ON THE ROAD: ZOO TV

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

AQUELLA MODERNIDAD

 

La noche del 21 de noviembre de 1992 arrancó con un preludio intenso y culminó en el éxtasis de la admiración. Lo que bien comienza bien acaba, dice la conseja, y en el Palacio de los Deportes, de la Ciudad de México, el bien hizo gala de puntualidad, inglesa en este caso, con el grupo Big Audio Dynamite II. 

 

En 1984 el ex guitarrista de Clash, Mick Jones, dio vida a este grupo que se ajustaba a su lenguaje musical: rock positivo, alentador y bailable, reflejo del ambiente multicultural londinense.

 

Desde su primer álbum (This Is Big Audio Dynamite, de1985) había ofrecido una mezcla impresionante de estilos: rock, rhythm and blues, reggae y rap, y una inevitable intención política en sus letras. 

 

Luego de cuatro discos terminó su primera etapa (con Don Letts, Dan Donovan, Leo Williams y Gregg Roberts) y en 1989 resurgió con el II anexado a su nombre y con Gary Stundge (bajo), Chris Kavanagh (batería), Nick Hawkins (guitarra) y Custance como DJ, y un par más de discos.  B.A.D. II es el ejemplo claro de lo que debe y significa ser un grupo abridor.

 

Mientras el buen sabor de boca dejado por este grupo se asienta y transcurren los cambios en el podio, sale a entretener al público un DJ profesional que enredado en sus propias siglas y nomenclaturas, capas y ambientaciones (¿D.T., B.P., E.T.?) desde el auto Trabant llamado «Liberace» reparte gladiolas y piezas que los escuchas corean una que otra vez.

 

Sin embargo, el ansia de los mismos disfruta más en su desesperación por el tiempo que avanza lento que de su intento por mantener la buena vibra.  Por fin se despide.

 

A las 21:30 en punto la iluminación mengua y aparece Bono forrado de cuero ante el grito liberador de la multitud. Grito único y en comunión que no declina ni lo hará nunca, pues ya se instaló para siempre en la memoria. A partir de ahí la noche adquirió fácil y placenteramente su trascendencia.

 

Aprendido el legado de sus simbolistas, el grupo en pleno transita por sus primeros sueños para entregarse poco a poco a los problemas y mitos de su tiempo (nuestro tiempo).

 

Lo hace con los pintorescos y sentimentales tanto como los colectivos e individuales interpretados, como el auténtico arte, a diversos niveles cuyas lecturas requerirán exploraciones paralelas a las de sus conceptos musicales y metáforas cosmogónicas.

 

Digo exploraciones, ya que en pocos momentos sus juegos de imágenes pueden considerarse un mero sistema poético que gira alrededor de la estrella fija del acto creador.

 

 

“Abre tus grandes pétalos y cuéntame de tus lenguas de rubí y lodo coronadas”, escribió Yeats, el poeta irlandés azote de la diaria controversia. Y como tal surge Bono furtivamente en el escenario.

 

Solo, arropado en piel, como potro de la inspiración que contiene el espejo de su espíritu tras ultramodernos Ray-Ban y sin acompañamiento inaugura el concierto ciento uno de la gira Zoo TV, casi ahogado por el frenético júbilo del repleto foro.

 

Lo hace con una melodía folklórica irlandesa, para luego dejar atrás todo arraigo en la tierra con «Zoo Station» y el apoyo de The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen.

 

Grandes pétalos y lenguas desencadenadas cuentan la historia de la humanidad, la de la cultura occidental, del rock and roll, del encuentro de los sistemas políticos, de la comunicación elemental y tecnológica, en una revisión práctica de sustentos ideológicos y filosóficos; de iconos como Jim Morrison y Elvis Presley, Luther King, Lou Reed y Bob Marley.

 

Pero igualmente de la comunicación social por satélite, teléfono, micrófono inalámbrico, y en medio de todo ello la televisión que como un dios distribuye a diestra y siniestra conceptos y slogans, falsos y verdaderos.

 

Lo hace para que cada quien los discierna sin maniqueísmos, en un flujo y reflujo delirante que se extiende a través de la música, por el cuerpo y la mente, hasta que la imaginación, la vista y el oído se satisfagan en el raciocinio o las sensaciones –según cada cual– y encuentren el placer.

 

Todo eso y más es U2 en el escenario. Ataca con las armas pesadas del talento y el análisis en medio de coches –Trabants o «Trabbis»– suspendidos sobre ellos, un universo de luces y efectos, torres de monitores televisivos, una pantalla gigantesca, infinidad de televisores, algunos de ellos alimentados “en vivo” desde una antena parabólica.

 

Es un espectáculo multimedia superlativo en el que el grupo ha incursionado con paso firme y lleno de alternativas. 

