LIBROS: ANA RUIZ

Por SERGIO MONSALVO C.

Ana Ruiz (Portada 2)

 SUEÑOS EN TRANSICIÓN*

(ENTREVISTA)

El jazz (en su forma más free) es aquello que permanece de un sueño en la vigilia. Es una reverberación mental completamente afectiva que se anida en la memoria. Si no, ¿cómo explicar que podamos captar, de manera precisa, el eco de una música de la cual no se escribe ni una sola nota, ni se pinte su color?

Es un desdoblamiento poético que se fija en el espíritu como un goce fugaz de recuerdo imperecedero. Algunos mortales son capaces de recrearse en ello. Uno de éstos lleva por nombre Ana Ruiz. Es una pianista, pionera del género en un país reacio, que nació en la Ciudad de México el 2 de agosto de 1952.

Ella sabe que sólo equivale a la intimidad de un pianista la voluntad de comunicación. Una paradoja. Una sublime paradoja. Más aún cuando los aplausos estallan a causa del silencio tras su música. Los polvos mágicos que se disuelven en el fondo de un licor divino.

Ella sabe que su sueño jazzístico es forma pura y virgen, al que va levantándole sus arquitecturas sobre tinieblas frescas y significativas de las que surgirá flora y a veces lienzos alegóricos. Como el personaje de la Cantante Calva de Ionesco, que siempre se apresura a recomenzar.

Ana alguna vez fue calva. Por lo tanto comprende que el más hermoso de los ejercicios físicos y espirituales es la peregrinación por esas formas territoriales de circulación personal, secreta, de virginidad en los signos.

El viaje con todos los sentidos despiertos, con el cuerpo aligerado por la marcha: estado en el que todos los dispositivos de la intuición funcionan. La tarea es dejarlos despertar, flotar, emerger de sí misma, como un desprendimiento astral.

Ella sabe que tales formas se convierten en manos sobre las teclas, con intenciones conmovedoras, ardientes, frágiles o fuertes. En libertad plena. Y lo sabe por sus ojos obsesivos, brillantes órganos de la adivinación.

La posibilidad de vidas múltiples y simultáneas, en notas diversas, como mundos en metamorfosis. Modalidades rítmicas, armónicas, melódicas. Cada una como objeto único que busca cabalgar en la imaginación. Pasa de uno a otro paisaje. El éxtasis está en la forma que los reúne: el free.

Todo cede ante su facultad de verse, de ver esas manos, de pasar de una vida a otra, de no consumirse en una sola. Ella lo sabe.

S.M.: Ana, ¿cómo se dio en tu caso el aprendizaje de la música?

A.R.: “En mi familia hay muchos músicos. Mi abuela era pianista, ella estudió el instrumento con [Alba Herrera] Ogazón y le encantaba tocar. Yo de muy chiquita le daba vuelta a las hojas mientras ella tocaba, iba leyendo la partitura y la disfrutaba con ella. Tocaba cosas maravillosas y las gozábamos. Un tío por parte de mi abuela era Carlos Chávez. Yo estudié música con Otilia, su esposa, y ésta nos dio clase a todos mis primos y hermanos. Yo aprendí a tocar con un teclado mudo. En él recibí toda la técnica. Una vez con estos elementos nos pasaba al piano, al piano acústico, nos daba solfeo y enseñaba a mover los dedos. Después me metí al Conservatorio Nacional junto con mi hermana Citlali, ella estudiaba viola. Mis otros hermanos estudiaron guitarra y oboe respectivamente. En la familia siempre oímos música clásica. La popular estaba vetada, aunque yo la escuchaba a escondidas”.

S.M.: ¿Cómo fuiste de niña, cómo fue la relación con tus padres?

A.R.: “Muy buena, muy amable. Siempre fui rebelde, siempre quise hacer cosas y todas mis emociones y demás iban a parar al piano, las volcaba en él. Mis padres gozaron mucho esta situación, siempre les gustó que tocara”.

S.M.: ¿Tu padre a qué se dedicaba, a qué se dedica?

A.R.: “Mi papá ya murió. Era campesino y fue compositor de boleros, de guarachas, etcétera. Le encantaba hablar sobre su pueblo, sobre el campo, las mujeres, el amor por Jalisco”.

