PRIMERA Y REVERSA: DIXIE CHICS

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

CONTRA EL SISTEMA

El de las Dixie Chicks es un cuento posmoderno. Uno que parte al revés: del éxito a las incógnitas por el futuro. El comienzo es en 1989 en Dallas, Texas. La violinista folk Emily Erwin y su hermana Martie Seidel (intérprete del banjo) deciden formar un grupo femenino de country tradicional al lado de la bajista Laura Lynch y la guitarrista Robin Lynn Macy (todas cantan).

El nombre para el cuarteto de cowgirls está inspirado en la canción «Dixie Chickens» de la banda sureña Little Feat. Se enrolan en el circuito de bares de la ciudad y en los clubes del estilo.

El impulso necesario para el siguiente paso se produce cuando Seidel obtiene el tercer lugar en el National Fiddle Championship con el instrumento que toca. La combinación de country, folk y bluegrass en la que se sustentan interesa al sello independiente Crystal Clear, con el que graban el disco debut Thank Heavens for Dale Evans (1990), un homenaje a la pionera del género con tal nombre y que les sirve, además, para mostrar sus virtudes dentro del mismo.

Las inquietudes artísticas de las hermanas no se corresponden con los intereses de Macy, quien decide abandonar el grupo. De esta manera, la siguiente grabación marca sus primeros cambios. Buscan un sonido más contemporáneo inclinado al pop, Martie asume también el uso de la mandolina, mientras que Emily hace lo propio con la guitarra y el dobro. Lynch pasa a ser la voz principal.

Ya como trío aparecen: Little Ol’ Cowgirl (1992) y Shouldn’t a Told You That (1993) y así se mantienen, incluso cuando en 1995 firman para una nueva compañía, Sony.

Los esfuerzos por refrescar repertorio e imagen llevan a Lynch a abandonar al grupo. El sitio de vocalista principal y guitarrista lo ocupa una guapa joven de 21 años llamada Natalie Maines, quien no es ninguna improvisada ni ajena al medio, sino hija del legendario intérprete de la steel, Lloyd Maines. La transformación es notable. A la compañía le urge sacar un nuevo disco y materializar las expectativas. Aparece Wide Open Spaces en 1998, ya con su formación definitiva.

Con armonías de country pop el trío se moderniza y obtiene un éxito insospechado. «I Can Love You Better» es el primero de tres sencillos en colocarse en las listas de popularidad a nivel nacional, mientras que «There’s Your Trouble» logra el sitio de honor en las de country.

El disco se convertiría en cuádruple disco platino y el trío —prácticamente desconocido—elevado a la categoría del megaestrellato. La culminación de una década de trajín, cambios y búsquedas estéticas. Aquí es cuando comienza la verdadera historia del grupo.

Hubiera resultado fácil echarse en la hamaca y repetir la fórmula ad infinitum; sin embargo, había un compromiso con la música. La ruta al respecto quedó despejada con la salida del siguiente compacto, Fly (1999), aún con los fuertes ecos del anterior (premios y Grammys por mejor álbum y letras de oro para mencionarlas como el grupo más vendedor en los anales del country).

“Ready to Run” y “Goodbye Earl” mostraron cambios y avances. La calidad se acrecentó con la fama. A un bluegrass más progresivo lo dotaron de country-pop actualizado, reflexivo, sugerente y con el supremo toque de la inteligencia: el humor.

Por lo tanto, las Dixie Chicks se convirtieron en auténticas artistas. Trascendieron fronteras, el mundo las reclamaba. Retornaron a los estudios para lanzar en el 2002 su sexto disco: Home. Éste fue signado para la Sony por su propia compañía, Open Wide Records, con resultados semejantes. Los retos se hicieron más importantes. Lanzarían también al mercado el disco en vivo y DVD Top of The World Tour, como testimonio de su actuación escénica.

Y fue de ahí, el 10 de marzo del 2003, desde la cima en el mundo y en un escenario, donde Natalie Maines dijo lo siguiente: “Estamos avergonzadas de que el presidente de los Estados Unidos sea de Texas, como nosotras». En referencia a las acciones tomadas por George W. Bush contra Irak.

El compromiso con la música se extendía ahora a lo social, dar voz con esa declaración a los millones de ciudadanos, de los Estados Unidos y del mundo—como de Londres donde se encontraban en esos momentos—, que discrepaban con una política y con una forma de gobierno. Toda la inteligenzia norteamericana lo hacía al unísono, al igual que la inglesa, cuyo Primer Ministro apoyaba los actos de Bush.