 

Zoo TV es un crisol de la información y ésta es la divisa mundial en el preludio de los años noventa, en su guiño de futuro. U2 juega con ella a su modo y con las contradicciones que esto provoca.

 

Contradicciones rodeadas del embelesador soundtrack de sus canciones ‑‑en revisión y complemento perfectos de «Sunday Bloody Sunday» a «One», del tributo a Lou Reed con «Satellite of Love» al lánguido final de la presleyana «Can’t Help Falling in Love»–.  U2, pues, profetas concretos de moderna inmediatez en el inicio de la última década del siglo XX.

 

VIDEO: U2 –ZOO TV – PART 1 – ZOO STATION, YouTube (MoniekDH)

 

 

 

 

DOCE CONEXIONES: FATHERS AND SONS (MUDDY WATERS)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

En los años treinta del siglo XX Muddy Waters comenzó a tocar en fiestas campiranas, muy influenciado por el sonido de Son House. Al principio de la década de los cuarenta emigró del Delta del Mississippi hacia Chicago y poco después se le pudo ver acompañando nada menos que a Sonny Boy Williamson. Lentamente fue haciéndose un hueco en una escena local muy competida.

 

En 1944, fue uno de los primeros músicos en pasar del instrumento acústico a la guitarra eléctrica. Seguía tocando blues tradicional del Delta del Mississippi (de hecho nunca dejó de hacerlo), pero consiguió un sonido más compacto, potente y señero. Su nombre se convirtió entonces en sinónimo de evolución y en gran ejemplo musical.

 

Aparte de sus innegables, enormes y excepcionales cualidades como compositor, cantante y guitarrista, Waters se caracterizó además por su talento como líder de banda, cualidades que lo elevaron a la categoría de maestro y muy buen vendedor de discos, tanto de rhythm and blues como de blues, hasta la llegada del rock and roll que eclipsó su figura por un tiempo.

 

 

La de los sesenta fue una década en la que se dio el renacimiento, resurgimiento o redescubrimiento del blues, o como se quiera designar. Para la música y para su público fue una década de expansión y exploración, un fenómeno de múltiples dimensiones y direcciones.

 

El viaje que realizó Muddy Waters a Europa en 1958 fue un eslabón crucial en la cadena de acontecimientos que se produjeron durante aquella época y que cambiaron la visión del mundo respecto al blues y la visión de los bluesmen respecto al mundo.

 

En los sesenta la cultura del rock alternativo se encaminó hacia grupos como  Electric Flag, Big Brother and the Holding Company, Canned Heat, Blues Project, etcétera, como indicio de que la música de raíces se reciclaba de nuevo.

 

 

La compañía Chess Records luchaba entonces para que los temas de Muddy Waters retornaran a las listas de rhythm and blues pero, al mismo tiempo, etiquetó sus álbumes como música folk (que cobró fuerza por entonces), antes de seguir el camino del fenómeno del rock underground y grabar álbumes de «supersesiones», para volver luego a presentarlo como «padrino del rock».

 

En 1969 corrían tiempos mágicos para el rock. En gran parte esto podía atribuirse al descubrimiento del lenguaje bluesero por el público joven blanco. Los patriarcas del blues de Chicago, como Muddy Waters, readquirieron entonces merecido renombre como faros del género, mientras que una generación de discípulos más jóvenes como Mike Bloomfield y Paul Butterfield se iban forjado carreras respetables por derecho propio.

 

El concepto del proyecto Fathers and Sons fue sencillo y nació durante las charlas nocturnas entre el profesor Norman Dayron de la Universidad de Chicago y Marshall Chess, hijo de Leonard, uno de los creadores del sello Chess Records, que pasaba mucho tiempo en el estudio en la época en que Muddy hizo sus grabaciones. Dayron sería el productor y juntos tratarían de organizar muchos casamientos discográficos entre leyendas del blues y estrellas más jóvenes del rock, empapadas en él.

 

VIDEO: LIVE FATHERS AND SONS (I) Muddy Waters/Otis Spann/ Paul Butt…, YouTube (rafanusan)

 

La propuesta era promover reuniones magistrales no constreñidas por la mentalidad de los «sencillos» ni por la tecnología relativamente simple que caracterizó las grabaciones señeras de Chess en los cincuenta. La idea era que un disco en vivo pudiera complementarse, en el caso ideal, con un álbum de estudio bien hecho. Y tal vez la presencia de las estrellas del rock sirviera para vender unos cuantos discos más en el pujante mercado blanco para el blues.

 

El proyecto de este álbum doble fue impulsado cuando la Asociación de Phoenix organizó el Cosmic Joy Scout Jamboree, un acontecimiento que juntó a Muddy Waters y a su pianista y medio hermano Otis Spann con los jóvenes Paul Butterfield, Mike Bloomfield, Donald «Duck» Dunn, Sam Lay, Buddy Miles y Phil Upchurch, entre otros, para un inolvidable encuentro en el opulento Teatro Auditorium de Chicago.