S.M.: ¿Cuáles fueron tus discos favoritos primero como niña y luego como adolescente?

A.R.: “Beethoven me gustaba muchísimo, Dave Brubeck, lo mismo que los Rolling Stones. Los Beatles nunca fueron de mi agrado, no eran algo que me emocionara, como los Doors, por ejemplo. En la casa teníamos que oír otro tipo de cosas, pero en una recámara nos escondíamos todos los hermanos y poníamos el radio para oír a los Doors y cosas así, que eran raras o muy nuevas”.

S.M.: ¿Tienes algún disco entrañable para ti que haya causado cambios en tu vida?

A.R.: “Sí, claro. Los de Ornette Coleman y de Cecil Taylor. A este último lo entendí desde muy joven. La gente me decía: ‘Es un loco que nada más aporrea el piano’. Pero yo realmente siempre lo entendí. Tenía una estructura y un desarrollo. Había un juego y se reía del mundo, gozaba al hacerlo. A mí Cecil Taylor me cambió muchísimo. Sus primeros discos me hicieron decir: ‘¡Guau!, ¿qué es esto?’. Desde entonces he oído mucha música, pero ya no hay un disco que me llame la atención, en el que me haya clavado, ya no”.

S.M.: ¿Cuál es tu definición particular de la palabra jazz?

A.R.: “Es la forma que tienes para platicar sobre ti. Desde cómo te despertaste ese día hasta cuál es tu dolor más grande en el mundo. Es la manera de expresarlo y de decir ‘aquí estoy’”.

 *Fragmento de la entrevista, publicada originalmente en el blog Con los audífonos puestos, bajo el rubro Ana Ruiz de la Serie Ellazz (.mex), que realicé el día 20 de febrero del 2001. Tras la publicación del libro Tiempo de solos (que edité junto al fotógrafo Fernando Aceves) quería continuar el proyecto de hacer más perfiles de los jazzistas mexicanos, Ana era parte de esa continuación. Sin embargo, los planes cambiaron. Vine a vivir al extranjero y aquello quedó trunco. Desde entonces no había tenido noticias de ella hasta que me encontré con una muy breve referencia on line en la revista número 17 del Instituto de Estudios Críticos y de la cual hago referencia a continuación:

“Pianista y compositora mexicana dedicada a la improvisación y el free jazz desde 1973. Ha formado parte de los grupos Jácara, Baile y Mojiganga, Atrás del Cosmos, La cocina, Radnectary La Sociedad Acústica de Capital Variable. Ha compuesto música para películas, coreografías, y documentales. Desde febrero de 2015 comienza, con el auspicio de la Fonoteca Nacional, la recuperación de la música del grupo Atrás del Cosmos para editar varios discos compactos con el interés de dejar una constancia histórica y dar a conocer este grupo al mundo”.

 

Ana Ruiz

Una entrevista de

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Palabra de Jazz”/18

The Netherlands, 2020

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LIBROS: AMSTERDAMAS

Por SERGIO MONSALVO C.

 AMSTERDAMAS (PORTADA)

 AMSTERDAMAS

(POEMARIO)*

 El dios nórdico de las pequeñas cosas me las ha obsequiado desde mi llegada a estos lares. Debo decir que lo ha hecho de forma infalible y en algunas ocasiones hasta en exceso, sobre todo cuando sus dádivas ya no son únicamente de visión sino con el complemento extra del arte, en alguna de sus formas: pintura, música, canto, arquitectura urbana…

En este último rubro con el escenario de la propia ciudad, Ámsterdam, cuyo nombre evoca en mí la imagen y el sentir táctil de la porcelana. Algo tan lejano de un dique. Esa alegórica porcelana puede ser el hecho de la caminata, una comida “exótica”, un café bebido al azar, un concierto esperado, una película en el interior de la filmoteca, una sorprendente exposición en un museo, esa tienda de discos que es mi nirvana, un canal bello e inesperado, el paisaje citadino mismo…

Ámsterdam es una gran dama, luminosa, malévola a veces, pero siempre generosa con sus despliegues. Se siente, como escribiera Dayna Kurtz, sobre ella: “September, whatever Amsterdam in the rain/ Walked around for miles/ No one here knows my name/ (…) Never felt so free all my life/ I know I’m a stranger here/ And I’m not looking down/ And if I am, it’s because of/ My Amsterdam Crown…”

 

*Texto introductorio al poemario inscrito en la Editorial Doble A y cuyo contenido he publicado también en el blog Con los audífonos puestos, por entregas, en la categoría “Tiempo del Rápsoda”.

