BLUES: DOCE HITOS DEL SIGLO XX (HOWLIN’ WOLF)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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EL AULLIDO DEL LOBO

Chester Burnett nació en 1910 en el Delta del río Mississippi, en donde permaneció hasta 1948 (es decir, que de todos los bluesmen importantes de la época fue el que más tiempo se mantuvo en su tierra natal). En sus años pasados ahí alternó el trabajo del campo con el de la música, de donde sacó el apodo de «Howlin’ Wolf» (Lobo Aullador) con el que a la postre sería conocido.

En los pantanos de Louisiana, regados por tal río, existe la magia (negra y blanca, el vudú) en muchas manifestaciones y de sus lodos han surgido infinidad de leyendas, como la que dio origen a éste, uno de sus hijos predilectos. La historia del rock son sus mitos y el de Wolf es uno de los más pintorescos.

Chester Burnett era un niño negro de cuya andanza musical obtuvo el apodo que lo daría a conocer y a influir en generaciones de músicos de blues y de rock. Vayamos al principio.

Chester tenía un abuelo al que le gustaba contarles historias de terror  a sus nietos. Chester, por entonces, era muy impresionable como niño y temeroso de tales cuentos, así que su abuelo quiso enseñarle a manejar el miedo y prepararlo frente a la azarosa vida que lo esperaba ya. Lo hizo de la manera más brutal que encontró. Cierta noche lo llevó al cementerio local y le ordenó que permaneciera ahí hasta el amanecer.

Chester superó la prueba y contó a quien quiso escuchar lo que le había acontecido en aquella ocasión. Tembloroso y hecho un ovillo vio salir de su tumba a medianoche a uno de los muertos. Tenía aspecto de animal feroz y, efectivamente, lo mordió. Los temblores cesaron, el miedo desapareció y cuando volteó hacia la luna comenzó a aullarle. Todo su interior se había transformado. Y éste se manifestó en la voz que desarrolló aquel chiquillo: baja, profunda y amenazadora. Lo comenzaron a llamar “Howlin’ Wolf”.

HOWLIN' WOLF (FOTO 2)

Con su técnica en la armónica y la voz consiguió atraer la atención de la audiencia y hacerla saltar. Su mayor influencia por entonces fue Charlie Patton con el cual llegó a tocar, lo mismo que con Robert Johnson.

A la edad de 18 años fue reclutado por el ejército. Después de ser licenciado tras la Segunda Guerra Mundial, volvió al Delta y no se decidió a emigrar hasta 1948. Aún así, no se lanzó directamente a Chicago, como la mayoría de los emigrantes negros de entonces, sino que se quedó en Memphis, donde reunió una banda (por la que pasaron James Cotton, Junior Parker, Matt Murphy y Willie Johnson) y consiguió un programa de radio en la estación  KWEM en el que tocaba el blues mientras trataba de vender maquinaria agrícola.

Howlin’ Wolf se convirtió así poco a poco en el bluesman más electrizante, poderoso, enérgico y profundo de la posguerra. Dotado de tremendas cualidades físicas (1.90 m de estatura, 120 kilos de peso, además de ese tipo de voz que le había valido el sobrenombre) puso a éstas de manifiesto en sus extravagantes actuaciones. Realizó sus primeras grabaciones en 1951 en los estudios de Sam Phillips.

En algunas de estas sesiones participó Ike Turner, que en esa época era productor y buscador de talentos. Phillips no creó su propio sello Sun Records hasta un año después. Lo que hacía entonces era revender las grabaciones a la compañía Chess en Chicago o a la Modern en California. El éxito que Wolf tenía con su música hizo que ambos sellos editaran su material y pelearan por él hasta que Chess lo convenció para que se instalara en Chicago en 1953.

Las grabaciones que aparecen en la «Chess Box» (1992) están dedicadas a la vida y obra de este músico. Son tres discos compactos que suman un total de tres horas y media de duración y de excelente calidad. Tal compilado no es históricamente menos importante que las retrospectivas de Robert Johnson y Muddy Waters.

Asimismo, las piezas incluidas el álbum doble Ain’t Gonna Be Your Dog (1997) corresponden a la mejor época de Wolf, la que va de 1951 a l962, un poco más de una década, en la que fincó su estilo (una forma de hacer música que hallaba su lugar entre lo tradicional y lo innovador), el cual transformó los orígenes del blues del Delta y se manifestaba en piezas como «Look-A-Here-Baby», «Sweet Woman», «Rollin’ and Tumblin'» o la propia «Ain’t Gonna Be Your Dog».

Con su fórmula que mantuvo con éxito durante los años cincuenta, mismos en los que jóvenes guitarristas del rock lo escucharon, asimilaron y proyectaron en los sesenta: Jeff Beck, Jimmy Page, Pete Townshend, Robbie Robertson, Ronnie Hawkins, Captain Beefheart y Roy Buchanan, entre otros.