A lo expuesto correspondió una reacción furiosa por parte de los sectores más retrógradas de la tierra del Tío Sam. Esos conservadores incapaces de comprender los hechos históricos y para quienes las cosas se resuelven a balazos. Entre ellos, los dueños de radiodifusoras que convocaron a sus oyentes —tal para cual— a boicotear sus discos y conciertos. Las llamaron antipatriotas y las descalificaron. El asunto se puso peligroso para el trío en su propio terruño.

Por otro lado, muchos artistas cerraron filas alrededor de ellas, entre otros Bruce Springsteen y Madonna, quienes defendieron en todos los ámbitos el derecho a la libre expresión del grupo.

Los siguientes fueron años difíciles para las Dixie Chicks; ellas no dieron marcha atrás ni pidieron disculpa alguna, como les exigían. Al contrario, el grupo estuvo más unido y cuestionador que nunca: una para todas y todas para una.

El tiempo les sigue dando la razón, como a tantas otras mentes pensantes. Bush, del 2003 a la fecha, había recortado presupuestos sociales para canalizarlos a la milicia; derogado derechos y libertades ciudadanas; pugnado por la charlatanería creacionista; mostrado uno más de sus crueles rostros —el racista y el de peor mala fe de un gobernante— tras el paso de Katrina por Nueva Orleáns; ha dejado a Bagdad —a Irak—en ruinas y se embarcó ya en una nueva invasión, la del Líbano. Toda una tragedia, grotesca, lacerante y brutal, y una proyección panorámica sobre el estado moral de aquella nación frente a sí y frente al mundo.

Las Dixie Chicks, por su parte, supieron capotear el temporal y logrado que las aguas volvieran a un nivel razonable para ellas. La experiencia de estos tres últimos años quedó reflejada en dos obras. Una, Shut up and Sing, de la autoría de Barbara Kopple y Cecilia Peck, que lleva a la imagen documental lo acontecido para el trío en esa etapa; y la otra, el octavo álbum del grupo, Taking the Long Way (2006).

Un disco que muestra una evolución hacia el rock. Rick Rubin, el productor que logró el canto de cisne de Johnny Cash consiguió con ellas plena identificación, dejó que escribieran por completo las canciones y les mostró la melodía y el estribillo más apropiados para las estructuras finales. “Everybody Knows”, “So Hard” y “I Hope” son los primeros sencillos destacados del disco.

Una obra intensa, autobiográfica y valiente en muchos sentidos: «El impulso vino de sentir que habíamos perdido la esperanza en la costumbre democrática de cuestionar las acciones de nuestro gobierno, el cual implantó sistemas de control que hicieron desaparecer la crítica —han señalado—. O estabas de su lado o eras un traidor antipatriota. La canción ‘I Hope’ pregunta qué hemos aprendido de todo esto y qué legado vamos a dejar a nuestros hijos”.

VIDEO: Dixie Chicks – I Hope, YouTube (Rose Alvaro)

HITOS: THE VELVET UNDERGROUND (XI)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

REPARTIENDO LA HERENCIA

No es fácil ser una leyenda. Sólo se puede seguir o desaparecer con estilo, y ambas opciones son a veces imposibles. Nico había muerto en 1988 a consecuencia de una caída de la bicicleta, un fin banal para una ex superestrella de Warhol. El propio Andy falleció tras una operación relativamente sencilla de la vesícula. Y ahora los protagonistas restantes regresarían al escenario, ¿cuáles serían las consecuencias? ¿se mantendrá el grupo unido por suficiente tiempo como para escribir canciones nuevas? Muchas preguntas aprehensivas sobre su futuro, en pleno final del siglo XX.

Los miembros de Velvet Underground volvieron a reunirse entonces para realizar una gira alrededor del mundo, en un comeback que resultó impresionante para todos los que los vieron.

Por fortuna, tal hecho quedó registrado de varias maneras. Una en video, con imágenes que pasmaron por su fuerza a las generaciones que no los conocían físicamente; y otra, mediante la grabación de sus conciertos en Europa, tanto en Francia como en Los Países Bajos.

Los conciertos que el Velvet Underground ofreció en París en el Olympia Theater los días del 15 al 17 de junio de 1993 aparecieron en el álbum doble Live MCMXCIII (Sire), producido por el guitarrista de Reed, Mike Rathke. El resultado: diferente, extraño, sublime. Como el Velvet Underground mismo.

