Por SERGIO MONSALVO C.
NAVIDAD XV
(DISCOS CLÁSICOS)

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.
https://e-radio.edu.mx/Babel-XXI/766-Navidad-XV-Discos-clasicos

Por SERGIO MONSALVO C.
NAVIDAD XV
(DISCOS CLÁSICOS)

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.
https://e-radio.edu.mx/Babel-XXI/766-Navidad-XV-Discos-clasicos

Por SERGIO MONSALVO C.

El lounge es un género de música, una variación, principalmente del jazz, que se conoce desde mediados del siglo pasado. Se caracteriza por presentar ritmos sensuales y provistos de una instrumentación sofisticada. Esta última está basada, fundamentalmente, en los abundantes sonidos del swing y de la big band, combinado con ideas de diversos géneros, para convertirse en una mezcla sonora placentera y de fácil asimilación.
Hoy por hoy, el lounge es un término amplio que frecuentemente se basa en versiones de piezas populares de hoy, de antaño o tradicionales.
Este subgénero, y sus derivaciones actuales, es sobre todo un “modo de interpretación”, por el que pueden pasar géneros tan diversos como el jazz, la bossa nova, el mambo, el chachachá, el rock, la música étnica, el pop o la electrónica. El resultado es una música fina y agradable. Por extensión, la palabra que define tal ambiente pasó a designar a toda una cultura dedicada al placer, la comodidad y la elegancia. Es toda una estética contemporánea.
Es, pues, un concepto que evidencia de manera perfecta un sonido y una intención en la manera de hacer música, siempre bajo el mismo tenor: música de calidad, interpretada por músicos a la altura.
En tiempos recientes se tiene a esta corriente musical como una alternativa para entrar en relación con otras expresiones artísticas actuales y muy sofisticadas con melodías de buen gusto, sonidos orquestales, acústicos o electrónicos, agradables y atmosféricos con sabor especial, para momentos o épocas determinadas, como la navideña, por ejemplo.
Quienes han llevado esta corriente a su pináculo han sido los crooners. Digamos que todo comenzó hace cien años con la ópera en Italia. Unos, los menos, triunfaban y se contrataban con las grandes compañías para viajar por el mundo y presentarse en las salas más famosas. Pero también estaban los otros, los más, que a pesar de practicar bien el bel canto no hallaron cabida en la escena de aquella música elitista. Y entonces, que podía hacer un cantante pobre y desempleado sino entrar a trabajar a los cabarets y bares con variedad, para poder mantenerse.
También podían viajar, en cuarta clase, con rumbo al sueño americano y aprovechar sus talentos. Así arribaron a los Estados Unidos los pioneros de lo que a la postre se conocería como los crooners.
Hicieron suyo el canto sentimental y el susurrado con inflexiones. La limpieza del nombre comenzó con la llegada de la radio en los años veinte del siglo XX y su masificación.
Luego aparecieron los herederos: Bing Crosby, Dean Martin, el propio Frank Sinatra, Nat King Cole, Sammy Davis, etcétera. Ellos llevaron a lo más alto un oficio que se ha estabilizado en nuestros días tras algunos años en decadencia debido a la preeminencia del rock y el pop.
Y lo han hecho de manera inteligente y, como desde sus comienzos, agregando a su talento vocal los materiales de la canción popular. Los estilos personales se han enriquecido con los filones de Broadway, los soundtracks y las listas de popularidad, o sea, los standards. Pero el swing está en manos de cantantes capaces de mantener el tipo ante una big band.
La música reclama también esa experiencia, pero con algunas condicionantes: un nuevo orden para interpretar los valores conocidos y la ruptura de la linealidad temporal que lleva implícita, cumplido esto no queda más que aplaudirlos espontáneamente. Aplaudir lo que ya se conoce, pero parece nuevo bajo su estética, como en el caso de Michael Bublé, ejemplo del crooner actual.

