La llaman Hringvegur (Ring Road) porque tiene forma de anillo. Es la ruta más importante de comunicación en Islandia, circunda todo el país, Su forma y trazado responden a las condiciones del hielo omnipresente, y a la accidentada geografía de aquellos lares, que hacen imposibles determinados puntos y, ligado a ello, en una segunda explicación más sugerente, a la existencia de los elfos, criaturas de las leyendas y el folklore islandés a los que se conoce también como la gente oculta.
Transitar por sus dominios sería enfadarlos y nadie quiere eso. Así pues, se podría decir que la más importante carretera del país está construida teniendo en cuenta algo en lo que se cree, pero no se ve: seres que habitan dominios remotos y quizás ficticios, pero que configuran la realidad local. Y así conviven con ello los islandeses y toda su cultura, entre la cual la música ocupa un papel muy importante.
En las canciones de algunos grupos hay historias maravillosas sobre los elfos y la gente oculta, aunque no todo de lo que hablan tiene que haber sido visto, ¿o sí? Así que la música islandesa, como su carretera primordial, ofrece la posibilidad de viajar, de facto y con las herramientas de la fantasía o la imaginación, acústica o electrónica, sobre la convicción en lo invisible, apuntalando su cotidianeidad sobre ese profundo deseo común.
Pero, igualmente, están los otros intérpretes, los que cantan sobre los mitos de la modernidad, sobre las leyendas de lo digital. Del hoy visto desde mañana. Islandia es eso: la convivencia de antaño y hogaño, entre volcanes y glaciares, con la mejor red geográfica y cibernética, en ambos casos.
*Introducción al volumen titulado Islandia (Lo Oído y lo Vivido), una publicación de la Editorial Doble A, cuyo contenido también ha sido puesto online en el blog Con los audífonos puestos.
Del guitarrista Nguyên Lê, francés de origen vietnamita, se puede decir que es un hombre inquieto musicalmente. En su carrera ha viajado desde el jazz rock más contundente (en sus acercamientos a Jimi Hendrix), al jazz más moderno en sus trabajos con diversos intérpretes. Pero si estilísticamente no ha parado, geográficamente tampoco lo ha hecho, y ha puesto su guitarra al servicio de proyectos que recorren Vietnam, con cantantes locales, hasta África, pasando por la India o Japón. Hay en Nguyên Lê, desde sus inicios, elementos que a lo largo de su trayectoria de más de veinte años han permanecido: su gusto y su decidida apuesta por la fusión de diversas culturas musicales.
La guitarra eléctrica fue (es) el corazón del rock and roll y en eso tuvo que ver Les Paul, pues logró que el instrumento se convirtiera en un objeto que además de funcional, resultara atractivo. Al buscar la perfección del sonido también encontró la perfección visual. El instrumento, proveyó al músico de status, le dio un look que ningún otro instrumento le proporcionaba, lo hizo ver como una leyenda. Les Paul contaba que cuando recién creó la guitarra “The Log”, la estrenó con una canción que había tocado en un concierto anterior en el mismo lugar con una acústica, pero la reacción del público fue completamente diferente. Hubo baile y euforia como no se lo esperaba, su conclusión fue que “la gente también escuchaba con la vista”.
VIDEO: heartbreak hotel – Elvis Presley – the Milton Berle Show, 3 abril 1956, YouTube (Anisio Sioux)
BXXI-673 LA GUITARRA ELÉCTRICA (II)
El caso es que los fanáticos de la morbidez genérica brotan década tras década para decir la misma cantaleta: “Rock is Dead”. Lo único que ha cambiado son los modos de perorar o tratar de destruir. En los años cincuenta quemaban los discos en celebraciones fascistas patrocinadas por comités de vigilancia moral, gubernamental o por líderes de opinión de extrema derecha (que lo creían diabólico) o de izquierda (que lo consideraban arma del imperialismo). Al inicio de la tercera década del siglo XXI lo hacen a través de las redes sociales, de manera anónima o con falsedades y falacias sin fundamento. Creen que por repetir viralmente una mentira ésta se convertirá en verdad.
