LONTANANZA: THE DO

Por SERGIO MONSALVO C.

 

THE DO (FOTO 1)

 

ENCANTADOS DE CONOCERSE

Olivia Bouyssou Merilahti (de origen finlandés) y Dan Levy (francés) son la dupla detrás de The Dø y los responsables de crear discos interesantes, frescos y divertidos. Son obras innovadoras, hipermodernas absolutas, por el hecho de estar plagadas de influencias musicales perceptibles, así como de alardes de imaginación a la hora de realizar las mezclas con los géneros y estilos.

Merilahti, la encargada de la lírica –con una profundidad que va del romanticismo al realismo urbano–, además de tocar la guitarra, los teclados y el ukulele, es poseedora de una voz dúctil con distintos registros, emotiva y ejecutora de una vocalización distintiva. Es capaz de pasar de la suavidad a la rudeza con toda naturalidad.

Levy, de formación clásica a su vez, es el responsable de las composiciones orquestales y arreglos musicales de todos los temas. Toca diversas percusiones, la batería, el bajo, la guitarra, la armónica, el sax, la flauta, el piano y otros teclados, el xilófono el glockenspiel y las programaciones.

The Dø se formó en Francia a en el año 2005. Cantante y multi-instrumentista se conocieron en París durante la grabación de la banda sonora original de la película francesa Empire of the Wolves y posteriormente colaboraron en The Passenger y Camping sauvage. Congeniaron y él la invitó a que conociera su estudio.

La primera vez que ella fue empezaron a experimentar un poco con los instrumentos y les pareció gozoso. Luego, las visitas se hicieron regulares. Al principio, discrepaban en absolutamente todo. Levy sólo escuchaba jazz y música clásica. Olivia, rock y pop. Ella le prestó sus discos y él los suyos. Así, ella empezó a conocer a John Coltrane y él se familiarizó con David Bowie. Levy jamás había escuchado rock o pop. Todo eso era nuevo para él. Hasta que la conoció no tenía idea de quiénes eran Radiohead o PJ Harvey, por ejemplo.

Al cabo de un tiempo, algunos amigos escucharon los temas que habían grabado como divertimento y los animaron a grabar un CD. Lo hicieron y decidieron también presentarse en vivo. A pesar de que Levy siempre había estado relacionado con la música, nunca había formado parte de un grupo ni pisado un escenario. En aquellos primeros conciertos iniciaron la venta de los discos y los agotaron todos.

El dúo comenzó a componer e interpretar temas de indie rock y folk rock (en inglés) y a mezclarlos con otros estilos musicales. El divertimento resultó ser un soplo de aire fresco para el panorama indie francés, algo estancado a principios del siglo XXI.

Y fue precisamente esa combinación de sonoridades lo que hizo tan atractivos sus discos. Cada track de los tres álbumes que han publicado hasta la fecha, A Mouthful, Both Ways Open Jaws y Shake Shook Shaken, tiene algo distinto y sorprendente para ofrecer al escucha.

Desde “Playground Hustle”, “Song for Lovers”, “Queen Dot Kong” o “Unissasi Laulelet” (una extraña canción con letras en finlandés y percusiones que hacen pensar en un jolgorio tribal) hasta “Dust it Off”, “Smash Them All”, “Quake, Mountain, Quake” o “Moon Mermaids”, la acertada mezcla de estilos da como resultado un sonido elaborado y único donde los créditos se reparten por igual: los arreglos se deben al talento de Levy, mientras que la particularidad vocal y el encanto emanan de la finlandesa Merilahti.

VIDEO SUGERIDO: The Dø – The Bridge Is Broken (Southern Soul Sessions), YouTube (ogatomartin)

La inclinación por realizar arreglos (intrincados, barrocos, de cámara o avant-garde) que evoquen imágenes, está en directa relación con la vinculación de Levy con la música sinfónica, pero el hecho de que cada track sea tan característico tiene más que ver con que, según él, cada canción es un cortometraje independiente y exclusivo.