Bublé (nacido en Buranby, Columbia Británica, en 1975), es un cantante con varias características en su haber. Es poseedor de una poderosa voz con excelente uso de los tonos y las armonías, además de derrochar elegancia tanto en sus interpretaciones como en su accionar escénico. Está por encima de todos los cantantes de tal estilo que actualmente pululan por el mundo. Tiene categoría y, sobre todo, calidad.
Esos valores inaprensibles e innatos que lo identifican con su forma de hacer música, confortable, asequible, bien hecha en su selección y orquestación y mejor acabada. Sin embargo, este artista no sólo hace música de calidad, sino que además la sabe exponer y vender. Es un tipo que alienta al escucha, que lo hace mantenerse consciente de lo que está oyendo y disfrutando con ello.
Como los auténticos crooners aparece en el escenario como una estrella: siempre elegantemente vestido y con una actitud que reboza presencia y dominio de su quehacer, creando un ambiente distendido y receptivo. Es un crooner moderno cuyo repertorio abarca del swing al pop, del songbook estadounidense (donde se le atribuye haber ayudado a renovar el interés del público por los standards tradicionales, siguiendo la estela de intérpretes como el mencionado Frank Sinatra, Tony Bennett o Nat King Cole) al rock en formato de versiones, no cóvers.
Con ello ofrece un confortable espacio de comunión en el que nadie se siente extraño. Eso lo logra tanto en el escenario como en los discos. Y en el navideño que hizo (hoy clásico), ni qué decir. Es uno, que hasta los que refunfuñan con la Navidad lo disfrutan, con la sensación de estar incurriendo en un placer culpable.
Christmas fue el séptimo álbum de estudio de Michael Bublé, publicado en 2011, cuando el cantante sintió que su carrera estaba más que consolidada. En él colaboraron varios artistas conocidos: Shania Twain en “White Christmas” y con The Puppini Sisters en “Jingle Bells”, por ejemplo.
El álbum fue producido por David Foster, Bob Rock y Humberto Gatica y fue grabado en Vancouver y Los Ángeles. En él, Bublé abordó 15 temas clásicos navideños, incluidos “Silent Night”, “Have Yourself A Merry Little Christmas”, “It’s Beginning To Look A Lot Like Christmas” y, por supuesto, “Santa Claus is Coming To Town”.
Como un plus especial, Bublé también escribió una canción original: “Cold December Night”. A propósito del álbum, el intérprete dijo lo siguiente: “La Navidad siempre ha sido mi época favorita del año para mí y mi familia, así que, por supuesto, era un sueño particular hacer el álbum navideño ‘definitivo’. A pesar de que era verano y hacía 35 grados en Los Ángeles, realmente entramos en el espíritu navideño mientras grabábamos el álbum. Teníamos todo el estudio decorado con luces y adornos navideños en él”.
El disco Christmas de Michael Bublé se ha convertido en un clásico al que el tiempo ha legitimado. Pertenece por derecho propio a la misma categoría del de Bing Crosby o al de Elvis Presley. La voz de Bublé es fuerte y clara en todo momento. Canta con solvencia, intención y flexibilidad. Y, por si fuera poco, el sonido es perfecto. En ‘White Christmas’ compite definitivamente con la versión de Crosby, pero Bublé le da un giro y agrega la voz de Shania Twain a la mezcla, que resultó brillante.
El escenario sonoro y la dinámica están bien representados además por sus versiones de “Holly Jolly Christmas” y “Have Yourself A Merry Little Christmas”. Todos los temas fueron arreglados para piano y voz. Michael Bublé después de tal lanzamiento exitoso (ventas certificadas, premios y reconocimientos) fue apodado “Mister Christmas”, con justa razón.
¡FELICES FIESTAS!
VIDEO: Michael Bublé – It’s Beginning To Look A Lot Like Christmas (Official HD Audio), YouTube (Michael Bublé)


Por SERGIO MONSALVO C.