BXXI-674 SHE’S GONE
Un hombre, una mujer, un corazón roto: ahí se resume todo. El blues se insuflará en uno desde ese momento. Es algo importante y cada uno lo canalizará de manera diferente, incluso algunos intentarán ignorarlo, olvidarlo, enterrarlo. Pero ¿cómo será posible hacerlo cuando recuerdas cómo amabas a esa mujer de 12, 15, 18, 25, 35 o más años? Es igual. Y te asestó las famosas y temidas frases de “Mejor vamos a ser amigos” o “Conocí a alguien…”. En fin, el fondo es el mismo: ella se irá, te dejará y no la podrás retener, así es la cosa. ¿Por qué? ¿Quién te puede explicar lo que sientes en ese instante y los días siguientes? (a veces hasta los años siguientes), sólo el blues, por supuesto.
VIDEO: Hound Dog Taylor – She’s Gone, YouTube (American Blues Scene)
BXXI-675 LHASA (REMAKE)
Desde hace siglos, la tristeza ha proyectado una sombra gigante sobre el arte.
La belleza melancólica de la música de Lhasa de Sela, por ejemplo, hechizó al público desde su aparición en el Festival Lilith Fair de 1997. «Cantar es para mí la búsqueda de una verdad y el intento de trasmitirla», dijo. Esta artista reunía en su música la introspección y también lo extrovertido. Lhasa de Sela, con una voz de profundo y oscuro misterio, desgranó en canciones de un extremado intimismo un desgarro carismático en el que las letras se fundieron siempre con la melodía creando un poemario musical breve (sólo tres discos) para oídos en busca de algo suave, fresco, distinto y finalmente perdurable, con el que recordarla siempre.
VIDEO: Lhasa de Sela – Fool’s Gold (2009), YouTube (armandraoul)
A través de su historia, en el conglomerado de prácticas sonoras que se hace llamar rock y que forman parte de un enorme pastel cultural, existe una música que no encuentra acomodo más que en los intersticios entre géneros (jazz, world beat, electrónica, etcétera).
Es una música que no es muy afecta a la luminosidad de los reflectores ni a la masividad. Sin embargo, su influencia e incrustación dentro de la cultura del rock ha sido determinante y siempre enriquecedora.
Por lo general tal música ha echado mano de la mezcla, de la fusión, para expresarse. Algunos ejemplos de ello son las piezas que a continuación señalaré y que forman parte del andamiaje del género por sus aportaciones.
“SPANISH KEY”
En el año 2019 se cumplieron cincuenta de la aparición del disco Bitches Brew, una obra que cambió los parámetros de la música, los del rock y del jazz y dio inicio a una nueva época sonora.
Para hablar del jazz de fusión, hay que remontarse al término de la década de los sesenta. Algunos jazzistas se sentían atraídos artísticamente por el rock. Además, la presencia del género «nuevo», cada vez más popular, les estaba haciendo mucha competencia. Cuidadosamente empezaron a experimentar con él y luego, a implementarlo en sus interpretaciones.
El disco Bitches Brew de Miles Davis (así como la fundación del grupo Lifetime por Tony Williams), en 1969, por lo general se considera como el principio oficial de la fusión, que hasta comienzos de los ochenta aún se denominaba «jazz-rock». Escúchese la pieza “Spanish Key” como muestra de aquello nuevo.
Los músicos involucrados en el proyecto Bitches Brew pueden considerarse como la primera generación del nuevo estilo, en el que por cierto durante muchos años siguieron desempeñando un destacado papel. A comienzos de los años setenta, la fusión con el rock había adquirido una identidad propia aparte, como estilo creativo de jazz.
“WALK THIS WAY”
En la circunstancia de Aerosmith de los años setenta se había dado una transformación profunda en el trabajo para componer. Steven Tyler y Joe Perry ya no eran sólo la proyección de los adolescentes de New Hampshire, sino también unas solicitadas y experimentadas estrellas del rock que habían recorrido el mundo. Ambos se habían creado un entorno personal y desarrollado intereses específicos. Por lo tanto, eran cada vez más las canciones que producían cada uno por su lado. Rara vez se sentaban en a crear algo juntos.
