Ellazz (.mx)

Entrevistas de

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Palabra de Jazz”

The Neherlands, 2018

 

 

CONTENIDO:

Sandra Arán

Mili Bermejo

Patricia Carrión

Géraldine Célérier

Magos Herrera

Verónica Ituarte

Laura Koestinger

Elizabeth Meza

Iraida Noriega

Yekina Pavón

Olivia Revueltas

Ana Ruiz

 

 

 

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ELLAZZ (.WORLD): NINA SIMONE

Por SERGIO MONSALVO C.

NINA SIMONE (FOTO 1)

 EL CANTO Y LA DESESPERANZA

 Nina Simone nació con el nombre de Eunice Waymon el 21 de febrero de 1933 en Tryon, Carolina del Norte. Como talentosa pianista y cantante de soul y jazz la carrera de Simone abarcó cuatro décadas. La intensidad política y el alcance genérico de su trabajo le dieron más popularidad en Europa que en los Estados Unidos, por obvias razones.

Simone creció dentro de la tradición del gospel y estudió música en la Juilliard School de Nueva York. Dio clases de piano antes de hacer sus primeras grabaciones. Entre ellas figuró una intensa versión de «I Loves You Porgy» (1959), de la obra Porgy and Bess de George Gershwin, la cual entró a las listas de popularidad.

Habla Nina:

“Algunas mañanas antes de levantarme solía entretenerme con el control remoto de la televisión, cambiando constantemente de canal. Ésta es quizá la única marea de ver realmente la televisión. Vi cosas interesantes. Chicas rubias, morenas y pelirrojas que se ponían shampoo sonriendo sin descanso; con los dientes brillantes como el cromado de las defensas de los coches; los pechos firmes, firmemente envueltos, erguidos con impertinencia para siempre; la grasa de los cuarenta vencida en forma definitiva; ojos sensuales y misteriosos como un bombón relleno; labios de celofán, medias frustradas en su intento subversivo por caerse, torcerse, engancharse, romperse.

“Vi también manos protegidas contra la decrepitud por cremas increíblemente suaves, uñas cubiertas con esmaltes maravillosos y satinados que impiden que se rompan. Dientes que no se caerán nunca gracias a indiscutibles fórmulas químicas. Productos que eliminan por 24 horas al día los olores más inconcebibles del cuerpo, en cualquier circunstancia y para siempre jamás. Huesos sólidos de niños producto del genio precavido de grandes fábricas de alimentos. Coches que hacen que uno se sienta alguien, con puertas que jamás se cerrarán sobre dedos y uñas tan preciosos.

“Vi todo esto y mucho, mucho más, subrayado por el rugido de grandes automóviles que persiguen a los malos y por ráfagas de metralleta que los van segando; por el crescendo de la música en el momento en que el más malo se decide a decirlo todo; por la sonrisa conmovedora del ama de casa que acaba de ganar una fortuna en regalos y dinero gracias a un concurso de lavar platos. Además de noticias que caen en este mar perfecto como piedras inoportunas. Como debe de ser.

“Todos los estadounidenses hemos oído contar cuán lamentable fue que la roca de Plymouth se derrumbara sobre las propiedades de los Padres Peregrinos y no sobre los indios. Este comentario no me ha parecido nunca gracioso. Me parece inútil y vengativo, y encierra además una verdad muy amarga. La inercia histórica de aquella roca significó la muerte de los aborígenes, la esclavitud para los negros, el desastre espiritual para los europeos sin hogar que ahora se llaman americanos y que no han podido jamás con el continente del que huyeron ni con el continente que conquistaron.

“Prescindiendo –como casi siempre creemos que podemos prescindir— de aquella gente a la que clasificamos delicadamente como minorías, ¿quién hubiera cruzado el temible Océano Atlántico para llegar a este lugar desolado, de no existir una apremiante coacción, coacción que no se distingue de la desesperación?

“Sé que el mito nos habla de héroes que vinieron en busca de la libertad, del mismo modo que el mito nos dice que los Estados Unidos están llenos de gente sonriente, como en los comerciales de la televisión. Bien, los héroes van siempre, por definición, en busca de la libertad, y sin duda llegaron algunos héroes aquí, pero uno se pregunta cómo se las arreglaron; y aunque pocas veces veo aquí a alguien que sonría, estoy dispuesta a creer que son muchos los que lo hacen, pero sólo Dios sabe por qué.

Nina Simone, late 1960s

“Lo cierto del caso es que el país fue colonizado por una horda desesperada, dividida y rapaz, decidida a olvidar su pasado. Desde luego no hemos cambiado en ese aspecto, y así lo prueban nuestros rostros, nuestros niños, nuestra absoluta e indecible soledad y la espectacular fealdad y hostilidad de nuestras ciudades.

“Nuestras ciudades están terriblemente faltas de amor, del amor de la gente que vive en ellas, quiero decir. Nadie parece sentir que la ciudad le pertenece. Quizá sea esta desesperación la que deberíamos intentar analizar si queremos atraer agua a este desierto.

“Es propio de la naturaleza del mito que aquellos que son sus víctimas y a la vez sus creadores deban ser, precisamente, en virtud de estos dos hechos, considerados incapaces de examinarlo e incluso de sospechar, y mucho menos de reconocer, que es un mito el que controla y deshace sus vidas. Una lo ve, me parece a mí, con un enorme y triste alivio.