Después de escuchar A Mouthful (el primero, del 2009) o Both Ways Open Jaws (el segundo, del 2011) queda claro que, para lograrlo, se sirvieron de cuanto instrumento y sonido pudieron encontrar. Por eso en ambos se pueden escuchar la fusión, el crossover o la mezcla de indie rock y folk rock con influencias que van desde la música clásica hasta el jazz, blues, rhythm & blues, bebop, hip-hop, por no mencionar el rock & roll, el post punk, el art-rock, la electrónica e infinidad de cosas más.

THE DO (FOTO 2)

The Dø se reinventa en cada giro. Su propuesta es de una complejidad técnica notable y llena también de sabores electrónicos y una rica orquestación. Sin embargo, en ambos discos el dúo se las ingenia para mantener esa sensación de ligereza y la inmediatez del pop: esto se debe, sin duda, a la cautivadora voz de Olivia y a su capacidad como compositora, así como al  multiinstrumentismo de Dan. Y, por otro lado, gracias a haberse autoproducido.

En los discos ellos lo han hecho todo: componer, arreglar, grabar, producir… Y, según han manifestado, no es que no confíen en nadie más, sino que realmente disfrutan con todo el proceso, por lo que no quieren dejarlo en manos de nadie más. Por eso en cada disco se percibe una sensación de libertad, de polo a polo.

“Lo que más me gusta de todo esto es que hay millones de formas de acometer una canción. Cuanto más aprendes, más opciones tienes. Puedes tocarla como quieras y eso enriquece mucho el perfil de la banda. Creo que se nota en cada disco que no nos hemos limitado a la hora de hacer experimentos con las canciones”, ha dicho Dan Levy.

El nombre del grupo, que se ha prestado desde el comienzo a la especulación, se supone deriva de la primera nota de la escala musical (Do). Nota que, a su vez, también es la última; representando así lo que es nuevo y lo que es antiguo. Eso les da a estos artistas las posibilidades para reinterpretar cualquier género. Aunque también se ha manejado que es un juego de palabras formado por las iniciales de sus nombres propios (Dan y Olivia).

En la tremenda variedad de su propuesta se nota una magnifica cultura musical en ambos integrantes, tanto en la compleja instrumentación de Levy como en los diferentes registros vocales de Merilahti, quien además ha aportado las influencias de The Knife, Bat of Lashes, Björk, Beck, The Cardigans, CocoRosie o The Fiery Furnaces, entre otros.

The Dø presenta de esta manera discos llenos de giros sonoros y, sin miedo a probar, por lo que se alza como una propuesta atractiva y renovadora de la oferta musical del mundo.

En la obra de esta dupla es tangible que la actitud y la atmósfera engendrada tanto por la academia como por la escena popular han despertado las imaginaciones expresivas de ambos artistas.

Como se ha visto, las sonoridades latentes en las composiciones de ella, provocan en él la utilización de arreglos sinfónicos al mismo tiempo que el uso de la improvisación. Muestras las hay de sobra y, al parecer, el crossover en este sentido resulta en una circunstancia creativa en pleno desarrollo (Work in Progress), mientras que quien los escucha sabe que los purismos, por fortuna, ya son lacras en extinción.

Incluso los del uso del idioma inglés en las canciones populares, que en tantos nacionalismos trasnochados provoca escozor y hasta la estulticia idiosincrática. Un asunto que recalcitrantes antiimperialistas, como Fela Kuti por ejemplo, zanjaron de la manera más pragmática y razonable. El africano cantó sus manifiestos en inglés desde el origen mismo de su obra, pues la consideró como la mejor lengua para ser conocida, entendida y difundida, a través de las fronteras de todo el mundo.

Con la misma postura estética de The Dø en tal sentido, este francés y esta finlandesa se han impuesto en sociedades tan reticentes como la francesa, que los ha elevado, a pesar de ello, a la cima en sus listas de popularidad.

“Desde el principio supimos que Olivia iba a cantar en inglés. No hubo dudas al respecto. La cultura del rock sólo se expresa verdaderamente en ese idioma. Por eso fue una decisión, natural de ambos”, ha dicho Levy.

Con dicha música y su expresión, The Dø se ha convertido en todo un acontecimiento cultural de los años cero del siglo XXI.