Cuando la mayoría de los escuchas recuerdan los años cincuenta del siglo pasado, inevitablemente les viene a la mente la imagen de Elvis Presley.
Él dominó la industria del entretenimiento y se convirtió en el modelo ideal del cantante solista; en la superestrella de la parábola del éxito sin límites a partir de orígenes pobres, en el renegado que simbolizaba la libertad rocanrolera.
Elvis no sólo se erigió en héroe: se entronizó como el rey de la cultura juvenil en aquel tiempo.
Luego de un año (1956) en el que una tras otra sus canciones lo elevaron a la categoría de icono, Elvis grabó un disco navideño en 1957. Con tal álbum matizó este punto de su carrera en el estilo al que había aspirado dedicarse como intérprete siendo adolescente, cuando deseó ser cantante profesional de gospel.
Los doce temas que lo componen (desde “Santa Claus Is Back In Town” hasta “It Is No Secret (What God Can Do)”, pasando por los tradicionales “White Christmas”, “Here Comes Santa Claus”, “Blue Christmas” y “Silent Night”, entre ellos) se basan en el blues, el rhythm and blues, doo wop, spiritual y gospel, básicamente.

Presley tradujo, por primera vez, las formas blancas románticas y seculares de los villancicos y canciones de la temporada navideña a los ritmos religiosos y “paganos” negros. Con resultados tan sorprendentes como exitosos.
Se cumplió así, una vez más, con aquel legendario anhelo profético de Sam Phillips de que «Si encontrara a un muchacho blanco que supiera cantar como negro, ganaría un millón de dólares». Elvis continuaba materializándolo.
El disco se mantuvo durante cuatro semanas como el número uno en las listas del Billboard. Vendió tres millones de copias en aquel diciembre y más de 10 desde entonces, convirtiéndose en la obra de temporada mejor vendida de todos los tiempos.
De esta forma el Elvis’ Christmas Album se erigió en modelo, en una propuesta valiosa de su momento, pero también para el futuro por su legado musical. Desde entonces la avalancha de producciones semejantes, con mayor o menor fortuna, no ha dejado de fluir.
¡FELICES FIESTAS!
VIDEO: Elvis Presley #’68 Santa Claus is Back in Town & Blue Christmas, YouTube (vELVISv)


Por SERGIO MONSALVO C.

Melancolía, reflexión, tristeza, irritación, alegría…Son estados anímicos que se manifiestan en las personas durante la época navideña. Para cada uno de ellos la música (a consumir ad hoc) ofrece diversas posibilidades.
Es una compañía que jamás defrauda y se puede contar con ella en cualquier momento y situación. Y si no es posible hacer caso omiso de tales manifestaciones emocionales, por lo menos hay que tratar de paliarlas de alguna manera y buscar hacerlo con discos de calidad artística incuestionable, trascendente y confirmada, una y otra vez, a través de los años. Así que en esta ocasión me atrevo a recomendar el siguiente título clásico para ambientar el estado anímico recurrente.

ELVIS PRESLEY
CHRISTMAS ALBUM
RCA VICTOR
Cuando la mayoría de los escuchas recuerdan los años cincuenta del siglo pasado, inevitablemente le viene a la mente la imagen de Elvis Presley.
Él dominó la industria del entretenimiento y se convirtió en el modelo ideal del cantante solista; en la superestrella de la parábola del éxito sin límites a partir de orígenes pobres, en el renegado que simbolizaba la libertad rocanrolera.
Elvis no sólo se erigió en héroe: se entronizó como el rey de la cultura juvenil en aquel tiempo.
Luego de un año (1956) en el que una tras otra sus canciones lo elevaron a la categoría de icono, Elvis grabó un disco navideño en 1957. Con tal álbum matizó este punto de su carrera en el estilo al que había aspirado dedicarse como intérprete siendo adolescente, cuando deseó ser cantante profesional de gospel.
Los doce temas que lo componen (desde “Santa Claus Is Back In Town” hasta “It Is No Secret (What God Can Do)”, pasando por los tradicionales “White Christmas”, “Here Comes Santa Claus”, “Blue Christmas” y “Silent Night”, entre ellos) se basan en el blues, el rhythm and blues, doo wop, spiritual y gospel, básicamente.
Presley tradujo, por primera vez, las formas blancas románticas y seculares de los villancicos y canciones de la temporada navideña a los ritmos religiosos y “paganos” negros. Con resultados tan sorprendentes como exitosos.
Se cumplió así, una vez más, con aquel legendario anhelo profético de Sam Phillips de que «Si encontrara a un muchacho blanco que supiera cantar como negro, ganaría un millón de dólares». Elvis continuaba materializándolo.
El disco se mantuvo durante cuatro semanas como el número uno en las listas del Billboard. Vendió tres millones de copias en aquel diciembre y más de 10 desde entonces, convirtiéndose en la obra de temporada mejor vendida de todos los tiempos.
De esta forma el Elvis’ Christmas Album se erigió en modelo, en una propuesta valiosa de su momento, pero también para el futuro por su legado musical. Desde entonces la avalancha de producciones semejantes, con mayor o menor fortuna, no ha dejado de fluir.
VIDEO: Elvis Presley #’68 Santa Claus is Back in Town & Blue Christmas, YouTube (vELVISv)


