EDDIE BRICKELL, Picture Perfect Morning (Geffen).- Primero como líder de un grupo (The New Bohemians) y luego como cantautora solista, Eddie Brickell se presenta con un bajage lleno de legados y del conocimiento de un pasado genérico.
Se planta en el disco con un mensaje que corresponde a la naturaleza humana en general. Para ello echa mano de los géneros indispensables (folk, blues, pop, soul, funk, rhythm and blues), en apoyo de una poesía rica, atractiva, cotidiana, desgarradora a veces, intimista otras.
JOHN MAYALL, Jazz Blues Fusion (Polygram).- Con el inicio de la década de los setenta, Mayall llevó a cabo una especie de ajuste de cuentas con el blues y el jazz y decidió amalgamarlos en un solo disco: Jazz Blues Fusion (1972).
Resultó uno de sus discos clásicos y uno de los mejores grabados en vivo en aquella época. Amor, conocimiento e improvisación fueron los implementos que contribuyeron con este trabajo al impulso de una corriente aún nueva.
YANNI, En vivo en Acrópolis (BMG).- Yanni es conocido por sus interpretaciones de ligerísima música instrumental. Acompañado por una orquesta de más de 70 músicos, su obra, a través de expresiones diversas, texturas y paisajes sonoros, invita a la tranquilidad más light.
Su producción En vivo en Acrópolis, la cual permaneció durante 22 semanas en la lista de los 200 álbumes más vendidos del Billboard (The Billboard 200). Se le puede ubicar como otro Richard Clayderman.
VIDEO: John Mayall Jazz & Blues Fusion Live Philharmonic Hall, New…, YouTube (FinkSoulBluesJazzRockPop Live Music)
AXIOM COLLECTION, Illuminations (Axiom/Island).- El proyecto Axiom de Bill Laswell ha producido maravillas como Illuminations, una compilación armónica de músicas plenas de multiplicidades intensivas.
Peregrinaje de sensaciones conscientes a través de una sorprendente comunión de artistas con aportaciones de variadas regiones planetarias. Laswell se erige así en el lazo de unión de israelís, indios, marroquís, gambeses, ingleses y otras etnias emparentadas entre sí por su cosmovisión.
BIG MOUNTAIN, Unity (BMG/Ariola).- Debido a sus hilos conductores, incluida la religión y la protesta, el reggae se expandió por el mundo entero y se diluyó o espesó, según el intérprete que lo manipulara.
Big Mountain fue un grupo de tercera mano en ese sentido. Su disco Unity posee un encanto llamémosle ingenuo. Optimista a rajatabla, el grupo cantaba como una familia «natural» en busca de la unidad de la conciencia humana.
BON JOVI, Crossroad (Mercury).- A Bon Jovi –tras once años de carrera grupal– le llegó el virus del The Best of… Ya se habían tardado. La justificación: «Un disco de éxitos es resumir una era, cerrar un capítulo, el final de algo, el principio de otra cosa…»
Así se legitima la materia más importante de la compilación: la nostalgia. Se exhuma de esta manera parte del patrimonio de estos músicos, esfuerzo que, según la compañía disquera y hasta los integrantes, debe recibirse con beneplácito.
VIDEO: Bon Jovi – Livin’ on A Prayer, YouTube (BonJoviVEVO)
R.E.M., Monster (Warner).- R.E.M. había dado el salto hacia el mainstream sin comprometer por ello su intención original. En sus comienzos fueron alternativos, pero ya no lo eran y con este nuevo disco lo confirmaban.
El cuarteto no realizó ya las innovaciones musicales de otros grupos. Aquí regresaban, por decirlo así, al garage y se pusieron a rocanrolear con el espíritu in situ. Su sonido continuaba siendo casero, frío y amedrentador.
TECHNOGOD, Hemoglowball.- Inmerso en el seno de la sociedad industrial de la que han surgido, ebrios de sus sonidos particulares, fascinados por su propia fuerza, pero atentos a su independencia TechnoGod es un cuarteto de sonidos tan puros como un bourbon o un LSD.