 

Esta venerable sala de acústica perfecta acababa de ser renovada por las autoridades y estaba reservada para los mejores conciertos, desde Sir Georg Solti hasta que llegó Muddy Waters a ampliar las cosas.

 

 

Este último ocupó el primer plano tanto en el concierto como en el estudio. Lo acompañarían en la aventura el ya mencionado Otis Spann, decano del piano bluesero de Chicago, cuya posterior carrera como solista hubiera florecido de no ser por su muerte prematura al año de esta sesión.

 

Asistiría también el guitarrista Mike Bloomfield, quien recientemente había abandonado a la Butterfield Blues Band para desarrollarse dentro de la banda Electric Flag. La Blues Band, del extraordinario intérprete de la armónica Paul Butterfield, había conocido mejores épocas, pero en esos momentos la mayoría de sus músicos principales (Bloomfield, Elvin Bishop, Buzzy Feiten, Sam Lay e incluso David Sanborn, entre ellos) habían salido en busca de una horizontes más amplios.

 

Otro de los invitados, el bajista Donald «Duck» Dunn, por su parte, con licencia del grupo Booker T. & The MG’s e importado directamente de la máquina del soul de Memphis, era un nombre célebre por su talento musical y además muy taquillero, así que su participación era garantía en el soporte rítmico.

 

Obligada, asimismo, era la participación de Buddy Miles, baterista cuyo primer LP (con la Buddy Miles Express) constituía un vínculo obligado entre el blues y el soul. Y Sam Lay, veterano tanto del grupo de Paul Butterfield como del de James Cotton, fue el primer nombre que brincó cuando se trató de encontrar a un baterista sólido del blues de Chicago.

 

El álbum que resultó de todo ello, Fathers and Sons,  refleja el entusiasmo y el orgullo profesional de todos los músicos que otorgaron su calidad especial a las sesiones de estudio (entre el 21 y el 23 de abril de 1969) y al concierto (realizado el 24 de abril del mismo año).

 

 

En el material de estudio, canciones conocidas como «I’m Ready», «Walkin’ Thru the Park» y «Forty Days and Forty Nights» se presentaron no sólo como  manera de preservar la pureza y la emoción de los temas originales, sino también para captar la gran habilidad y exuberancia de los músicos. El material en vivo se distinguió por su mayor histrionismo.

 

El Cosmic Joy Scout Jamboree, a su vez, fue el primer concierto de blues al que asistieron un gran número de universitarios estadounidenses. Fue la primera oportunidad para muchos de ellos de cantar «Got My Mojo Working» junto con Muddy Waters, un himno del blues que convenció de tal forma que tuvieron que tocarlo una y otra vez, hacia el final del mismo, por la emoción que despertó este encuentro entre los padres negros del género y sus talentosos vástagos blancos. Un encuentro para la historia y un disco que se convertiría en clásico por todo lo que contenía.

 

VIDEO: Muddy Waters –Got my Mojo Workin’, YouTube (Mungrass)

 

 

 

BABEL XXI – SINOPSIS (151)*

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(751-755)

 

 

BXXI-751 FREE JAZZ

 

El free jazz, surgido a principios de los años sesenta, representó la primera reflexión fundamental sobre el procedimiento y materiales básicos del jazz desde las innovaciones de Charlie Parker. Y tras la pasión y profundo convencimiento con que la hicieron sus representantes ya no hubo vuelta atrás. Al frente estuvieron Ornette Coleman, Cecil Taylor, Eric Dolphy, Archie Shepp y Don Cherry, entre otros. Hubo la irrupción del deseo en la liberación de las frases musicales; el empeño en buscar nuevas formas de tocar el jazz: sin estereotipos, sin fórmulas previsibles en la manera de tocar y proceder. Se abolieron las limitaciones armónicas y se consolidó una actitud antiacademicista.

 

VIDEO: Ornette Coleman Sextet – Free Jazz (1 of 3), YouTube (Bob Hardy)

 

 

BXXI-752 BJÖRK (REMAKE)

 

Björk es la encarnación del ideal del artista contemporáneo: Talentosa, original, ecléctica, independiente, creativa e inquieta sobremanera. Ha cultivado el multiinstrumentismo, la composición, la utilización de los artilugios sonoros más avanzados (como el Reactable), el conocimiento musical, el show multimedial (incluyendo el audaz maquillaje y vestuario con referencias antropológicas y futuristas), filma sus propios videos, es actriz de cintas inteligentes para cine y televisión (Dancer in the Dark, Drawing Restraint 9), diseñadora gráfica y de ropa, activista de causas sociales y escritora. A ello habría que agregar sus pasiones paralelas: la entomología, las ciencias naturales, la física y la antropología.