“El blanco pobre fue esclavizado casi desde el instante mismo en que llegó a las tierras americanas y sigue esclavizado todavía por una oligarquía brutal y cínica. La utilidad del blanco pobre fue hacer la esclavitud provechosa y segura y, en consecuencia, el germen de la supremacía blanca que trajo consigo de Europa floreció odiosamente en el aire americano.

“Dos guerras mundiales y una depresión universal no consiguieron demostrar a este desgraciado que tiene mucho más en común con el antiguo esclavo, al que teme, que con los amos que oprimen a los dos en su propio provecho. Considero que esta es la situación de los Estados Unidos en relieve, la raíz de nuestra pena no confesada, la clave misma de nuestra crisis. Por eso canto.

“Ha sido siempre mucho más fácil (porque siempre ha parecido menos arriesgado) dar un nombre al mal exterior que localizar el terror interno. Y sin embargo, este terror interno es mucho más verdadero y mucho más poderoso que cualquiera de nuestras etiquetas: las etiquetas cambian, el terror es constante. Y este terror tiene que ver con el abismo insalvable que separa el yo que nos inventan en la televisión, por ejemplo, y el yo indescubrible, que siempre tiene el poder de hacer añicos al otro con la realidad.

“Es perfectamente posible irse a la cama una noche, despertarse una mañana, o sencillamente cruzar el umbral de una puerta que se conoce de toda la vida, y descubrir, en el tiempo de un suspiro, que aquel yo tejido con tanto esfuerzo no es más que harapos, una ilusión que se ha esfumado. ¿Entonces con qué materia prima vamos a construir otro yo? La vida de los hombres –y por consiguiente de las naciones— depende hasta un punto inimaginable de la intensidad con que esta cuestión esté viva en la mente. Por eso canto.

“Cuando salgo de mi casa sin rumbo alguno y observo los rostros que pasan a mi lado, me pregunto de dónde vienen. ¿Cómo han llegado a ser estos rostros tan crueles y tan estériles? ¿Con quién se relacionan? ¿Con qué? No cabe duda de que no se relacionan con los edificios, ningún ser humano podría hacerlo: sospecho que muchos vivimos con el terror cuidadosamente reprimido de que uno de estos edificios se derrumbe un día sobre nosotros; el movimiento de la gente por las calles se parece mucho al pánico. Por eso canto.

“Por cantar entiendo que de ganas de hacerlo, porque sí. No me refiero a los maullidos borrachos y solitarios de las cuatro de la mañana, que son sólo el gemido de una pobre alma que intenta vomitar su angustia y se atraganta con ella. Donde la gente puede cantar, el poeta puede vivir, y vale también decirlo al revés; donde el poeta puede cantar, la gente puede vivir.

“Cuando una civilización trata a sus poetas con el desprecio con el que tratamos a los nuestros no puede estar lejos del desastre. Todo el mundo corre, Dios sabe adónde, y todo mundo está buscando Dios sabe qué, pero es evidente que nadie es feliz y que algo se ha perdido. Por eso canto”.

 

A fines de los años sesenta, Simone se convirtió en una poeta laureada del movimiento en favor de los derechos civiles. Grabó para la RCA una serie de canciones elocuentes y duras, incluyendo una musicalización del poema «Backlash Blues» de Langston Hughes y de «Mississippi Goddam» de Bob Dylan.

Simone también grabó versiones muy personales de melodías pop y tomadas del espectáculo de actualidad y logrando grandes éxitos.

La actitud militante de Simone condujo a su aislamiento del espectáculo en los Estados Unidos. De ahí en adelante su carrera se vio obstaculizada por una reputación controversial.

En realidad el estilo de Nina Simone no fue convencional. No se trató de que su voz no poseyera belleza, sino era diferente por la forma en que a menudo pasaba por alto el significado de las palabras, en beneficio de lo no verbal. No obstante, ni siquiera un escéptico sería capaz de negar la habilidad artística, imaginación rítmica y ese filo de coraje que hizo sonar a cada canción de amor como una amenaza.

Nina Simone falleció el 21 de abril 2003 a los 70 años de edad.

 

VIDEO SUGERIDO: Nina Simone Live At Montreux 1976 – Blacklash Blues, YouTube (bernardobarcellos)

NINA SIMONE (FOTO 3)

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GIL SCOTT-HERON

Por SERGIO MONSALVO C.

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 EL VATE NEGRO

Cada generación afroamericana ha hecho su aportación a la tapicería musical de los Estados Unidos. Desde el gospel hasta el blues, el jazz, el soul, el funk y luego el hip hop, han aportado el ruido que sacude hasta los cimientos los muros de aquel país. Así ha sido desde que (infelizmente) pusieron los pies en esas tierras por primera vez.

En el siglo XX los activistas y poetas negros fundaron el movimiento llamado Renacimiento de Harlem, con el que crearon una forma de mirar el mundo propio que parecía otro, no el impuesto. El tiempo mismo se hizo otro y les abrió paso en su camino por este mundo.