Mientras tanto, Wolf había moldeado a sus músicos para incorporarse al sonido eléctrico que en ese momento trasladaba el blues tradicional al dinamismo de la urbe y que ya hacían Muddy Waters, Jimmy Rogers y Little Walter, quienes habían amplificado sus guitarras y armónica e imponían nuevas formas.

En 1965, Howlin’ Wolf apareció con los Rolling Stones en la televisión estadounidense en el programa Shindig!, ante la insistencia de éstos. Los Stones habían corrido el riesgo al comienzo de su carrera cuando en noviembre de 1964 grabaron una canción de blues editada tres años antes por Howlin’ Wolf, el cual ni siquiera logró entrar a las listas de rhythm and blues con ella en los Estados Unidos.

El que «Little Red Rooster» llegara al cabo de pocas semanas al primer lugar en las listas de éxitos británicos fue considerado por Brian Jones como triunfo personal, en contra de los escépticos que predijeron que con esa pieza se acabaría la carrera del grupo.  Como efecto secundario de la hazaña, Howlin’ Wolf, uno de los grandes decanos del blues, medio año después pudo aparecer por primera vez en dicho programa.

(Durante los años siguientes una serie de adeptos blancos al blues retomaron sus canciones, desde los Doors y los Yardbirds hasta Cream y Little Feat y Bonnie Raitt.  Por un tiempo el robusto cantante con la voz imposible gozó de la mayor popularidad como nunca antes. Incluso en su propio país el profeta del blues fue escuchado otra vez a mediados de los sesenta, aunque no tanto como en Inglaterra y el resto de Europa.)

Y luego, en 1969, grabó un disco mítico junto a sus famosos admiradores: Eric Clapton, Steve Winwood, Bill Wyman y Charlie Watts: The London Session (una auténtica clínica de instrucción para los jóvenes músicos británicos).

En la década siguiente su salud prácticamente lo obligó al retiro por sus afecciones cardiacas. Su última aparición la hizo al lado de B.B. King en 1975. Al año siguiente, por complicaciones de una operación, falleció en Hines, una ciudad cercana a Chicago a la edad de 65 años.

VIDEO SUGERIDO: Howlin’ Wolf on Shindig Broadcast Date May 20, 1965, YouTube (Dave David)

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PRIMERA Y REVERSA: STILL GOT THE BLUES (GARY MOORE)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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El guitarrista irlandés Gary Moore (abril 1952- febrero 2011) se dio a conocer como virtuoso dentro del campo del rock duro cuando estuvo con Thin Lizzy, así como en su carrera como solista en el heavy metal. Sin embargo, no es sorprendente que el blues también le haya fluido sin problemas.

«Todo mundo tiene su propia versión del blues –dijo–. Todo mundo conoce esa sensación. No creo que haya que ser negro para entenderlo de manera exclusiva.  Uno tiene o no el feeling necesario. La música irlandesa le ha dado un sello particular a mi sonido. No obstante, he encontrado semejanzas entre el blues y la música irlandesa. Muchas melodías irlandesas tienen un ambiente muy melancólico y blusero. Puedo sentir esa música. Crecí con ella. A los 13 años yo tocaba en un grupo de blues. Esta música significa más para mí que todo lo que vino después”, explicó el músico en su momento.

El blues es como un espíritu que se manifiesta de repente, incluso después de largos periodos de descanso. Y entonces sale a la luz un disco blusero, como en el caso de Still Got the Blues (EMI/Capitol, 1990). La concepción presentada por Moore en este disco no fue dogmática. Se movió con agilidad por sus diversas tendencias estilísticas.

No fueron tanto los bluseros negros originales como el auge inglés del blues en los años sesenta lo que inspiró a Moore en sus conceptos para el disco. En la portada del mismo aparecen sus gustos de la primera adolescencia por los Blues Breakers de John Mayall y el Fleetwood Mac primigenio, aunque Robert Johnson y Albert, Freddy y B. B. King también figuran.

En la mayoría de las nueve piezas que conformaron el disco original (el CD trajo 12 canciones a la postre), Moore ofreció un blues pulido y elegante que evitó toda aspereza. Cinco de esas piezas fueron de su pluma: «Movin On», «Still Got the Blues», «Texas Strut», «King of the Blues» (homenaje a Albert King) y «Midnight Blues».

Las restantes fueron covers de los grandes maestros: «Pretty Woman» (en la que participa el propio compositor Albert King), «Walking by Myself» (original de Jimmy Rogers; en la hoja de información y en la etiqueta del disco aparece el nombre del músico con la errata «Rodgers»), «Too Tired» (de Johnny «Guitar» Watson, en la que acompaña en la guitarra Albert Collins) y la preciosísima «As the Years Go Passing By» (de Deadric «Dan» Malone).

Para este equilibrado programa grabado por Moore, contó con la ayuda de metales, órgano y piano en las personas de Frank Mead, Nick Payn y Nicky Hopkins, entre otros.  Uno de los objetivos de Gary Moore con Still Got the Blues fue alcanzar ‑‑como él mismo lo comentó– al público muy joven que escuchaba el heavy metal, para despertar en ellos el interés por el blues y sus músicos originales.

«Esa sería una buena justificación para mi álbum”, explicó el guitarrista.

