BLUES: DOCE HITOS DEL SIGLO XX (TAJ MAHAL)

Por SERGIO MONSALVO C.

Taj Mahal 68474-5

 

ESCUCHAR AL MUNDO

Viajar por todo el mundo con músicos de todas latitudes es la ocupación principal de Taj Mahal, porque los choques con las compañías disqueras se han hecho cada vez más frecuentes y duros a lo largo de su carrera. Taj Mahal hacía world beat cuando el término aún no se inventaba.

Este multiinstrumentista, cantante y compositor, quien nació como Henry Fredericks-Williams el 17 de mayo de 1942 en Harlem, Nueva York, es al mismo tiempo un músico arraigado en la tradición y un innovador, lo cual confunde a muchas personas. (Toca el banjo, bajo, cello, dulcimer, guitarra, armónica, mandolina, piano y los vibes actuales.)

Durante un periodo en que el blues solía ser interpretado principalmente por músicos blancos con solos que duraban horas, Mahal se entregó, con energía chispeante, a diversas formas de blues y del ragtime emanados de los años veinte y treinta del siglo XX.

Sus primeras grabaciones le dieron la reputación de ser el último gran innovador del blues rural. Una comparación de rigor era con Ry Cooder, con el que a mediados de los años sesenta fundó el grupo The Rising Sons.

Esto sucedió en Cambridge, Massachusetts, en 1964. El joven intérprete de folk blues que se hacía llamar Taj Mahal escuchó a un guitarrista llamado Jesse Lee Kincaid y quedó admirado por su técnica.

Kincaid lo convenció de ir con él a California, con la idea de presentarlo a un amigo llamado Ryland Cooder, otro fenómeno de la guitarra. La intención de ambos era tocar el blues rural combinado con las piezas originales de Kincaid.

Al trío se agregó Gary Marker, un bajista de jazz que asistió a la Berklee School of Music de Boston con una beca de la revista Down Beat. Marker a su vez los conectó al baterista de jazz Ed Cassidy, quien participaría en sus primeras sesiones de grabación antes de unirse al grupo que lo haría famoso, Spirit. Lo sustituyó a la postre Kevin Kelly.

Tras varias presentaciones en pequeños clubes y haciendo circular los demos, Allen Stanton de la Columbia Records contrató al grupo en junio de 1965. Las sesiones de grabación se extendieron hasta 1966. Una y otra vez la Columbia pareció a punto de invertir una cantidad fuerte en el grupo, pero esto nunca se materializó.

Todo un álbum fue mezclado y preparado para editarse, cosa que finalmente no sucedió: las cintas fueron a la bóveda de la Columbia, donde permanecieron durante 25 años. Hasta 1992, en que se editó Rising Sons featuring Taj Mahal and Ry Cooder, el cual contiene 18 cóvers de diferentes blueseros (Robert Johnson, Willie Dixon, Jimmy Reed, entre otros) y cuatro temas originales de Kincaid.

VIDEO SUGERIDO: TAJ MAHAL & RY COODER – By & By (Poor Me), YouTube (MoebiusCrononauta)

Las grabaciones hechas para la Columbia probablemente nunca hubieran llegado a la luz del día de no representar los Rising Sons los primeros esfuerzos de Taj Mahal y Ry Cooder a la cabeza de un grupo propio, ya que se trata de dos de los artistas más interesantes, excéntricos y eclécticos de la escena musical estadounidense.

A través de sus abuelos, originarios del Caribe, Mahal enfrentó sus otras raíces. En 1974 grabó Mo’Roots con Bob Marley and the Wailers (antes del gran triunfo internacional de éstos), una mezcla magistral de reggae, calipso e influencias africanas.

Durante los ochenta Mahal se concentró —en parte por necesidad— en proyectos secundarios (colaboró, entre otras cosas, en el proyecto del álbum Conjure, de Kip Hanrahan, en el soundtrack para The Hot Spot y en dos discos con canciones infantiles).

TAJ MAHAL (FOTO 2)

 

El disco de blues entregado por él en 1986 fue rechazado por su disquera, y lo convirtió en una obra con tintes más caribeños: Taj. El hilo conceptual del disco lo formaron unas canciones mordaces sobre la amenaza nuclear en el Pacífico. La mayoría de la gente sólo escuchaba el calipso superficialmente, sin saber nada de su contenido esencial, y eso es lo que el músico quería que escucharan.

El calipso es, en principio, pura política; es un ritmo originario de la caribeña isla de Trinidad, que hasta el siglo XVIII perteneció a las colonias francesas, antes de convertirse en territorio británico.

La tradición carnavalesca de Francia dejó una herencia profunda en este pueblo, que desde entonces generó en sus temas musicales una lírica rebosante de humor corrosivo, cuyo objetivo era comentar las circunstancias políticas y sociales, así como la vida cotidiana de la esclavitud y el racismo en el que se encontraban.

Las canciones conocidas como kaiso se entonaban para divertirse tras la jornada diaria y en los días de fiesta. Con el paso del tiempo, al ritmo se le denominó calipso y a sus intérpretes, calipsonianos. Obviamente las autoridades censuraban al calipso por considerarlo subversivo.

Tiempo después, Mahal lanzó la secuela Like Never Before, donde encontramos una típica mezcla suya, untada de su estilo vocal. La pieza más destacada es «Squat That Rabbit», en la que se logra una combinación fluida de beat blusero a la Slim Harpo con cierto hip hop.

Se trata de una combinación natural con posibilidades prometedoras. Las raíces del rap y del hip hop se encuentran precisamente en las dos direcciones que él ha tocado desde siempre: el blues y la música caribeña.

Este músico no comparte, por cierto, la actitud crítica mantenida por muchos de sus contemporáneos hacia el hip hop. Es más, la mayoría de las cosas le gustan bastante. Taj Mahal escucha al mundo.

Escucha a todo el mundo. Desde los coros femeninos de Bulgaria, el rai y la música armenia, hasta los camelleros del Sudán. Tocó en su momento con Ali Farka Toure y a la postre con Zani Diabate, todos esos guitarristas africanos intérpretes de la kora.

Taj Mahal puede y quiere tocar con todos, desde los instrumentistas finlandeses hasta los de la Nueva Guinea. Intercambiar ideas: todos, lo sabe, tienen algo qué ofrecer. La música de este artista no es un eco del pasado. Para él tiene que funcionar ahora mismo.

VIDEO SUGERIDO: Taj Mahal – The Calypsonians, YouTube (lifegoeson510)

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68 rpm/59

Por SERGIO MONSALVO C.

68 RPM 59 (FOTO 1)

Viajar por todo el mundo con músicos de todas latitudes ha sido la ocupación principal de Taj Mahal, porque los choques con las compañías disqueras (muy duros a veces) han marcado su sino desde el principio de su carrera. Taj Mahal hacía world beat cuando el término aún no se inventaba.

El cantante, compositor y multiinstrumentista (toca el banjo, el bajo, el cello, el dulcimer, la guitarra, la armónica, la mandolina, el piano y los vibes actuales) nació como Henry Fredericks-Williams el 17 de mayo de 1942 en Harlem, Nueva York. Es al mismo tiempo un músico arraigado en la tradición y un innovador, contradicción que ha confundido a muchas personas a lo largo del tiempo.

Durante un periodo de los años sesenta en que el blues solía ser interpretado principalmente por músicos blancos, con solos que duraban horas, Mahal se entregó, con energía chispeante, a diversas formas de blues y ragtime emanados de los años veinte y treinta del siglo XX. Sus primeras grabaciones le dieron la reputación de ser el último gran innovador del blues rural. Una comparación de rigor era con Ry Cooder, con el que a mediados de los años sesenta fundó el grupo The Rising Sons.

Esto sucedió en Cambridge, Massachusetts, en 1964. El joven intérprete de folk blues que se hacía llamar Taj Mahal fue escuchado por el guitarrista Jesse Lee Kincaid, quien quedó admirado por su técnica. Kincaid lo convenció de ir con él a California, con la idea de presentarlo a un amigo llamado Ryland Cooder, otro fenómeno de la guitarra.

La intención de ambos era tocar el blues rural combinado con las piezas originales de Kincaid (al trío se agregó Gary Marker, bajista, y el baterista Ed Cassidy). Tras varias presentaciones en pequeños clubes y hacer circular los demos, Allen Stanton de la Columbia Records contrató al grupo en junio de 1965.

68 RPM 59 (FOTO 2)

TAJ MAHAL

TAJ MAHAL

(Columbia Legacy)

Las primeras sesiones de grabación con esta compañía se extendieron hasta 1966. Una y otra vez la Columbia pareció a punto de invertir una cantidad fuerte en el grupo, pero la intención nunca se materializó. Todo un álbum fue mezclado y preparado para editarse, cosa que finalmente no sucedió: las cintas ingresaron a la bóveda del sello, donde permanecerían durante 25 años.

Hasta 1992, cuando se editó Rising Sons featuring Taj Mahal and Ry Cooder, el cual contiene 18 cóvers de diferentes blueseros (Robert Johnson, Willie Dixon y Jimmy Reed, entre otros) y cuatro temas originales de Kincaid.

El intento fallido produjo la desbandada del grupo, cuyos miembros fueron a engrosar otros proyectos musicales (como Cassidy, quien se fue a Spirit). Por su parte, el productor Bob Irwin tras largas reuniones convenció a Mahal de grabar un disco como solista.

Lo cual se dio a lo largo de 1967 y durante los primeros meses del año siguiente. Finalmente, el producto de todo su trabajo apareció en 1968 con el nombre del músico como título del álbum: Taj Mahal.

Las grabaciones hechas correspondieron al nivel del virtuoso que era y a sus esfuerzos por reafirmarse en sus ideas y principios estéticos. Los tracks que contiene el disco muestran que se trataba ya de un artista maduro y, además, de uno de los más interesantes, excéntricos y eclécticos surgidos de la escena estadounidense, que de por sí era un hervidero de creadores.

Tal debut contiene una excitante mezcla en la que se combinan los viejos blues rurales con sonidos nuevos y urbanos, haciéndose eco de la amplia instrucción musical que había recibido Mahal desde la infancia, donde había pasado lo mismo por un coro de góspel que por la academia y un gran circuito de bares en donde expuso sus cualidades dentro del jazz y, a la postre, su amor y pasión por el blues.

El multiinstrumentismo expuesto por él, que va desde el uso más clásico de la bottleneck y la armónica electrificada (evocando al Chicago de Muddy Waters) hasta los diversos matices de la voz dentro del género, hicieron del álbum una extraña amalgama de estilos y técnicas en nada común entre las grabaciones semejantes de aquellos días.

A todo eso contribuyó el ya mencionado virtuosismo de Taj Mahal, conocedor de los vericuetos por donde había transitado el blues desde hacía varias décadas y su apertura hacia las nuevas expresiones sonoras. Para la realización del LP y las posibilidades que brindaba, el productor echó mano de la tecnología en stereo más avanzada para lograr una elaborada separación de sonidos.

El producto de ello quedó de manifiesto en temas como “Diving Duck Blues”, una canción de Sleepy John Estes, en donde las texturas alcanzan una ampulosidad singular que luego sería copiada por otros músicos (Cream, como mayor ejemplo).

Asimismo, la participación de Ry Cooder y su propia capacidad instrumental son muy bien matizadas, lo cual enriqueció cada pieza (en “The Celebrated Walkin’ Blues», Taj Mahal brilla con la mandolina, por ejemplo).

La intrincada sofisticación de estas grabaciones llega al extremo de rememorar el sonido de los estudios Chess de los años cuarenta o a evocar a Blind Willie McTell o Robert Johnson («Statesboro Blues» y «Dust My Broom», respectivamente), para firmar una obra que representa una de las más serenas, desafiantes e iconoclastas muestras del blues de la época.

Taj Mahal podía y quería tocar en todos esos estilos, intercambiar ideas en el tiempo y en el espacio: porque todos ellos, lo sabía desde entonces, tienen algo qué ofrecer. Por ello había comenzado a efectuar un estudio profundo del blues y a sumergirse en su historia, asunto que lo llevaría a explorar la amplia gama de la sonoridad afroamericana en su afán por extender sus conocimientos. Y por ello la música de este artista no es un eco del pasado. Para él tenía (y tiene) que funcionar en el momento.

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Personal: Taj Mahal, guitarra, voz, armónica, guitrra slide, arreglos musicales; Ry Cooder, guitarras rítmicas y cuerdas; James Thomas, bajo; Sanford Konikoff, batería; Jesse Ed Davis, guitarra. Portada: Foto y diseño de los artistas del Departamento de Arte de la compañía.

VIDEO SUGERIDO: Statesboro Blues – Taj Mahal – Statesboro Blues HQ, YouTube (Emre Demirkaya Loves High Quality Music)

Graffiti: «Lo sagrado: ahí está el enemigo«