 

VIDEO SUGERIDO: The Dø – Quake, Mountain, Quake (Teaser Album), YouTube (ogatomartin)

 

THE DO (FOTO 3)

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BABEL XXI-564

Por SERGIO MONSALVO C.

 

BXXI-564 (FOTO)

 

PAUL SIMON

MELANCOLÍA PRECIOSISTA

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.

https://www.babelxxi.com/564-paul-simon-melancolia-preciosista/

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LA AGENDA DE DIÓGENES: ELSA CROSS

Por SERGIO MONSALVO C.

 

EL DIVÁN DE ANTAR (FOTO 1)

 

(EL DIVÁN DE ANTAR)

¡Señor, señora, señorita! Sí, usted, no se haga. Acérquese sin miedo, el producto que vengo promocionando no perjudica ni afecta la salud ni engaña, se lo aseguro; al contrario, quizá hasta le estimule su dormida…imaginación. Se trata nada más ni nada menos que de un libro.  Calma, que no cunda el pánico. Si lo convence el rollo que le lanzo lo adquiere. Si no, dé la media vuelta y váyase con el sol cuando muera la tarde. ¡Continúe con su lectura del «Lágrimas y Risas” y si te vi ni me acuerdo!

¡Ahora sí, vamos a darle que la vida es corta y el «break” para el «lunch” también! La casa editorial Joaquín Mortiz tuvo a bien enviarme este libro para hacérselo llegar a usted, a usted y a usted. “Doctor –me dijeron (porque yo soy doctor en Letras de la Universidad de Tasmania)–, difunda el contenido de estas páginas conmovedoras”. ¡Y bueno, al fin y al cabo para eso estamos!

¡Se trata nada más ni nada menos que de El diván de Antar de la poeta Elsa Cross! ¿Un libro de poemas?, piensa usted en un tono desencantado, pero permítame decirle que la entiendo perfectamente. Existen personas a las que les gusta la poesía y otras a las que no. Aquí no hay de otra. ¡No se puede estar medio embarazada o sólo un poco!

¡Hablemos, entonces, de las que no les gusta! A las otras no hay necesidad de convencerlas, saben de la importancia infinita de la poesía. Ésta para los

neófitos es una cosa rara, abstracta, misteriosa y hasta sin chiste alguno.  Pero permítame decirle que no es así. ¡Aquí no le voy a hablar de teorías, ni de opiniones, ni de mafufadas de amigos o enemigos, ni del nacimiento, vida y amores de la escritora!

¡No, nada de eso, pues como dice el dicho: «Por sus obras los conoceréis»! En El diván de Antar usted descubrirá por sí mismo que la belleza de las palabras no es una cuestión misteriosa sino mágica; descubrirá que esa cosa escrita ahí reconstruye la naturaleza, la voluptuosidad, la fantasía; que esos montones de palabras huelen a vida, con los colores y los sabores que tienen

las cosas que la forman, y que éstas también tienen una presencia cándida y violenta a la vez, que enamora o estremece.

¡El diván de Antar le hará sentir y pensar todo eso y más, si se atreve! ¡Eso sí: la inteligencia y la sensibilidad usted la pone!

¡Ahora sí, gracias por su atención y a ver, ¿cuántos divanes van a querer por ahí?…!

EL DIVÁN DE ANTAR (FOTO 2)

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MEXICO CITY BLUES (ORIZABA 210)-V

 SERGIO MONSALVO C.

 

MEXICO CITY BLUES (ORIZABA 210) (PORTADA)_corregida

MEXICO CITY BLUES

(ORIZABA 210)*

 

V

 

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En junio de 1957, Jack retornó a la capital de México y a sus querencias en la Colonia Roma, con el objeto de escribir tranquilamente un artículo sobre la Generación Beat para la editorial Viking Press. Asustado por un fuerte temblor que se produjo en la ciudad y fustigado por una enfermedad estomacal, contrajo una fiebre muy alta.

Al mismo tiempo recibió la noticia de la muerte de Bill Garver. Se había quedado sin morfina y, tal como predijo en Mexico City Blues, se suicidó tragándose 40 tabletas de blue skies (aparecería personificado a la postre como Old Bull Gaines en Tristessa y Desolation Angels, y como Harper en Visions of Cody).