Veneno vitriólico que buscaba ver arder a sus escuchas en el disco Hemoglowball, un asalto de sonidos sin consideración de géneros o de las tendencias musicales de su tiempo.
SHERYL CROW, Tuesday Night Music Club (Polydor/A&M).- Con voz multifacética, Crow narra relatos cortos de la vida cotidiana de los Estados Unidos, a veces en tono de demanda exigente, a veces con matices de vulnerabilidad.
Aplica un bien desarrollado don de la observancia a la descripción de amores emotivos e historias tristes sobre eternos perdedores. Pero su ironía no hiere y su franqueza no resulta sentimental. De ello se encarga, además de las palabras adecuadas, el hábil manejo que Crow hace de los distintos estilos musicales.
VIDEO: R.E.M. – You (Monster, Remastered), YouTube (remhq)
El quinteto californiano Blind Melon aparentemente se dio a la tarea de revolver la música de todos los grupos estadounidenses que escribieron la historia del rock en los sesenta y los setenta. Creedence, The Byrds, Lynyrd Skynyrd, Canned Heat y Neil Young: a todos los citaron de manera consecuente.
Para ello se evitaron las técnicas musicales modernas, las cuales probablemente estarían fuera de lugar en esta producción. A pesar de ello, el grupo logró una originalidad sorprendente, sobre todo en lo que se refiere a la composición.
El disco Blind Melon ofreció un Woodstock para la sala de la casa y se olvidó, afortunadamente, de las influencias que tanto estuvieron de moda. Un disco que animaba a hurgar en el pasado.
4 Non Blondes, por su parte, el cuarteto de damas de San Francisco (con Roger Racha en la guitarra, como único representante del sexo opuesto) combinaba un caprichoso folk con un rock sólido.
Mientras que Linda Perry cantaba como Toni Childs, sus compañeras aporreaban con toda su fuerza la guitarra y la batería. David Tickle (Prince, U2, Peter Gabriel) se encargó de la producción de Bigger, Better, Faster, More!, su ruido genial.
VIDEO: Blind Melon – No Rain, YouTube (BlindMelonVEVO)
En este disco, desconectado de la electricidad, pero dotado de un máximo de sensibilidad, un veterano íntegro del rock como Neil Young demostró que «Unplugged» se convertiría en un sello de calidad.
Desde la selección misma de las canciones, entre ellas nuevos arreglos de clásicos como «The Needle and the Damage Done», «Helpless» y «Like a Hurricane», convirtió esta grabación de un concierto en una fiesta, y no sólo para los fans.
Por otra parte, el carácter de lo extraordinario fue otorgado a esta producción también por el alto nivel musical en el que durante 14 canciones se mueven el inspirado compositor Young y sus compañeros (entre otros, el guitarrista Nils Lofgren y el baterista Oscar Butterworth).
Todos los títulos son interpretados con el mayor cuidado por el grupo: aquí un delicado tono en el piano, allá una nota de bajo casi oculta, luego la cooperación sensible de todo el conjunto acústico.
Desde luego no falta tampoco Neil como solista, o sea, sólo la voz, la guitarra y la armónica. Este álbum posee un encanto quebradizo al que es prácticamente imposible sustraerse.
VIDEO: Neil Young – Needle And The Damage Done (Unplugged), YouTube (neilyoungchannel)
A mediados de la primera década del siglo XXI, el jazz electrónico con las medidas de los soft y long drinks, de la bossa nova, del lounge y de latin mood, a base de exóticos cocteles hi-fi y estética retro, inició su camino como downtempo-jazz
La sofisticada geometría geográfico-sonora que comenzó el andar de éste último con el triángulo Inglaterra-Italia-Noruega, se fue transformando con la adición del cuadro alemán hecho por De-Phazz. En lo musical surgió como una corriente, avanzó a movimiento y evolucionó a género.