VIDEO SUGERIDO: Gary Moore – Still Got The Blues (Live) – YouTube (UndeadKuntiz)

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CARTAPACIO: «¡YO NO FUI, LICENCIADO!

Por SERGIO MONSALVO C.

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RELATO

No deja de ser curiosa la mentalidad del burócrata de nacimiento. No evita manifestarse ni aun en las circunstancias extraordinarias. Juan es un oficinista de medio pelo. Para su jefe es Camacho, le habla de tú, pero por su apellido; para los de su mismo escalafón es Johnny –nombre con el que se siente identificado ahí en lo más íntimo de su ser– y para las secretarias y los de intendencia es «lic», a secas.

Juan lleva de trabajar 15 años en el mismo departamento. Los primeros diez tuvo que aguantarse. No tanto por la labor desempeñada ‑‑que nunca le ha gustado, por cierto–, sino porque tenía que trasladarse de su casa hasta la oficina y esto le llevaba casi dos horas.

Su puesto comenzó siendo de confianza y continúa así. A raíz de un temblor que hubo hace unos años reubicaron a toda la dependencia y ahora sólo hace media hora al trabajo.

Su trayectoria no ha tenido relevancia alguna salvo por el detalle que todos conocen, el de que únicamente se solidariza con su escritorio. Cuando destituyeron al amigo que lo trajo a trabajar con él Juan se aferró a su puesto y no hubo mirada, indirecta, directa, ni el trato como «herencia» al que lo han sometido los sucesivos jefes, que haya logrado inmutarlo.

Fue quizá esta conducta constante la que convenció a su vecina de escritorio a aceptar la proposición de matrimonio de Juan. Un tipo así ‑‑pensó– siempre es seguro, sobre todo con las quincenas y los aguinaldos, por no hablar de las prestaciones.

Así es que Juan se casó. Su mujer ya no trabaja, «se dedica al hogar». Según recuerda, sólo una vez ha sentido temor en lo que a la conservación del puesto se refiere. Algunos entusiastas, de las distintas oficinas de aquella institución,  habían formado una liga interna de futbol. Juan se inscribió con el equipo de su departamento como defensa central. Luego se enteró de que su jefe también jugaría con ellos, como portero.

A Juan esto le gustó, pues habría forma de hacérsele presente de otra manera, y quizá hasta de conseguir alguna cosita por ahí, pensó esperanzado.

Con el partido de inauguración del torneo vino una jugada que puso en jaque las habilidades de Juan. Un pase largo lo techó y el centro delantero contrario fue por el balón que rodaba acercándose a la portería. Juan corrió tras ambos a todo lo que daba. Entrando al área se barrió sobre el ofensivo, al mismo tiempo que el portero salía a achicar el ángulo.

El encontronazo fue espectacular, lo mismo que la escena posterior. Sobre el césped se retorcía de dolor el portero, agarrándose la rodilla. Sin embargo, la atención de árbitro, propios y contrarios se fijó en la lividez y en los lamentos de Juan, quien de rodillas junto al lesionado sollozaba diciendo:  «¡Yo no fui Licenciado, se lo juro, yo no fui!»

Desde entonces el Johnny colgó los zapatos de futbol (“nunca jamás”), llega siempre a tiempo a la oficina, y lee el periódico antes de que su jefe aparezca.

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DISCOS EN VIVO: SUPERCHARGE ’84 LIVE AT MAXIM’S

Por SERGIO MONSALVO C.

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Con el reconocimiento obtenido como grupo animador de primer nivel, gran experiencia en escena, con el curriculum de varios trabajos musicales editados y por pertenecer activamente al circuito del jet set, la banda Supercharge le fue recomendada al organizador del enlace del momento, el de Christina, la hija del fallecido magnate griego Aristóteles Onassis, conocida como “la princesa triste”.

La que quizás era la mujer más rica del mundo iba a contraer nupcias. Ahora, a los 34 años de edad, se casaría por cuarta vez con Thierry Roussel, joven francés e hijo del fundador de los laboratorios farmacéuticos del mismo nombre.

Lo haría en París y festejaría la boda en el Restaurante Maxim’s. Para ello la pareja se había embarcado en el Christina O en la Isla de Skorpios, propiedad de ella y viajaban rumbo a la Costa Azul francesa para trasladarse luego en avión a la capital gala.

En París, mientras tanto, el Maxim’s se preparaba. Por aquellas fechas el célebre bistrot celebraba el 90 aniversario de su fundación. En 1981 había sido adquirido por el diseñador Pierre Cardin que lo expandió por todos sus pisos a museo, sala de espectáculos y salones de fiesta privados. Uno de los cuales albergaría a los invitados de la boda de la rica heredera, en1984.

La fiesta comenzaría con una novia extrañamente radiante. “Está enamorada de verdad”, chismorrean los comensales entre la joyería y el menú nupcial.

La inusual sonrisa de Christina será la destinataria del mejor set de la banda, contratada para este lugar y ocasión especiales.