Los grandes del bebop, influidos por ellos, retorcieron y revolcaron el idioma inglés para poner el lenguaje a su servicio. En sus manos se convirtió en un instrumento de liberación del que hicieron gala, tanto como de las convenciones sociales, para crear su particular hábitat lleno de humo –en esos clubes nocturnos donde a altas horas de la noche podían moverse libremente– o bien para excluir la infamia exterior.

Veinte años después llegó Gil Scott-Heron con su obra escrita y recitada bajo una nueva rítmica: el rap. Y llevó aquella inventiva lingüística un paso más allá: creó una poderosa herramienta basada en la trasgresión del idioma. La cultura del hip hop se expresó, a partir de entonces, mediante ingeniosos juegos de palabras y su hábil presentación.

En igual medida de relato y poesía, el rap comenzó a contar la historia de una generación posterior al movimiento de derechos civiles sesentero que había vivido a la deriva, perdida en comunidades deterioradas y plagada por su falta de amor propio.

Al tomar su ira y experiencias y arrojarlas en la cara del sistema, el rap inoculó poder a los verdaderos artistas, que a partir de entonces alcanzaron a los jóvenes donde la educación, las iglesias y las organizaciones políticas establecidas habían fracasado.

Gracias a Scott-Heron la música se convirtió en algo más que un pretexto para bailar. Él emparentó el movimiento del hip hop con el Renacimiento de Harlem a través del instrumento del lenguaje y lo llevó por otras rutas con sus sonidos, collages auditivos y remolinos de beats que sobrecogían la mente.

Sin embargo, la verdadera atracción era la letra, densa con doble o (muchas veces) triple sentido y sincopada con ritmos asimétricos. Las palabras y frases eran familiares, quizá, pero su significado se echó a volar por senderos nuevos.

La obra de este rapero primigenio reinterpretó la realidad que amenazaba con destruir las comunidades negras y la transformó en un adjetivo que hoy expresa una cultura que ha crecido más allá de los más atrevidos sueños.

VIDEO SUGERIDO: The Revolution Will Not Be Televised – Gil Scott-Heron,YouTube (crinanthebrave)

Este músico, novelista y poeta nacido en Chicago en abril de 1949 se convirtió así, a partir de la publicación de su primer disco en 1970 —Small Talk at 125th and Leno, aparecido al mismo tiempo que su primera novela, The Vulture–, en una de las leyendas vivas de la música y entrelazó sin complejos el jazz, el soul, el hip hop con el compromiso social.

Estuvo muy influenciado por Malcolm X en sus textos, y su manera tan particular de recitarlos hizo de él durante aquellos años un artista militante temido por el gobierno americano, llegando incluso a figurar, supuestamente, en una lista negra del FBI como «músico peligroso». En sus propias palabras, se declaró entonces como «un hombre negro dedicado a la expresión de la alegría y el orgullo de serlo».

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Con su famoso tema “The Revolution Will Not Be Televised”, una diatriba contra el mundo mediático blanco interpretada en el estilo funky Spoken Word, tocó a un público que apreció su toma de posición social y política, aguda y sin caer en radicalismos.

La obra de Gil Scott-Heron se acreditó entonces (y ulteriormente) como la esencia del hip hop y semilla de lo que se desarrollaría en su sentido de compromiso.

No obstante, a mediados de los años ochenta (tras 13 discos publicados y una carrera promisoria) fueron sus propios demonios y no las autoridades quienes acabaron con él. Se volvió adicto a las drogas, a pesar de haber testimoniado en sus propias composiciones tal situación, y cayó en esa espiral autodestructiva que ya conocemos bien.

Se pasó un tiempo en la cárcel, salió luego bajo palabra, violó esta concesión y volvió a prisión. Sin trabajo y sin casa vagó por las calles del Harlem neoyorquino, arruinado y maltrecho. Fue en esa época que se confirmó como seropositivo de Sida.

Durante su última estancia carcelaria había sido visitado por Richard Russell, dueño de la disquera XL, quien le propuso grabar de nueva cuenta en cuanto estuviera listo.

Pasaron años antes de que eso sucediera, pero lo hizo. Apoyado por músicos como Damon Albarn y Chris Cunningham, quienes le armaron el soporte para presentar el disco I’m New Here, aparecido en 2010, el cual despertaría de nuevo las esperanzas sobre su recuperación.

Incluso realizó una gira con tal material, pero no fue más que el canto del cisne. La madrugada del 28 de mayo del 2011, este músico venerado por generaciones de hiphoperos murió, a causa de sus afecciones, a los 62 años en el hospital St. Luke de Nueva York.

VIDEO SUGERIDO: Gil Scott-Heron – ‘Where Did The Night Go’, YouTube (XLRecordings)]

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JAZZ Y CONFINES POR VENIR-13*

Por SERGIO MONSALVO C.

JAZZ Y CONFINES POR VENIR (PORTADA)

NILS PETTER MOLVAER

EL ESCANDINAVO ECLÉCTICO

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Las revoluciones se dan tanto en el ámbito político como en el artístico. La única diferencia es que las revoluciones políticas sólo cambian las cosas por un tiempo antes de que todo vuelva a su estado original, mientras que las artísticas modifican el lenguaje dentro del cual se desarrollan, de tal manera que no es posible dar marcha atrás. El expresionismo, el existencialismo y el jazz, tres manifestaciones genuinas del siglo XX, transformaron de manera duradera el mundo del arte.

