Por SERGIO MONSALVO C.
El pedigree de este standard comenzó en Londres, en los estudios de la BBC, con la voz de Gertrude Lawrence, lugar donde la cantante (estrella de la canción británica en ese momento de los años treinta) lo interpretó con su banda. Uno de sus acompañantes, el graduado de la neoyorkina Harvard, Johhny Green, había compuesto la música.
Del otro lado del Atlántico la canción se convirtió en un hit inmediato cuando fue incluida en la revista Three’s a Crowd de Broadway. Desde ese instante el tema fue identificado en los Estados Unidos con la intérprete Libby Holman, quien lo cantaba en dicha obra.
En el mundo del jazz llegó su momento en 1939 cuando Coleman Hawkins lo convirtió en un clásico con su nueva manera de improvisar en el sax tenor. De tal manera, “Body & Soul” se convirtió en el prototipo del standard para los músicos de jazz y un reto para todos ellos por sus cambios de armonías. Los cantantes se acercaron a él al principio con temor, dadas las dificultades que representaba, pero uno tras otro, a partir de ahí, lo ha hecho a través del tiempo.
Dice la leyenda que Coleman Hawkins en realidad no planeaba grabar su obra maestra «Body and Soul». El 11 de octubre de 1939 su grupo entró al estudio de la compañía Bluebird, una división de RCA Victor, con la intención de producir cuatro piezas (el grupo estaba formado por ocho miembros, además de la cantante Thelma Carpenter).
Dos de ellas, «Meet Doctor Foo» y «Fine Dinner», eran composiciones hechas para la ocasión por el propio Hawkins, temas de tipo riff enfocados a demostrar que con ocho personas era posible imitar a una big band. La tercera, «He’s Funny That Way», funcionaría para lucimiento de la cantante. Faltaba un cuarto número.
«No tenía la intención de grabar ‘Body and Soul’ en dicha sesión –explicó Hawkins a la postre–. No se me ocurría para nada. Estaba acostumbrado a tocar el tema como un solo o pieza adicional cuando me presentaba en Europa. No tenía ningún arreglo listo cuando Leonard Joy (de la RCA Victor) me pidió que tocáramos ésa. No me convencía, pero la repasamos una vez y la grabamos, ya que de eso se trataba”.
Así se creó, pues, una de las grabaciones más famosas de la historia del jazz, como un relleno improvisado…si hemos de confiar en Hawkins, lo cual no es necesariamente aconsejable según John Chilton, autor de la biografía The Song of the Hawk – The Life and Recordings of Coleman Hawkins.
Este músico se dedicaba de manera consciente a construir su propio mito, por la razón que fuera. «Body and Soul» formó parte de su repertorio durante años, había recibido muchas menciones, y la renuencia a grabarla en forma espontánea debe considerarse más bien como un ardid para llamar la atención. Igual sucedió con «Picasso», grabada por Hawkins en 1948 sin acompañamiento. También en este caso pretendió causar la misma impresión.
En realidad, había mencionado la idea de un solo improvisado sin acompañamiento desde 1944, al productor de Keynote Records, Harry Lim. «Picasso» fue el resultado de un intenso proceso de planeación, inspirado en la obra del cellista Pablo Casals, a quien Hawkins admiraba. «Bean» (apodo de Hawkins) profesaba un gran amor a la música clásica; el jazz lo escuchaba casi exclusivamente en vivo.
A diferencia de Louis Armstrong y Sidney Bechet, Coleman Hawkins (quien nació el 21 de noviembre de 1901) sí recibió una educación formal en la música, primero en el piano y el cello y, desde los nueve años, en el saxofón C-Melody. Este era un instrumento más accesible que el tenor, pues no hacía falta transportarse a otro tono y se podía tocar sin dificultad las partituras del piano o el cello.
Desde su juventud Hawkins desarrolló un gusto muy particular; no soportaba, por ejemplo, el dixieland. Durante toda su vida prefirió un sonido duro y poco pulido.
El primer contrato formal que tuvo fue con el grupo encabezado por la cantante Mamie Smith y debutó en vinil con «Mean Daddy Blues» (1922). En su mejor época lo tildaron de avaro; gastaba su dinero en ropa y gozaba de gran popularidad entre las mujeres, que con frecuencia se hacían cargo de las cuentas del músico.
Entre sus contemporáneos Hawkins era considerado como el indiscutible maestro de su instrumento. Sobre todo, por su gigantesco volumen e inventiva espectacular en el terreno de las armonías. Coleman no tocaba acordes sino movimientos, lo que motivó el respeto que muchos colegas le tuvieron, durante muchos años.
Alrededor de 1963 empezó su declive. La atención pública fue acaparada por figuras más jóvenes y a él le costó trabajo mantener el aprecio que siempre había recibido. Sufrió entonces un cambio físico y mental. Por primera vez no ocupaba una posición importante dentro de las nuevas corrientes; empezó a beber y a descuidar su aspecto. Luego de un triste periodo de tropiezos le llegó el fin el 19 de mayo de 1969.
Todos los músicos importantes han grabado alguna versión de “Body & Soul”. Billie Holyday le hizo una histórica.
VIDEO: Coleman Hawkins – Body & Soul, YouTube (anvazquez)