 

Contenido

Black & Blue

  1. C. Blues

Hadewijch & Ik

Answers (Respuestas)

Throw it Away (I)

Throw it Away (II)

 

 

Amsterdamas

Sergio Monsalvo C.

Colección “Poesía”

Editorial Doble A

The Netherlands, 2019

 

 

 

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BABEL XXI – SINOPSIS (9)*

Por SERGIO MONSALVO C.

BABEL XXI (FOTO 1)

(41-45)

SINOPSIS 9 (FOTO 2)

BXXI-41 INDOCHINA

El proceso de variaciones concomitantes en la zona del Lejano Oriente, cuyo aspecto más evidente es la occidentalización, entiende a ésta como una manera de adecuarse a modelos musicales norteamericanos o centroeuropeos (desde el jazz y swing hasta el ye-yé o el go-go), los cuales entretejen sus influencias con parámetros estéticos bien definidos de la cultura popular de la localidad de que se trate (Indonesia, Tailandia, Vietnam, Camboya, Singapur, Japón o Malasia). Todo ello es una muestra de hipermodernidad sin sentimientos nostálgicos o de impuesta culpabilidad (por lo políticamente correcto llamado “apropiación cultural”), frente a una realidad en la que deben convivir la tradición purista y la instantaneidad mediática de la vida de los jóvenes por aquellos lares.

VIDEO SUGERIDO: Come Back To Me – Chang Siao Ying, YouTube (benlind)

SINOPSIS 9 (FOTO 3)

BXXI-42 GARE DU NORD

Los integrantes de Gare du Nord como músicos, DJ’s y productores del dance floor electrónico, vieron en el título de su proyecto gran variedad de vasos comunicantes, los cuales a su vez serían las diferentes capas que construirían su sonido en el hipermoderno siglo XXI: multigenérico, intercultural y pleno de atmósferas y texturas tan rítmicas como relajantes, creadas en el Real People Studio. Los binomios (en colaboración) son su sostén y razón de ser y contienen lo abarcado entre el blues y el jazz electrónico; el estadio cool de Miles Davis, la emotividad de Marvin Gaye (es decir, terciopelo y soul) y el mundo que habita entre el e-jazz y el esteticismo del film noir francés.

VIDEO SUGERIDO: Gare du Nord – An Evening f Sex’N’Jazz – 7 april in theater het Kruispunt, YouTube (TheaterhetKruispunt)

SINOPSIS 9 (FOTO 4)

BXXI-43 NEO-SOUL

Los ingleses (en este caso inglesas) lo han vuelto a hacer y en grande, como siempre. Con una especie de tirabuzón histórico han retomado una y otra vez las músicas desechadas u olvidadas que los estadounidenses suelen relegar en los áticos o sótanos de su música popular. Las británicas Joss Stone, Amy Winehouse, Duffy, Adele y Alice Russell revisitan una de estas músicas y le dan la vuelta de tuerca justa para canalizar y desarrollar una nueva corriente, fomentar un movimiento y hasta iniciar un subgénero. Así es, en el nuevo siglo ha sucedido algo semejante a las pasadas décadas con otros estilos musicales. Hoy le ha tocado a ellas, con el neo-soul, refrescar a ese género tradicional.

VIDEO SUGERIDO: Duffy – Well, Well, Well (Live at Café de Paris, 2010), YouTube (DuffyVEVO)

SINOPSIS 9 (FOTO 5)

BXXI-44 POP DE CÁMARA

El Pop de Cámara es un estilo que requiere tanto de armonías vocales como de elementos instrumentales como el harpsicordio, el oboe, la flauta, el violín, el cello, la viola, el arpa o el corno francés, entre otros. Así como de orquestaciones de la música clásica (del periodo barroco y del consecuente romanticismo). Lo más característico de su actual andanza es el afán incluyente (tanto de tiempos como de espacios) y sus aportadores se inscriben desde el indie pop al alternativo, pasando a veces por el pantano de las listas de popularidad sin ensuciarse las alas, y con una infinidad de intérpretes y matices, entre cuyos ejemplos señeros están los de Divine Comedy y John Grant.