El eclecticismo de estos alemanes abarcó, además de lo ya citado, músicas originarias en las décadas de los años 50 y 60, jazz tradicional, cha cha chá, drum’n’bass, mambo, reggae, trance, latin rhythms, ragas, pop, world beat, blues, soul, cajas de ritmos, cuts y grooves cariboasiáticoafricanos, sonoridades atmosféricas y ambientales y el remix (con toda su magia en el tiempo y el espacio).
Así como el infinito poder de la imaginación de su líder y mente maestra: Pit Baumgartner, igualmente el credo primigenio sobre la belleza apoyado por la tecnología para innovar. Y todo con el fin último de poner literalmente a todo el mundo a gozar. Un auténtico deseo hipermoderno.
Haber evolucionado de esta manera ha hecho que el jazz haya seguido extraordinariamente en contacto con la fuerza impulsora de sus orígenes: la mezcla. El estilo downtempo-jazz, como el jazz en general, es cualquier cosa menos un género hermético. Lo que hace de él una cuestión artística vital es su asombrosa capacidad de absorber la historia de la que forma parte, brindando siempre estilos frescos así como el planteamiento de nuevas preguntas sobre el porvenir.
En el mundo en general, las sociedades avanzan en el vacío sobre el sentido último del ser humano. Para evitar la depresión por las esperanzas frustradas en el acontecer cotidiano, los artistas del estilo mencionado en la música de club europea han proporcionado una respuesta ante la crisis: la construcción del placer mediante la música de baile o el relax de la escucha nítida y persuasiva.
El downtempo-jazz encarnado por De-Phazz, en su disco clásico Natural Fake (del 2005) es, pues, además de un estilo con ya más de una década de existencia, una metáfora epistemológica de la contemporaneidad que busca precisamente al sujeto y su sentido como ente hedonista. Los integrantes del hoy octeto echaron mano del jazz en su antigua sabiduría para intentar hacer feliz a la gente de las tribus cosmopolitas. Proporcionándoles un artefacto cultural sensible que se hace vida en la práctica con el movimiento de su satín sonoro.
Y para todo ello De-Phazz se ayudó de las herramientas y los mecanismos que utilizan las nuevas escuelas del sonido, de los lenguajes y técnicas del down tempo, del trip hop, de los instrumentos inventivos de la electrónica contemporánea, para facilitar con su reunión tanto los procesos cognoscitivos como los emotivos que, juntos, están en la base de la formación del urbanita en el preludio del siglo XXI.
La verdadera función de las hermosas piezas y líneas melódicas que componen el mencionado álbum, es servir como recurso para mostrar rítmicas, timbres, texturas, colores. Es un viaje al sonido en el sentido más lúdico del término, uno de los múltiples viajes propiciados por la música nacida del maridaje entre los organismos y las máquinas. Es un arte que transforma en música al entorno.
El puñado de piezas que lo componen (“Astrud Astrunette”, “Eternity Is”, “Love is Natural” o “Close to Jazz”, entre ellas) está marcado por la fascinación y el atractivo de las ingeniosas combinaciones. Baumgartner ha hecho de cada tema del disco un coctel maravilloso que, en conjunto, son un disparo al corazón, besos ligeros o instantes de embelesamiento, arropados en mezclas asombrosas y con el destilado rítmico de laboriosa sencillez.
Y como sucede con las buenas preparaciones, los sentidos danzan alegres hasta el final de la música, dejando al degustador pletórico y ahíto. Con la sensación de haber rozado lo perfecto, un espejismo de consoladora armonía, un atisbo de orden atmosférico con la belleza sonora que lo enmarca todo. Lo dicho: De-Phazz es un coctel nu-chic para el nuevo ser hedonista.
VIDEO SUGERIDO: De-Phazz – Backstreets of My Mind (Natural FakeCD).wmv, YouTube (sbniram)
Dave Alvin era un joven que en 1979 escribía poemas, leía con obsesión a los escritores beats, a John Updike y coleccionaba discos. Para ganarse la vida trabajaba en la cafetería de un sórdido motel de carretera cercano a Los Ángeles, en California, donde residía.