Músico experimentado, Albie Donnelly, el líder de la banda, iría in crescendo, soltando al grupo poco a poco a la pulsión de su sobrecargado ritmo. Y la sonrisa se convertirá en risa abierta, mientras la protagonista baila, canta, corta el pastel, y los invitados harán lo mismo como respuesta al pasmo de lo que ven y escuchan, se convierten en participantes y el conjunto en general en una auténtica fiesta.

“Ustedes han creado la música del día más feliz de mi vida. Gracias para siempre: Christina”. Fue la tarjeta que el grupo recibió tras bambalinas, acompañada de una botella de champán para cada uno de los músicos.

De tal experiencia Supercharge conseguiría el permiso para reproducir en disco lo que han grabado, bajo el título de Supercharge’84 Live at Maxim’s at Christina Onassis Wedding, así como algunas fotos del evento, que aparecerían en la portada.

El álbum de Supercharge se convertiría en una rareza y en una referencia a un momento único en el devenir microhistórico del siglo XX.

VIDEO: Supercharge – I’ll go Crazy, Gangster of Love, Caledonia, YouTube (Phantom1)

Orthodox Wedding For Christina Onassis And Thierry Roussel

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LA AGENDA DE DIÓGENES: LAS SEMILLAS DEL TIEMPO (MANUEL MAPLES ARCE)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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Las semillas del tiempo, obra poética 1919-1980 de Manuel Maples Arce (número 13 de la Tercera Serie de Lecturas Mexicanas, editada por el CNCA, 1990) es un importante libro de recopilación con la obra de este poeta veracruzano quien dio inicio al movimiento estridentista dentro de la literatura, un nuevo aprendizaje de las palabras que despierta la sensibilidad por concepciones distintas del arte.

El sonido de las palabras le fue construyendo desde su adolescencia una personalidad ansiosa de lo nuevo, estridente y con vistas a un futuro incierto y atractivo.

Prosélito de las vanguardias mundiales, Maples Arce hizo patente en sus escritos la influencia del unanismo, futurismo, dadaísmo, creacionismo y ultraísmo, así como también la fuerza poética de Walt Whitman.

En este volumen se recopilan destacados textos poéticos como Andamios interiores (1922), «poemas radiográficos» que inauguran una visión original de la realidad, con un sentido único de equilibrio entre la intuición y la valoración mecánica de la lírica.  Un lenguaje moderno y vanguardista.

Urbe es la integración de la política a la poesía estridentista. John Dos Passos hizo la traducción de este libro al inglés, primer libro de poemas de un mexicano traducido a ese idioma y de toda la vanguardia en lengua española.  La introducción al volumen corrió a cargo de otro poeta, Rubén Bonifaz Nuño.

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ARTE-FACTO: MADRUGADA

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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Es de madrugada cuando vaga el espíritu en la vigilia del sueño. El término viene de lejos en el tiempo, de las épocas primigenias del género humano, en que tras el bullicio diurno o vespertino se dedicaba al hecho de pensarse, por el acto mismo del entendimiento. Relajados o inquietos los sentidos. Rodeados de naturaleza se afanaban los hombres en la construcción de la conciencia.

 

Así nacieron los cuentos, las fábulas, las narraciones orales, las mitologías, la forma de relacionarse con todo aquello que los rodeaba. Fue un tiempo de magia y encantamiento, de dioses y héroes, de criaturas extrañas y creencia animistas. Así lo fue en cada región de la Tierra. Y de alguna manera la explicación del mundo y de estar en él continúa dándose de madrugada.

 

En el norte de Noruega, ya dentro del Círculo Polar, la madrugada es de una oscuridad silenciosa y azul, el frío es como un cristal y ni los Trolls –sus habitantes míticos más antiguos– se atreven a moverse para no romper el momento.

 

El agua está en calma y parece como si en el mundo no existiera más que la naturaleza y toda la ansiedad que ésta pudiera desatar en los estados anímicos de los que velan por la aparición de alguien en aquellos fiordos sin tiempo.

 

En la orilla de tal espectáculo nocturno existe un pueblo al que han dado en llamar Stokmarknes, ubicado en una de las tantas islas de ese archipiélago nórdico. Tiene una población de tres mil habitantes y la consigna de vigilar la entrada a los fiordos más bellos de la de por sí bella Noruega.

 

Todo es férrico en este lugar, incluyendo el espíritu anochecido de sus habitantes. En un territorio plagado de leyendas y de combates sordos por su supremacía.

 

La poesía es una costumbre añeja en esta zona del mundo. Primero los bardos vikingos se encargaron de hablar de sus gestas, montañas y ríos; de sus descubrimientos y de las deidades y demonios que lo poblaban todo.

 

Durante el periodo romántico, de mediados del siglo XIX, la literatura inflamó el sentimiento por recuperar todo aquello, de unir los periodos culturales del país. Intentaron la creación de un idioma propio (hasta ese momento su lengua había correspondido a su dependencia de Islandia, Dinamarca y Suecia, en diversos momentos de su historia).