 

VIDEO: Björk – Declare Independence (Later with Jools Holland), YouTube (oldnavy21)

 

 

BXXI-753 THE ROLLING STONES (IX)

 

Digamos que en el comienzo fue Chicago. Ese paraíso mítico se convirtió en el centro de la forma urbana y electrificada del blues llegado del Mississippi bajo el nombre de rhythm & blues. Música de pequeños grupos, con el ejemplo totémico de Muddy Waters. Reflejaba el carácter de la ciudad industriosa y los fenómenos sociales acarreados por la migración negra. Era agresivo, denso y cargado de tensión, con la slide guitar y la armónica amplificadas como sus características principales. Esta materia prima el rock la aprovechó para su propia naturalización. Integró su versión del blues con base en sus ideas particulares sobre él. No habría rock sin la música negra. Los Rolling Stones lo certifican con un manifiesto de divisas ontológicas.

 

VIDEO: THE ROLLING STONES – Ride Em On Down, YouTube (TheRollingStonesVEVO)

 

 

BXXI-754 CHARLES BUKOWSKI

 

Charles Bukowski (1920-1994). La suya era una materia literaria exageradamente pastosa. De brocha gorda, por decirlo así (“Sépanlo: Bukowski apesta a vulgaridad” –descripción de coitos, borracheras, relaciones con prostitutas y con seres de los bajos fondos urbanos, de la siempre recurrente white trash, material que sarcásticamente hizo expresar a Jean Paul Sartre que Bukowski “era el mejor poeta de América”–. Muchos escribieron desde el principio sobre él para lanzarlo a la muchedumbre. Resultado: se volvió lenta pero absolutamente popular). Así, el Bukowski popular que osó y usó la vulgaridad no solo se atrevió a serlo, sino que hizo de ella una marca y un estilo.

 

VIDEO: Charles Bukowski – cameo in “Barfly”, YouTube (Toudmen)

 

 

BXXI-755 LATIN JAZZ

 

El término latín jazz o jazz latino cumplió ya más de 80 años y surgió de la fusión del género sincopado de la Unión Americana con los elementos rítmicos de la música tradicional afrocaribeña. Con el tiempo no sólo el Caribe (con Cuba principalmente), sino también otros países del continente han continuado con dicha aportación. Los orígenes prehistóricos de esta mezcla musical se pueden rastrear hasta comienzos del siglo XX, cuando el puerto de Nueva Orleans realizaba un intenso intercambio comercial con el de La Habana, Puerto Príncipe, las Bahamas, etcétera. La cultura musical aparejada con dicho intercambio no se hizo esperar y los ritmos y danzas de esos países comenzaron a tener cabida en los propios de la Unión Americana.

 

VIDEO: Chico O’Farrill – Afro-Cuban Jazz Suite, YouTube (Don Quixote)

 

 

*BABEL XXI

Un programa de:

Sergio Monsalvo C.

Equipo de Producción: Pita Cortés,

Hugo Enrique Sánchez y

Roberto Hernández C.

Horario de trasmisión:

Todos los martes a las 19:05 hrs.

Por el 96.5 de FM

Online por Spotify

Radio Educación,

Ciudad de México

Página Online:

http://www.babelxxi.com/

 

 

LIBROS: NINA HAGEN

UN ENCUENTRO CERCANO*

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

“Para embarcarse en un viaje con Nina Hagen es necesario estar listo para deambular en los abismos del rock, la política, la naturaleza, la energía, los ovnis y el lugar que ocupa el ser humano en el ‘sistema divino’.

 

Nina Hagen: Un encuentro cercano es precisamente un libro que nos prepara para emprender ese enigmático viaje y concebir a esta rocanrolera asimoviana y esotérica, filósofa y budista-cristiana que produce la música más dura, excéntrica, pintoresca, vanguardista, audaz y teatral de la actualidad.

 

Sergio Monsalvo C. nos relata la vida de Nina Hagen, su formación musical, sus costumbres y aventuras. Ella misma ha fabricado ansiosamente su leyenda y su existencia no conoce límites. Es una personalidad del próximo milenio. Para Nina todo es un cuento de hadas.

 

Provocación y fantasía son las constantes de esta mujer de voz descomunal, reina y madre del punk. La lírica de sus composiciones, algunas de las cuales se incluyen en este libro, es la muestra pura de su avant-garde musical. Nina Hagen es un espectáculo salvaje de brujería electrónica que atrae y excita la imaginación, que profetiza y colorea la realidad con su arte y áspera genialidad.

 

‘Soy de un tiempo en el cual todavía sirve de algo formular un deseo. Espero que todos crean y me acompañen en él’, ha dicho la artista. Un encuentro cercano es la oportunidad para ello”.