Por SERGIO MONSALVO C.

CHRISTMAS ONCE AGAIN
(NAVIDAD XII)
Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.

Por SERGIO MONSALVO C.

A LOVE SUPREME
(JOHN COLTRANE)
Melancolía, reflexión, tristeza, irritación, alegría…Son estados anímicos que se manifiestan en las personas durante la época navideña. Para cada uno de ellos la música (a consumir ad hoc) ofrece diversas posibilidades. Es una compañía que jamás defrauda y se puede contar con ella en cualquier momento y situación.
Y si no es posible hacer caso omiso de tales manifestaciones emocionales, por lo menos hay que tratar de paliarlas de alguna manera y buscar hacerlo con discos de calidad artística incuestionable, trascendente y confirmada, una y otra vez, a través de los años. Así que en esta ocasión me atrevo a recomendar el siguiente título clásico para ambientar el estado anímico recurrente.

JOHN COLTRANE
A LOVE SUPREME
IMPULSE RECORDS
Cuatro de la madrugada: la hora más oscura antes del alba, la hora del yo interior totalmente expuesto frente a sí mismo. Como le sucedió a John Coltrane que se despertó a esa hora, como todas las mañanas desde hacía un año.
Sentado en media posición de loto se concentraba en algunos ejercicios de respiración. Su habitáculo estaba silencioso y para él no existía nada más en el mundo. No había “pensamientos” como tales. Sólo la comunicación directa con el cosmos, con la divinidad o lo que les parezca mejor.
John buscaba un mensaje en el trance: saber si se encontraba sobre el buen camino. Se puso a meditar, a dialogar con ello: Y entonces sucedió. Esa fue la meditación más larga que hubiera conocido hasta ese día.
Primero fue el silencio, luego la música que invadió el espacio a su alrededor. Con toda la melodía, todas la armonías y todos los ritmos. El silencio le insufló una composición consagrada a la esencia del Todo.
Luego despertó, salió de tal estado y lo supo: “Por primera vez en mi vida tuve en la cabeza la totalidad de lo que grabaría, de principio a fin”. Era una arrebatadora confesión de fe en la inspiración.
La distinguió declarando a la postre que esa es la función básica del espíritu humano. La que le otorga un rango superior a la imaginación. La poesía de la música ya era para él la fuerza divina.
Y con ella creó un sonido para el sentimiento magno. El primero, el básico, el misterioso: el Amor.
“A Love Supreme”, la obra, fue grabada entonces en diciembre de 1965, para celebrar la navidad de aquel año. La suite (dividida en cuatro partes: “Acknowledgement”, “Resolution”, “Pursuance” y “Psalm”) se convirtió, señaladamente, en la máxima ofrenda mística del jazz de todos los tiempos.
Trane ya no tuvo que probar, ni probarse, nada más. Hizo aullar, llorar, implorar y gozar al sax, el instrumento de la voz humana.
VIDEO SUGERIDO: JOHN COLTRANE A love supreme Part 1 Acknowledgement, YouTube (MONDOWEIRDOMUSIC)

Por SERGIO MONSALVO C.