Cuando los Sex Pistols llegaron a la Unión Americana para realizar una gira, leyó la noticia y se enteró de que Johnny Rotten y él tenían la misma edad. Eso lo decidió. Para conservar la cordura debía dejar su lastimoso trabajo y dedicarse al rock and roll. Ahora escribiría canciones.
Reunió a su hermano y amigos en un garage abandonado de la ciudad y los instó a reproducir algunas piezas de los discos que le gustaban de rockabilly, rock and roll, de blues y de rhythm and blues. Comenzaron a tocar. Desde entonces llamaron a su música roots eléctrica, porque The Blasters (como se nombraron) tomaban todas las tradiciones de tales músicas y las tocaban a través de amplificaciones sustentadas en el punk.
Se convirtieron en una especie de historiadores oficiosos de dichas corrientes. Habrá que decir esto: La escena punk de Los Ángeles era mucho menos sociológica y política que sus contrapartes londinense y neoyorquina. Los grupos participantes en ella se interesaban mayormente en los conocimientos sobre la música y en la técnica requerida para interpretarla. Entre ellos (X, Black Flag, The Plugz) comenzaron a destacar los Blasters.
En Los Ángeles se hicieron de un selecto grupo de fans, que también asistían a las discadas y lectura de poemas que hacía Dave en su casa, entre los asistentes se encontraba el director de cine Walter Hill, quien pronto llamó al grupo para colaborar con él, tocando y actuando, en la cinta Steets of Fire. Quentin Tarantino hizo lo propio tras escucharlos en vivo y los incluyó en la película de culto From Dusk Till Down.
La banda se mantuvo unida hasta 1986, fecha en que Dave decidió seguir una carrera como solista, pues también requería de tiempo para seguir escribiendo poesía y para plasmar en papel todo lo que había observado sobre su país, la parte profunda y oscura, en las giras realizadas.
El estilo en que lo hizo era una combinación de retórica punk y dark americana, mezclada con imágenes de realismo sucio. Nada de romanticismo, sólo observación de la vida que lo rodeaba, tal como le aprendiera a Updike.
Con el paso del tiempo y la publicación de dos libros: Nana, Big Joe & the Fourth of July (Iliteratim, 1986) y Any Rough Times Are Now Behind You (Una selección de poemas y escritos entre 1979 y 1995, Incommunicado Press, 1996), Alvin decidió escribirle una canción a su gurú literario. Aquél le había dado mucho (literalmente, en más de 60 libros publicados entre novelas, poesía, teatro, cuentos y ensayos), Dave lo tendría que hacer en unos cuantos minutos.
Antes de hacerlo reunió los temas que otros músicos le habían dedicado, para no caer en algún lugar común, empezando por Pink Floyd, pasando por The Hoosiers, Fleet Foxes hasta My Chemical Romance. El mundo del rock había sido agradecido con el escritor.
Ahora le tocaba a él. El disco se llamaría Eleven Elven, y titularía una de sus piezas como el primer libro de la saga (mezclando el español con el inglés: “Run Conejo, Run”, su herencia californiana), y utilizó el estilo word spoken (su herencia beat) mezclado con el musical de Bo Diddley (su legado roots-rockero).
VIDEO: Dave Alvin – Run Conejo Run – Live at McCabe’s – 1-14-12 1st set.m2ts, YouTube (Wayne Griffith)
En1974, fecha en la cual apareció el último disco de Ten Years After, ya Alvin Lee se encontraba a la búsqueda de otros intereses, principalmente de una carrera como solista. Antes de abandonar oficialmente al grupo grabó Alvin Lee and Mylon LeFevre en 1973 y al año siguiente, apoyado por integrantes de la banda Kokomo, editó un álbum doble en vivo: In Flight, seguido de un trabajo titulado Pump Iron.
Al abrir los años ochenta, la pista de Lee se difuminó. Dejando tras ella discos poco afortunados como Rocket Fuel, Ride on y Free Fall. Luego, Lee siguió dando conciertos como solista y tocando en salas pequeñas y bares. Ya no hubo futuro promisorio.