El trompetista noruego Nils Petter Molvaer quizá no haya desencadenado una revolución musical, pero sí ha contribuido de manera decisiva a divulgar pensamientos revolucionarios en este sentido. Por algo le puso Khmer a su grupo. “El Khmer rojo desató una revolución en Camboya al liberar al pueblo del gobierno colonial francés. La intención de cada revolución política deber ser ésa como principio básico”, ha dicho Molvaer para explicar el nombre de su banda.

En la actualidad la música propicia cambios constantes, las fronteras entre las categorías artísticas se borran una y otra vez. Por lo tanto, para el músico noruego el elemento distintivo para el jazz que interpreta es el de la improvisación. En su forma musical permite que todas sus experiencias se fundan de manera automática y las pasa por el filtro de lo que quiere escuchar realmente.

Se puede decir entonces que Molvaer vive y muere por su arte. Tiene ideas estéticas claras y con mano certera elige a sus colaboradores. Además de los integrantes de Khmer: Elvin Aarset (guitarras e instrumentos electrónicos), Audun Erlien (bajo), Per Lindvall (batería y percusión), DJ Strangefruit (vinil), Reidar Skar (vocoder) y Sidsel Endresen (voz), añade al guitarrista berlinés Martin Koller, al pionero neoyorkino del drum’n’bass DJ Soul Slinger y al hipertalentoso productor Bill Laswell. Todos artistas que complementan su lenguaje y le aportan otros universos.

LA BIOGRAFÍA

Nils Petter Molvaer nació en Sula, Noruega, en 1960. Su padre fue un músico de renombre en su país y quien lo introdujo al estudio de esa disciplina desde muy joven. De esta forma aprendió a tocar el bajo, la batería y los teclados, aunque al final optó por la trompeta como su instrumento principal. Realizó estudios en el Conservatorio con mucho éxito, pero después de dos años tenía tal demanda de trabajo que decidió abandonarlos y tocar para diversos grupos.

En 1983 se integró al Jazzpunkensemble y al grupo Masqualero. Años después formó parte del catálogo del sello ECM y colaboró en discos de Robin Schulkowsky, Marilyn Mazur y el Sidsel Endersen Group. En 1993 proyectó el concepto del grupo Khmer junto al productor Ulf Holand, con el cual grabó los discos Khmer (1998) y Solid Ether (2000).

Sus influencias resultan evidentes: los trompetistas Miles Davis y Don Cherry, pero también artistas como Billie Holiday, Brian Eno, Joni Mitchell y el productor Bill Laswell. Y fue a este último a quien Molvaer recurrió para remezclar sus composiciones del disco Solid Ether en el álbum Recoloured-The Remix Album.

Molvaer debutó como solista con el disco Khmer (1998) y resultó el primer encuentro con una forma muy particular de combinar y mezclar el sonido de su trompeta con sus semejantes trabajados en computadora, beats de ambient y ritmos de drum’n’bass. El sucesor de aquél, Solid Ether (2000), representó una obra llena de paradojas y ondulaciones, con piezas soñadoras de las que el escucha no se cansa.

CULTURA DEL REMIX

Con su tercer disco, Recoloured (2001), demostró que también es un hábil estratega, pues sabe perfectamente que los remixes alcanzan a un público mucho más amplio del que pudiera atraer con un concepto que descansara de manera exclusiva en el dualismo típico del jazz: las grabaciones de estudio y las presentaciones en vivo.

Los remixes del álbum (extraídos del disco Solid Ether), realizados por connotados productores y DJ’s como la Cinematic Orchestra, Pascal Gabriel, Herbert We, Jan Bang, Underlying Love, Deathprod, Tee Bee o el mismo Laswell, entre otros, les otorgaron distinta dimensión a piezas tales como “Merciful”, “Solid Ether”, “Wilderness” o “Dead Indeed”.

Todos ellos abordan los remixes de manera diferente: algunos trabajan con toda la pieza; otros sólo toman tres notas; otros más extraen un acorde, pero lo reproducen con otro tempo y feeling personal. Sin embargo, por mucho que se haya modificado cada tema Molvaer lo sigue considerando como suyo, porque estos artistas improvisan con sus archivos sonoros.

Es decir, toman una de sus piezas, la dividen en un sinnúmero de fragmentos y la arman de nueva cuenta. El principio neto es jazzístico, sólo que el producto final es otro totalmente.

El álbum del 2002 llamado NP3 contiene una destilación más fina y rica de las ideas en cuanto a la música que posee este intérprete, compositor y productor, quien además de tocar la trompeta también ejecuta los teclados y la batería y canta.

A NP3 hay que verlo como una obra abierta, como una especie de narración musical, como un libro de viajes. Es un trabajo conceptual extenso distribuido en nueve partes. Por declaraciones del propio autor se sabe que no fue fácil conservar el núcleo, la esencia del relato. En la producción se concentró de manera muy especial en combinar elementos totalmente divergentes dentro de estructuras contrastantes. Fue así que creó una música por demás emocionante.

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COMPROMISO CON SU TIEMPO

Actualmente al trompetista le molesta que se le vea como un pionero del Nujazz, versión contemporánea del rumbo eléctrico elegido por Miles Davis en los sesenta, porque siente que ha extraído de igual manera cosas del house, del jungle, del drum’n’bass y demás corrientes contemporáneas, lo que sí lo convierte en pionero del e-jazz o jazz electrónico.