VIDEO SUGERIDO: The Divine Comedy, Something For Thr Weekend, YouTube (The Divine Comedy, Official)

SINOPSIS 9 (FOTO 6)

BXXI-45 SEÑOR COCONUT

El Señor Coconut ha emprendido una cruzada moral por llamarla así. La suya está inspirada en una nostalgia sibilina que busca la obtención de cosas tales como la justicia social y cronológica para los géneros del hoy –techno o rock–, que bajo su punto de vista deben afincarse de manera profunda y sensible en el heráldico lema de que “todo tiempo pasado sonó mejor”. Coconut, pues, camina hacia atrás con pasito tun-tun. Es una marcha épica, armada con laptops, marimbas y tumbadoras, que avanza con la reversa de un vehículo en cuya radio se escuchan los ecos de la High Fidelity (Alta Fidelidad) y el entrechocar de los hielos del Highball (ese coctel tan refrescante y mambosamente festivo).

VIDEO SUGERIDO: Senor Coconut – The Robots (Kraftwerk Cover), YouTube (Nacionalrecords)

*BABEL XXI

Un programa de:

Sergio Monsalvo C.

Equipo de Producción: Pita Cortés,

Hugo Enrique Sánchez y

Roberto Hernández C.

Horario de trasmisión:

Todos los martes a las 18:00 hrs.

Por el 1060 de AM

96.5 de FM

On line por Spotify

Radio Educación,

Ciudad de México

Página On line:

http://www.babelxxi.com/

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BIBLIOGRAFÍA: SONGBOOK I

Por SERGIO MONSALVO C.

SONGBOOK I (PORTADA)

(HISTORIA DE UNA CANCIÓN)*

Las canciones del rock, del pop, los standards del jazz, a partir de los años cincuenta del siglo XX –fecha en que se empezó a documentar su trascendencia en las listas de popularidad— se han significado como una matriz de la cual todos los comportamientos tradicionales con respecto a las obras musicales salieron bajo una forma distinta.

Una que rara vez –con casos excepcionales e históricos– ha rebasado los cinco minutos de duración, y que se convirtió en terreno fértil para el uso de muchos buscadores de una educación sentimental y emocional. Con las canciones de aquellos géneros surgió una nueva subjetividad, tanto social como psicológica y, sobre todo, romántica.

Los temas de estas piezas se convirtieron en una especie de arquitectura comunitaria; un arte cuya recepción ha sido consumida por una colectividad en estado de “distracción”. Representan el acceso compartido de una sensación en un mundo que mantiene separada y a distancia a la gente con sus problemas.

Desde el comienzo, la experiencia de escuchar a un grupo o a un solista interpretando una canción fue como oír los propios sentimientos y enfrentarlos a la divulgación. Apareció un YO social diferente como resultado de esta noción.

Se dio el hecho de una catarsis nunca antes vista (baste el ejemplo de la conmoción causada por los Beatles durante sus conciertos en la década de los sesenta).

La música popular contemporánea, con el rock a la cabeza, ha alcanzado emociones y objetivos profundos. Ha hecho visible la cruda manera filosófica mediante la cual nos afectan las cosas. Ha abierto un nuevo espacio para el conocimiento de lo que se han dado en llamar “los sentimientos”.

No sólo románticos, sino existenciales, de estar en el mundo y frente a él. Las canciones han sido –y son– el espacio del placer estético contenido en una obra de dos o tres minutos, a la que se ha denominado como single o sencillo.

*Texto de la introducción al volumen Songbook I de la Editorial Doble A, colección de textos publicados de forma seriada a través de la categoría “Historia de una canción” en el blog “Con los audífonos puestos”.

SONGBOOK I (PORTADA)

Songbook I

(Historia de una canción)

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2021

SONGBOOK I

(CONTENIDO)

1.- “Hotel California”

2.- “Hungry Hearts”

3.- “I’m a Believer”

4.- “Key to the Highway”

5.- “Layla”

6.- “Like a Rolling Stone”

7.- “Louie Louie”

8.- “Purple Haze”

9.- “Perfect Day”

10.- “Sex & Drugs & Rock & Roll”

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BIBLIOGRAFÍA: ANHELO DE FINITUD*

Texto de SERGIO MONSALVO C.