(RAY CONNIFF)
Ray Conniff, músico, compositor y director de orquesta, firmó uno de los álbumes más omnipresentes y populares del periodo invernal. Su maestría como arreglista vocal e instrumental le proporcionó un distintivo sello a su orquesta dentro de la música lounge y el cierre de la década de los cincuenta no sería lo mismo sin su aportación.
Aquellos coros con los que acompañaba las melodías, dotadas del swing heredado de las big bands y de las cuerdas adaptadas a los tiempos en que el doo-wop resaltaba los matices de las voces en las baladas.

“Rudolph the Red-Nosed Reindeer” o “Frosty The Snowman”, además de ser temas absolutos de la imaginería decembrina, son a través del estilo Conniff un modo de interpretación.
Él fue ejemplo del Hi-Fi, un concepto sonoro que evidenció una intención “de calidad” en la manera de hacer música y de escucharla.
Los discos clásicos navideños cuentan con el poder de los pequeños rituales para disfrutar mejor de los momentos. Como leer A Christmas Carol (“Cuento de Navidad”) de Charles Dickens acompañados con alguna música que corresponda a la temporada.
Pero no cualquier disco, sino alguno de los que realmente deben ser escuchados por su aportación a la poética de la cultura secular navideña.
Los álbumes clásicos, como los aquí reseñados, han trascendido en el tiempo por sus innovaciones estilísticas, sus ideas de modernización y la influencia que han ejercido en intérpretes posteriores.
Feliz escucha y Felices fiestas.
VIDEO SUGERIDO: Ray Conniff – Rudolph, the Red-Nosed Reeindeer, YouTube (finetunes Christmas)


Por SERGIO MONSALVO C.

(PHIL SPECTOR)
En los últimos meses de 1963, el compositor, músico y productor Phil Spector se impuso la tarea de seleccionar la música y producir “el mejor disco navideño de la historia”.
Para ello escogió unos cuantos temas tradicionales y compuso otros nuevos, dotando a las creaciones de su sonido. El resultado: A Christmas Gift for You.
Con él modernizó las andanzas del villancico anglosajón mediante un soul fresco, las mejores voces negras del momento, las inquietudes y emociones juveniles y unos arreglos muy particulares: las del nuevo pop barroco.
Pero no sólo materializó toda la esencia de una época sino también la de un sentimiento. Llevó a su pináculo la técnica monoaural y selló en la psique popular de todo el mundo un sonido que sería característico a partir de entonces. Por eso es un clásico con todas las de la ley.

Aquel disco fue una absoluta satisfacción para él. Un éxito instantáneo. Con él se solidificó la leyenda del “Muro de Sonido”, que había inventado, y la de su prestigio como productor.
Sí, disfrutó de aquello. Lástima que el asesinato de John F. Kennedy le haya ensombrecido los festejos a su catapultada fama.
Se había pasado meses dispuesto a demostrar que hay música navideña más allá de los insufribles cánticos cursis de siempre (“esos que te asaltan a traición cuando entras en cualquier tienda”, dijo).
Compuso canciones para la ocasión y demostró así que era posible mantener el espíritu navideño sin anquilosamientos; por eso el desfile de artistas durante los siguientes años para que les produjera sus materiales, Beatles incluidos.
Calor navideño y múltiples pistas de acompañamiento superpuestas para abrumar al oyente, el genuino sonido spectoriano.
Cabe destacar la selecta y profesional orquesta que acompaña a los artistas seleccionados, formada por: Jack Nitsche, Sonny Bono y Frank Capp en la percusión, Louis Blackburn con el corno, Leon Russell en el piano y Steve Douglas en el sax, entre otros. Sí, Phil Spector firmó aquel disco inmortal.
Fue la parte luminosa de una carrera plena de éxitos, a la que le siguieron lamentablemente también muchos traspiés.
¡Feliz escucha y felices fiestas!
VIDEO SUGERIDO: Phil Spector – The Ronettes – Sleigh Ride – A Christmas Gift For You – 1963, YouTube (Rock Encuclopedy)


Por SERGIO MONSALVO C.
A CHRISTMAS CORNUCOPIA
(DISCOS CLÁSICOS NAVIDEÑOS / X)

Programa radiofónico de Sergio Monsalvo C.