En el álbum Night in the Ruts el dogma del entretenimiento puro que en él se manifiesta pareció convertirse en el credo aportado por Perry, mientras Tyler por su parte, se hundía cada vez más en el pantano de las drogas. No faltó mucho para que el grupo se desintegrara.
La falta de éxito del álbum Rock in a Hard Place, debido a las renuncias de Perry y de Whitford, quien grabó un disco con Derek St. Holmes, dio lugar a la pacificación y a la reunión de la alineación original en 1985, tras ser contratados por Geffen para grabar Done with Mirrors.
Tras ello el grupo tuvo un hit sorpresa al año siguiente, cuando los raperos de Run DMC resucitaron «Walk This Way»; donde Perry y Tyler participaron en la nueva versión. Esta canción fue compuesta por la dupla de Aerosmith para el disco Toys in the Attic de 1975, la cual llegó a los primeros lugares del Billboard.
Una década después la pieza fue versionada por los raperos de Run DMC para su álbum Raising Hell. El tema se convirtió en un éxito y actuó musicalmente de dos maneras. Por una parte, puso a flote la carrera de Aerosmith, minada por problemas de drogas y separaciones en el seno del grupo y, por otra parte, sirvió para popularizar el rap entre los seguidores del rock, muy reticentes en ese entonces a tal género.
La pieza se convirtió en una de las primeras colaboraciones entre grupos de ambas corrientes, y comúnmente citada como precedente de estilos que luego se darían en llamar como rapcore o rock de fusión.
“THE JEZEBEL SPIRIT”
La música de Brian Eno tiene mucha historia. Desde la ambient music hasta el techno, y sólo conoce una misma pasión: la música de los sueños. Cuando la electrónica quiere elevar el vuelo y planear adopta las vestiduras de la nueva era, heredadas de los lejanos años setenta.
Es posible crear una pieza para contar una historia, O para estimular la relajación del escucha. Por el Groove o para destacar una voz sublime. Del autor al compositor, del intérprete al arreglista, del realizador al mezclador, las tendencias y los estilos se suceden y se combinan desde la noche de los tiempos en la obra de Eno.
Hoy en día, la tecnología numérica facilita y promueve un enfoque específico, una visión de la música que está adquiriendo una importancia capital en la forjación del sonido del siglo XXI. Hace 40 años, Brian Eno llamó a esto música ambient, género cuyo fin principal era la creación de una «atmósfera» para luego jugar con ella.
En palabras del mismo creador «la música ambiental debe ser capaz de dar cabida a muchos niveles de atención de escucha sin imponer uno en particular, debe ser tan transparente como interesante».
Una tarea de considerable envergadura, la que corresponde a la mejor faceta de Eno, la de diseñador sonoro. Que se concretó en una obra magistral My Life in the Bush of Ghost, creada junto al genial David Byrne. Un disco fundamental para comprender el mestizaje entre la electrónica, los ritmos tribales, cantos orientales y el rock. Labor artística para convertir la música sampleada en materia de estilo, un nuevo estilo.
“SOLACE OF YOU”
El grupo Living Colour mezclaba su propio dialecto de acuerdo con el lema «¿Será pecado el robo?» No lo era, según ellos. Pese a que rara vez se había robado (en ese entonces) tan descaradamente las propiedades del sonido, hacía mucho que la música sustraída de esta manera no había sido integrada en forma tan fascinante a un sonido realmente independiente.
Vernon Reid, líder y guitarrista del grupo Living Colour, aprendió los secretos de las mezclas en apropiación como músico con Shannon Jackson y Defunkt. Así, su álbum Vivid (1988) llegó para llenar el hueco que molestaba feamente en el rock de hechura negra desde Mothers Finest.
Al considerar los créditos del disco se aprecian los alcances del cuarteto. Chuck D. y Flavor Flav de Public Enemy contribuyeron con un rap e incluso colaboró Mick Jagger, como productor de dos títulos, cantante de fondo y con la armónica en una canción.