Fotos y Esculturas: GUSTAVO RAMÍREZ CRUZ

ANHELO (FOTO 1)

 (ESTÉTICA DARK)

Necesarios y útiles resultan todos los horrores para quien desea conocer al hombre en sus extremos. La visión de esos cuadros es de gran ayuda para el desarrollo del perfil humano. Tal vez nuestra ignorancia en la ciencia del conocimiento de los seres humanos se deba al estúpido falso pudor de quienes no se han atrevido a escribir sobre ello.

Encadenados a sus prejuicios y temores, se limitan a relatar puerilidades que todos conocemos, sin aventurarse a bucear en los siniestros laberintos, plagados de fantasmas, del alma humana, ni a describir y a comunicar sus descubrimientos a sus semejantes.

Los hacedores del rock gótico o dark sí lo han hecho. Algunos de sus seguidores también. La prisión de la vida que delatan es la imagen de la soledad de un universo habitado por las monstruosas criaturas que atormentan el espíritu.

ANHELO (FOTO 2)

Los darkies son el símbolo de la incomunicación o, mejor dicho, el deseo de alcanzar una comunicación imposible. Y acaso sea esa la razón por la que, en un desesperado intento por establecerla, se asocian entre sí para entregarse a la orgía de sus conocimientos elitistas.

Una perversión artística y cultural que lo es tanto en el delirio de sus pasiones como en su pálida calma. En todo caso, los señalamientos que caen sobre los semejantes se convierten en placeres para ellos. Presos de sí mismos buscan la comunicación imposible en el supremo orgasmo que, de acuerdo con su mitología, estremece los últimos instantes de quienes se conectan con la muerte.

ANHELO (FOTO 3)

El apartado gótico propicia que el miedo sea sacado del reino de lo convencional y elevado a la negra nube que se cierne sobre el destino mismo de la humanidad. Así, ciertos extraños pensamientos ligados a otras dimensiones trascienden los cuidados habituales y por un instante pleno de música se asoman a un paraíso particular, disipando las nieblas que enturbian y obstaculizan la visión de la oscuridad.

Vivir, escribió alguna vez el escritor noruego Henrik Ibsen, es combatir contra los seres fantasmales que nacen en las cámaras secretas de nuestro corazón y de nuestro cerebro. Para los rockeros góticos, la estancia en lo tenebroso es acercarse a esos seres fantasmales, juzgarse a sí mismos y poetizar. ¿Cómo? Llevando al extremo contrario lo que acosa las mentes de nuestro tiempo: el aspecto egoísta de la permanencia.

El conocimiento científico nos ha enseñado que el mundo es en realidad discontinuo; que la noción de vida no es más que un existir entre los momentos de un tiempo dividido y que éste se transforma del sueño a la vigilia. Así, el aspecto último del mundo y del conocimiento es la muerte: un saber del que se puede sacar un placer ignoto.

ANHELO (FOTO 4)

Esta visión pasional no produce seres enteros, finos, valientes o aventureros. No. La flor de este género es el placer de la negación, entre otros. Por ende, tal forma de pensamiento se vuelve absoluta, mientras que los hedonistas sólo buscan la muerte para evitar el dolor.

En esencia los personajes góticos son seres románticos florecidos en el pensamiento de John Donne, Coleridge, William Blake, Edgar Allan Poe, Lovecraft, Velvet Underground, Patti Smith, Iggy Pop, Cocteau Twins, Dead Can Dance, Joy Division, New Order, Bauhaus, X-Mal Deutchland, Peter Murphy, Love Spirals Downwards, Masochistic Religion, Fields of the Nephilim, Glod, Human Drama, etcétera, etcétera… quienes los sujetan y llevan de la mano hacia el concepto del no ser o al hastío de la vida.

ANHELO (FOTO 5)

Los que han podido diferenciarse y dejar de ser ellos mismos saben aplicar su «voluntad zombie» a la creación estética y han engendrado música fantasmal y mórbida, en donde proyectan a esos seres que en otros se ocultan.