“Miles Davis fue muy importante para mi evolución cuando estaba joven —ha comentado Molvaer—. Su Bitches Brew me impresionó muchísimo. Es más, quise seguir sus pasos en ese sentido: la mezcla perfecta de electrónica e instrumentos en vivo. Sin embargo, llegó un momento en que comencé a ser yo mismo como músico y como trompetista y Miles dejó de ser mi fuente de inspiración”. Es verdad, a Molvaer se le escucha la ubicuidad dentro del techno inglés, sobre todo, y lo mismo se han vuelto importantes para él las interacciones con otros músicos de las que hoy obtiene muchas de sus ideas.

La lista de sus colaboraciones es larga y en ella se pueden incluir los proyectos y nombres de Django Bates, Robyn Schulkowsky, Marilyn Mazur, Hectos Zazou, Moritz von Oswald, Martin France, Mapping Oceans o Sly & Robbie, entre otros.

Por otro lado, tiene un compromiso con el tiempo que le ha tocado vivir. En el 2001 estaba trabajando en una pieza que no tenía título cuando ocurrieron los ataques terroristas del 11 de septiembre y George W. Bush salió con el terminajo de “Eje del Mal”. Entonces supo cómo llamar a su tema: “Axis of Ignorance”.

Molvaer opina con toda sinceridad que Bush fue el hombre más peligroso del mundo, más que Osama Bin Laden, de poderlos comparar en este sentido. Ambos eran locos para él, pero a Bush lo consideró más ignorante y estúpido, pero también con mucho poder. Y todo según él lo hacía en nombre de Dios. Por eso el trompetista incluyó la voz de un predicador estadounidense en el mencionado track. En donde lo espeluznante no es sólo lo que la voz dice, sino la energía alucinante del fanatismo que trasluce.

NORUEGO DE CORAZÓN

Molvaer está de acuerdo con Bill Laswell en que una pieza musical nunca está acabada. Todo es sólo una versión. No obstante, aquí se vuelve a plantear la vieja pregunta de en qué medida conceptos como “copia” y “original” aún tienen importancia. Para Molvaer, el remix también es una plataforma para probarse a sí mismo. Ya no se contenta con el proceso unidimensional de track original y versión reciclada sino quiere vincular diversos planos de remix, de manera semejante a cómo lo hizo Bob Ostertag con su grupo Say No More, pero ante un fondo completamente distinto.

“Me gustaría remezclarme a mí mismo. En Noruega hay gente que samplea su propia ejecución durante un concierto, cada 20 minutos lo hacen con sampleos en vivo y se vuelven a resamplear, de modo que una capa se agrega a otra, de manera aleatoria. De ahí resultan piezas nuevas que se integran a un nuevo contexto. Es un juego que se puede continuar eternamente”.

Nils Petter Molvaer es un europeo de corazón y no disimula sus profundas raíces en el folclor noruego, si bien éste no domina sobre otras influencias. Y Noruega no sólo implica canciones sobre la nieve sino una tradición que abarca desde un compositor de campos sonoros electroacústicos como Arne Nordheim hasta Terje Rypdal y Arild Andersen, así como el grupo de rock Motorpsycho y el cuarteto electrónico Supersilent. Molvaer está inmerso en estas corrientes.

Asimismo, la sección rítmica jamaicana compuesta por Sly & Robbie, la más arrolladora y productiva del subgénero dub (invitada constante a cientos de grabaciones y como solistas), acudió al llamado de Molvaer y unieron esfuerzos en uno de los experimentos más inspiradores y trepidantes de los últimos años, para crear Nordub (título y movimiento: dub nórdico). Estos tres personajes históricos de la música eliminan las fronteras entre el dub y la electrónica en colaboración con otros dos protagonistas nórdicos (el legendario guitarrista Eivind Aarset y el ilusionista sonoro finlandés Vladislav Delay). Una conexión muy especial que dejará huella.

Discografía mínima (como solista):

Khmer (1998), Solid Ether (2000), Recoloured-The Remix Album (2001), NP3 (2002), Streamer (2004), Er (2005), Re-Vision (2008), Hamada (2009) Baboon Moon (2011), Switch (2014), Buoyancy (2016), Nordub (2018). Todos con la compañía Emarcy.

VIDEO SUGERIDO: Nils Peter Molvaer – Buoyancy – Preview Player, YouTube (Okeh Records)

POR VENIR 13 (FOTO 3)

 

*Capítulo del libro Jazz y Confines Por Venir. Comencé su realización cuando iba a iniciarse el siglo XXI, con afán de augur, más que nada. El tiempo se ha encargado de inscribir o no, a cada uno de los personajes señalados en él. La serie basada en tal texto está publicada en el blog “Con los audífonos puestos”, bajo la categoría de “Jazz y Confines Por Venir”.

 

 

Jazz

y

Confines Por Venir

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2021

 

 

 

POR VENIR 13 (REMATE)

LIBROS: ELLAZZ (.WORLD) VOL. III

Por SERGIO MONSALVO C.