De cualquier modo, nadie envidiaba a quien tuviera que entrar al estudio con esta banda. ¿Cómo disciplinar y canalizar, por una parte, la enorme energía de la agrupación, sin perder, por otra, la esencia de su sonido?
Sin embargo, alguien se atrevió y logró que el verdadero elixir de la vida del cuarteto mantuviera su identidad y además ser siempre diferente. Con su mezcla de metal, rock and roll y funk, la banda había hecho furor en todo el mundo. Así que, tranquilamente se podía jugar con los límites: los suyos propios, los del público y a veces también la música sin fronteras.
El guitarrista Vernon Reid no era entonces el único que buscara espacio como solista entre el blues, el metal y las melodías armónicas de John Coltrane; también el baterista William Calhoun practicaba alegremente la caída libre en su fortaleza percusionista y a veces todos juntos avanzaban fuera de control, hasta que una señal más o menos secreta los devolvía al sendero de la disciplina compacta.
Llegado a éste, los integrantes de Living Colour eran tan buenos, tan presentes, tan fascinantemente intensos como la mejor banda de rock and roll y metal, como se apreciaba en títulos como «Solace of You”, que se convirtió en su emblema.
“THE ISRAELITES”
El ska era una música rápida que había engendrado un estilo de baile vigoroso y extrovertido. Pero durante los primeros años de la década, ghettos como Trench Town, Greenwich Town y Riverton City, en Jamaica, estaban llenándose de jóvenes desempleados y sin oportunidades.
Esta juventud no compartía el optimismo general provocado por la independencia del país. Se sentía excluida y prefería un modo más frío de expresión. No bailaba el ska como todos los demás; sus movimientos eran más lentos y su postura más amenazadora, a pesar de la velocidad de la música.
En una sociedad que les negaba no sólo la identidad sino también la existencia, se refugiaban en el carácter grupal de los llamados a sí mismos Rude Boys (los “muchachos rudos»). Pertenecer a éstos era una forma de valer algo, aunque la sociedad en general insistiese en que no eran nadie.
Dichos jóvenes se relacionaron con el conocido «submundo”, un sector de la población que prácticamente vivía fuera de la ley y que siempre se ha sentido inclinado por la música de baile, que comenzó a denominarse reggae. De ese sector, muchos “muchachos rudos” establecidos en distintos ghettos de Kingston sintieron que dicha música los reconocía e incluso los celebraba. Desmond Dekker lanzó el tema “The Israelites”, que vino a representar todo aquello y, además, se convirtió en un éxito dentro y fuera de las fronteras jamaicanas.
VIDEO: Miles Davis – Miles Runs to Voodoo Down (1/2), YouTube (Alex Mohtashem)
Lo sorprendente es que un hombre, como Miles Davis, que tocaba con aparente sencillez quisiera enfrentarse a tales retos técnicos desde el comienzo de su carrera como solista. Pero lo hizo, y esa experiencia le fue muy útil. Con el bebop de Bird y Dizzy aprendió lo que quería, pero cuando inició su propio camino mostró la sabiduría del artista al «olvidar» lo que había aprendido, aunque sin dejar de saberlo. En la música del Miles Davis de aquellos tiempos hay un eco del pasado que es fundamental, y para llegar a él Davis evocó las anteriores generaciones de músicos y puso al día el concepto que fue una de las semillas de sabiduría elementales del jazz: recuerda, olvida y evoluciona con tu propio estilo.
VIDEO: Miles Davis – Boplicity, YouTube (Miles Davis)
BXXI-667 CORNERSHOP (REMAKE)
En la Inglaterra contemporánea crecen manifiestos sociales y artísticos agudos, danzarines y agridulces como el de grupo Cornershop cuya proclama es una fusión de música india, brit pop, rock alternativo y dance electrónico. Están conformados por músicos creativos que han tenido la ventaja de enriquecerse en fuentes de una larga tradición (inglesa e hindú), dotadas de caracteres propicios que a ellos les ha correspondido universalizar y con un sonido más que reconocible. Un estilo que desarrolla un género de música popular a partir de la asimilación cultural.