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A pesar de todo, Jack completó el artículo planeado (que por cierto se publicó hasta mucho tiempo después). Se pasó el resto del tiempo fumando marihuana y leyendo a Spengler; bebiendo tequila o vino mientras intentaba acoplar el pensamiento beat al Tao, al culto dionisiaco y al budismo. Buscaba, por entonces, explicarlo como un movimiento en esencia místico que quería enfrentarse a la tecnocracia.

En agosto de 1957, ebrio, abandonó aquella casa y su cobertizo y partió rumbo a Orlando, Florida. A las pocas semanas se editaría por fin su siguiente libro, On the Road; encabezaría el movimiento beat y el advenimiento de la contracultura de la segunda mitad del siglo XX junto a un listado de outsiders. No volvió jamás a México.

 

*Capítulo del libro Mexico City Blues: Orizaba 210 de la Editorial Doble A, y publicado de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos.

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Mexico City Blues

(Orizaba 210)

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A,

Colección “Textos”

The Netherlands, 2007

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BIBLIOGRAFÍA: «EL HUMOR EN LAS VISIONES DE HERNÁN LAVÍN CERDA»

Por SERGIO MONSALVO C.

 

HERNÁN LAVÍN CERDA (FOTO 1)

 

“EL HUMOR EN LAS VISIONES DE H. L. C.”*

 

Dentro de sus rasgos distintivos, dos cosas llaman la atención en la poética de Hernán Lavín Cerda: por un lado, el polo que sustenta el sentido de lo transitorio, acompañado de la permanente indagación de las fuerzas que gobiernan la vida a partir de la paradoja de que “Cuando pienso en la realidad, lo real en mí se ofusca / y al fin desaparece / como el rostro en el agua”; por otro lado, el polo cuya remisión apunta al lento desgaste o corrosión de la existencia.

Estos dos núcleos son también vectores que pretenden indagar y aprehender tanto la existencia de la esencia como la esencia de la existencia: “¿Para qué tantos demonios? ¿Para qué tantos dioses / Aún creo que el espíritu se destila a sí mismo / en una precipitación de vía láctea”, dice el poeta.

Al interior de los núcleos señalados resplandecen dos símbolos: el del caballo y el de la piedra, los cuales el poeta sopesa para conocer la levedad y el grávido misterio del ser. Sentido que remitiría nuevamente a los orígenes de la indagación, con el ingrediente de una ansiedad más acentuada. En el proceso que avanza hay una regresión permanente hacia los orígenes y, en ese espacio intermedio, la incertidumbre y el caos definen mejor la perspectiva poética, la del poeta y la del mito.

*Fragmento del ensayo “El humor en las visiones de Hernán Lavín Cerda”, publicado por la revista INTI.

HERNÁN LAVÍN CERDA (FOTO 2)

Hernán Lavín Cerda

 

 

Sergio Monsalvo C.

“El Humor en las Visiones de Hernán Lavín Cerda”

Revista INTI 

No. 29/3

191-196

(PRIMAVERA – OTOÑO 1989)

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CRYSTALS 3 (COMMUNICATION BREAKDOWN)

 

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(FOTOGRAFÍAS)

 

 

CRYSTALS 3 (COMMUNICATION BREAKDOWN)

 

 

Crystals 3 (Comunication Breakdown)

 

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LA AGENDA DE DIÓGENES: GUY DAVENPORT

Por SERGIO MONSALVO C.

 

GUY DAVENPORT (FOTO 1)

 

LA IDEA COMO FÁBULA

El nombre de Guy Davenport para la mayoría de los lectores quizá resulte vago y hasta desconocido; sin embargo, es el nombre de un escritor que despertó pasión, perplejidad y admiración. Es lo que suele ocurrir cuando surge un autor que realmente es una auténtica novedad, aunque no sea ningún jovencito.

Davenport nació el 23 de enero de 1927 en Carolina del Sur, en los Estados Unidos. Fue profesor de diversas universidades. En la de Kentucky explicó las literaturas de Kafka, Flaubert y Calvino.