Una obra perturbadora del grupo en vivo con nuevas tecnologías, o sea que no suena como si estuviera bajo el agua. Este disco abre con “We’re Gonna Have a Real Good Time Together” de Reed (en general el contenido está sostenido por su material en combinación con temas de él y Cale y de los cuatro).

Le sigue «Venus in Furs», una pieza clásica que elevó su trascendencia a los anaqueles del sadomasoquismo expresado con la música. Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker ponen de manifiesto, una vez más, el hito que significan.

«Afterhours», «Sweet Jane», «All Tomorrows Parties», «Some Kinda Love», «Rock’n’Roll», «The Gift»…lo clásico de lo clásico en su repertorio. Un documento único plagado de los solos e interpretaciones conjuntas que los volvieron a hacer célebres.

Ahí, en perfecta captura los famosos sonidos rechinantes, eléctricos, saturados y distorsionados hasta lo inverosimil. «Heroin», «Waiting for My Man» y «Pale Blue Eyes» son seminarios magistrales para oídos abiertos a la sabiduría.

Y luego lo esperado y temido: la desbandada. O bien, según se lo explicó Lou a las más de 10 mil personas del público en el primer concierto en el curioso tema «Velvet Nursery Rhyme» (que sirvió además de presentación para cada uno de los integrantes): “Velvet Underground es un grupo que sólo se reúne a tocar cada 25 años. Las pausas entre las presentaciones son un poco más largas de lo que se permiten otros grupos, nada más. No es la gran cosa”.

¿No es la gran cosa? La lista completa de grupos para los que el Velvet Underground ha sido una importante fuente de inspiración, rebasaría el espacio disponible para este escrito.

A fines de los sesenta la influencia de Velvet Underground sólo se hizo sentir muy poco, pero fue aumentando a principios de la década siguiente, con el movimiento del glam rock, y llegó a su culminación durante los años del punk.

A comienzos de los ochenta, con el postpunk su herencia pareció haber crecido. Y se renovó con fuerza al finalizar el decenio con el noise. En los noventa, cuando se sintonizaba 120 Minutes de MTV, parecía como si todos los grupos de indie portaran el sello de los Velvets. Y prácticamente se puede decir lo mismo del primer lustro del nuevo siglo XXI.

Uno de los primeros grupos en seguir el ejemplo de los neoyorkinos fue el europeo Can. Irmin Schmidt y Holger Czukay, alumnos de Stockhausen, pudieron identificarse con el rompimiento que Cale realizó con el avantgarde clásico. “Los del Velvet Underground tocaban sus instrumentos como unos malditos —he indicado Czukay con tono de admiración—. Fue muy liberador escuchar eso”.

Al poco tiempo surgieron otras bandas que también reunieron los collages sonoros de la música electrónica y experimental con la simpleza estruendosa del rock, entre ellos Kevin Ayers and The Whole World (con quienes el compositor inglés David Bedford desempeñó el papel de Cale) y Roxy Music (dentro del cual esta tarea le correspondió a Brian Eno).

VIDEO: ‘Femme Fatale’ – The Velvet Underground (Live At L’Olympia…), YouTube (Cam Forrester)

RAMAJE DEL ROCK: ROCK DE GARAGE (XI)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

EL ESTANDARTE DEL GARAGE

Louie Louie” es una pieza que la vida transformó en estandarte, himno, y un clásico del cóver de todos los tiempos. Su creador original fue Richard Berry, quien escuchaba “Havanna Moon”, un tema de Chuck Berry (sin parentesco) del que le encantaba la atmósfera y el ritmo.

Richard Berry fue un cantante y compositor de rhythm and blues que nació en Nueva Orleans, pero que en 1955 decidió cambiar del estilo doo-wop que lo caracterizaba al rock and roll y compuso la pieza “Louie Louie” inspirada en aquella vieja tonada de Chuck Berry.

La canción original trataba acerca un marinero jamaicano que le platica al cantinero de un bar, de nombre Louie, sus penas amorosas. Un tema naive con un ritmo pegajoso que fue un éxito local y luego pasó al olvido. Hasta que en 1963 lo retomaron los Kingsmen y todo explotó.

The Kingsmen, originarios de Oregon, hicieron un cóver con el sonido del garage primigenio –sección rítmica muy marcada, enfático riff y un solo de guitarra enloquecido- y adaptaciones fugaces a las letras con dobles sentidos de carácter sexual.