VIDEO: Cornershop – Waterloo Sunset (Culture Show 2007-06-09), YouTube (EdgarHuntley)
BXXI-668 MOCTEZUMA
«El Teatro de la Crueldad ha sido creado para devolverle al teatro la noción de una vida apasionada y convulsiva…». La única forma de lograr esto, según Antonin Artaud (1896-1948), era viajar a un país donde hubiera que sumergirse para recoger los vestigios movientes, los mitos, y aspirar directamente su fuerza: ese país era México. Por su parte, Neil Young, creó un disco cuyo concepto giraba en torno a la temática del colonialismo brutal. Tal concepto se inscribió en la epopéyica pieza “Cortez The Killer”, que se convertiría en clásica. En ella hay tensa largueza en la épica visión de la conquista de México y de la cual proviene el nombre para el disco Zuma (un apócope de Moctezuma).
VIDEO: Neil Young & Crazy Horse – Cortez the Killer (live 1991) HD, YouTube (iosono federico)
BXXI-669 HOW SOON IS NOW
Durante la primera escena, mirando por la ventana, deslumbra escuchar el monólogo interior de ese hombre que desconoce el sentido de culpa, que funciona como una máquina perfecta, calculando al milímetro todas las posibilidades para que su trabajo salga perfecto. Y se ve su rostro pétreo que no transmite ninguna emoción, que las reprime, que no pestañea jamás. Y es difícil apartar de él la mirada. Para conseguir esa concentración echa mano de su mixtape con la música de The Smiths, que lo relaja y le proporciona el andamiaje necesario para enhebrar sus pensamientos, casi como mantras. En ese prefacio hay toda una declaración de principios, acompasada por “How Soon is Now?”, de la que dice tiene esa capacidad de abstracción para él.
VIDEO: THE KILLER – Official Teaser Trailer – Netflix, YouTube (Netflix)
BXXI-670 MIS ROCKEROS MUERTOS (2023)
Todas las personas somos mortales. Pero tal verdad para los músicos rockeros significa dos cosas: la primera, que morir es un repudiado accidente y, por otro lado, una oportunidad única. El escritor francés Guy de Maupassant dijo que la muerte nunca nos deja de erosionar, día tras día, y es una presencia con la que no se puede negociar. Sin embargo, hoy sabemos que se le puede utilizar como legitimadora. En este género la muerte es la totalidad de las fuerzas que destruyen la vida, pero puede resucitarla mejor. Es una forma de alcanzar la eternidad. Eso se sabe desde el primer momento de pulsar un instrumento: para conocer la vida eterna, primero hay que morir. Esa es la otra verdad en la idea de inmortalidad. Algunos la consiguen.
VIDEO: The Beatles – Baby It’s You (Remastered 2009), YouTube (The Beatles)
Entre el material fílmico-musical sobresaliente acerca de la relación de los indígenas estadounidenses (nativoamericanos) y la cultura de aquel país, existen dos ejemplos de los cuales vale la pena hablar. Se trata de dos documentales sobre la influencia de la música autóctona en la Tierra del Tío Sam, tanto en la popular como en el rock, entre el racismo, la ignorancia y las ideologías retrógradas. El primero está musicalizado por Robbie Robertson, y el segundo, es una obra codirigida por Catherine Bainbridge y Alfonso Maiorana. Esta película se centra en las contribuciones pasadas por alto de los nativos americanos en la música popular. Abarca la música desde las primeras piezas de blues hasta el hair metal.
VIDEO: Link Wray – Rumble – 11/19/1974, YouTube (Classic Rock on MV)
BXXI-657 PIEZAS DE INCRUSTACIÓN (I)
A través de su historia, en el conglomerado de prácticas sonoras que se hace llamar rock y que forman parte de un enorme pastel cultural (en el que se inscriben muchas prácticas artísticas), existe una música que no encuentra acomodo más que en los intersticios entre géneros (jazz, world beat, electrónica, etcétera). Es una música que no es muy afecta a la luminosidad de los reflectores ni a la masividad. Sin embargo y por lo general, tal música ha echado mano de la mezcla, de la fusión, para expresarse. Algunos ejemplos de ello son las piezas que conforman el soundtrack de esta emisión, y que son parte importante del andamiaje del género por sus aportaciones, por sus herramientas y por sus conceptos.
