PLASTER CASTER

Por SERGIO MONSALVO C.

PLASTER FOTO 1

 ARTE GROUPIE

Su historia es de lo más fascinante. Se inició hace unos setenta años con la música como pretexto y desde entonces, con cada época, hay un giro de tuerca en su andar y en cuya espiral aparece un nuevo agregado al fenómeno. Comenzó como un acto de amor y hoy es un oficio bien recompensado: las groupies.

Su arco vital, al que no llamaría evolutivo, sino circunstancial, comenzó con la rosa inocencia de la fan, siguió con la fantasía de la admiradora que intimaba sexualmente con su ídolo, amante temporal y de ahí derivó en mil y un sustratos: como acompañante, confidente, amiga, madre, enfermera, novia, secretaria, contadora, agente y hasta esposa.

Como en todas las cosas de la vida en ello también ha habido clases y jerarquías. Desde hijas del proletariado hasta de la aristocracia y la plutocracia; desde escolapias y meseras hasta miembros del jet set internacional y hollywoodense. Sus edades de  ejercicio: entre los catorce y los treinta años más o menos.

E igual que como en todas las cosas hay un génesis, en esta historia el comienzo se dio con Elvis Presley y los baladistas sucedáneos. Muchos gritos, pero lo demás muy medido, muy secreto (casi todas eran menores de edad y las penas por trasgredir los límites demasiado altas social y judicialmente).

Luego llegaron los sesenta y la beatlemanía. La palabra fan cobró otro significado. Hubo histeria y la creación de clubes y de revistas. La comunicación entre ellas y los artistas se hizo intensa. Llegaron a saber más de sus ídolos que ellos mismos sobre sí.

Algunas destacaron sobremanera por sus acciones y hasta fueron protagonistas de canciones (“She Came In Through the Bathroom Window”, de McCartney, “The Apple Scruffs” de Harrison). Fue la cúspide del fanatismo rosa.

Pero luego llegaron las de los Rolling Stones y aquello comenzó a tomar otros derroteros. Así lo describió Keith Richards: “Cuando tienes a tres mil mujeres delante y arrancándose las pantaletas para lanzarlas hacia ti, te das cuenta de la fuerza increíble que has desatado: todo lo que les habían enseñado a no hacer jamás podían hacerlo en un concierto de rock and roll”, a lo que yo añadiría en el backstage, en los camerinos, en los hoteles, en los aviones, en los tours, en las residencias de los integrantes del grupo, etcétera.

¿Por qué lo hacen? Por admiración, por enamoramiento, por fama, por trepadoras, por diversión, por salirse de su casa, por infligir las reglas, como escape, por reafirmación, por promiscuidad, por las bajas exigencias, por snobs, por gusto, por el wannabe, como misión, por poder, por glamour, en fin, cada una tiene su propia razón o sinrazón.

(Actualmente, de la música han brincado a prácticamente todo acontecer social. Las hay de los deportistas, de los pintores, escritores, de los presentadores de televisión y hasta de los astronautas, en fin, de cualquier famoso. Aunque éstos ya se han vuelto muy cuidadosos con ellas por lo que a su imagen puedan afectar con las redes a su alcance).

Aquí es donde se abre una división tajante entre ellas: unas son las románticas, otras las pragmáticas, algunas son fatales y otras malvadas, la gama es muy amplia y el espacio para abarcarlas pequeño, así que siendo muy sintético y reductivo mencionaré a vuelapluma a las más destacadas históricamente.

[VIDEO SUGERIDO: George Harrison – Apple Scruffs/Beatles Fans Pics, YouTube (JackStarkey57)]

Entre las fatales están por supuesto Nancy Spungen (Sid Vicious), Coutney Love (Kurt Cobain), Anita Pallenberg (Brian Jones/Keith Richards). Entre las malvadas: Yoko Ono (que redujo a John Lennon a su mínima expresión) y Kelley Lynch, (que le robó a Leonard Cohen todos los ahorros de su vida).

Entre las pragmáticas más rentables están Pattie Boyd (Eric Clapton/George Harrison), Pauline Butcher (Frank Zappa), Pamela Des Barres (con todo un directorio de músicos en su haber), quienes se sostienen con los libros que han escrito sobre sus respectivos rockers, revelando a cuentagotas aquella relación en todos sus detalles y traicionando la confianza depositada en ellas.

De las pragmáticas glamourosas se puede citar a Kate Moss (Libertines), Pamela Anderson (Motley Crüe), Carmen Electra (Jane’s Addiction), Gwyneth Paltrow (Coldplay), hasta llegar a la cereza del pastel: Margarete Sinclair (luego Trudeau, como casada con el Primer Ministro Pierre Trudeau, que se hizo groupie de los Rolling Stones). Todas ellas con carreras de modelo, de actrices y Primera Dama (de Canadá), respectivamente.

Yo prefiero hablar de las románticas, de las que lo hicieron por amor, sin esperar nada a cambio; de las que acompañaron, trataron con cariño y acompañaron a los rockeros en su andar por los caminos; de las que sabían y se enteraban de cosas pero se las guardaban para sí.

Citar a las nobles y guerreras de los tiempos clásicos: Sable Starr, Bebe Buell, Lori Maddox y Geraldine Edwards, que fue la inspiración para el personaje de Penny Lane en la película Almoust Famous, de Cameron Crowe.

De Catherine James, Connie Hamzy, Cherry Vanilla, Dee Dee Keel, Margaret Moser, Patti Johnsen, Tura Satana, Patti D’Arbanville y Cassandra Peterson, de las GTO’s (que formaron este grupo a instancias de Frank Zappa), pero también de groupies contemporáneas como Mandy Murders, Lexa Vonn y The Plastics. Y una más, muy destacada por su bizarra labor a los largo de las décadas: Cynthia Plaster Caster.