 

Expresión típica de esta época son las primeras colecciones de cuentos populares noruegos (Norsk folkeeventyr), realizadas por los escritores Peter Christen Asbjornsen y Jørgen E. Moe, así como las antologías de poesía y música folklóricas de Magnus B. Landstad.

 

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A partir de entonces, la poesía la han practicado los ancianos poseedores de los cánones y los niños, con su recitación de los cuentos fantásticos. Sin embargo, hoy la voz cantante la tienen los jóvenes. Éstos tienen ante sí la dura consigna de hacerse un lugar no sólo entre los extremos de la música que aflora por territorio noruego (el tenebroso black metal y el pop rock de A-ha) sino en un mundo globalizado.

 

Además de dicho handicap, los jóvenes integrantes de Madrugada, oriundos de Stokmarknes, quisieron hacer épica, como la hicieron sus célebres coterráneos Ibsen, Munch, Grieg o Hamsun, en sus respectivas disciplinas. Así que fueron varios poetas (Sirvert Hoyem y Øystein Wingard Wolf) quienes los surtieron de material para que salieran a contar sus historias.

 

Y como Madrugada, con ese concepto del tiempo, el espacio fantasioso y la imaginería, recorrieron los continentes con un habla común que todos pudieran entender (el inglés).

 

VIDEO SUGERIDO: Madrugada – Beauty Proof, YouTube (gabilaro)

 

Propagaron su poesía intimista plagada de dudas existenciales y la convivencia con seres tan cercanos como ficticios, tan fascinantes como terribles y diabólicos, un mundo de luces singulares y sombras ontológicas. Como si el ser humano actual, en soledad, se enfrentara por primera vez a la naturaleza, el cosmos y a quienes los gobiernan.

 

El grupo se formó en aquel pueblo en la década de los noventa con amigos de la infancia como Sirvert Hoyem (en la voz y composición), Frode Jacobsen (bajo) y Robert Buras (guitarra, voz y arreglos). A ellos se agregaron varios bateristas, que fueron cambiando con el paso de los años, y el guitarrista de acompañamiento Cato Thomassen.

 

Con letras muy trabajadas, plenas de imágenes oníricas, metáforas existenciales, nostalgias amorosas, una atemorizante zoología y un rock atmosférico que se movía entre el dark progresivo y lo alterno lanzaron su primer álbum en 1999.

 

Para estar cerca de la acción y de los modernos estudios de grabación se trasladaron a Oslo, donde rápidamente se rodearon de la bohemia literaria y teatral. Afinaron su sonido y sus miras artísticas.

 

Su música se caracterizó desde entonces por un tono de desolación y oscura melancolía. Tal como los paisajes de su tierra lejana. El romanticismo de su estilo tuvo buena recepción y el siglo XXI los recibió con los brazos abiertos.

 

El sonido de Madrugada evitó los recursos habituales del dark wave, tales como la música fantasmagórica con muchos efectos y distorsiones digitales. El suyo se fundamentó en lo musical con una importante base de guitarras tanto eléctricas como acústicas o el piano, en sus álbumes más sofisticados. Sus letras, como ya mencioné, cuidadas en extremo y por ello se les suele comparar con Nick Cave o los Tindersticks.

 

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Consolidada su carrera como grupo varios miembros del mismo concretaron, a su vez, algunos proyectos como solistas o con formaciones paralelas, para dar salida a materiales con expresiones particulares diferentes a las manejadas en Madrugada

 

El cantante Sivert Hoyem hizo un disco con otra parte de sus poemas, titulado Exiles, mientras que el guitarrista Robert Buras creó la banda My Midnight Creeps, de rock duro. No obstante, este último se encontraba al final de una gira con dicha banda cuando uno de los deportes más populares del país le pasó la factura: el suicidio. Esto ocurrió el 12 de julio del 2007, en Oslo.

 

Al morir Buras estaba por producirse el siguiente álbum de Madrugada. Tenían los materiales grabados por éste, pero la banda se cuestionó seriamente continuar como tal dada la cercanía familiar entre sus miembros.

 

El golpe había sido brutal e inesperado. A pesar de ello su productor logró convencerlos y entraron al estudio para grabar en su honor el siguiente disco de nombre homónimo: Madrugada, el sexto. Hicieron una atormentada gira con dicho contenido y luego, tras un par de años lanzaron The Best of Madrugada (2010), pero aún continuaba la incógnita sobre un próximo retorno, el cual finalmente se realizó en el 2022 con Chimes at Midnight.

 

De cualquier manera sus palabras aún reverberan: “Que no te engañe la mirada ni el corazón se exceda/ al robarte la memoria de la sangre./ Frente a ti yace el mar./ Sólido y rotundo como antaño fuera sobre el fuego de la tierra./ Pero este mar llora en la ladera del tiempo/ y su frialdad no cede ante nuestras voces/ huellas de asfalto y carretera./ Que no te engañen tus ojos rociados por sales de plata./ Esta quietud soberbia/ imita la negrura de las olas y a ellas acuden/ fugitivos de la noche eterna,/ su hielo y su misterio.