Su trayectoria musical de entonces estuvo compuesta por dos decenas de álbumes, incluyendo Detroit Diesel. También, e inevitablemente, cedió al incipiente mercado de la nostalgia, encabezando un trío llamado Ten Years Later (Diez Años Más Tarde).
Hacía 1989, empujados por un promotor alemán, se reunieron los cuatro miembros originales de Ten Years After, para grabar About time. En seguida produjo las colecciones Zoom y Nineteen Ninety-Four, lanzadas en los años noventa.
En 2004 fue lanzado In Tennessee, el cual fue grabado junto a Scotty Moore y D.J. Fontana. Su último álbum, Still on the Road to Freedom, apareció en septiembre de 2012. Alvin Lee falleció el 6 de marzo del 2013 en la ciudad de Marbella, España, donde residía desde hacía varios años.
VIDEO: ALVIN LEE & MYLON LEFERVE – On the Road To Freedon 1973, YouTube (Charalampus F.)
Corría el año de 1973 y, entre el barullo de la escena musical de aquel entonces, se escuchó lo siguiente: “Es la mejor canción de todos los tiempos”. Quien lo dijo, Paul Simon, sabía muy bien de lo que hablaba y el peso que tal afirmación conllevaba. La crítica musical la celebró con otra reafirmación: “Es el mejor single que se ha escuchado desde los de Dylan de 1966” (del que se percibe la influencia), escribió la revista Rolling Stone, considerada en esos momentos, la biblia del acontecer rockero.
Tiempo después, en 1992, un joven y audaz cineasta con oído superdotado e informado, Quentin Tarantino, la recicló para su película debut, Reservoir Dogs. Era un tema perfecto para establecer un contrapunto dentro del ambiente dramático, superviolento y con diversas implicaciones. Era una cinta que incorporaba muchos temas y estéticas (incluida la musical) que se transformarían en parte del lenguaje cinematográfico. La cinta desde entonces es considerada un importante e influyente hito del cine independiente.
De todo aquello fue protagonista la canción “Stuck in the Middle with You”, del grupo Stealers Wheel. Un tema ubicado estilísticamente dentro del triángulo rockero country-folk-soft que, en su momento, y a pesar de los comentarios antes citados, no alcanzó las cimas que merecía. La pieza fue interpretada por primera vez en público durante el programa Top of the Pops de la BBC británica en mayo de 1973, lo que le valió obtener un octavo lugar en las listas de aquellos lares.
En los Estados Unidos llegó al número seis del listado local de los mejores 100 del Billboard. De ahí pasó inmediatamente al olvido. La canción trataba básicamente sobre el trato –muchas veces sin solución– con gente sin escrúpulos. Quizá únicamente los melómanos más acuciosos la guardaron para sí y sus colecciones. Como fue el caso de Tarantino que, al escribir el guión de su primer filme, cayó en la cuenta de que le sentaba como anillo al dedo a una de sus escenas. De esta manera la canción fue recuperada para millones de oyentes, desde entonces.
El tema había sido compuesto por el tándem que lideraba al grupo escocés Stealers Wheel, integrado por Gerry Rafferty y Joe Egan. A los que se les auguraba un futuro promisorio. “Stuck in the Middle with You” (grabada para la compañía A & M, en noviembre de 1972, y con la producción de los legendarios Jerry Lieber y Mike Stoller) era una canción que venía inserta dentro de su álbum debut homónimo del nombre del grupo.
Sin embargo, luego de otros dos discos, Paisley Park (1973) y Right or Wrong (1975), todo se torció por las mismas cuestiones tópicas de todos los tiempos: alcohol, drogas, egos y enfrentamientos con los productores. “Éramos dos compositores enfrentados a otros dos compositores”, resumió gráficamente Rafferty. De cualquier manera, la canción está considerada por músicos y estudiosos como una de las mejores de la historia del género y se ha mantenido incólume para diversas generaciones de escuchas.
VIDEO SUGERIDO: Stuck in the Middle with you – Stealers Wheel, YouTube (Magic Hat233)