ELLAZZ (.WORLD) VOL. III (PORTADA)

 LA MUJER EN EL JAZZ*

 Durante muchos años, las cualidades necesarias para adentrarse en el mundo del jazz se consideraron prerrogativas netamente masculinas. Entre ellas estaba una agresiva confianza en sí mismo, con la disposición a lucir e imponer la capacidad y potencia de interpretación en el escenario. Otra era la concentración exclusiva en la profesión, incluyendo ausencias frecuentes de casa y el derivado abandono de la familia.

A lo ya mencionado se agregaba la capacidad de moverse en ambientes difíciles y peligrosos, como lo eran los clubes nocturnos, infestados de vicios y administrados muchas veces por gángsters. Con frecuencia a las circunstancias mencionadas se sumaba la posibilidad de beber vastas cantidades de alcohol, ingerir drogas duras o las dos cosas juntas, según el caso, sin dejar de tocar de manera coherente hasta el amanecer del siguiente día.

En el pasado, una mujer decidida a formar parte de la comunidad de músicos y a no dejarse intimidar por dicho ambiente duro e impregnado de humo, en el que los compañeros de trabajo solían ser puros hombres, con frecuencia tenía que pagar el precio de su osadía, con costos tendentes a ponerla en su lugar, tales como la pérdida de su respetabilidad, la cual encabezaba la lista, además de la desaprobación social y familiar, y a veces ser relegada al ostracismo.

 

*Fragmento de la introducción al libro Ellazz (.World) Vol. III, publicado por la Editorial Doble A, y de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos, bajo ese rubro.

 

ELLAZZ (.WORLD) VOL. III (FOTO 2)

 

Ellazz (.World) Vol. III

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Palabra de Jazz”

The Netherlands, 2021

Contenido

Cassandra Wilson

Doris Day

Lena Horne

Melody Gardot

Mindi Abair

Mosaic Project

Natalie Cole

Sabina Hank

Viktoria Mullova

Exlibris 3 - kopie

REMEMBER SHAKTI

Por SERGIO MONSALVO C.

REMEMBER SHAKTI (FOTO 1)

 (JOHN McLAUGHLIN)

 Los mundos de la cultura del rock y de la música clásica hindú a veces se han cruzado, pero han caminado de manera paralela durante el último medio siglo. Son mundos con sus propias historias, leyendas, mitología y obras; con personajes que han vivido el éxito y la aclamación lo mismo que el tardío o nulo reconocimiento. Hablar de ambos resulta apasionante.

 

En los practicantes de ambos géneros el gusto por involucrarse con el otro les ha dejado una huella mucho más profunda que cualquier cosa que hayan hecho antes. Y seguramente es así, porque así deben ser los acercamientos: definitivos (en un momento dado) y siempre en incremento (la siguiente vez). Estas sensaciones vuelven en cada ocasión que se presenta la oportunidad de practicar los intercambios en la música.

 

La intención de fusionarlas es precisamente ésa: brindar otra oportunidad para que quien la practique se solace con su afición desde otro punto de vista, desde otra posibilidad, con los sentidos y la mente abierta, sin prejuicios ni convencionalismos y la plena conciencia de que ambos mundos –del rock y de la música clásica hindú– a veces se cruzan felizmente y, como en el caso de Shakti: se reúnen.

 

A través de su historia, en el conglomerado de prácticas sonoras que se hace llamar rock y que forman parte de ese enorme pastel cultural, existe una música que no encuentra acomodo más que en los intersticios entre géneros (jazz, world beat, electrónica, fusión, etcétera).

 

Es una música que no es muy afecta a la luminosidad de los reflectores ni a la masividad. Sin embargo, su influencia e incrustación dentro de la cultura del rock ha sido determinante y siempre enriquecedora.

 

Por lo general tal música ha echado mano de la mezcla, de la fusión, para expresarse. Algunos ejemplos de ello son las piezas de Shakti, que forman parte del andamiaje del género por sus aportaciones.

 

Ese sonido entre terrenal y proveniente de lo alto fue lo que llamó la atención del oído de los rockeros en los años sesenta. Ese sonido, penetrando por las trompas de Eustaquio y concentrándose en el cerebro del músico, fue también el momento de una síntesis y el paso al conocimiento de otro hemisferio de una generación que buscaba respuestas y proyecciones místicas de la existencia.

 

Escucharon el sonido del sitar y otros instrumentos indios y les picó la curiosidad. No era una guitarra, así que buscó mejor a alguien que los instruyera.

 

La comunidad artística rockera conoció entonces a Ravi Shankar, el virtuoso indio del sitar y con ello se adentraron en un camino que no sólo experimentaría ellos sino, a la postre, todo el Mundo Occidental.

 

Con el conocimiento del sitar vino también el de la Ley del Karma, el principio budista de la inevitabilidad, el de las ciudades indias como Cachemira, el de los festivales religiosos, la conversación con santones: en fin, el de otra cultura.

 

Por ese entonces la experimentación agregaba el elemento químico como instrumento del conocimiento interno. Se realizaban de manera regular viajes con LSD y en ellos descubrieron que el paisaje mental que la droga les producía era uno que ya contemplaba la India, con sus seres y sonidos misteriosos.

 

A partir de entonces el Oriente ha ejercido una influencia más que significativa para el género, sobre la base de que el hombre oriental se identifica sobremanera con las fuerzas primarias. Para la imaginería del rock, el Oriente se erigió en una tierra de sensibilidades expansivas. Así que la principal influencia oriental sobre el rock provino de la India vía la Gran Bretaña con el rock progresivoy el jazz-rock.