Fue autor de varios libros narrativos, como por ejemplo La bicicleta de Da Vinci (1979), de ensayos literarios y libros de poemas. Fue también traductor de los clásicos griegos y, por si fuera poco, un pintor y dibujante notable.

Su libro debut, Tatlin! (1974), es un texto que no tiene nada en común con la literatura norteamericana más paradigmática y que parece centrarse en un realismo abrumador o en un lirismo de desnudez existencial con sabor al slang del estilo de Sam Shepard.  Sencillamente es incalificable, porque abre y cierra él solo toda una literatura.

Consta de seis relatos, el último de los cuales, pese a sus casi 200 páginas, tiene la virtud de no exceder la estructura de un relato breve. El que da título al libro supone un horizonte inédito del género biográfico, perfila la imagen frustrada de Vladimir Tatlin, el pintor y teórico constructivista ruso.

Los otros relatos abundan en lo que podría llamarse el engaño de la objetividad y ahondan en la fascinación.

Davenport unió materiales que a primera vista se repelen y su logro fue haberlos cohesionado en una obra de arte. Gozan sus cuentos de la erudición del ensayo y del lenguaje barroco de la poesía más pura; combina pasajes narrativos de una agilidad cautivadora con párrafos de análisis.

Y en todo ello, una sola pasión: el conocimiento, la necesidad de encarnar bajo capa de verdad una idea que jamás existirá en abstracto, que sólo será materia literaria por concebirse en la fábula de quien la pensó.

Davenport vivió hasta el año 2005, cuando murió en Kentucky. Su último libro fue The Death of Picasso: New ans Selected Writing, del 2003. En él publicó tres ensayos, dos cuentos y una obra de teatro, todos inéditos, entre otros textos.

Dejó tras de sí un largo listado de obras de ficción, de poesía, de traducciones, de ensayos, de “piezas fugitivas” (como llamó a sus disecciones literarias), pinturas, dibujos y correspondencia.

Haberlo leído en vida o hacerlo a posteriori es uno de los grandes placeres que se puede procurar cualquier lector curioso y degustador de la alta cocina literaria.

GUY DAVENPORT (FOTO 2)

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ELECTROSHOCK (SOBRE EL PUENTE)

Por SERGIO MONSALVO C.

ELECTROSHOCK (FOTO 1)

 

(ELECTROSHOCK)

 

Al comenzar mi caminata por el antiguo, histórico y hermoso Puente de Carlos, reconstruyo en mi imaginación aquel mismo momento veraniego en la Praga de 1787 y veo al preocupado Wolfgang Amadeus Mozart iniciando este paseo, junto a varios de sus anfitriones, sus amigos los Duschek, con quienes se aloja en la Villa Bertramka, allá, al sur de Malá Strana, en el barrio Smíchov. Es uno de los instantes más felices de su vida (según recordaría él mismo en alguna de sus cartas), a pesar de las cosas que lo inquietan y la negrura ante un futuro incierto.

Por un lado, el triunfo en esta misma ciudad de su ópera Las Bodas de Fígaro; el siguiente encargo de la burguesía praguense (más abierta a sus innovaciones musicales) para escribir Don Giovanni, lapso en el que se encuentra. Pero también, el pesar por la cercana muerte de su padre, Leopold; los problemas con la censura vienesa por su reciente obra, que trata los conflictos entre las clases sociales y las consecuentes sospechas del Emperador austriaco Francisco José II, del que depende su tranquilidad económica; así como su entrada a la masonería y lo que ello conlleva.

Sobre eso va pensando y charlando, mientras observa, igualmente, las reparaciones que le han hecho al puente, tras los estropicios que le causaran las recientes inundaciones. Se lamenta del hecho porque gusta de pasear sobre este extraordinario puente y porque quiere bien a los praguenses que han sido benévolos con él y aman su música. Es una ciudad que lo ha comprendido y apoyado, a diferencia de Viena. En unos días escribirá: “Meine Prager verstehen mich” (Mis praguenses me comprenden), un dicho que se haría famoso y popular por toda esta región Bohemia.