A cada uno de los grupos o solistas que han enriquecido al rock desde otros campos, hay que agradecerles el trabajo por mantener en alto el estandarte de la originalidad que ha identificado las diversas e incipientes oleadas de nuevos estilos. Los integrantes de estas agrupaciones han contado con una profunda comprensión de las grandes corrientes musicales que les han precedido, y con una calidad imaginativa que ha puesto de manifiesto claramente sus aportaciones personales, las cuales han incorporado su parte a la mezcla cultural para extender el alcance del género y de su sonido. Instrumentaciones traviesas, magistrales, líneas de bajo novedosas, baterías jubilosas, en complicidad…
VIDEO: Miles Davis – Miles Runs to Voodoo Down (1/2), YouTube (Alex Mohtashem)
BXXI-659 PATTI SMITH (XI)
Patti Celebró sus 75 años en París, una ciudad totémica para ella, donde colaboró en una gran instalación visual y sonora para el Centro George Pompidou, inspirada en la obra de los poetas franceses Arthur Rimbaud, Antonin Artaud y René Daumal. “Esos tres poetas han sido hombres muy importantes en mi vida, los he leído durante seis décadas. A los 16 años, la obra de Rimbaud me permitió trascender el mundo donde vivía, el sur de New Jersey, un entorno rural y con muy poca cultura. Busqué un mejor lugar, más elevado, y lo encontré en su poesía. Me permitió viajar mentalmente en una época en la que no tenía dinero ni posibilidades”. Luego Patti llegó a París y todo se aclaró para ella, con la poesía y el rock and roll.
VIDEO: Soundwalk Collective & Patti Smith – Exhibition – Centre Pompidou, YouTube (Centre Pompidou)
BXXI-660 JOHN MAYALL WITH ERIC CLAPTON
John Mayall, en este álbum, hizo gala de orquestación e inspirado liderazgo: hubo piano, órgano y armónica (bajo su brillante peculio), solos de batería (Hugie Flint), bajos presentes y ampulosos (John McVie), un uso discreto, justo y preciso de los metales; puso en relieve la guitarra de Clapton y lo instó a cantar por primera vez en “Ramblin’ On My Mind”. De esta manera, John Mayall & the Blues Breakers with Eric Clapton, se convirtió en piedra de toque del blues-rock cargada de espontaneidad, sentimiento y dureza, tanto como de parámetros para la ingeniería de sonido y el uso del amplificador como otro instrumento; y, con el tiempo, en uno de los mejores discos de blues de todos los tiempos.
VIDEO SUGERIDO: John Mayall Bluesbreakers with Eric Clapton – Hideaway, YouTube (Ricky Hio)
“El rock es la forma de expresión
más elevada y universal
desde la lengua perdida
(antes de Babel)”
Patti Smith
Los movimientos culturales de la poesía y rock comparten algunas características esenciales, así como patrones evolutivos semejantes, desde que el rock mostró sus atributos, a partir de los años sesenta de la centuria pasada. Ambas disciplinas crearon su estética por medio de la poesía simbolista y el verso libre imaginista, con los poetas beats a la cabeza (que agregaron el orientalismo, el surrealismo y otros ismos, como componentes). Las dos actividades crearon su obra más memorable y ambiciosa durante las últimas cuatro décadas del siglo XX, primeramente, y el XXI lo continúa ratificando.
Durante los años sesenta se dio un cambio en el ámbito de la música popular. Por un lado, la poesía llegó a las canciones a través de Bob Dylan. Por otro, Se concretó musicalmente la amenaza seductora y hereditaria de Elvis Presley, de los tempranos Rolling Stones, así como y el nihilismo abierto de grupos como el Velvet Underground, The Doors o los Stooges.