 

 

 

*Texto de la contraportada del libro Nina Hagen Un Encuentro cercano, de la Editorial Diana.

 

 

 

Nina Hagen

Un encuentro cercano

Sergio Monsalvo C.

Editorial Diana,

México, 1988

 

 

 

MY BACK PAGES: MONSTER (R.E.M.)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

R.E.M., Monster (Warner).-  R.E.M. había dado el salto hacia el mainstream sin comprometer por ello su intención original. En sus comienzos fueron alternativos, pero ya no lo eran y con este nuevo disco lo confirmaban.

 

El cuarteto no realizó ya las innovaciones musicales de otros grupos. Aquí regresaban, por decirlo así, al garage y se pusieron a rocanrolear con el espíritu in situ. Su sonido continuaba siendo casero, frío y amedrentador.

 

 

TECHNOGOD, Hemoglowball.- Inmerso en el seno de la sociedad industrial de la que han surgido, ebrios de sus sonidos particulares, fascinados por su propia fuerza, pero atentos a su independencia TechnoGod es un cuarteto de sonidos tan puros como un bourbon o un LSD.

 

Veneno vitriólico que buscaba ver arder a sus escuchas en el disco Hemoglowball, un asalto de sonidos sin consideración de géneros o de las tendencias musicales de su tiempo.

 

 

SHERYL CROW, Tuesday Night Music Club (Polydor/A&M).- Con voz multifacética, Crow narra relatos cortos de la vida cotidiana de los Estados Unidos, a veces en tono de demanda exigente, a veces con matices de vulnerabilidad. 

 

Aplica un bien desarrollado don de la observancia a la descripción de amores emotivos e historias tristes sobre eternos perdedores. Pero su ironía no hiere y su franqueza no resulta sentimental. De ello se encarga, además de las palabras adecuadas, el hábil manejo que Crow hace de los distintos estilos musicales.

 

VIDEO: R.E.M. – You (Monster, Remastered), YouTube (remhq)

 

 

 

HISTORIA DE UNA CANCIÓN: «PURPLE HAZE»

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

¿ESTÁS LISTO PARA LA EXPERIENCIA?

 

Llegar al lugar donde la otra música encuentra su razón de ser.

 

La comarca donde tienen su sitio los corazones exiliados.

 

Todos los tienen presente: los representantes de la psicodelia, el avant-garde y el pop oscuro.

 

«La neblina morada estaba en mi cerebro. / Las cosas recientes ya no parecen lo mismo. / Actúo de una manera divertida, pero no sé por qué. / Permítanme mientras beso al cielo.»

 

Traducir a Hendrix rinde frutos extraños… Traducir a Hendrix rinde frutos extraños… Traducir a Hendrix rinde frutos extraños…

 

«La neblina morada estaba en mi cerebro. / Las cosas recientes ya no parecen lo mismo. / Actúo de una manera divertida, pero no sé por qué. / Permítanme mientras beso al cielo.»

 

Todos los tienen presente: los representantes de la psicodelia, el avant-garde y el pop oscuro; el jazz, la música electrónica y los cuartetos de cuerdas.

 

«Neblina morada por todas partes. / No sé si voy hacia arriba o hacia abajo. / ¿Me siento feliz o miserable?/ Sea lo que sea, esa mujer me ha hechizado.»

 

Todos los tienen presente: los representantes de la psicodelia, el avant-garde y el pop oscuro; el jazz, la música electrónica y los cuartetos de cuerdas; el rap, el funk y el hip hop.

 

«La neblina morada estaba en mis ojos. / No sé si es de día o de noche. / Me has volado, me has volado la mente. / ¿Es el mañana o sólo el fin del tiempo?»

 

Traducir a Hendrix rinde frutos extraños.

 

 

Todos los tienen presente: los representantes de la psicodelia, el avant-garde y el pop oscuro; el jazz, la música electrónica y los cuartetos de cuerdas; el rap, el funk y el hiphop; el rock y el blues.

 

El blues: una historia sin fin para ser contada por todos. Unos la hacen viviéndola, otros soñándola, los más padeciéndola; unos la escriben, otros la cantan, los más la tocan. Y de ello todas las mezclas que pueda haber. Hay seres únicos, también, que abarcan sus formas plenamente. Jimi Hendrix fue uno de esos entes. Un hito que canalizó el blues por los caminos de su encrucijada estética: horizontes de nuevas músicas.

 

A este generador eléctrico hay que verlo y escucharlo. Fue la encarnación en su momento del espíritu blusero. Un mesías al que costó ir vislumbrando en toda su plenitud porque se interpusieron nubes moradas. Sin embargo, su brillo especial iluminó a las orejas atentas, a los ojos fijos.