PLASTER FOTO 2

 

 

El culto fálico ha formado parte de las civilizaciones, tanto de la antigüedad como en las modernas. Actualmente, sus manifestaciones pueden encontrarse en diversas piedras, columnas, monumentos, esculturas (incluso en la decoración de algunas iglesias), galerías y museos (el arte de Lee Lozano, por mencionar alguno).

Tal costumbre se observó en Egipto, Grecia, el Medio Oriente, Mesoamérica y la India. Existe ahí un grupúsculo, la de las Saktas, que se dedica a la adoración del órgano masculino. En la Norteamérica primitiva el culto formó parte de algunas tribus, y su resurgimiento se dio en los años sesenta del siglo XX para continuar hasta nuestros días.

Por ejemplo: de todos los fetiches hendrixianos, la impresión en yeso de su erección debe ser el más extremo. «El Pene de Milo» lo llamó su dueña, Cynthia Plaster Caster, y fue eternizado en molde el 25 de febrero de 1968 en la habitación de Jimi en el hotel Conrad Hilton de Chicago entre dos presentaciones de la Jimi Hendrix Experience.

Fue el primer trofeo de Cynthia Albritton, que con el apodo “Plaster Caster” se acercó a Hendrix y éste aceptó la propuesta de inmediato. Cynthia llevaba un maletín con todos los utensilios necesarios (yeso, una sustancia llamada alginato, cucharas, vaselina, vasos de plástico, una espátula y un florero).

La idea era que Hendrix introdujera su miembro erecto en el florero lleno de alginato. Luego debía sacarlo justo antes de que perdiera la erección, y entonces había que llenar el hueco con yeso. Ella midió los ingredientes, tomó apuntes y produjo la erección. Métodos típicos de cualquier científico. El asunto desde luego alimentó la leyenda del guitarrista como dios del sexo.

Y así Cynthia continuó con su trabajo. Sin embargo, tuvo que vivir casi veinte años sin esa escultura ni las otras veinticinco erecciones de estrellas de rock, que había podido conseguir (de integrantes de los Animals, Raiders of the Purple Sage, Dead Kennedys, Jello Biafra, Elastica, Buzzcocks, Mekons, MC5, a Ministry y Momus, entre otros), debido a que al amigo al que se las había encargado mientras viajaba con algún músico, no se las quiso devolver. El largo pleito legal finalmente se decidió a favor de Cynthia, y después de muchos años de separación se volvió a reunir con ellas.

La idea para este hobby de groupie extravagante surgió cuando Cynthia estudiaba en la Universidad de Chicago. De tarea le dejaron sacar «una impresión en yeso de un objeto duro». Su proyecto fue el más insólito de la clase. Unió su amor por el rock a su oficio artístico.

Hoy en día, cincuenta años después, Cynthia sigue dedicada a su pasatiempo, pero con menos frecuencia y lo ha ampliado a otras disciplinas (cineastas, actores y artistas plásticos). Es muy selectiva al elegir a sus objetos y sólo aborda a artistas cuyo trabajo admira.

Por el momento, Cynthia Plaster Caster expone sus esculturas en diversas galerías de Nueva York, y sus andanzas y tales puestas han sido objeto de documentales como Plaster Caster (2001, de Jessica Everleth) y My Penis and I (del 2005, para la BBC de Londres).

Asimismo ha sido personaje en un puñado de canciones como “Five Short Minutes” de Jim Croce, “Plaster Caster” de Kiss, “The Penis Song” de Momus y  «Nanny Nanny Boo Boo» de Le Tigre, entre algunas de ellas.

Tiene pensado publicar su autobiografía en un futuro próximo, y realizar una exposición itinerante a nivel mundial. Ella es el epítome de la groupie que no se conformó con un simple autógrafo y que elevó su admiración a la categoría de arte, por más bizarro que éste sea.

PLASTER FOTO 3

[VIDEO SUGERIDO: The most famous rock groupies, YouTube (thequeenoftheporn)]

 

Exlibris 3 - kopie

68 rpm/31

Por SERGIO MONSALVO C.

68 RPM 31 (FOTO 1)

Álbum doble con el que The Animals cerraron un año intenso. Marcó igualmente la segunda disolución del grupo. A excepción de la original “I’m Dying (or am I?)”, el material se compuso de versiones como “Coloured Rain” de Traffic, “River Deep, Mountain High” de Phil Spector y “I’m an Animal” de Sly Stone, por ejemplo.

68 RPM 31 (FOTO 2)

LOVE IS

ERIC BURDON & THE ANIMALS

(MGM)

El lado D estuvo dedicado completamente al cóver de piezas del grupo Dantalian’s Chariot, del que procedían Zoot Money y Andy Summers (futuro miembro de Police).

Hay una colaboración especial en los coros de Robert Wyatt (Soft Machine), antes de su accidente. Una manera artística de cerrar un eslabón más en la carrera de The Animals.

68 RPM 31 (FOTO 3)

 Personal: Eric Burdon, voz y spoken word; Zoot Money, teclados y voz; Andy Summers, guitarra y coros; John Weider, guitarra; y Barry Jenkins, batería y percusiones. Portada: Hecha por los artistas gráficos de la compañía discográfica.

[VIDEO SUGERIDO: Eric Burdon & The Animals – I’m An Animal – 1968 45 rpm, YouTube (Sids60sSounds)]

Graffiti: «El acto instituye la conciencia«

BOSTON

Por SERGIO MONSALVO C.

BOSTON (FOTO 1)

 EN LA CAVA DEL ROCK

¿Cuántos músicos en la historia del rock han podido darse el lujo de tomarse seis años para elaborar un disco que los deje satisfechos como artistas?  Obviamente muy pocos. Entre ellos destacó uno debido a su genialidad técnica y al purismo exagerado: Tom Scholz.