Durante esos años se lanzaron álbumes, cuyos compositores han ejercido una influencia inmensa desde entonces (y que continúan haciéndolo en las nuevas generaciones de grupos y sus creadores), entre otros el mencionado Bob Dylan, Lou Reed, John Cale, Nico, Jim Morrison, Leonard Cohen, Neil Young, Van Morrison, por mencionar algunos, que continúan siendo análogos (vivos o muertos) con las principales obras de la poesía modernista.
De manera semejante, en los setenta aparecieron el punk y el pospunk, y los piercings y los estoperoles. El punk se empeñó intencionalmente en reproducir el sentido original del peligro presente en el rock, y por ahí surgieron Joe Strummer, Pete Shelley, Nina Hagen, Blixa Bargeld, Tom Verlaine y Patti Smith.
En los ochenta y noventa emergieron Nick Cave, Ian Curtis e infinidad de compositores del estilo gótico y dark wave. En el nuevo siglo están los indies y los cultivadores de la llamada americana.
La poesía modernista y modernista tardía y el rock son ahora tanto rizomas como géneros independientes y al mismo tiempo interconectados con una gran variedad de corrientes artísticas o no. La primera ocupa un nicho seguro dentro del mundo académico, las editoriales universitarias y las revistas y suplementos literarios; el otro ocupa un nicho mucho más grande, firme y en desarrollo constante dentro del mundo musical y del cultural, en pleno, definitivamente.
La poesía del siglo XX y el rock son paradigmáticos, por lo tanto, de la forma en que los movimientos del avant-garde han sido integrados a la psique colectiva durante la presente centuria. Profundizar en este tema y proceso es tan interesante como enriquecedor para la cultura en general, y un ejercicio indispensable para todo aquel que se diga rockanrolero.
Cuando hablo de la influencia recíproca entre el rock y la poesía, debería poner énfasis en el hecho de que la poesía contemporánea se ha beneficiado más con el rock de lo que el rock ha obtenido de la poesía contemporánea. Los motivos son evidentes: el rock ha servido de soundtrack a la generación nacida inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y a las siguientes, hasta la fecha.
Las canciones del rock a partir de los años cincuenta del siglo XX –fecha en que se empezó a documentar su trascendencia en las listas de popularidad— se han significado como una matriz de la cual todos los comportamientos tradicionales con respecto a las obras musicales salieron bajo una forma distinta.
Una que rara vez ha rebasado los cinco minutos de duración, y que se convirtió en terreno fértil para el uso de muchos buscadores de una educación sentimental y emocional. Con las canciones de este género surgió una nueva subjetividad, tanto social como psicológica y, sobre todo, romántica.
Los temas de estos cantos se convirtieron en una especie de arquitectura comunitaria; un arte cuya recepción ha sido consumida por una colectividad en estado de “percepción”. Representan el acceso compartido de una sensación en un mundo que mantiene separada y a distancia a la gente con sus problemas.
Desde el comienzo, la experiencia de escuchar a un grupo o a un solista interpretando una canción fue como oír los propios sentimientos y enfrentarlos a la divulgación. Apareció un YO social diferente como resultado de esta noción. Se dio el hecho de una catarsis nunca antes vista (baste el ejemplo de la conmoción causada por los conciertos de rock de Patti Smith, desde entonces).
*Texto de presentación del libro Patti Smith, la poesía amplificada, publicado por la Editorial Doble A y, de manera seriada, en el blog Con los audífono puestos.
VIDEO: Patti Smith ‘Gloria’ 1976, Belgium, YouTube (Gazeli Gaze)
Patti Smith La Poesía Amplificada Sergio Monsalvo C. Editorial Doble A Colección “Ensayos” The Netherlands, 2023
El jazz ha prosperado de forma constante, desde hace más de un siglo, al adquirir nuevas técnicas y nuevos conceptos y, con cada cambio legítimo sigue ampliando sus alcances y extendiendo su creatividad. Las transformaciones periódicas en su historia han implicado rupturas, pero han sido las rupturas inevitables de un crecimiento orgánico, señal indudable de vitalidad.