 

Oyéndolo, vacías las reticencias, la tormenta nos revuelve y confunde, pero entonces se comienza a escuchar la madera, corazón del blues, y se le ama sin más porque tiene una canción. Ahí se descubre que la vivió para morir.

 

Al principio su canto suave, encogido cerca de nosotros, para luego cerrar los ojos con llave y morir de blues sobre los cuerpos. Su guitarra no sabe que ha muerto y continúa vibrando sus cuerdas metálicas.

 

El espíritu y los hombres que le han dado vida al blues transcurren por los dedos y en las cuerdas del guitarrista zurdo. No sólo como una parte esencial del arte popular, sino generosamente ataviadas con una riqueza de melodía misteriosa, única, nacida de la experiencia recalcitrante y de la franca obscenidad de los sentimientos.

 

Las improvisaciones de Hendrix en el blues tenían inventiva, imaginación, fuerza de acento y atrevimiento en la novedad y lo inesperado. Daban la idea de un estilo y forma absorbentes, creación de un artista con genio, inolvidable.

 

VIDEO SUGERIDO: Jimi Hendrix – Purple Haze (HD), YouTube (Bruce Duy)

 

 

 

 

 

 

ROCK CHICANO (FRAGMENTO 9)

Por SERGIO MONSALVO C.

    

                                           THE TEXAS TORNADOS                                                            

                                                                                                                   

El tex-mex es una música bailable construida en torno al acordeón. Su carácter regional se echa de ver en el nombre, una combinación de Texas y México, región fronteriza en la que este género fue inaugurado por los mexicano-norteamericanos o chicanos.

 

El exponente contemporáneo más famoso fue el Flaco Jiménez, músico nacido en San Antonio, Texas, el 11 de marzo de 1939 (fallecido en el 2025), y presentado en 1973 al público del rock, con la banda de Doug Sahm, radicado entonces en San Antonio. 

 

A continuación, fue llamado por Ry Cooder para colaborar en el disco Chicken Skin Music de 1977, en el que entre otras piezas se incluye un arreglo tex-mex de «He’ll Have to Go», un clásico del country and western. Jiménez fue conocido como el rey de la música norteña, aunque desde su colaboración con músicos de rock representó una aproximación más expansiva.

 

Ciertamente contaba con una extraordinaria capacidad de improvisación y una técnica virtuosa, lo cual fue comprensible al considerar que descendía de todo un linaje de acordeonistas cuya tradición se remitía a fines del siglo pasado. 

 

Más o menos en esa época los primera emigrantes europeos se establecieron en la región meridional de Texas, antiguamente una provincia mexicana. Los alemanes llevaron el acordeón, y los polacos y bohemios introdujeron la polka y el vals. Su abuelo Patricio se hizo enseñar a tocar el instrumento por un vecino alemán y posteriormente tocaría para bailes, por una manzana o un huevo.

 

Gracias al surgimiento del gramofón, su hijo Santiago Jiménez adquirió una enorme popularidad durante las décadas subsiguientes. Junto con Narciso Martínez desarrolló la forma de tocar específica que, con el nombre Los Alegres de Terán.

 

Este grupo se apoyaba en el bajo sexto, una guitarra acústica de doce cuerdas con una gran caja de sonido, y los típicos arreglos vocales a dos voces. Una vez encontrada la forma definitiva, se agregaron una batería y un bajo eléctrico a comienzos de los años cincuenta, sobre todo gracias a Tony de la Rosa.

 

 

Al contrario del mariachi, el género musical de raíces mexicanas más conocido, el tex-mex ha perdido un poco de su autenticidad, pero no se ha estancado en su evolución como aquél. 

 

Es posible observar ambas cosas en la importantísima serie Texas-Mexican Border Music, un proyecto realizado bajo los auspicios del etnógrafo musical Chris Strachwitz. Dicho proyecto cuenta con más de 24 partes ampliamente documentadas. 

 

Como introducción se recomienda el soundtrack de Chulas Fronteras de 1978, en los que hacen acto de presencia varios viejos maestros, interpretando en su mayoría piezas clásicas esenciales, de las que algunas fueron grabadas por Los Lobos. 

 

La serie Texas-Mexican Border Music, armada por Carl Finch del grupo Brave Combo, compila la obra de un gran número de jóvenes músicos. Entre ellos figura Steve Jordan, cuyo apodo sugerente es «el Jimi Hendrix del acordeón».

 

Lo mismo es cierto en cuanto a la obra del Flaco Jiménez, cuya tendencia ecléctica se manifestó en el álbum Flaco’s Amigos, donde fue apoyado por sus acompañantes fijos Oscar Telles (bajo sexto, voz), Rubén Valle (bajo) e Isaac García (batería), así como naturalmente Ry Cooder. 

 

Por otra parte, al grupo de los Texas Tornados es posible apreciarlo en sus momentos más auténticos en Ay te dejo en San Antonio, por el cual se hizo merecedor de un premio Grammy. 