Scholz nació en Toledo, Ohio, un 10 de marzo de 1947 y se fue al noreste de los Estados Unidos para estudiar en el prestigiado Instituto Tecnológico de Massachusetts. Una vez graduado como ingeniero en la construcción de maquinaria fue contratado por la Polaroid Corporation, con el puesto de diseñador industrial y un sueldo anual de 25 mil dólares.

Así, mientras de día trabajaba en las cámaras automáticas, de noche lo hacía en un pequeño estudio de 12 tracks, construido por él mismo, para pulir sus ideas musicales junto con sus amigos Brad Delp, que tocaba la guitarra, las percusiones y cantaba; Barry Goodreau, la guitarra; Fran Sheehan, el bajo; y Sib Hashian, la batería y las percusiones. Él mismo, tocando la guitarra, el bajo y los teclados.

Actualmente, ni el propio Scholz ha sido capaz de definir concretamente la música que hizo el grupo: «La potencia probablemente derive de la música clásica, Beethoven y cosas así; el ritmo del rock and roll temprano y de los Kinks en sus inicios; y el sonido vocal típicamente armónico, de los Byrds y de los Hollies», explicó en su momento.

Un colega de donde trabajaba lo convenció de proporcionarle una cinta grabada por él con su propio material, para mandársela a un pariente inmerso en el negocio de la música, de nombre Charlie McKenzie, quien a su vez estaba asociado con Paul Ahorn. Ambos quedaron encantados con la grabación y bautizaron al grupo formado alrededor de Scholz como Boston.

Cuando en 1976 apareció el primer disco, con el mismo nombre que el del grupo, todos se volvieron millonarios. En siete semanas alcanzaron la marca para el disco de oro, y en once la de platino, la canción «More Than a Feeling» se convirtió en un hit internacional. Y lo más asombroso de todo ello es que lo habían logrado casi sin promoción.

BOSTON (FOTO 2)

La genialidad de Scholz fue reconocida como autor, arreglista, productor, guitarrista, tecladista e ingeniero de sonido; sin embargo, su tendencia maniática por el perfeccionismo excesivo sometió a todos los involucrados en el proyecto «Boston” a muy severas pruebas de paciencia.

La primera gira del grupo se realizó cuando el disco ya era de oro y el material alcanzaba para cubrir una hora y media de espectáculo. A pesar de ello, con las ventas millonarias el grupo se convirtió en uno de los pilares de la compañía Epic/CBS, lo cual le proporcionó a Scholz el espacio necesario y un estudio a su disposición.

Tras dos años, apareció en el mercado Don’t Look Back, su segundo L.P., con los mismos resultados. La compañía hizo de Tom Scholz su hijo predilecto y le amplió las concesiones esperando el siguiente producto, y esperó, y esperó… Cuando pasaron seis años se armó una bronca de grandes dimensiones.

Pese a los 15 millones de discos vendidos, Epic ya no lo toleró más y lo demandó por incumplimiento. Mientras tanto Boston cambió de compañía grabadora y se fue a la MCA/WEA. «Después de seis años musicalmente no sabía qué esperar –afirmó Scholz, por entonces–. Mi Único deseo era sacar un disco en el que no pudiera mejorar nada».

En 1986 apareció por fin el tercer L.P., Third Stage, del que fue lanzada como sencillo la canción «Amanda», que alcanzó rápidamente los primeros lugares de las listas del Billboard. El perfeccionista Scholz pasó más de 10 mil horas trabajando en este disco: «Third Stage era un disco que quería y tenía que hacer», comentó el músico. «Todo lo que invento, lo que publico, lo hago con convicción, debe corresponder a mis ideales de calidad».

BOSTON (FOTO 3)

Tras aquellos tres discos maravillosos Scholz se volvió a tomar grandes espacios de tiempo entre una producción y otra (tres más de estudio y una antología), con resultados menos espectaculares que los anteriores, pero con el amplio reconocimiento de los conocedores. Así, entre cimas y simas, muertos, heridos y desaparecidos, el grupo Boston continúa su andar cuatro décadas después, en busca siempre del mejor sonido.

VIDEO SUGERIDO: Boston – Amanda – HQ, YouTube (julianotro)

 

REMATE

68 rpm/30

Por SERGIO MONSALVO C.

68 RPM 30 (FOTO 1

Segunda obra del tríptico sesentayochero de The Animals. Un buen álbum de blues psicodélico (salpimentado con otros géneros afroamericanos) y experimental (con la inserción de diálogos y spoken word) bajo la directriz de Burdon, pero con nuevos integrantes –como Zoot Money– y la salida de otros –Briggs y McCulloch–.

68 RPM 30 (FOTO 2)

EVERY ONE OF US

ERIC BURDON & THE ANIMALS

(MGM)

El disco marca la firme incursión de Burdon en el comentario político, la crítica social y la lucha por las libertades del pueblo negro en los Estados Unidos de aquel año, en largas piezas conceptuales como “White Houses”, “The Immigrant Land”, “New York 1963-America 1968” o “Year of the Guru” (donde incluso se anticipa en el tiempo al rapear).

Un trabajo sofisticado, profundo y bellamente instrumentado en muchas de sus partes. Por lo mismo, alejado del gusto masivo.

68 RPM 30 (FOTO 3)

 Personal: Eric Burdon, voz; Vic Briggs, bajo y guitarra; John Weider, guitarra y cuerdas; Danny McCulloch, bajo, guitarra de doce cuerdas; Barry Jenkins, batería y percusión; Andy Summers, guitarra; Zoot Money (con el seudónimo de George Bruno), teclados y voz. Portada: Collage realizado por los artistas gráficos de la compañía discográfica.