Esos extraños que nulifican la actividad están ahí, en la isla que es la vida rodeados por un mar desconocido y creciente. Los roqueros ocultistas de fin de siglo les tienden la mano. Tales roqueros, cuyo cerebro es perseguido por fantasmas, representan un momento de la evolución intelectual, como muchos artistas de nuestro tiempo, y no tienen otra locura que no sea ésa.

ANHELO (FOTO 6)

Quieren interesar a personas a quienes ven deformadas, para que éstas se vean proyectadas en el arte. Escriben canciones que así lo hacen y logran que algunos escuchen sus poemas como ellos los conciben. Su fijación está en el placer por la morbidez y la extrañeza y las recrean en el arte.

Los rockeros góticos hacen nacer seres terribles en las cámaras secretas de su corazón y de su cerebro, pero en la gestación se han vuelto poetas y con ello se han trascendido a sí mismos. Porque a la postre, como escribiera William Blake, la melancolía tiene corazón humano y el corazón humano es una garganta hambrienta.

*Este texto forma parte del libro Al Compás de la Parca (La Muerte en el Rock), publicado por la Editorial Doble A, y por entregas en el blog Con los audífonos puestos.

Fotos y Esculturas: Gustavo Ramírez Cruz

http://www.gustavoramirezcruz.com

Al Compás de la Parca

(La Muerte en el Rock)

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2021

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FRIEDRICH DÜRRENMATT

Por SERGIO MONSALVO C.

Friedrich Dürrenmatt (foto 1)

 EL AZAR Y EL CRIMEN COTIDIANO*

En uno de los municipios cercanos a la ciudad de Berna, el de Konolfingen, nació el escritor suizo Friedrich Dürrenmatt en 1921. Hasta el nivel de preparatoria realizó sus estudios en la capital de aquel país. Los cursos universitarios de teología, filosofía y germanística los alternó entre esta ciudad y la de Zürich.

Una vez obtenidos los respectivos títulos y cumplido las exigencias de su padre, ministro del culto protestante, el joven Dürrenmatt optó ganarse la vida por caminos distintos a los que se esperaban de él. Obtuvo un trabajo como diseñador gráfico en el que se desempeñó por un tiempo. Las relaciones hechas por este medio lo llevaron a involucrarse también en el periodismo y al trabajo profesional con la palabra escrita.

Su relación con la escritura se había dado desde antes de entrar a la universidad. En la preparatoria tuvo oportunidad de ver puestas en escena un par de obras cortas escritas por él. Sin embargo, la rigidez de los estudios posteriores y el estricto carácter paterno no le permitían dedicarle más tiempo a estas inclinaciones.

Con el trabajo periodístico renacieron sus inquietudes y se dedicó a la creación de los llamados sketches para el cabaret de aquellos años. En 1947 pudo montar por primera vez una pieza teatral –Es steht geschrieben (Está escrito)— y con ello dio inicio a una carrera como autor teatral y decidió entregarse por completo a la creación literaria. Entre sus obras de teatro más importantes destacan títulos como Die Ehe des Herrn Mississippi (El matrimonio del señor Mississippi), Ein Engel kommt nach Babylon (Un ángel llega a Babilonia), Der Besuch der alten Dame (La visita de la Vieja Dama), Romulus der Grobe (Rómulo el Grande), Die Physiker (Los físicos) y Der Meteor (El meteoro), entre otros.

En 1959, Dürrenmatt recibió el premio Schiller de la ciudad de Mannheim. Una década después fue nombrado parte de la directiva del Teatro de Basilea, al igual que coeditor del periódico Sonntag Journal de Zürich. Desde 1970 y hasta su muerte efectuó un trabajo teatral constante en aquella ciudad.

En sus primeras obras se muestra la influencia que tuvo en él el expresionismo alemán, así como de la retórica barroca de Paul Claudel, la cual utilizó de un modo libre y ornamental, porque según él «no lo convencía un lenguaje más noble y regulado.” Asimismo, tuvo una importancia decisiva para su crecimiento autoral su confrontación con la obra dramática de Thornton Wilder y de Bertolt Brecht. Dürrenmatt se erigió en uno de los pilares más importantes de la dramaturgia suiza, junto con Max Frisch.