 

A la manera de los Traveling Wilburys, el Flaco Jiménez, Freddy Fender (exitoso músico veterano surgido del primigenio tex-mex y luego del doo-wop, con el reconocido hit de “Wasted Days and Wasted Nights”), Doug Sahm y Augie Meyers (figuras señeras del rock de garage, con la banda Sir Douglas Quintet, con éxitos como «She’s About a Mover» y «Mendocino» en su haber. El sonido característico de Meyers en el órgano Vox fue una característica destacada del sonido de la banda) formaron el supergrupo Texas Tornados en 1990, cuyo contagioso debut con un disco homónimo (Warner) inesperadamente recibió una gran acogida entre el público en general. 

 

La combinación inicial estos músicos actuó frente a una audiencia de San Francisco. Después de actuar inicialmente como la Tex-Mex Revue, adoptaron el nombre Texas Tornados, en honor a la canción de Sahm «Texas Tornado», del álbum del mismo nombre.

 

El debut de la banda con un disco homónimo se grabó en versiones en inglés y español, incluso en una misma canción. Desde entonces se les pidió que actuaran en todo el mundo, como en la inauguración presidencial de Bill Clinton y el Festival de Jazz de Montreux, e hicieron apariciones regulares en los conciertos de la organización Farm Aid y el Houston Livestock and Rodeo Show.

 

Entre sus otros álbumes se encuentra Live From the Limo, el último álbum grabado con la formación original, ya que Sahm murió en 1999, el año de su lanzamiento. Fender, que tuvo problemas de salud en años posteriores, murió en 2006. A la postre apareció su álbum Live from Austin de 2005 que fue la grabación de una actuación de 1990 en la serie de televisión Austin City Limits.

 

Al grupo se le enganchó dentro de la corriente del world beat y los dos trabajos subsiguientes, Zone of Our Own (Warner, 1991) y el fantástico Hangin’ on by a Thread (Warner, 1992) gozaron de especial acogida en el mundo entero.

 

Los Texas Tornados desde su fundación en la última década del siglo XX, recorrió Europa y otros puntos del globo, y grabó con artistas de música country, blues, rock y pop.

 

El Flaco Jiménez tocó con grupos como los Rolling Stones y Dwight Yoakam. También fue conocido como el «Padre de la Música de Conjunto».

 

Augie Meyers (hoy con 85 años), a su vez, ha compartido escenario con artistas como The Allman Brothers y Bob Dylan. También es miembro del Salón de la Fama de la Música de Texas.

 

VIDEO: Texas Tornados – Hey Baby que Paso (Live from Austin TX), YouTube (rspaceball)

 

 

 

 

RIZOMA: EL ACTO DE REFLEXIONAR (IX)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

Desde que comenzó el conflicto bélico con Irak y tras las evidentes mentiras del presidente estadounidense, su gabinete y amigos que los acompañaron (Blair, Aznar), Neil Young fantaseó pensando que debía haber por ahí un joven superhéroe que viniera del mundo musical, aunara las opiniones de todos los jóvenes en su persona y los inspirara a protestar.

 

La cuestión fue que esperó y esperó, pero no pasaba nada. Un día vio en la portada de la revista USA Today una llamada hacia un artículo sobre las consecuencias de la guerra en Oriente Medio. Pero el artículo sólo hablaba de medicina y de cómo la guerra con Irak la hacía progresar. Eso fue el detonante para él.

 

Se puso a escribir canciones –las declaraciones políticas tienen más fuerza cuando salen del trabajo– y luego llamó a sus antiguos camaradas CS&N para grabar el disco Living with War e iniciar una gira por todos los Estados Unidos que se denominara Freedom of Speech, la cual sería filmada por él.

 

La canción emblemática del tour fue “Let’s Impeach the President” (Destituyamos al presidente). En CSNY/Déja vu, la película resultante, se hace referencia con el término francés a las concomitancias entre la situación bélica estadounidense en Irak y la acaecida años antes en Vietnam (además de ser el título de uno de los discos clásicos del grupo, aparecido en 1970). Las dos “Américas” enfrentadas ante una realidad. La necesaria toma de conciencia y la partición ideológica de un país hastiado en muchos aspectos.

 

VIDEO: Crosby, Stills, Nash & Young – Let’s Impeach the President (Live), YouTube (Crosby, Stills, Nash & Young)

 

 

 

 

CANON: THE CLASH (IX)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

TERCERA LLAMADA…LONDON CALLING

 

Hubo que esperar al año 1979 para conocer los avances de Clash en el aspecto musical. Lo cual se dio con el lanzamiento del disco London Calling, con Guy Stevens en la producción. Tuvo lugar el 14 de diciembre. La primera canción se grabó, sin que Clash lo supiera (pensaban estar calentando motores apenas), fue “Brand New Cadillac”. Con ella mostraron que tenían el derecho a vestirse como verdaderos rockeros. Quizá porque lo eran.