Mozart volvió a triunfar ahí (y para la eternidad) con la ópera Don Giovanni. Se iría a Viena donde el emperador lo tendría a su merced por un salario regular. No volvería a Praga, ni a caminar por el puente de Carlos. Sin embargo, su presencia permanecería por los siguientes siglos, y los jóvenes surgidos de ahí aprehenderían, generación tras generación, aquél dicho y sabrían lo que significa. Y continuarían evocando el eco de sus obras, como sucede ahora mismo, donde un sexteto de adolescentes lo interpreta para los paseantes sobre el puente.

Éstos nos extasiamos tanto por lo que escuchamos como por el decorado que tienen detrás, el que provocan el inmutable río Moldava, sus aguas aceitunadas y ambas orillas de la ciudad con sus impresionistas y limpios tonos pastel en las añejas fachadas de sus casas y edificios que causan un ensueño inmediato. Es un escenario en el que se adentra uno luego de tomar aire frente a las torres del lado de Malá Strana (Ciudad pequeña), sabiendo que al atravesarlas se sumergirá en otra dimensión, en el Medioevo de las leyendas guerreras, pero igual en las del misticismo y la magia.

Sí, la magia, porque del elemento madera con el que estuvo construido al principio de la era medieval, y del que dio cuenta un primer cronista llamado Abraham ben Jakob, paso al de la piedra cuando los astrólogos de la corte de Carlos IV determinaron que éste debía asistir y poner la piedra fundamental en el noveno día del séptimo mes de 1357, a las 5:31 horas, a fin de que el momento constituyera una correlación capicúa impar: 1-3-5-7-9-7-5-3-1. Cifra de dígitos impares ascendentes y descendentes, que se encuentra grabada en la torre de la Ciudad Vieja, al otro lado del mismo.

Ese misterio numerológico lo saben y callan los habitantes; lo conocen y esconden todos los mercaderes, filósofos y artistas que lo han cruzado a lo largo de los siglos, al igual que los que ahora se asientan entre sus quinientos y pico metros de longitud y casi diez de anchura. Los de hoy son hacedores de pinturas, retratos o caricaturas, artesanos de baratijas y músicos de diversos géneros bastante separados entre sí para no crear cacofonía. He tenido la suerte de que a esta hora no hay demasiados turistas y puedo transitar con comodidad y detenerme en cada recoveco y estatua barroca (hay 30).

Y así, entre tomar fotografías, leer las descripciones y solazarme con los pasos y la vista hacia ambos horizontes, llego a la mitad justa del puente donde emiten sus sonidos las jovencísimas integrantes de un grupo de cuerdas que interpretan un ecléctico repertorio. Escucho, rodado de algunos otros oyentes, algunos pasajes mozartianos, pero también versiones vibrantes de piezas pop y de rock. Interpretadas ambas con la misma intensidad y entusiasmo en estilo barroco. Al finalizar una de ellas me acerco para comprar un par de CD’s de la serie a la que han nombrado Busking Tour.

 

VIDEO SUGERIDO: Charles Bridge – Prague – Czech Republic (1080p), YouTube (Giorgio Vigo HD)

ELECTROSHOCK (FOTO 2)

Una guapa violinista atiende a mi pedido (son 500 coronas, 250 por cada ejemplar). Le extiendo un billete de mil y aprovecho que se pone a rebuscar en un estuche para darme el cambio para preguntarle por la historia del grupo. Momento en que decide que van a hacer un break. Mientras las otras se sientan en el suelo y toman agua, tres de ellas, con los instrumentos en la mano, responden a mi improvisado cuestionario. El nombre del grupo es Electroshock (por lo que provoca en el escucha el encuentro de las músicas).

Son una comunidad artística formada por estudiantes del Conservatorio de Música de la ciudad, por lo que su integración cambia por la rotación cotidiana de sus miembros (son 12, entre hombres y mujeres). Están comprometidos con este proyecto y cada año sacan un disco con los temas que consideran más pulidos en una serie a la que ya he nombrado. Se presentan a concurso ante el municipio para conseguir que les designen este lugar ideal (por la exposición multitudinaria, la posible venta de sus discos  y las dádivas que recogen y reparten a partes iguales).

Sin embargo, lo más importante para el conglomerado es la misión cultural que representan: “Nos preparamos y ponemos lo mejor que tenemos ensayado, para tocar tanto la tradición musical centenaria y actual que tenemos en el aspecto académico, como la influencia contemporánea que recibimos de la cultura popular. Al concurso se presentan muchos grupos y la competencia es grande, por lo mismo elaboramos un repertorio flexible que demuestre nuestra capacidad en ambos espacios. Es parte de la herencia que identificamos como modernidad mozartiana y nuestro compromiso con el presente”.

Las tres hablan de todo ello y se atropellan unas a otras al tratar de definir las emanaciones que reciben de este lugar, emblemático para los praguenses. Una recurre a la historia, otra a la concepción estética y arquitectónica de los componentes del puente y la tercera al fluido místico que ahí converge, por parte de las aguas del río, por un lado, y por el vaivén de gente internacional que transcurre por sus piedras. “Todo eso nos recarga de energía y nos hace sentirnos responsables por el mantenimiento de esa vibración tan intensa de familiaridad humana”. Lo dicho: aquí poseen un alma musical.

Luego de agradecerles sus respuestas les pido algún correo electrónico al cual acudir para intercambiar información. La violinista principal me lo escribe en el antebrazo y me pregunta a su vez de dónde soy, mientras las otras dos se despiden de mí con los pulgares hacia arriba. Me quedo todavía a escuchar un par de piezas más (con la sorpresa respectiva por una de ellas y el guiño del ojo). Lo que me parece extraño y extraordinario a la vez, es que ninguna durante ese descanso (y aquí incluyo a las que estaban sentadas y bebiendo agua) se han puesto a mirar su teléfono o a chatear.

 

Eso es algo que he visto y me admira de los praguenses a los que he visto en diversas situaciones (metro, restaurantes, autobuses, bares…), cuando están reunidos no huyen en grupo hacia las redes como lo he visto hacer en muchos otros lugares, sino que ¡platican! Sí, practican aún el arte de la conversación. Al observar ahora a estas muchachas lo compruebo. Las que están sentadas charlan entre sí, intensifican su conocimiento mutuo y saben en su interior lo que pueden esperar de las otras a la hora de formar equipo, de tocar en grupo. Saben lo que es la amistad y el compañerismo real, palpable, y la confianza en ello.

 

Primero fue a nado, con todos sus peligros. Luego vinieron los traslados mediante las embarcaciones rústicas, con todos sus peligros. Siguieron embarcaciones más grandes y seguras. A la postre, uno de los tantos reyezuelos mando poner un puente de madera colgante, endeble y lleno de peligros. A ello le siguió otro de madera mejor diseñado al que se denominó Puente de Judith, en honor a la esposa del rey Ladislao I, quien ordenó construirlo. Pero fue hasta el medioevo que la necesidad llevó a Carlos IV a buscar la solidez de la piedra sobre el río Moldava.

A éste, el puente más antiguo de Praga, le han sucedido infinidad de cosas: reiterada destrucción parcial por inundaciones, reconstrucciones largas y caras, empalizadas ejemplares de los conquistadores para disuadir a los rebeldes locales, encarnizadas batallas en defensa de su independencia, el nivel de suma importancia para el intercambio comercial entre Europa occidental y oriental, ornamentaciones diversas para hacerlo más seguro, bello, útil como vía de comunicación y elemento representativo del devenir urbano, hasta la conversión en símbolo importante de la ciudad.

Por él han transitado primero campesinos y soldados, carromatos y caballería militar, lugareños y comerciantes, las primeras carretas con visitantes extranjeros, En el último tercio del siglo XIX se dio el primer servicio regular de transporte público (carromato de largas dimensiones) que comenzó a funcionar sobre él. Tiempo después sería sustituido por un tranvía tirado por caballos. También fue entonces cuando el puente recibió su nombre actual de Puente de Carlos.

A principios del siglo XX, el tráfico a través de él aumentó en forma pronunciada. El tranvía tirado por caballos fue reemplazado por uno eléctrico que funcionaría hasta 1908, y por autobuses a partir de ese año. En 1978 se prohibió todo tipo de tránsito con excepción del pedestre. Actualmente durante las noches, el Puente de Carlos es testigo silencioso de los tiempos medievales. Pero durante el día, cambia por completo y se transforma en un sitio multitudinario y cosmopolita.

Reanudo, pues, mi paseo por el puente rumbo al casco antiguo, a la Ciudad Vieja, viendo acortar la distancia con la torre gótica más fabulosa del mundo, cuyo traspaso significará adelantar un par de siglos y encontrarme con más manifestaciones de la belleza urbana.

Porque de lo bello Praga posee infinitos apartados particulares, tantos como pasos se den por estos adoquines puenteros bajo la mirada santurrona de sus estatuas y elegantes farolas, junto a las que camino intentando repetir el nombre de aquellas jóvenes, pronunciado en un idioma especialmente hecho para perderse en el encanto de su extrañeza.

VIDEO SUGERIDO: Electroshock – Eurythmics – Sweet Dreams, YouTube (Electroshock)

ELECTROSHOCK (FOTO 3)

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LIBROS: PULSOR 4×4

Por SERGIO MONSALVO C.

 

PULSOR 4X4 (PORTADA)

 

EL BEAT DE LA IDENTIDAD*

 

Generalmente cuando se habla sobre el rock and roll se hace como si fuera tan sólo música juvenil y para derramar nostalgia sobre tiempos idos. Esto implica tratarlo sin la seriedad que merece; sin reconocerle la trascendencia cultural que ha sido parte de su historia y de varias generaciones de seres humanos (desde los Baby Boomers hasta la que ha padecido el azote del Corona virus y que en el momento de escribir esto tiene el nombre de Millenials).

En 70 años (de la segunda mitad del siglo XX a la segunda década del XXI) ha sido el movimiento artístico más revolucionario, con implicaciones sociales en todos los ámbitos (sociales, políticos, económicos, humanistas, científicos y tecnológicos).

Respondió con su nacimiento a una época depresiva, de posguerra, de prejuicios y persecución (macartismo). Respondió a ello con una infancia inquieta, auténtica y espontánea, llena de retos.

Tuvo una adolescencia crítica, con profundos conflictos existenciales y en la búsqueda de una razón de ser. Abrevó en la filosofía y las religiones orientales; conoció los excesos y la apertura de la conciencia cósmica y comunitaria.

En plena juventud se expandió hacia todos los puntos cardinales del mundo, se enriqueció con todos ellos y logró con esto la inmortalidad que generación tras generación renueva sus votos de identidad y reconocimiento con la rebeldía natural humana, que no se concreta a una época, a unos años, a una melodía repetitiva.

Con su historia de 70 años, el rock and roll se ha consolidado como un movimiento de opinión pública, creado por jóvenes que exigían a la sociedad ser escuchados; derivó en el gran transformador y sacudidor de la conciencia social.

Pero no sólo la ha sacudido, sino que la ha modificado. Liberalizó costumbres, combatido prejuicios, hambrunas y racismos, derribado tabús sexuales, desacralizado instituciones, derribado fronteras raciales, censurado guerras.

En fin, ha trascendido el ámbito musical a través de esos 70 años, y continúa transformándose y expandiendo su influencia a todo cuanto toca: arte, tecnología, moda, pensamiento, lenguaje, etc. etc.

Con esta serie (Pulsor 4×4: El Beat de la Identidad) se ha llevado al lector a un recorrido desde los inicios hasta los cambios que ha experimentado el rock a lo largo de sus siete décadas de existencia.

Con emisiones puntuales de año en año y teniendo como eje central a los grupos que han logrado importancia por su obra, hablé del contexto histórico en que fueron creadas tales obras, así como de su anécdota musical en particular, mostrando el desarrollo del sonido, la grabación y el enriquecimiento artístico.

Con esto se le proporcionó al seguidor un panorama detallado de una música que ha evolucionado a un estilo de vida, de pensamiento y de acción, a una cultura finalmente, como ninguna otra.

*La serie completa, Pulsor 4×4: El Beat de la Identidad, ha sido publicada por la Editorial Doble A con tal título, y online de manera seriada a través del blog Con los audífonos puestos durante los años de 2019 a 2021.

 

Pulsor 4X4

El Beat de la Identidad

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Textos”

The Netherlands, 2022

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