A pesar de que muchos críticos e historiadores de la literatura lo ubican básicamente como creador de obras dramáticas, la sensibilidad de este autor lo llevó a involucrarse en la escritura de guiones para cine y radio y de novelas del género policiaco, al cual contribuyó, tanto en teoría como en la práctica, con la aportación de elementos y reflexiones nuevas e interesantes.

Dürrenmatt se dio a la tarea de los relatos policiacos a principios de la década de los cincuenta. Las dos primeras novelas las escribió por encargo para el periódico donde laboraba y cumplieron con ciertas expectativas propias de la corriente, tales como el tratamiento científico, el detective viejo de mentalidad superior y el suspenso en las confrontaciones con el criminal.

Por esos años la novela policiaca representaba un fenómeno mal visto por la generalidad crítica. Ésta solía argumentar que dicha literatura sólo satisfacía la sed de aventuras de un amplio círculo de la población. Les tomó todavía tiempo a las ciencias literarias descubrir los méritos estéticos y técnicos del género antes de empezar a estudiarlo de manera sistemática y seria.

En 1952 apareció su primera novela bajo el título Der Richter und sein Henker (El juez y su verdugo). En ella, el personaje central está encarnado por un inspector de la policía viejo y enfermizo que continúa la tradición detectivesca de guiarse por los dictados de la razón y del método científico (como el Dupin de Poe, Miss Marple y Hercule Poirot de Agatha Christie, el Padre Brown de Chesterton, etcétera), así como por la tensión in crescendo de la trama y los enfrentamientos del investigador y el criminal.

No obstante, Dürrenmatt introdujo ya elementos propios de su concepción literaria: el humor y la crítica hacia los valores morales de la sociedad de entonces.

 

* El texto presentado es un fragmento del ensayo contenido en el volumen El lugar del crimen (ensayos sobre la novela policiaca), publicada en la editorial Times Editores, 1999.

 

FRIEDRICH DÜRRENMATT (FOTO 2)

 

 

 

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AMSTERDAMAS: «C. C. BLUES»

Por SERGIO MONSALVO C.

 

AMSTERDAMAS (PORTADA)

 

“C. C. BLUES”*

 

Pudiera ser

que una mujer

se nombre en lo íntimo

hongo / agua / humedad

pudiera ser

 

 

Pudiera ser

que uno de esos retratos

le saque un cuerpo a la vida

doble / sencillo / único

pudiera ser

 

 

Pudiera ser

que evoque sus colores

y responda la comunión

me / myself & I

pudiera ser

 

 

Pudiera ser

que la mano libre

ame con su vuelo

esporas / faunos / ángeles

pudiera ser

 

 

Pudiera ser

que una rana al fin

transforme en mujer

besos / espejos / transparencias

pudiera ser

 

 

*Este texto es parte del libro Amsterdamas, que se ha publicado a través del blog Con los audífonos puestos de manera seriada en la categoría “Tiempo del Rápsoda”.

 

 

Amsterdamas

Sergio Monsalvo C.

Colección “Poesía”

Editorial Doble A

The Netherlands, 2019

 

 

 

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BIBLIOGRAFÍA: JULIO TORRI

Por SERGIO MONSALVO C.

JULIO TORRI (PORTADA)

RODAR Y RODAR*

De la bicicleta se sabe que más de medio millón de ejemplares de tal instrumento mecánico, más o menos, se desplazan por Ámsterdam, tan sólo. Prácticamente cada habitante tiene una. Es el transporte ideal para la ciudad. No hace ruido, no se embotella, no contamina, ocupa un espacio reducido y crea un mercado muy particular.

Con ella se va a trabajar, a la escuela, de compras, al café, al club, al bar, de paseo o para hacer ejercicio, etcétera. El tráfico está organizado a su favor con carriles especiales en las avenidas, calles y parques, con semáforos, señales, estacionamientos y rutas establecidas. Pasear en ella es toda una experiencia. Es fácil, divertido, barato, va al ritmo de cada uno y de manera segura (con las debidas precauciones, claro).

Por añadidura, ser ciclista en esta ciudad brinda, además de ventajas, muchos placeres. Uno de ellos es el de conocer sus recovecos. Y si es detrás del pedaleo de una suculenta lugareña tatuada, pues más. Son raras aquellas jóvenes amsterdamesas que no porten sobre sí un tatuaje (entre los 16 y los 30 años: el 75%, según las estadísticas).