El jazz, surgido a principios del siglo XX, representó con Louis Armstrong, una de las primeras reflexiones fundamentales sobre el procedimiento y materiales básicos del jazz hasta las siguientes innovaciones de Duke Ellington, Count Basie, Charlie Parker, Thelonious Monk, Charles Mingus, Miles Davis, John Coltrane, Ornette Coleman, Bill Evans, John Zorn y Brad Mehldau, sucesivamente. Y tras la pasión y profundo convencimiento con que la hicieron sus representantes más vanguardistas ya no hubo vuelta atrás.
Hubo desde el comienzo la irrupción del deseo en la liberación de las frases musicales; el empeño en buscar nuevas formas de tocarlo y de cantarlo: sin estereotipos, sin fórmulas previsibles en la manera de interpretar y proceder. Se abolieron las limitaciones armónicas y se consolidó una actitud anti academicista.
No tanto con la idea de hacer desaparecer la academia sino de crear caminos alternativos para el desarrollo de músicos, cantantes y artistas interdisciplinarios. El jazz se volvió una aventura loca y emocionante. Se improvisó colectiva, salvaje y duramente, con líneas que se cruzaban y friccionaban entre sí.
Los únicos límites hacia el futuro se fijaron en aquello a partir de lo cual algo distinto empezara a manifestar su esencia. Nuevos sonidos, nuevas voces, diferentes lenguajes inscritos más allá de cualquier cosa conocida. Ahí es precisamente donde surgieron, trabajaron y crearon los «Hitos del Siglo XX». En el sentido musical de manera específica fueron aquellos que buscaron, que exploraron, que descubrieron nuevos modos, nuevas formas de la experiencia artística.
Es indiscutible que quienes ha sacado mayor provecho de ello ha sido el escucha. A través de la historia de estos músicos se comprueba que es a las figuras que provienen del terreno de lo revolucionario, de lo ignoto, de lo alternativo, a quienes se debe la riqueza de ideas y propuestas que ensanchan los horizontes y proveen de sustento a todos los demás.
Las transformaciones significan la desestabilización de viejas formas musicales y de pensamiento, extinción de informaciones anticuadas o su reordenamiento en contacto con los nuevos saberes, técnicas y tecnologías, que confluyen en nuevas agrupaciones y senderos. Ahí es precisamente donde brotan los artistas novedosos que canalizan sus expresiones al margen de lo netamente comercial. Se evaden de lo acostumbrado, de lo convencional, y mantienen en forma constante la difusión de sus innovaciones, distanciamientos y propuestas estéticas, todo lo cual los convierte en hitos.
*Introducción al libro Doce Hitos del Siglo XX (Jazz) de la Editorial Doble A, que ha sido publicado de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos.
Ry Cooder (nacido en Los Ángeles, California, en 1947) es una especie de antropólogo de la música popular contemporánea. Es un explorador que gusta de aventurarse por horizontes ignotos para el mainstream. Busca tesoros ocultos, estudia sus orígenes, se involucra en sus historias, descubre gente, pasados, héroes, leyendas, tradiciones, falsedades, injusticias, epopeyas y desventuras. Y luego de hacerlo reúne, graba, promueve y proyecta sus descubrimientos a través de compañías selectas, independientes, a las que acuden luego hambrientas las gigantescas trasnacionales hastiadas de lo mismo.
Esto lo ha hecho siempre, desde su temprana juventud allá por los años sesenta, cuando se adjudicó el compromiso artístico de la independencia, las causas perdidas y los caminos alternativos. Se forjó como un caminante solitario y justiciero (la cinematografía misma le ha pedido sonorizarla: Paris, Texas, como exégesis) al que le gusta poner las cosas en su sitio (acción que conlleva en sí la crítica del observador profundo y la obra fecunda).
*Fragmento de la Introducción al libro Ry Cooder (El Outsider Justiciero) de la Editorial Doble A, cuyo contenido ha sido publicado de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos.