Por SERGIO MONSALVO C.
III
A lo largo de su carrera, el nombre de William «Count» Basie (1904-1984) fue sinónimo de swing. Basie, cuya enorme influencia sigue presente a casi cuatro décadas de su muerte, no sólo dirigió algunas de las mejores orquestas de jazz de todos los tiempos, sino también redefinió el papel del piano en la sección rítmica.
Desde mediados de los años cuarenta, la banda bajo su batuta se significó como un magnífico conjunto de precisión, y para algunos analistas se erigió incluso en la mejor banda de metales del siglo. Su sello inconfundible se advierte, además, en el sonido de cualquier big band de la actualidad.
Entre los muchos méritos de este pianista y director estuvo el de descubrir que podía hacer algo más que tocar con swing. El júbilo que contagió a sus integrantes para con el blues provino de tal descubrimiento. La sencillez esencial que lo caracterizó le pudo servir de base para el desarrollo de nuevas ideas.
Supo también rodearse de músicos talentosos y creativos, como el contrabajista Walter Page, el baterista Jo Jones y el saxofonista Lester Young, todos innovadores con su instrumento. Basie fue capaz de transformar el concepto del pequeño grupo y convertirlo en uno grande sin perder su desenfado, espontaneidad y empuje.
Su estilo denominado de Kansas City permeó su música con fraseos cortos, riffs sorprendentes, intercambios entre las secciones, llamadas y respuestas, abundante espacio para los solistas y mucho blues.
VIDEO SUGERIDO: COUNT BASIE – All of Me (1965), YouTube (corporalhenshaw)