La moda en el vestir ofrece además la posibilidad de mirar esta galería corporal ambulante en toda su extensión. Las camisetas cortas, entalladas, y los pantalones bajos en la cintura amplían el campo del observador para admirar a plenitud la estética del tatoo. Los vientres planos o ligeramente curvos son fantásticos expositores en este sentido, así como los escotes, hombros, antebrazos, nucas, muslos y tobillos (entre lo visible).

Sin embargo, también la espalda baja y el principio del coxis revelan auténticas maravillas para el estudioso. El escritor mexicano Julio Torri (1889-1970), gustador de los andares bicileteros, se hubiera vuelto loco de la emoción ante este panorama general.

Este doctor en Letras, maestro universitario,  reconocido talento por su labor literaria, escribió poco debido a a su exacerbado perfeccionismo y quienes lo conocieron agregan, además, que “era tan afecto a los placeres que se distraía con facilidad”.

Este narrador fino y delicado de principios del siglo XX elaboró una obra, corta pero llena de fulgores, que fue resultado de la curiosidad por el espectáculo de la vida: “Todos somos un hombre que vive y un hombre que mira”—escribió—.

Él, al que tanto le gustaba deambular sobre la entonces novedad modernista de las dos ruedas, con la intención de observar a las secretarias y demás mujeres que veía por las calles de su época, sería el acompañante perfecto para dialogar con respecto a lo que ante nuestra vista se presenta en los citadinos rumbos de la antigua Mokum.

*Fragmento del libro Julio Torri (2 textos: Muerto que goza de cabal salud / Rodar y Rodar), publicado por la Editorial Doble A.

JULIO TORRI (FOTO 2)

Julio Torri

(Rodar y Rodar)

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2019

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BIBLIOGRAFÍA: AMOR DE LA CALLE (GRITOS Y SUSURROS)

Por SERGIO MONSALVO C.

GRITOS Y SUSURROS (PORTADA)

“UN RINCÓN CERCA DEL SUELO”*

(Crónica urbana)

«¿Tienes monedas?», preguntas a diestra y siniestra. Nadie voltea, nadie responde. Te evaden como a charco de agua estancada. No saben que si contestaran a tu petición colaborarían para hacer llegar tu airado mensaje a la CIA. Sí, a la Agencia Central de Inteligencia, de la cual posees la dirección (Central Intelligence Agency, Washington, D.C., 20506, USA), anotada en esa mugrosísima tarjeta que traes metida en uno de tus guantes, dizque a la Michael Jackson.

«¡Ese lorenzo!» Te saluda un cábula con afecto desmesurado. «¿Tienes cien varitos?» «Nel, ay nos vidrios». Ni modo, a seguir tumbado ahí en medio de esa maraña de periódicos y cartones sucios, de trapos lustrosos, de restos de desperdicios de comida a las puertas del mercado, como siempre, causando el pánico de niños y señoras, y el horror de las muchachas a quienes tratas de tocarles las piernas.

«¡Vete de aquí, pinche loco, no agarres nada o te madreo!» Y así el frutero, el pescadero, el taquero, el tendero, el carnicero… No reconocen tu capacidad para acabar con las colas, con las aglomeraciones de sirvientas y amas de casa.  Hasta los teporochos que se ponen fuera de la pulcata te cortan y corren entre groserías.

Ululante, arrastrando despacio, muy despacio los pies, prosigues tu camino con esa babosa sonrisa, con tu mugre para otro lado, a pararte frente al aparador de la vinatería por largos minutos y hasta horas, y charlar con las atentas botellas de tequila, ron o brandy, sin soltar el botecito de cemento y el pan que te robaste.

Nadie puede dar razón de ti. Ni un solo locatario sabe de dónde saliste, únicamente tú y ese rincón fuera del mercado donde la mugre, la locura y la aversión son las únicas que pacientes escuchan tus interminables peroratas.

* Texto de Sergio Monsalvo C., colaboración extraída del libro colectivo de crónicas urbanas Amor de la calle.

“Gritos y Susurros”

Crónica de Sergio Monsalvo C.

Publicada como parte del libro

Amor de la calle, Crónicas

Varios autores 

Tintas Editores S.C.

México, 1990.

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