El asunto inmediatamente atrajo a las audiencias adolescentes como oyentes e intérpretes de la misma. Pero no sólo a ellos. Al FBI le pareció obscena e inmoral. La investigación duró 30 meses, pero nunca pudieron enjuiciar a nadie porque las interpretaciones cambiaban de una a otra y a cual más incomprensible.

La censura, la jocosidad de sus intenciones y las ambiguas conclusiones del expediente, unidas al pegadizo tema, lo catapultaron como emblema e himno contestatario al que cada cantante o grupo a partir de ese instante pudo incluirle o cambiarle los versos a discreción.

A “Louie Louie” se le han insertado temáticas políticas, sexuales o sociales de cualquier índole, dependiendo del momento y las intenciones particulares, manteniendo la estructura de la canción. La sencillez de la misma permite la improvisación lírica y musical. Eso ha hecho de “Louie Louie” el pilar por excelencia del rock de garage.

Hay algunas canciones de las que crecen árboles frondosos y hasta inmensos bosques. Es el caso de “Louie Louie”, al que se le han hecho 1800 versiones registradas. Una pieza que nació inocente y se transformó en un clásico inmortal.

VIDEO: Louie Louie – The Kingsmen (DES Stereo) 1963, YouTube (Smurfstools Oldies Music Time Machine)

BABEL XXI-761

Por SERGIO MONSALVO C.

 

CROONERS, ROCKERS Y VICEVERSA

 

 

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.

https://e-radio.edu.mx/Babel-XXI/761-Crooners-rockers-Y-viceversa

LONTANANZA: LOVE IS COLDER THAN DEATH

Por SERGIO MONSALVO C.

 

DARK ETÉREO

La música que habría de convertirse en el fundamento del manifiesto artístico del grupo germano Love is Colder Than Death (LICTD), nació de un film noir con el mismo título (Liebe ist kälter als der Tod, de 1969) del cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder.

Un filme en blanco y negro que retrataba eso: el aislamiento y dolor del amor (en varias de sus formas) en su relación con la muerte y la violencia. El personaje tiene la certeza de que el amor y los valores que conlleva no significaban nada frente al hecho de no pertenecer o el sometimiento.

Que todas las cosas hechas por y para él, en el intento de parecer acorde con la vida, de facto no tenían ningún valor real. Tal certeza lleva al protagonista, armado de un fuerte nihilismo, a una búsqueda en el lado oscuro de la vida para explorar quién era y qué deseaba hacer consigo.

Ese mismo sentimiento fue el que condujo a varios músicos alemanes a reunirse y formar el grupo Love is Colder Than Death al principio de los años noventa. La integración del grupo coincidió con la fundación del sello independiente Hyperium, en el mismo país.

Ambos fueron producto de tal búsqueda filosófico-musical, del espíritu de los tiempos en una era finisecular y, en la coincidencia, ambos siempre trataron desde entonces de proyectar tal certeza y la aceptación despertada por dicha idea.

El flujo de pensamiento en sus obras (de grupo y disquera) a partir de ahí equivale a la exploración continua por la comprensión personal de la propia realidad. La compañía se dio a la tarea de aglutinar grupos afines y a lo largo de su historia logró publicar alrededor de doscientos discos y poner a la dark wave ethereal en el mapa de las músicas importantes.

Love is Colder Than Death es un cuarteto de dark neoclásico que se dio a conocer a partir de las escenas de la world music y el jazz. Ambientes en el que se les incluía, dada la falta de definición o alguna señal que permitiera ubicarlos referencialmente o en un nuevo orden.

En el comienzo de su carrera enfrentaron el problema de que mucha gente lo calificaba (y a Hyperium, por extensión) como una agrupación gótica (este adjetivo mayoritariamente se refiere a grupos de rock), pero no era así.

La sutileza y el refinamiento de las emociones mostradas por ellos discrepaba en muchos sentidos con aquel subgénero, entre los que se encontraba la postura frente a la finitud, por ejemplo.

La música de LICTD tuvo y tiene sus raíces en el underground. Sí, en el underground dark, pero los músicos (y los que dirigían la empresa) no eran goth ni nada parecido. Todos querían escuchar música de calidad con un toque serio, orientado al dark o al ambient, pero sin relación alguna con los anhelos góticos.