 

VIDEO SUGERIDO: Madrugada – Blood Shot Adult Commitment, YouTube (MoreTen)

 

 

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BABEL XXI-620

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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BLUES EN TEXAS

(UN ESTILO)

 

 

 

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.

https://www.babelxxi.com/620-blues-en-texas-un-estilo/

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JAZZ: WYNTON MARSALIS

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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FUNDAMENTOS Y PRIMERAS OBRAS

«Louis Armstrong dijo que la temprana música de Nueva Orleans es el cimiento del jazz y que entre más se acerca uno a tocar así, más se acerca al jazz. Al leerlo la primera vez, pensé que sólo quería que todo mundo tocara el viejo estilo. No se refería a eso. Se refería, en primer lugar –conjeturé–, a la concepción comunal de la improvisación. Mucha música llamada jazz no tiene eso. En segundo lugar, un ritmo orientado al baile, cierto compás y actitud en el ritmo, un swing, optimismo frente a la adversidad, no el concepto de la explotación comercial. En cuarto lugar, una especie de carácter mundano en la concepción de la música, mejor representado por Duke Ellington.

«La suya es una obra muy sofisticada que maneja música procedente de todo el mundo, que aborda cierto tipo de virtuosismo y sofisticación en términos de técnica desarrollados por la música de Nueva Orleans. Con ella trataba los elementos esenciales: la llamada, la respuesta, los obligados del clarinete, el blues, el gruñido de los trombones, un swing feliz, el misterio de la música, la melancolía… Duke Ellington es el jazz. Hablo de él porque representa de manera completa lo que el jazz es realmente: la piedra de toque de la improvisación grupal, la vocalización y el optimismo del swing».

WYNTON MARSALIS (1982):  Luego de su impresionante aparición en los Jazz Messengers de Art Blakey en 1980, el joven trompetista oriundo de Nueva Orleans (nació en Kenner, Louisiana, el 18 de octubre de 1961) hizo su debut discográfico a los 20 años con el álbum que lleva su nombre, para la CBS bajo la producción de Herbie Hancock.  De salida ganó el título de «Músico del año» otorgado por la revista especializada Down Beat.

Su estilo virtuoso (producto de sus estudios de música clásica, en la que también ha grabado) evocó sin restricciones a sus ídolos teóricos y prácticos y a los grandes trompetistas del bop como Dizzy Gillespie, Clifford Brown y al revolucionario Miles Davis. La mitad de esta obra fue grabada con Ron Carter (bajo), Tony Williams (batería) y Herbie Hancock (teclados) y con el grupo de Marsalis en la segunda parte. Más adelante en el mismo año, Wynton y Branford Marsalis (sax) aparecieron con su padre, Ellis (pianista), en el disco Fathers and Sons.

THINK OF ONE (1983): Producido por el propio Wynton. Continúa la veneración por la era del bop. La pieza del título es una gran composición de Thelonious Monk, interpretada brillantemente por el trompetista, lo mismo que «Melancholia» de Duke Ellington, a la vez que presenta algunas composiciones de su cosecha, de las cuales la más destacada es «Later».

HOTHOUSE FLOWERS (1984): Prosigue la veneración y se hace patente su cuidadosa actitud interpretativa. El L.P. contiene acompañamientos de cuerdas para sus inmaculadas versiones de piezas clásicas, tales como «Stardust» y «When You Wish Upon a Star» del compositor Hoagy Carmichael.

BLACK CODES (1984): Ahora ya tiene 23 años el genial trompetista. Gana un premio tras otro y presenta este cuarto L.P. como solista de jazz (paralelamente ha obtenido también premiaciones por sus grabaciones de música clásica). No obstante, su vertiginosa carrera aún parece estar en los comienzos. Hasta la fecha sólo ha sacado un jazz de calidad comprobada desprovisto de nuevas ideas, pero con un asombroso virtuosismo en su manejo de las formas convencionales. Ha demostrado madurez e inspiración no sólo como trompetista sino también como compositor. Sus raíces estilísticas se encuentran en el bop pos-Miles Davis: claro, con mucho swing y perfección calculada.  Poco espacio a la espontaneidad, pero con tal cantidad de intelecto que hasta estorbaría. Su hermano Branford toca los saxofones.

MARSALIS STANDARD TIME (1987): Es soberano el manejo que la elegante estrella de la trompeta hace de una docena de reverenciados temas clásicos, desde «Caravan» hasta «Cherokee». Los nuevos, jóvenes y talentosos integrantes de su cuarteto tocan como el maestro: con virtuosismo y sofisticación, pulidos y muy cool. Alta cultura en lugar de entertainment negro.  Sólo las baladas transmiten algo más que el simple deseo de impresionar con la velocidad, los trucos armónicos y las innovaciones rítmicas. «Autumn Leaves» sobresale por su acelere, un poco a contra swing.

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Wynton Marsalis

THE MAJESTY OF THE BLUES (1989): Cuando el clan de los Marsalis entra en acción, siempre empieza a oler a Grammy. Tuvo que ser el homenaje al jazz tradicional de su ciudad (Nueva Orleans) el que sacara al trompetista Wynton de la solemne asimilación de su pasado. Se suelta y toca con humor, imaginación ejemplar y absoluta contemporaneidad, entre una marcha fúnebre y el blues (al cual Wynton nunca ha reducido a un esquema simplista y fácil).

THE RESOLUTION OF ROMANCE (1990): «Mi padre me enseñó que en la música sólo es posible lograr algo nuevo si se aprecian y dominan las obras de los grandes», afirma Wynton Marsalis. Fiel a estas palabras, el talentoso jazzista presenta obras de los grandes equipos de composición Rodgers/Hart, Lane/Lerner y Hillard/Mann. Acompañado por su padre en el piano y el discreto apoyo del bajo acústico y una batería tocada con escobilla, Wynton demuestra ser un maestro en estas piezas de los años cuarenta y cincuenta, las cuales forman parte –casi todas– también del repertorio de Frank Sinatra. Los clásicos como «Where or When» e «In the Wee Small Hours» logran una expresión absoluta de armonías y elegancia estilizada y conmovedora con estos arreglos escuetos y el tono suave y matizado de la trompeta de Wynton.

INTIMACY CALLING (1991): En este disco presenta una docena de brillantes clásicos. En «I’ll Remember April» Todd Williams toca el sax tenor y en «Crepuscule With Nellie» de Thelonious Monk, Wes Anderson se encarga del sax alto. En tres piezas Marsalis toca con sordina y demuestra ser un maestro también en esta técnica: en su propia composición «Indelible and Nocturnal», «Lover» de Rodgers y Hart y «When It’s Sleepy Time Down South», la cual es tratada con el mismo estilo viejo como «Bourbon Street Parade» de Paul Barbaris. Cada pieza recibe su propio tratamiento y desarrollo musical.

TUNE IN TOMORROW, THE ORIGINAL SOUNDTRACK (1991): las composiciones realizadas para esta película ponen de manifiesto el apego a la tradición tan proclamado por el trompetista. Se escucha una auténtica música de desfile callejero de Nueva Orleans, piezas que suenan como dixieland de los años treinta (y que así evocan claramente el ambiente de los locales del barrio francés), arreglos estilo Ellington («Big Trouble in the Easy») o reminiscencias de Mingus («Crescent City Crawl»). Se luce más como arreglista y compositor que como trompetista. Acompaña a los cantantes Shirley Horn y Johnny Adams.

SOUL GESTURES IN SOUTHERN BLUE VOLS. 1-3 (1991): Tres nuevos álbumes seriados dedicados a la tradición del blues sureño: Volumen 1, Thick in the South (con Elvin Jones y Joe Henderson); Volumen 2, Uptown Roller (el lado espiritual del blues sofisticado); y Volumen 3, Levee Low Moan (una grabación complementaria del espléndido The Majesty of the Blues.

Y sólo comenzaba…

VIDEO: Second Line (Joe Avery’s Blues) – Wynton Marsalis Quintet featuring Hank O’Connor and Frank Vignola, YouTube (Wynton Marsalis)

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RIZOMA: BALKAN BEAT

  Por SERGIO MONSALVO C.

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Exótica y peligrosa. Esos han sido siempre los calificativos para definir una región del planeta plagada de leyendas y en constante conflicto, porque ahí es donde se entrelazan Oriente y Occidente. Desde Drácula y los gitanos hasta el terrorismo y la creación del concepto “balcanización” (división política violenta y artificial), aquella zona del sureste europeo ha dado de qué hablar constantemente por su sino fatal y dramas humanos centenarios.

El exotismo que la caracteriza tiene que ver con el cruce étnico, cultural y geográfico de la más diversa índole. Cordilleras, valles, ríos, mares, puertos, ciudades y bosques con nombres evocadores y sugerentes como Dardanelos, Bósforo, Mar Negro, Egeo, Danubio o Mediterráneo, hablan de los ricos y complicados antecedentes de casi una decena de países: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Grecia, Macedonia, Montenegro, Serbia, Kosovo y una parte de Turquía.

A ellos se agregan otros que, aunque no están considerados dentro de la región, sus lazos históricos también los aglutinan: Ucrania, Rumania, Eslovaquia, Croacia, Hungría, Eslovenia y Moldavia. Un territorio de más de un millón de kilómetros cuadrados de extensión, aproximadamente.

La Península de los Balcanes con todos estos elementos ha generado manifestaciones artísticas múltiples, como el balkan beat, por ejemplo. En materia musical sus ecos vienen de muy lejos en el tiempo, tanto como la existencia de los zíngaros y romanís. Cada país ha dotado a la sonoridad conjunta su folclor y tradiciones, tanto como de los ajenos

Aunque el balkan beat procede de un territorio convulso en el que abundan las etiquetas nacionalistas (serbios, croatas, bosnios, kosovares, etcétera) se considera un sonido sin patria definida. Y no lo puede ser porque muchos de los países que han aportado algo a su estructura ya no existen, han sido divididos o ya tienen un nuevo nombre. La nacionalidad de dicho sonido sólo permanece en algún rincón de la música y en la memoria de quienes la componen actualmente.

Sus intérpretes han optado por pensar que si su país ha desaparecido eso significa un descubrimiento: el de saber que tal cosa no existía; que no era algo geográfico, sino emocional. Y ya no se sienten representes de una nación o un Estado. Sólo de ese territorio emocional humano que es la música y que ésta no tiene nada que ver con la política o la religión que todo lo retuercen.

 

Para el balkan beat la música es un lenguaje anterior a la palabra y la suya está hecha de mezclas, interrelaciones e híbridos en una zona donde los muy nacionalistas y fundamentalistas exigen pureza. Por lo tanto, es combatido como si del “mal” mismo se tratara. El balkan beat está antes que los lenguajes, la religión y la política. Algo inconcebible para quienes creen tener siempre a Dios de su lado.

 

En aquella zona del mundo con esta música siempre se canta alguna melodía escuchada de los ‘enemigos’ y siempre se oye alguna de las propias en labios de ellos. Es algo normal, histórico. Durante cuatro o cinco siglos ha sido vértice entre católicos, ortodoxos y musulmanes.

VIDEO SUGERIDO: Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra – Unza Unza Time, YouTube (quartcity)

Es un sitio donde todo encarna a Frankenstein. Cualquier asunto cultural lleva un Frankenstein dentro. Es inevitable. Pero las guerras para imponer fronteras hasta en el pensamiento o los sentimientos, además de masacrar gente, quemar casas, intentan aniquilar una infraestructura cultural, edificada por los hombres con gran dificultad durante mucho tiempo.

Sin embargo, ha sido en la actualidad del siglo XXI que la diáspora balcánica se ha dilatado hasta alcanzar cada rincón del mundo pese a los muchos momentos aciagos que han padecido sus poblaciones. Quizá por ello su música en general, además de ser un imán sonoro, es tan furiosamente extrovertida en lo alegre y festivo tanto como en lo triste y carnal, según la ocasión y ceremonia.

Los sonidos agitanados, los ritmos frenéticos, la improvisación, la fusión de voces búlgaras, pop rumano, klezmer moldavo, la música de mariachi, el tex mex, el rock y reels lingüísticos con los matices hindús y mediterráneos de su actualidad mezclan los instrumentos tradicionales con los tecnológicos (trompetas, tubas, sousafones, oboes, acordeones, guitarras, mandolinas, saxofones, clarinetes y teclados avant-garde, entre ellos), lo cual da como resultado los balkan beats contemporáneos que ya se escuchan en clubes, auditorios y celebraciones por doquier.

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A la difusión han contribuido varios elementos. Por un lado, la facilidad de las comunicaciones debida a la globalización; por otra, la grabación y distribución de dichas expresiones por parte de compañías discográficas independientes, así como la relación interdisciplinaria con el cine.

En este último rubro ha tenido un papel muy destacado el cineasta y músico serbio Emir Kusturica, quien con diversos filmes como Dom za vesanje (Tiempo de Gitanos), Arizona Dreams, Underground y The Good Thief, por mencionar los más destacados, ha puesto en el mapa mundial aquella música.

Tales películas muestran las realidades de la zona: la guerra eterna, los embrollos étnicos, la debacle de las economías, pero también cómo las culturas han sabido llevar todo eso y sobrevivido. Es un panorama de esa intersección geográfica acompañado por música comunitaria, electrizante y de éxtasis anímico (en colaboración con el compositor Goran Bregovic).

Los soundtracks de las mismas dieron paso al descubrimiento, a la secuela y a la explosión demográfica de grupos que interpretan los balkan beats por todo el planeta. Entre los primeros se encuentra la agrupación de la que era parte Kusturica –como bajista– y que acompañó sus bandas sonoras: The No Smoking Orchestra. Banda de culto que interpretaba la música balcánica con humor y sátira política enmarcada por el punk rock gitano.

Entre las formaciones tradicionales precedentes al movimiento se encuentran Taraf de Haïdouks. A pesar del sinnúmero de bandas que existen en Rumania, a ambos lados de los Cárpatos, ésta se ha distinguido por su reputación. Son intérpretes oriundos de Clejani (al suroeste de Bucarest), quienes en 1988 produjeron su primer disco in situ para el sello francés Ocora y de ahí brincaron a la internacionalización.

Derivados pedestres de esta agrupación cada verano se dispersan por Europa occidental y son el espectáculo de plazas y calles de las distintas ciudades.

Las obras de éstos y otros músicos empezaron a conocerse y a ser buscadas por los muchos seguidores de la diáspora balcánica, quienes la han elevado al horizonte popular en el mundo entero. Así, hoy son conocidos la Boban Markovic Orchestra, Gogol Bordello, Shantel, Miss Platnum, Fanfare Ciocarlia, Ahmed má Hlad, la Brass Band o las antologías de las Balkan Beat Box, entre otros muchos ejemplos.

 

VIDEO SUGERIDO: Balkan Beat Box – HERMETICO LIVE, YouTube (peasantdisco)

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