[VIDEO SUGERIDO: “New York 1963 – America 1968 Eric Burdon & The Animals, YouTube (Karina Ter-Gazarian)]

Graffiti: «El patriotismo es un egoísmo en masa«

“LAYLA”

Por SERGIO MONSALVO C.

LAYLA FOTO 1

 CANCIÓN DE AMOR DESESPERADO

Cuando conocí a Eric, se hacía llamar Derek. Yo tenía 12 años y él 25. Venía a ver mucho a mi madre en aquel entonces. Eran buenos amigos desde que iban al Art College de Londres.

 Un día con mi impertinencia adolescente le pregunté que cómo un dios como él seguía manteniendo esa amistad. «Mi mamá es pintora y tú eres una estrella del rock», le espeté desconcertado. Él me miró y dijo: «Precisamente por eso. La pintura es el único arte que puede entender a la música».

 Mi madre me contó que Eric en ese momento estaba viviendo un infierno particular: «Su alma está llena de melancolía y no de felicidad. Siente el dolor que es más sutil y hiere más hondamente que los demás: el dolor del amor».

LAYLA FOTO 2

 Luego me enteré que estaba enamoradísimo de la esposa de su mejor amigo, George Harrison. Aquello era un gran drama en el olimpo moderno. Y como buen drama todo estaba resultando trágico.

La dama en cuestión se llamaba Patti. Boyd era su apellido de soltera y ella un auténtico mito en la escena musical británica. Era una de las modelos más solicitadas en pleno auge de la moda pop y de su mundillo metropolitano. Ahí la conoció Harrison, quien se prendó de ella. Se casaron y eran felices, según el cuento.

Star Duet

 A Eric y George los unía una amistad antigua. Incluso cuenta la leyenda que Clapton pulsó la guitarra en uno de los temas más destacados del importante Disco Blanco de los Beatles: «While My Guitar Gently Weeps» a instancias del propio Harrison.

 El caso era que andaban juntos de arriba para abajo, junto con Pete Townshend de los Who. Un día en cierta fiesta toda la pléyade rockera londinense se dio cita y Harrison puso en práctica sus dotes donjuanescas y se llevó a la cama a una de las invitadas. Patti se enteró y juró cobrársela.

 El cielo tembló porque sabe del monstruo en que se convierte una mujer despechada. Como instrumento de venganza usó a Eric. Una deidad declarada y el mejor amigo. Los artilugios de ella –y la belleza física era sólo uno de tantos– lo hicieron sucumbir. Se enamoró locamente de Patti.

 [VIDEO SUGERIDO: Layla – Derek and the Dominos, YouTube (sheepenthusiast)]

 Una vez que ella logró el objetivo de poner celoso a su marido, Eric fue rebajado al papel de pretendiente al que sólo se le dan pequeñas dosis de afecto para mantener encendida la flama.

 El alcohol y las drogas fueron el paliativo del rockero para sobrellevar la pena. Sin embargo, nada lo consolaba. Dicen que no dormía, que todo se le iba en puro llorar. Fue cuando la luz bluesera se le encendió allá por el horizonte.

 Él era un bluesero, ¿no?, entonces sería con esta música que combatiría a sus demonios. Nada de Yardbirds, ni de Bluesbreakers ni de Cream, menos de Blind Faith o el grupo de los Bramlett. Necesitaba algo nuevo, algo con lo que se atreviera a revelar los abismos en los que vivía, un grupo de músicos que se convirtieran en sus compañeros de viaje y se rompieran el alma hombro con hombro durante su odisea sentimental.

LAYLA FOTO 4

Afortunadamente los encontró: Bobby Whitlock (teclados), Carl Radle (bajo), Jim Gordon (en la composición y la batería) y sobre todo Duane Allman (en las guitarras). Éstas fueron sus velas para surcar las aguas del amor no correspondido. Tales argonautas se hicieron llamar Derek and The Dominos.

 Según los estudiosos, el blues está repleto de detalles autobiográficos, porque favorece  la expresión individual en beneficio de una conciencia de masas. Yo sólo sé lo que ha dicho el mismo Clapton, que a él le gusta tocar el blues porque no es glamuroso, porque en él sólo se puede decir la verdad sobre uno mismo, sin adorno alguno.

Y eso fue lo que hizo precisamente con el álbum que brotó de los estudios Criteria de Miami. De entre las diversas canciones de amor que componen el disco, el tema «Layla», que da nombre al doble LP, se erigió en la poesía del dolor plasmado y no sólo vivido.

LAYLA FOTO 5

 La malévola musa de Clapton provocó su desdicha, sí, pero también una explosión de creatividad que culminó en una bella pieza que únicamente podía nacer de una felicidad no disfrutada.

 El productor ejecutivo del disco, Tom Dowd, hizo posible la alquimia entre Duane Allman y Eric Clapton. Éste último en ese instante era presa de Eros y a Allman ya lo rondaba Tanatos (moriría un año después en octubre de 1971).

Bajo estos principios humanos fue que se dio la grabación. Allman poseía una técnica original de bottleneck e ideó la utilización del riff que permitía que dos partes de guitarra se conjugaran en una pura prolongación del solo de blues moderno.

LAYLA FOTO 6

 Esta contribución a «Layla» fue definitiva. Allman llevó a cabo una de las mejores interpretaciones en el instrumento de la historia del rock, misma que fue resaltada por Clapton al realizar uno de los más brillantes solos guitarrísticos de su vida con la Fender Stratocaster 1956, llamada «Brownie» por él.

«Layla» a final de cuentas resultó la obra de arte inmortal de Clapton. Bajo el hechizo del amor lo arriesgó todo y fue capaz de todo. Su conmoción se convirtió en magia pura en aquel track 3 del lado 4 del álbum.