Las letras de sus canciones están inspiradas en la narrativa de Franz Kafka y sus integrantes creen que las razones profundas de los sentimientos de este autor son  pertinentes ahora cuando las visiones que escribió en sus relatos se han concretado en lo cotidiano.

Los textos de LICTD al igual que los del praguense son sobrecogedoramente solitarios y aislados por su propia fe dogmática en leyes invisibles que ellos mismos se imponen; se encuentran ciegos ante su potencial de libertad y de una vida moldeada por ellos mismos.

VIDEO: Love Is Colder Than Death – Humming Bird (LICTD S)

Piensan que todo eso es muy cierto en nuestra sociedad nuclear y que analizar el origen de dichas creencias –así como el motivo de nuestra adherencia a dogmas caducos– puede conducirnos a un mayor conocimiento del vacío en el que vivimos.

Al crear una atmósfera capaz de evocar recuerdos, temores y deseos sensibles al individuo con sus definiciones subjetivas personales, sus canciones permiten al escucha dar los primeros pasos hacia la contemplación interna del yo.

La premisa influida por los surrealistas que se consagra a desgarrar la fachada de la realidad a fin de revelar las verdades interiores tal vez sea afín a su propósito; pero las palabras obvias no formarán parte nunca de su lenguaje.  Es dentro del sutil reino subterráneo de la intuición, la pasión y la comprensión que será posible conectarse con Love Is Colder tan Death.

Sus fundadores: Ralf Donis, Maik Hartung, Sven Mertens y Susann Heinrich (reemplazada por Anja Herrmann desde el 2012), crean y difunden una obra artística orientada hacia las expresiones oscuras, de tribalismo primitivo y atmósferas lúgubres.

Los mismos componentes del grupo han definido la esencia de su música como etérea y ambiental.  Son estos tipos de música los que ofrece al escucha que busca dimensiones diferentes, experiencias sonoras sin asideros y la sensación de ir a ciegas por el mundo.

La sustancia del cuarteto puede estar resumida en tales palabras. Los músicos y productor han explicado que el dark ethereal neoclásico que interpretan es un término que utilizan para describir un tipo de música que requiere no sólo de sensibilidad sino también de conocimientos varios.

Quizá ellos lo hayan inventado. Su propuesta es ambient de oscuridades nada densas sino de ligereza impenetrable; está a medio camino entre lo intenso y lo pasional, una música que excita los sentidos y la imaginación y que concuerda con una variedad de estilos, aunque todos parezcan tener algo en común.  El sinónimo “introspectiva”, puede resultar también una definición bastante precisa.

Como se ve, tal propuesta no puede adecuarse a los esquemas preconcebidos sobre los géneros musicales de mucha gente. La de ellos trata de explorar su propia realidad, lo cual coincide en parte con muchas clases de sonidos e imágenes.

Y en esto último es donde entra también la parte gráfica, porque en las portadas de sus discos (y las de todos los grupos del sello) las imágenes están fuera de foco, difusas. Intentan capturar los sentimientos visuales de las emociones internas.

Y si se dice que están fuera de foco y son elusivas, quizá es porque eso se parece mucho a las sensaciones que produce la música de Love Is Colder than Death: no pueden ser fácilmente definidas, no pertenecen a una sola dimensión.

La misión musical de un grupo así aparece como el determinante fundamental de una nueva figura artística, la que lejos de sensiblerías románticas cursis es consciente de las múltiples posibilidades que ofrece la época.

Una donde los discursos y la tecnología se cruzan inmisericordemente, pero donde también la dimensión musical asciende de manera portentosa hacia constelaciones artísticas y humanas, con pretensiones tan renovadas como habitables de actualidad.

Las indagaciones y experiencias de formaciones como Love Is Colder than Death están encaminadas de manera significativa hacia el logro de una totalidad difícil de alcanzar; sólo perceptible por su raro equilibrio entre normas técnicas de la música y la conciencia de su complemento estético.

En esta formación se da la aventura en la frecuentación de campos más ambiciosos para lo inteligible. Hay igualmente una manifestación de insospechadas colaboraciones (lenguaje plástico, arquitecturas sonoras, filosofías y poeticidad) que obligan a los escuchas a descubrir guardadas informaciones, sabidurías transitadas, interconexiones culturales llenas de reminiscencias y promesas.

VIDEO: Love Is Colder Than Death – An Invite To Eternity, YouTube (Janet Sánchez)

JAZZ: ART FARMER

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

En la primavera de 1958 Gerry Mulligan dio inicio a una nueva versión de su cuarteto. El saxofonista recurrió a Art Farmer para la trompeta, mismo que de esta manera se dio a conocer entre un público grande no especializado en el jazz. 