 

A partir de entonces los rocanroleros recurrieron a la música y filosofía de la India como una ruta convincente hacia la unidad primitiva del universo. El rock ya no tuvo tiempo para el Islam o el confucionismo, por ejemplo. El indio vive un credo que borra la historia. Su hogar es el eterno y primitivo ahora, concepto del que el rock se ha nutrido desde un principio.

 

REMEMBER SHAKTI (FOTO 2)

 

En la búsqueda de nuevos mundos el rock encontró uno en la pretensión védica de la filosofía india. El descubrimiento y la intensificación del enamoramiento con lo oriental, en ese sentido, se incrustó en el rock del siglo XX y comenzó claramente con la persona y carrera de John McLaughlin, entre otros.

 

Un músico que ha transitado precisamente por todos los intersticios entre géneros: The Mahavishnu Orchestra, el trío con Paco de Lucía y Al Di Meola, o los diversos proyectos como solista.

 

Un ejemplo. Es posible adoptar diversos puntos de vista con respecto al CD doble Remember Shakti  que McLauhglin lanzó en 1999 y que fue grabado en vivo durante la gira del grupo homónimo por la Gran Bretaña que el oriundo de Yorkshire realizó con varios músicos hindús clásicos: Zakir Hussain (tabla), T.H. «Vikku» Vinayakram (ghatam), Hariprasad Chaurasia (bansuri) y Uma Metha (tampura).

 

El álbum tiene diversos matices, puesto que esta música, vestigio de los años sesenta y setenta del guitarrista, puede muy bien ser un ejercicio retro emparentado con los proyectos de Ravi Shankar con Bud Shank; del jazz-rock hindú de Miles Davis o con la meditación espiritual de John Coltrane.

 

Para McLaughlin esta música parece un trip orgánico al pasado. El misterioso Oriente ha ejercido una influencia más significativa sobre el jazz. El hombre oriental supuestamente se identifica con las fuerzas primarias, en tanto que el occidental sólo alimenta sus «visiones» cerebrales.

 

Según el jazz, el Oriente es una tierra de sensibilidades expansivas, el yin frente al yang de la ciencia occidental. Los jazzistas occidentales en ocasiones han vuelto las miradas hacia allá, pero la principal influencia oriental sobre él proviene de la India vía Gran Bretaña.

 

John McLaughlin empezó tocando la guitarra con Jack Bruce y Ginger Baker, fue desarrollándose hacia el jazz‑rock y el misticismo oriental y formó la Mahavishnu Orchestra, nombrada así por la encarnación más feliz de la trinidad panteísta hindú y organizada bajo la influencia del swami Sri Chinmoy.

 

Los títulos de sus álbumes con la Mahavishnu narran la historia mística: Visions of the Emerald Beyond, Inner Worlds, Between Nothingness and Eternity. A éstos le siguieron, durante su carrera como solista: Shakti with John McLaughlin (de 1975) y Natural Elements (de 1977).

 

Después de los ingredientes del blues negro y el folk europeo, el misticismo indio es el que sigue en importancia en la mezcla particular de primitivismo romántico creada por el jazz. La razón por la cual triunfaron los gurús, en la arena del fracaso de otros chamanes, ilumina las predilecciones que impulsan al género.

 

La duración de algunas piezas en Remember Shakti («Mukti» de más de una hora, «Chandrakauns» de un poco más de media hora y en la que no toca John) también contribuye a evocar todo ello. También es posible otra apreciación al hacer constar la magnífica ejecución de un idioma musical que no se ciñe rígidamente a la tradición hindú, lo cual permite el acercamiento occidental. En ello interviene en gran medida el hecho de que tres de las cinco composiciones sean de McLaughlin (las piezas más cortas).

 

La guitarra se entreteje de manera espléndida con la tabla y el tambor bajo ghotam, mientras que los sonidos de la tampura, parecidos al arpa, se mezclan con una guitarra que casi podría calificarse de romántica. Resulta particularmente hermosa también la oscilación constante entre jazz y música tradicional hindú, y el cálido acento que aporta la flauta bansuri.

 

En el tema «Mukti», de 63 minutos, se comienza con un solo de flauta al que tras diez minutos de introducción se agrega la guitarra y después las percusiones, aumentando la velocidad después de media hora con el mismo tema repetido hasta desembocar en un pandemónium de tabla y ghatam. Un auténtico viaje trance para darle un adiós definitivo al siglo XX.

 

VIDEO SUGERIDO: John McLaughlin – Remember Shakti – Lotus Feat., YouTube (Bito Arreguinio)

 

 

REMEMBER SHAKTI (FOTO 3)

 

 

 

 

 

 

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BABEL XXI-537

Por SERGIO MONSALVO C.

 

BXXI-537 (FOTO)

BRINGING JAZZ!

(LIBROS CANÓNICOS/ 30)

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.

https://www.babelxxi.com/537-bringing-jazz-libros-canonicos-30/

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JAZZ Y CONFINES POR VENIR-12*

Por SERGIO MONSALVO C.