 

También aparecieron para reforzar el impacto tracks como “Spanish Bombs” y “Lost in the Supermarket”. Fue un álbum doble en una funda sencilla: Clash se negó a hacerle pagar más caro a su público, aunque les resultara contraproducente y la compañía les chillara por eso.

 

La portada muestra una foto de Paul Simonon en el escenario a punto de hacer añicos su bajo. La tipografía para el título se tomó del primer LP de Elvis y se trató de un álbum que se puede reescuchar siempre con la misma emoción.

 

Y luego vinieron las giras por los Estados Unidos: “Pear Harbor 79” y “The Clash in America”. En medio, la publicación del EP The Cost of Living, que lanzó como sencillo un cover de “I Fought the Law”, de The Bobby Fuller Four’s. Durante tales tours invitaron a los hombres a quienes les admiraban algo musicalmente: Bo Diddley, Sam and Dave, Lee Dorsey, Screamin’ Jay Hawkins, Vince Taylor… todos se subieron al escenario con (o antes de) ellos. Y así el año se les fue rápido.

 

Con London Calling, el grupo se instaló en forma definitiva  en la historia de la música. Su adquirida sofisticación en los estudios de grabación no embotó su fuerza en absoluto. Todas las canciones compartieron madurez de visión y consistencia de carácter.

 

El grupo había partido al rock por la mitad y lo volvió sobre sí mismo, expuso sus respuestas fáciles a preguntas falsas y creó la necesidad de enfrentar con recelo toda la cultura popular. Las ideas acerca de cómo llegar de un sitio a otro en el rock fueron suspendidas y reacuñadas.

 

Por él hubo que replantearse algunas preguntas: ¿Puede juzgarse al rock por su apariencia? ¿Cuál es la relación entre manipulación e inocencia? ¿Entre la anarquía y el capitalismo? ¿Qué sucede cuando se separa al rock de la política? ¿Qué pasa cuando se juntan? ¿Son regresivos el interés por la técnica y el primitivismo autolimitante?

 

         

No obstante, en general para 1980 el huracán ya había pasado. El punk se disolvió quedando sólo como una brisa fresca (cuya estela esencial perdurará en las siguientes décadas). La industria cooptó el movimiento y lo neutralizó.

 

Hacen acto de presencia masiva y al mismo tiempo, la neurastenia pop de los ochenta, la restauración y la Dama de Hierro, Maggie Thatcher, para calmar los fervores rebeldes. La droga se encuentra por todas partes. La muerte prematura de Sid Vicious y Nancy Spungen se erige en símbolo de la época.

 

El punk fue un fenómeno musical y social que se manifestó a mediados de los años setenta como reacción contra el pop artificioso, el rock progresivo y el sinfónico, emparejado con el descontento social de una nueva generación de jóvenes, particularmente en Inglaterra, país atormentado por una tradicional conciencia de clases y por el retroceso económico.

 

Dicha reacción se expresa a través de una música que parte de su forma más sencilla: el rock and roll (al igual que en 1953 y en 1962). Salvaje, enardecido, enérgico y provisto de textos que se distancian de todo lo relacionado con la autoridad y la opresión, en esta ocasión también por parte de la industria del disco.

 

Desde luego no falta la imagen «escandalizadora» (cabello corto y parado, ropa desgarrada, cuero negro, insignias, aretes, tatuajes, adornos sadomasoquistas), pero mayor importancia reviste la mentalidad prevaleciente del «hazlo tú mismo», que por medio de expresiones tangibles como fanzines, clubes alternativos y disqueras independientes tiene consecuencias enormes y a la larga constituirá la verdadera fuerza de esta explosión de caos y rebelión.

 

Este aspecto de la revolución punk, difundido a través de la tendencia más amplia del new wave, es el que tiene una influencia duradera y eficaz en la evolución posterior de la historia del rock, en vista de que devuelve un poco de poder a los artistas, echa a andar la descentralización de la industria musical y, en términos generales, estimula el trabajo autónomo y la creatividad.

 

De esta manera, la corriente asegura su permanencia y transformación en subcultura activa, mucho tiempo después de que la primera ola del punk se hiciera pedazos por su propio carácter anárquico, no controlado y por ello sumamente vulnerable.

 

Conforme en todo al eslogan «Cash from Chaos», con el que el empresario Malcolm McLaren había lanzado su creación, de manera inevitable el comercio y la industria encajonan al fenómeno, lo planchan y lo preparan para la venta, justo al inicio de los ochenta.

 

VIDEO: The Clash – London Calling (Official Viseo), YouTube (theclashVEVO)