 

El mismo año, Mulligan fue invitado a participar en el soundtrack de I Want to Live, por medio del cual se popularizó su música más aún. La película fue un gran éxito y la estrella de Farmer se disparó más alto todavía. Resultó muy frustrante para él, pues se le escuchaba por todas partes, pero un músico blanco fingía tocar su música en la pantalla. Como sea, en 1958 Art Farmer era más popular que Miles Davis.

 

Arthur Stewart Farmer formaba la mitad de unos gemelos idénticos. Su hermano Addison Gerald tocaba el bajo. Nacieron el 21 de agosto de 1928 en Council Bluffs, Indiana, pero la familia se mudó pronto a Los Ángeles. Art tomó lecciones en tres instrumentos, piano, violín y tuba, pero a partir de 1945 se consagró enteramente a la trompeta en el jazz. 

 

No tardó en hacerse de un nombre como profesional serio y en 1953 llegó a la banda de Lionel Hampton, una especie de escuela para músicos y plataforma de lanzamiento hacia cosas más importantes. En la sección de metales aparecían también, por ejemplo, Quincy Jones y Clifford Brown.  Todos ellos pudieron conocerse el 19 de septiembre de 1953 en el Concertgebouw de Amsterdam, durante una gira de la Hampton Band por Europa. 

 

Cinco años más tarde, Farmer se unió a Gerry Mulligan. El tiempo parecía oportuno para dar el salto hacia una formación propia, el Farmer-Golson Jazztet de 1959, integrado por Benny Golson en el saxofón tenor, Curtis Fuller en la trompeta y un completo desconocido en el piano: McCoy Tyner. 

 

Pese a la excelente campaña publicitaria y una serie de espléndidos acetatos, la empresa fracasó. La música era demasiado exigente para el escucha promedio. 

 

 

En 1962 el «jazzteto» fue disuelto por falta de empleo. El hermano Addison tocó el bajo en este «jazzteto» original; buscó su propio camino a continuación, pero falleció inesperadamente el 20 de febrero de 1963, golpe que Art tuvo muchos problemas en superar.

 

En 1987, Farmer confesó en una entrevista: «Perder a Addison fue como si de repente me cortaran la mano. Lo curioso es que en mi subconsciente Addison sigue vivo para mí. Aún sueño con él. En los sueños hacemos esto y aquello, platicamos, discutimos, nos vamos a algún lugar, tocamos, practicamos, ensayamos, viajamos». 

 

En 1965 Art recibió de Viena la invitación para formar parte del jurado en un concurso. Se quedó en Europa, realizó una transmisión en vivo por radio desde Leiden, presentó a sus músicos, pero no se acordó del nombre de su baterista.  Gran regocijo: era Steve McCall. Tres años más tarde se estableció en forma permanente en Viena.

 

Art Farmer fue uno de los primeros intérpretes serios del bugle o corneta (normalmente se utiliza el término anglosajón flugelhorn). No como instrumento secundario para «otro» sonido, sino de verdad:  con un tono cálido, un poco oscuro. El instrumento quedaba muy bien con su forma mesurada y lírica de tocar desarrollada con la trompeta. Con el tiempo renunció a la trompeta por completo. Desde Viena efectuó giras regulares por Europa. En la actualidad divide su tiempo entre los Estados Unidos y Europa.

 

VIDEO: Art Farmer – The Very Thought Of You (Official Visualizer), YouTube (Contemporary Records)

 

 

 

BABEL XXI – SINOPSIS (152)*

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(756 -760)

 

 

BXXI-756 DE-PHAZZ (REMAKE)

 

En el mundo en general, las sociedades han avanzado y avanzan en el vacío sobre el sentido último del ser humano. ¿Qué se le va a hacer? Cada uno tiene que resolver su quo vadis personal. Para evitar la depresión por las esperanzas frustradas en el acontecer cotidiano, los artistas de clubes y salones europeos han proporcionado una respuesta ante la crisis: la construcción del placer mediante la música de baile o el relax de la escucha nítida y presuasiva. El d-jazz encarnado por De-Phazz es, pues, además de un estilo con más de una década de existencia, una metáfora epitemológica de la contemporaneidad que busca precisamente al sujeto y su sentido como ente hedonista.