JAZZ Y CONFINES POR VENIR (PORTADA)

III

LA FRESCURA

DEL VIEJO MUNDO

POR VENIR 12 (FOTO 1)

Pensar que Europa pudiera algún día dictar moda en el jazz constituía hasta hace muy poco tiempo una auténtica fantasía. Sin embargo, las cosas han cambiado, y para corroborarlo están Nils Petter Molvaer (Noruega), Jazzkantine (Alemania), Hans Dulfer y Saskia Laroo (Holanda), Courtney Pine o el proyecto Rebirth of Cool (Inglaterra), entre otros. Ellos se instalan dentro de las tendencias electrónicas que se escuchan en los clubes de dance y antros electrónicos donde dictan ley los DJ’s y las tornamesas.

El suyo es un jazz que causa sensación en el Viejo Continente, Asia y América. Un jazz que apuesta por el cambio utilizando toda suerte de parafernalia electrónica y bases de ritmos pregrabadas. Un jazz que se escucha y se baila.

Este nuevo jazz europeo ofrece una alternativa al que se hace en los Estados Unidos. De cualquier manera, hay muchos buenos músicos que continúan desarrollando y trabajando los sonidos difundidos originalmente por el sello ECM (fundado en Alemania en 1969 por Manfred Eicher y que se caracteriza por sus ecos, reverberancias, sonido etéreo, atmosférico y frío). No cabe duda que la tradición musical de la Unión Americana es aún muy importante en este continente, sobre todo la de los años sesenta y setenta.

Sin embargo, también se cree que desde entonces no ha salido nada nuevo de la tierra del Tío Sam. Hoy, estos músicos se han encontrado con una forma artística muy europea, la que toma en cuenta al mundo de la electrónica. Así surge la mezcla de jazz con este universo que tiene como sus capitales fundamentales a Berlín, Ámsterdam, Londres y Oslo. Ahí se hacen experimentos con la música contemporánea y el techno, de manera muy diferente a lo que se hace en los Estados Unidos.

Para estos jazzistas la máquina es una herramienta flexible e intentan hacer música con la técnica del DJ. Pertenecen a una generación que no creció con los standards comunes sino con los propios, empezando con los de Bitches Brew. Ésa es su tradición, pero también lo es Brian Eno, John Hassel y Prince. Asimismo, cada uno dirige a su particular compañía discográfica. En cuestiones empresariales también tienen claro el asunto.

POR VENIR 12 (FOTO 2)

VOLUNTAD ECLÉCTICA

El nuevo jazz europeo es un depósito de diversos estilos musicales que tienen en la vibe (vibración, sentimiento) el sustento más importante. El responsable original de todo ello fue el inglés Gilles Peterson, quien comenzó la mezcla del funk, reggae, soul, gospel, rap, hiphop y house a finales de los años ochenta en el club londinense Dingwalls.

La fusión de todos estos genes causó una profunda impresión tanto en los asistentes al club como en los músicos, que estaban hartos de la estandarización de las producciones del jazz estadounidense. Así que se pusieron a trabajar de forma intensa y, luego de una década permeando Europa, ha surgido una generación cuyos estilos novedosos han sabido crear una de las culturas más bogantes y propositivas de fines y principios de siglo.

En la actualidad el jazz europeo de avanzada es una combinación de sonidos acústicos y electrónicos; el look de sus representantes es más del pop posmoderno que del jazz tradicional; no le temen al rock ni a los sonidos de su tiempo a la hora de presentar su propuesta musical.

Son instrumentistas de excepción con un tempo y una técnica sobresalientes (donde el remix es un arte y no producción en serie), pero también la forma en que usan sus talentos hace que sólo sea música lo que fluye. Nada de exhibicionismo virtuoso, sólo música. Sus fuentes de inspiración van de la música clásica al psychodelic-trance, de Radiohead a Apex Twins, pasando por Björk.

Su incontenible avance tiene que ver con que hayan comenzado a desarrollarse plenamente en sus instrumentos; a aprender, a saber más y a querer mostrar sus propios conceptos musicales. Por supuesto el camino natural era el jazz, puesto que es un género que exige más y en el cual se deben entender acordes complejos.

De ninguna manera consideran que haya limitantes para un músico. Para nada. “Los límites están en uno mismo”, han declarado cada uno por su lado. Sienten que algunos músicos ya no escuchan, sólo repiten sin cesar lo que hacen siempre hasta el aburrimiento, sin acercarse a la escena pop y electrónica de avanzada.

Para los nuevos exponentes, el jazz, el dance, el pop, el folclor o cualquier otro estilo no son más que colores diferentes dentro de la música. Así que toman cosas de todos ellos y a su mezcla la enriquecen con mucha improvisación.

VIDEO SUGERIDO: NILS PETER MOLVAER – Vilderness, YouTube (Jazz 4 All)

POR VENIR 12 (FOTO 3)

 

*Capítulo del libro Jazz y Confines Por Venir. Comencé su realización cuando iba a iniciarse el siglo XXI, con afán de augur, más que nada. El tiempo se ha encargado de inscribir o no, a cada uno de los personajes señalados en él. La serie basada en tal texto está publicada en el blog “Con los audífonos puestos”, bajo la categoría de “Jazz y Confines Por Venir”.

 

 

Jazz

y

Confines Por Venir

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2021

 

 

POR VENIR 12 (REMATE)