LAYLA FOTO 7

En el ínterin, Eric venía a ver a mi mamá para convencerla de que hiciera la portada para el disco. Al contarle la historia de «Layla», ella aceptó el trabajo. Haría el retrato de la mujer que había propiciado todo aquello.

Su imaginación la recreó y puso de manifiesto lo que un artista como Eric quería poseer. «Mira –me dijo al mostrarme la pintura–, aquí está el retrato de una mujer por la que mi amigo ha temblado, ardido y se ha consumido; una criatura extraña que no le pertenecerá nunca por más cerca que la tenga. El sufrimiento hizo brotar en él la esencia de su vida: el arte. Fue poeta en esa canción porque encontró el valor para llorar. Su espíritu bienaventurado transformó el dolor en canto”.

 [VIDEO SUGERIDO: Eric Clapton – Layla (Jazz version), YouTube (Angelo Alessio)]

 

Exlibris 3 - kopie

68 rpm/29

Por SERGIO MONSALVO C.

68 RPM 29 (FOTO 1)

El nordeste de Inglaterra –Newcastle, para ser más preciso– aportó a la propagación del rhythm and blues y del blues en la Gran Bretaña a un grupo de duros jóvenes obreros que los vociferaban fuerte. Se llamaban Alan Price R&B Combo. Todos los miembros (Hilton Valentine, Chas Chandler, Alan Price y John Steel) se habían criado en el ambiente minero y las difíciles condiciones de vida de su lugar de procedencia.

Tras una presentación en el Down Beat Club de aquella localidad, Eric Burdon se integró como cantante, aportando intensidad, emoción y conocimientos genéricos. Esto sucedió en 1963. En dicho lugar, Graham Bond les sugirió cambiar el nombre a The Animals debido a su fuerza interpretativa.

El productor Giorgio Gomelsky los descubrió y envió a Londres para grabar y pronto comenzaron a aparecer en las listas de popularidad. Su primera grabación fue «Baby Let Me Take You Home», seguida de la hoy clásica «The House of the Rising Sun».

Los éxitos se acumularon entre 1964 y 1966 con infinidad de hits. A pesar de ello Price optó por abandonar al grupo e iniciar una carrera como solista. Con ello siguió una infinidad de cambios de personal. Burdon decidió renovarlos en 1967; los convirtió en The New Animals y luego en Eric Burdon and The Animals.

68 RPM 29 (FOTO 2)

THE TWAIN SHALL MEET

ERIC BURDON & THE ANIMALS

(MGM)

Tras diversos y apoteósicos recibimientos en la Unión Americana en los años anteriores, el grupo decidió permanecer una larga temporada ahí en 1968. Curso hiperactivo tanto en las grabaciones como en los conciertos. En los discos se despacharon con la realización de tres a lo largo del año.

Con The Twain Shall Meet mostraron el giro musical que habían dado. Coquetearon con la psicodelia y la experimentación. Las piezas «Monterey» y «Sky Pilot» fueron sus cartas de presentación. La primera era una crónica de su participación en el Festival Pop de dicho nombre y sus impresiones acerca de él.

La segunda, una canción antibelicista a propósito de la Guerra de Vietnam. El tema más arriesgado fue “All is One”, en el que hubo una inmersión total en la experimentación psicodélica y el rock progresivo. Incluyeron en ella cantidad de efectos especiales, mezclados con infinidad de instrumentos, lírica sinsentido, flujo mental, referencias musicales y ajustes al tempo. Una auténtica rareza.

68 RPM 29 (FOTO 3)

 Personal: Eric Burdon, voz; John Weider, guitarra y violín; Vic Briggs, guitarra; Danny McCulloch, bajo, y Barry Jenkins, batería. Portada: Collage realizado por los artistas gráficos de la compañía disquera.

[VIDEO SUGERIDO: Eric Burdon & The Animals – Sky Pilot – Long Version, YouTube (Moondog Mike)]

Graffiti: «Cuando la Cámara de Representantes se convierte en un teatro burgués, todos los teatros burgueses deben convertirse en Cámaras de Representantes«

TRAVELING WILBURYS

Por SERGIO MONSALVO C.

WILBURYS FOTO 1

 SORPRESAS Y TESTAMENTOS

Una reunión muy especial. Varios forjadores de importantes capítulos de la historia del rock se integraron a fines de los años ochenta en una «banda de hermanos». El rumor de un gran disco realizado por tales hermanos llamados Otis, Nelson, Charlie T. Jr., Lefty y Lucky. Todos de apellido Wilbury, se extendió rápidamente y, cómo no, también la investigación acerca de ellos, de sus orígenes.

Sin embargo, de la información recabada se supo que era una manera de esconder los nombres verdaderos. El truco de mantener en secreto su verdadera identidad no les salió, pues resultó imposible no saber de quiénes se trataba: a un trío estadounidense compuesto por Bob Dylan, Roy Orbison y Tom Petty (cabeza de los Heartbreakers), se agregó una pareja de ingleses formada por George Harrison (ex Beatles) y Jeff Lynne (ex Electric Light Orchestra). Un nuevo supergrupo que se hacía llamar The Traveling Wilburys

La palabra «Wilbury» fue un término recurrente usado por Harrison y Lynne, durante la grabación del álbum Cloud Nine del primero, para mencionar a los pedazos de piezas grabadas que deberían que ser borrados durante la posproducción.

WILBURYS FOTO 2

En el idioma inglés, la frase “We’ll bury them in the mix”, que puede traducirse como «los enterraremos en la mezcla», contiene el sintagma «We’ll bury» que suena exactamente como Wilbury. Dicho asunto fue el que les sugirió a ambos el nombre del grupo: The Traveling Wilburys (“Los Wilbury viajeros”).

¿Qué era lo que se podía esperar de tal conjunción de estrellas, con tal cantidad de talento, experiencia e historia rocanrolera?  A veces pequeños milagros musicales, como el Volume I publicado por WEA en octubre de 1988.

El primer acercamiento entre los miembros fue del todo casual. Harrison grababa el mencionado disco en los estudios californianos de Dylan. Habían sido convocados para colaborar en el tema “»Handle with Care», que sería la cara B del sencillo «This Is Love», extraído del álbum.

[VIDEO SUGERIDO: Traveling Wilburys – Handle With Care, YouTube (TravelingWilburys)]

No obstante, al escuchar la canción al final de la grabación, los ejecutivos de la compañía le señalaron a George que era demasiado buena como hacerla de lado B. ¿Qué opciones proponía al respecto? Harrison volteó a ver a sus compañeros en busca de la respuesta. La solución fue sencilla al estar entre amigos.

Como todos se habían sentido cómodos durante aquel tiempo en el estudio decidieron prolongar la diversión y grabar un álbum completo. El reto sería hacerlo en un plazo de diez días, antes de que comenzara la inminente gira que Bob Dylan ya tenía planeada. Cada integrante sumó entonces al repertorio diversas canciones.

Ese primer volumen de lo que se proyectaba como una larga serie de discos, contiene canciones de nivel superior, sencillas y clásicas. Hay música acústica de cámara y eléctrica, como la pieza «Handle With Care»; animados shuffles con el apoyo de metales, como en el caso de «Dirty World»; baladas melancólicas como «Not Alone Anymore» o animadas y nostálgicas piezas bailables como «Rattled».

WILBURYS FOTO 3

En el Volume I no hubo excesos de producción. Aquí no se pensó en un público determinado. No hubo cálculos comerciales, ni experimentos ni trucos de estudio. Visto y escuchado así, el incógnito tenía sus buenas razones. La fama de las estrellas se convierte a menudo una cadena de oro.

Por eso los Traveling Wilburys deveras hicieron lo que quizá se le tomaría a mal al individuo por separado: canciones de amor entre el deseo y la frustración, citas de sí mismos presentadas con cierta sonrisa y todo tipo de juegos con la guitarra.

Muchos son los puntos destacados de este disco rico en material (¡rock & roll de raíces!). Lo seguro es que el proyecto en su origen había considerado una continuación; sin embargo, luego tuvo que ser  como cuarteto sin otro guitarrista invitado de la misma categoría y, finalmente, desapareció cuando se redujo a trío, ya que Roy Orbison falleció a fines de ese mismo año dejando este disco como un testamento musical. La muerte de George Harrison en el 2001, a su vez, acabó con la posibilidad de supervivencia del grupo, tras el Volume 3.

WILBURYS FOTO 4

 

 

El misterio del segundo volumen tampoco lo fue tanto, ya que los discos individuales en la carrera de cada uno de ellos tras el Volume 1 contaron con la colaboración encriptada de los demás miembros, tanto en la producción, como en la composición y acompañamiento.

La participación de Roy Orbison (guitarrista, cantante y compositor un tanto olvidado por las nuevas generaciones, que sólo lo remiten a la década de los cincuenta o ni eso, a pesar de la cantidad de canciones clásicas que compuso), con The Traveling Wilburys (bajo el apodo de Lefty) y a invitación expresa de sus admiradores: Harrison, Dylan, Petty (éste falleció recientemente, en el 2017) y Lynne, lo mostró como en sus mejores días.

El Ayer u hoy, es lo mismo actualmente. Porque, según lo que sabemos hasta ahora, históricamente el arte puede ocupar el papel de la trascendencia; y que ambas manifestaciones y anhelos del espíritu humano cumplen así su verdadero destino contra el poder de la desmemoria, proporcionándonos el disfrute eterno y a discreción de un soplo transitorio como el de un supergrupo como éste.

VIDEO SUGERIDO: Traveling Wilburys – Wilbury Twist (2007 Version), YouTube (TravelingWilburys)

 

Exlibris 3 - kopie

68 rpm/28

Por SERGIO MONSALVO C.

68 RPM 28 (FOTO 1)

Aquel tiempo de la década se destacó prácticamente por los intentos por lograr cambios en todos los órdenes de la vida. En el sentido musical los motivos fueron variados y consecuentes y sus circunstancias por demás propicias, por ejemplo: el vuelco completo del conjunto de los valores musicales provenientes de épocas anteriores; las impactantes modificaciones sociales y políticas que se perfilaban a nivel global y local; los avatares del mercado masivo para la música grabada; el comercialismo y su canalización mediática; el desarrollo tecnológico; la explosión informativa y los climas favorables para la experimentación. De ese caldo de cultivo surgió uno de los personajes más interesantes de la época: un músico de dimensiones extraordinarias y universales.

68 RPM 28 (FOTO 2)

 JIMI HENDRIX

ELECTRIC LADYLAND

(Reprise Records/Polygram)

El tercer álbum de la Jimi Hendrix Experience, Electric Ladyland, apareció en octubre de 1968 y fue oficialmente el último como agrupación del guitarrista. Contenía dos discos y 72 minutos de música inconmensurable, arrebatadora, brillante y sumamente creativa.

El punto principal es una jam de 15 minutos de duración en torno al tema «Voodoo Chile». Fue grabado en el estudio a las cuatro de la madrugada y en una sola toma con la que participaron algunos amigos de Hendrix como invitados: el bajista Jack Casady, de Jefferson Airplane y Steve Winwood, de Traffic, en el órgano. Invitados en otros tracks fueron: Buddy Miles, en la batería (“Rainy Day”); Chris Wood, en la flauta (“1983”) y Al Kooper, en el piano (“Long Hot Summer Night”), entre los más destacados.