 

VIDEO: De-Phazz & The Radio Big Band Frankfurt “The Mambo Craze”, YouTube (monophonicsoundz)

 

 

BXXI-757 THE ROLLING STONES (X)

 

A finales del año 2022, Jagger, Richards y Ron Wood entraron al estudio, con Darryl Jones al bajo y Steve Jordan a la batería. Andrew Watt, de 33 años, se hizo cargo de la producción con Don Was. En Hackney Diamonds el grupo ofrece un menú genérico con un sonido directo y nítido que hace perfecta justicia al suyo clásico. La dupla Jagger/Richards llegó con bastantes canciones buenas a la mesa: Angry, Get Close , Whole Wide World y Driving Me Too Hard, que habrían sido un excelente material en cualquier disco anterior de los Stones. La colaboración con invitados también se desarrolló en condiciones favorables. Todos esos aspectos destacados hacen de Hackney Diamonds uno de los mejores álbumes de los Stones.

 

VIDEO: The Rolling Stones – Angry (Official Music Video), YouTube (TheRollingStonesVEVO)

 

 

BXXI-758 DAVID BOWIE 1.OUTSIDE (I)

 

En el álbum Outside hay otros lenguajes, otras texturas y otra fenomenología de lo sonoro (en la que se encuentran la mano de Brian Eno y los influyentes ecos de Nine inch Nails), lo que implica comportamientos multidisciplinarios, tanto en lo tecnológico como en lo humanístico. Outside es en ese momento el summum y crisol de la cultura cyber con el thriller. Con génesis sociales y morales, dimensiones históricas, psicológicas y conceptos de impensables alcances. El pensamiento y el deseo son alterados de forma profunda en un nuevo sistema de creatividad. Fue la obra de David Bowie para despedir el siglo y el milenio.

 

VIDEO: David Bowie – Outside (live at Lorelei 6-22-96), YouTube (BowieOutsideAudio)

 

 

BXXI-759 DAVID BOWIE I.OUTSIDE (II)

 

Los catorce temas, sin contar los enlaces (“segues”), que integran la obra Outside, individual o colectivamente, son un auténtico desfile de la carne sometida; el espíritu de los tiempos canalizado por la imaginería de estos dos músicos empeñados en inyectar dosis de misterio y energía al fin del milenio, en el cual el sida vino a agregar el miedo a la sangre. El concepto de David Bowie/Brian Eno, con el detective profesor Nat Adler (uno de los tantos alter egos de Bowie) como personaje de este thriller sonoro, viene a hablar de un mundo fetichista, de las ceremonias sanguinolentas dedicadas al deseo, al arte del realismo extremo como único afecto por la vida y la muerte.

 

VIDEO: David Bowie – Outside, YouTube (David Bowie)

 

 

BXXI-760 FUSIÓN

 

Hoy en día se oye hablar con frecuencia de la difusión de una cultura global o universal, en la que la humanidad entera participa de manera creciente con su cúmulo de valores. El jazz es parte destacada de todo ello. Y así lo han entendido sus intérpretes de cada época. El elemento primordial para la génesis del jazz fue el encuentro de diversas culturas, su crisol fundamental. Tal fenómeno no ha dejado de ser importante a lo largo de la historia del género, y el futuro no predice otra circunstancia. Al contrario, fortalece esa simiente con nuevas corrientes y manifestaciones musicales tanto globales como regionales. El conocimiento de estilos musicales como el tango, la bossa nova, el dub o el del-jazz, por ejemplo, son producto de la fusión más genuina.

 

VIDEO: Gotan Project – Last Tango In Paris (La Revancha del Tango Live), YouTube (ChillgrooveR)

 

 

*BABEL XXI

Un programa de:

Sergio Monsalvo C.

Equipo de Producción: Pita Cortés,

Hugo Enrique Sánchez y

Roberto Hernández C.

Horario de trasmisión:

Todos los martes a las 19:05 hrs.

Por el 96.5 de FM

Online por Spotify

Radio Educación,

Ciudad de México

Página Online:

http://www.babelxxi.com/

 

 

LIBROS: JOHN ZORN

 

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

PROYECTOR DEL HIPER-COLLAGE*

 

Escuchar a John Zorn es como hojear una pila de cómics trash en una tienda de aparatos eléctricos funcionando, o ver una proyección infinita de series de televisión estadounidenses tratadas por un editor loco en un televisor en el que el brillo y el contraste están a tope de intensidad.

