Por SERGIO MONSALVO C.
PULSOR 4×4 / 14
(1967)
En 1967 estalló la Guerra de los Seis Días entre árabes y judíos (y aún no tiene trazas de acabar).
Ese año tuvo lugar el Festival Pop de Monterey, el primer concierto masivo de rock en la historia.
El Dr. Christian Barnard y sus colaboradores africanos (relegados a un discretísimo y racista tercer plano) llevaron a cabo el primer trasplante de corazón.
En 1967, el rock y la industria de la alta fidelidad se complementaron para llevar a los álbumes a vender más que los discos sencillos. Al frente de la revolución se encuentraron los Beatles con Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band, piedra angular que dio paso al disco conceptual, al rock como arte (musical y gráfico), al virtuosismo instrumental y al uso del estudio de grabación como un instrumento más.
El año 1967 fue también en el que, con el uso de las drogas, se inició el rock psicodélico. Fue de rigor para todo músico que se preciara de serlo, reflejándose en buena parte del rock que se hacía, en especial si provenía de la capital de la psicodelia: San Francisco. Nueva estafeta para la contracultura.
Junto con Grateful Dead y Country Joe and the Fish, Jefferson Airplane fue el grupo de más importancia en el sonido de San Francisco. Llevó dos temas a las listas de las diez grandes: «Somebody to Love» y «White Rabbit», un clásico. Los catalizadores del grupo eran la cantante Grace Slick y el guitarrista Jorma Kaukonen.
En poco tiempo, la cultura de la droga influyó también en la música que se hacía en Los Ángeles. Los Doors (que habían adoptado dicho nombre por la obra sobre exploración psicodélica de Aldous Huxley, The Doors of Perception), capitaneados por el poeta Jim Morrison, firmaron con el sello Elektra, especializado en música folk pero que quería probar fortuna en el rock.
El primer sencillo de los Doors fue el turbulento «Light My Fire», y llegó al número uno, pero sus posteriores creaciones no subieron tanto, porque las anárquicas letras de Morrison y su imagen marcadamente sexual no eran del agrado de los programadores de las radiodifusoras. No obstante, el grupo se convirtió en una de las mayores atracciones del mundo.
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Procol Harum, grupo que trepó desde las entrañas del club UFO de Inglaterra, donde compartían el escenario con el rock espacial de Pink Floyd, y con el estrambótico mundo de Arthur Brown, llegó hasta el primer lugar en cuestión de días. Su canción «Whiter Shade of Pale», que ensalzaba el éxtasis de la mente abierta, acabó vendiendo seis millones de discos.
Formado a partir del disuelto grupo The Paramounts, intérpretes del R&B, Procol Harum basaba su música en el peculiar estilo que tenía su pianista Gary Brooker, de cantar las melodías que él mismo creaba para las crípticas letras de Keith Reid.
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La figura cumbre de esta etapa del rock fue el insuperable guitarrista Jimi Hendrix. Descubierto por Chas Chandler, bajista de The Animals, éste lo convenció de trasladarse a la Gran Bretaña donde podría desplegar todo su potencial. Sus extraordinarias dotes quedaron claramente patentes. El productor le consiguió el acompañamiento de dos músicos ingleses (Mitch Mitchell en la batería y Noel Redding en el bajo) y el impacto fue inmediato con dos temas: la espectacular versión del blues «Hey Joe» y el tema que se convertiría en el emblema de la época, «Purple Haze».
VIDEO SUGERIDO: Jimi Hendrix – Hey Joe (live), YouTube (PriestJudasPriest)