Cuando se publicó, algunos críticos conservadores opinaron que se trataba de un juego superfluo, un ego trip virtuoso, nada más. Sin embargo, el tiempo ha puesto a cada quién en su lugar, porque en el rock actual se buscará en vano a un grupo de músicos que se aproxime siquiera a producir tanta fuerza, progresión e intensidad como las logradas por Jimi Hendrix e invitados en esa ocasión.

En Electric Ladyland la mejor música no se da ya en el formato usual del trío. La Experience se ha resquebrajado y roto por el hilo más delgado: Noel Redding. Ante su falta de capacidad técnica, Jimi optó por dejarlo a un lado lo más posible. La sensibilidad del bajista obviamente se resintió y puso en la mesa su renuncia.

Chas Chandler ya había hecho lo mismo al verse relegado y superado con creces en los controles técnicos por el mismo Jimi. Otro desfase en la carrera meteórica del músico estaba dado.

La pieza «1983 (A Merman I Should Turn to Be)» es un cuadro sonoro de altos vuelos creado por Hendrix, Mitchell y el ingeniero de sonido Eddie Kramer. Jimi tocó el bajo y la guitarra y experimentó otra vez con el equipo del estudio en busca de nuevos sonidos. Utilizó overdubs en la guitarra para simular cuerdas en tempo rápido.

Noel Redding también está ausente en la toma de la composición de estilo dylaniano «All Along the Watchtower», interpretada de manera tan convincente por Hendrix que a partir de ese momento el propio Dylan trabajaría con tal arreglo.

Además, Jimi se afana por continuar mostrando su interés y raíces dentro de la tradición de la música negra. El cóver de «Come On», un temprano éxito de rhythm and blues de Earl King, preludia ya la siguiente fase en el desarrollo de Hendrix: el soul progresivo (que plasmaría a la postre en el concepto de Band of Gypsies).

Casi cinco generaciones después de haberse creado, Electric Ladyland sigue siendo un importante objeto de estudio, y no sólo para los esperanzados guitarristas novatos. Hoy se le puede considerar históricamente una de las obras maestras de dicha década. Y, además, uno de los discos más influyentes de la música en general. Un clásico. El archivista de Hendrix, Alan Douglas, tiene razón al afirmar que «la música de Jimi aún espera al futuro».

68 RPM 28 (FOTO 3)

Personal: Jimi Hendrix, guitarra, voz, piano, percusiones, kazoo, hapsicordio eléctrico y bajo; Noel Redding, bajo y guitarra acústica (en algunos temas); Mitch Mitchell, batería, percusiones, voz y coros. Portada: El diseño artístico estuvo a cargo de Ed Thrasher, con fotos de Karl Ferris en la edición estadounidense. En la inglesa se cambió la portada por una de David King y Bob O’Connor, llena de mujeres desnudas, que provocó la polémica y la censura en muchos países.

[VIDEO SUGERIDO: Jimi Hendrix Voodoo Child, Live at Stockholm ’69, YouTube (blesje blue)]

Graffiti: «La imaginación no es un don, sino el objeto de conquista por excelencia«

1955

Por SERGIO MONSALVO C.

AROUND FOTO 1

LA ETERNIDAD DEL NUEVE

El nombre de Bill Haley está ligado al surgimiento del rock & roll indisolublemente por varias razones. Él fue anteriormente a sus éxitos intérprete del country y varios de sus derivados, como el western swing. Adoptó el naciente estilo del rock & roll al grabar con su grupo, The Saddlemen, en 1951 una versión del tema «Rocket 88» de Ike Turner, (canción considerada la primera grabación de rock and roll de la historia).

El nuevo estilo llevó al músico a cambiar el nombre de la banda en 1952, adoptando el de Bill Haley and His Comets (o sus Cometas, en español) debido a la similitud entre el apellido del líder del grupo y el famoso cometa Halley, que había dejado estela. Bajo el nuevo nombre grabaron dos temas de rhythm and blues de los años 40, «Rock the Joint», fue el primero y “Rockin’ Chair On The Moon”, el segundo.

AROUND FOTO 2

En 1953, Haley tuvo su primer éxito en los Estados Unidos con una canción titulada «Crazy Man, Crazy», una frase que Haley dijo oía decir a su público adolescente. «Crazy Man, Crazy» fue la primera canción de rock and roll en ser televisada por una cadena nacional y en entrar a las listas del Top Twenty de la revista Billboard bajo el rubro de rock & roll (el 20 de junio en el casillero número 12).

A comienzos de 1954, dejó el sello Essex por el más importante Decca Records de Nueva York. El 12 de abril, en su primera sesión para su nueva disquera, Bill Haley y sus Cometas grabaron «Rock Around the Clock». Este tema se trató del más grande éxito de Haley y una de las canciones más importantes de la historia del género.

AROUND FOTO 3

Inicialmente «Rock Around the Clock» fue un éxito modesto (incluso antes había sido interpretada por Sunny Dae and His Knights, un grupo italoamericano). En su momento fue mucho más importante la versión de Haley de «Shake, Rattle and Roll» (originalmente grabada Big Joe Turner), realizada a comienzos de 1954, con la que vendieron un millón de copias, anticipando el estallido que la banda tendría al año siguiente.

Dicho éxito impulsó a algunos Disc Jockeys, entre ellos a Alan Freed, a redescubrir y difundir anteriores grabaciones de la banda, entre ellas «Rock Around the Clock» y “Thirteen Women”.

AROUND FOTO 4

El 25 de marzo de 1955 se estrenó la película Blackboard Jungle (Semilla de maldad, en la traducción al español), en la que Bill Haley y sus Cometas interpretaban “Rock Around the Clock” en los créditos finales de la misma. El impacto fue masivo en todo el país (y a la postre en el mundo): el tema se convirtió en el Nº1 de las listas estadounidenses y se mantuvo en ese lugar por nueve semanas.

No fue el primer tema en ser grabado, ni escuchado como rock & roll (fue “Rocket ’88”), ni el primero como tal en entrar en la parte alta de las listas de popularidad (logro de “Crazy Man Crazy”), ni Haley fue el primero en tocarlo (la banda Sunny Dae and His Knights, lo hizo un año antes, como ya dije). Pero le correspondió el honor de ser la primera canción del género en llegar al primer lugar de tal listado con Haley, debido al volumen de sus ventas y en ser insertada en aquel soundtrack que los volvería mundialmente famosos a ambos.

AROUND FOTO 5

Sin embargo, la fama también le correspondería a James Myers, su compositor, quien aquí nos proporciona una crónica desde ultratumba: “Se acabó. Ya diste la última nota. Estás muerto. ¿Muerto? Bueno, es un decir, porque aún no estás listo. Esperarás a que algo o alguien venga por ti y te diga qué hacer, ¿o no? Quién sabe.

“Por lo pronto lo que te ronda en la mente es el nueve, al parecer la clave numérica sobre la que giró tu vida. Indicios hay muchos, pero el que ahora viene a cuento es el que te proporcionó el éxito y más que nada la trascendencia. Ante una falta total de modestia aceptas tal honor. ¿Cuántos hombres pueden lograrla con sólo tres minutos de música? Pocos, muy pocos, en realidad.

[VIDEO SUGERIDO: Bill Haley & His Comets – Rock Around The Clock (1955) HD, YouTube (33Everstar)]

“El nueve. ¿Por qué el nueve? Porque naciste el 9 de septiembre de 1919. Porque compusiste en 1953 (cifra que suma nueve) junto con Max Freedman, nueve años menor que tú, el tema que iniciaría muchos cambios de apreciación en el mundo: “Rock Around the Clock”.

“Porque lo escribiste pensando en Bill Haley (nombre que suma nueve letras) para que lo interpretara con sus Cometas, y la pieza llegara así a las listas de popularidad y se convirtiera no sólo en el número uno el 9 de julio de 1955 durante nueve semanas seguidas, sino también en un himno para el género. Porque Bill Haley murió el 9 de febrero de 1981 (8+1=9). El nueve, siempre el nueve. Quizá esa sea la clave para que se te abra alguna puerta. Tu ‘ábrete sésamo’ particular para el Más Allá. Pronto lo sabrás.

AROUND FOTO 6

 

 

“Rock Around the Clock”. Vaya, cómo te hace recordar cosas ese brutal 4/4 en el que la compusiste. Tema iniciático del rock & roll (nueve letras) en alcanzar la cúspide de las listas, aunque le haya costado tiempo conseguirlo. En 1953, cuando Haley y sus Cometas accedieron por vez primera a las listas con el tema ‘Crazy Man Crazy’, tú trabajabas como editor de música en Nueva York con el lustroso nombre de Jimmy DeKnight (aunque en verdad el tuyo fuera James Myers).

“Cuando escuchaste aquella canción decidiste escribir una pensando en Haley como intérprete. Se la llevaste a Dave Miller, el cabecilla de Holiday Records donde tenían a Bill en su catálogo. Todo parecía ir viento en popa hasta que Miller trató de hacerle cambios y modificar la estructura del tema. Obviamente hubo gritos y disgustos por lo mismo. Miller se negó entonces a que la canción se grabara en su disquera.

AROUND FOTO 7

“Esperaste a que el contrato de Haley terminara y junto con él fuiste a ver a Milt Gabler, productor del sello Decca. Éste de inmediato los firmó a ambos y la canción se grabó en el lado B de un sencillo que contenía en el anverso ‘Thirteen Women’ (de Dicky Thompson). Había pasado un año desde que la compusiste y acababas de cumplir 36 de vida (3+6=9).

“La pieza, en su primer momento tuvo un recibimiento modesto y local, pero de ahí no pasó hasta que decidiste promoverla en Hollywood (sitio que suma nueve). En 1955, la Metro Goldwyn Mayer (MGM) filmaba la película The Blackboard Jungle (Semillas de Maldad, en su titulaje al español) con Glenn Ford y Sidney Poitier como protagonistas. Ford encarnaba a un maestro de escuela que se enfrentaba a estudiantes inconformes (la juventud buscaba presencia e identidad en esa época).

Bill Haley & His Comets at a Rehearsal

“Rock Around the Clock” (“Al Compás del Reloj”, en su traducción al español) se oyó al terminar la cinta y aparecer los créditos. Aquello fue el detonante. La canción se disparó hasta los primeros sitios de popularidad y obtuvo el primer escaño. Vendió 15 millones de copias de entrada. Ahí es donde la industria comenzó a contar la historia del nuevo género, por el número de sus ventas. La era del rock & roll había comenzado.

“Hoy el número nueve apareció de nuevo en tu vida y de manera concluyente. Acabas de morir. Es el 9 de mayo del 2001 y tienes 81 años de edad (8+1=9). Finalizó el asunto y al parecer trascendiste ¿Esa será la Eternidad (palabra que suma nueve letras)?”

AROUND FOTO 9

(Hasta el momento de la muerte de James Myers el tema había sido grabado por más de 500 artistas a través de los años y vendido más de 27 millones de copias: dos más siete.)

En agosto de 1955, tras la irrupción de «Rock Around the Clock», Mitch Miller, el locutor de radio más escuchado por las familias blancas, cristianas y correctas en la Unión Americana en ese momento, dijo a su alarmada audiencia que no se preocupara por dicha música y, haciéndose eco de lo dicho por Frank Sinatra unos días antes, afirmó que “el rock & roll habría desaparecido en seis meses”.

[VIDEO SUGERIDO: Telex.Rock Around The Clock, (buckfunk 3000mix), YouTube (2G4EVER2)]

 

Exlibris 3 - kopie