 

Zorn no es el primer músico posmodernista engendrado por el jazz, pero definitivamente sí el más concienzudo y reconocido. Más que cualquier otro, parece marcar el punto de transición entre un periodo de gran virtuosismo técnico y una nueva síntesis artística que no pretende elevarse por encima de la cultura del desecho y reciclable, en la que todos los gustos son identificables.

 

John Zorn nació en Nueva York el 2 de septiembre de 1953 y desde muy joven se le conoció como un aventurero explorador de los instrumentos de lengüeta, y como un ecléctico compositor que usa el método del cut-up (recorte o collage al estilo de William Burroughs) para sus creaciones. A los diez años de edad cambió el piano por la guitarra y la flauta, y en el curso de sus estudios autodidactas de música clásica contemporánea empezó a componer introduciendo elementos improvisatorios en sus partituras debido a la influencia de John Cage. Esto sucedía a los 14 años.

 

En la Universidad de St. Louis conoció el free jazz gracias al impresionante disco For Alto hecho por Anthony Braxton como solista en el sax. Después de desertar de la escuela, Zorn trabó amistad con varios improvisadores estadounidenses del free, entre ellos con los guitarristas Eugene Chadbourne y Fred Frith, el cellista Tom Cora (Corra en aquel entonces) y el intérprete del sintetizador Bob Ostertag.

 

A la postre, el músico y compositor regresó a Nueva York, donde se dedicó a trabajar con muchos improvisadores y grupos de rock, a componer y a tocar música free, aunque cuando quiere este particular intérprete es un excelente saxofonista con toque bebopero.

 

En la actualidad, su arsenal de instrumentos incluye saxofones y clarinetes desarmados así como silbatos de caza con graznidos de pato y de otras aves, que a veces toca dentro de cubetas llenas de agua a manera de puntuación irónica, en semejanza a la forma en que Rahsaan Roland Kirk, otro músico no debidamente valorado y experto surrealista, quien solía finalizar algunos solos con estridentes toques de sirena.

 

Los métodos de composición de Zorn desde joven con frecuencia han incluido reglas casi lúdicas por medio de las cuales guiaba las respectivas intervenciones y papeles de varios músicos. Como aficionado a los sistemas de juegos (así como a otros aspectos más tradicionales de la cultura y el arte del Japón: la bidimensionalidad, la falsa perspectiva, la simultaneidad, la violencia como estética), Zorn con frecuencia ha basado algunos trabajos en los juegos y los deportes.

 

 

 

*Fragmento extraído del libro John Zorn, publicado por la Editorial Doble A

 

 

 

 

John Zorn

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Palabra de Jazz”

The Netherlands, 2005

 

 

 

ON THE ROAD: CHARLIE EN PARÍS

Por SERGIO MONSALVO C.

 

(LA ÚLTIMA VEZ)*

 

Querida Martha-Maga: ¿Recuerdas que fue una madrugada cuando decidiste conocer Le Boeuf sur le Toit, el lugar en París que en 1950 era guarida de escritores como Jean Cocteau, cineastas como René Clair o músicos como Satie y Maurice Ravel?

 

A las dos de la mañana llegamos al sitio y tú, echando vaho por la boca, gritaste el nombre de la rue Pierre-1er-de Serbie. Caminaste rápida hacia el número 43-bis y, aunque decepcionada porque el bar había desaparecido, te repusiste y la soledad de la avenida compensó la ausencia.

 

Luego te pusiste a actuar a lo ancho de la banqueta aquella pelea que tuvieron Charlie y el saxofonista tenor Don Byas por cuestiones de estilo en el bebop.

 

Las viejas hostilidades afloraron en una noche semejante. “Dos machos retándose por un concepto”, dijiste. Charlie sacó su navaja. Byas la abrió un instante después. Ambos danzaron bajo las luces nocturnas en círculos retadores.

 

Cuando el tiempo del ritual ya no tenía un más allá, Charlie lanzó una carcajada, cerró su navaja y la guardó. Se paró frente a Byas con las manos en los costados y estático invitó al otro saxofonista a picarlo.

 

Byas, desconcertado, no se movió: “Estás loco, Bird, bien loco”, le espetó. Charlie sonrió de nueva cuenta y se dio la vuelta para volver a entrar al bar. Fue la última vez que Parker estuvo en París.

 

 

 

*Fragmento del libro Ave del paraíso, publicado por la Editorial Doble A, publicado de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos.