Por SERGIO MONSALVO C.
THE ROLLING STONES
(MEJORES DISCOS-XI)

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.
https://e-radio.edu.mx/Babel-XXI/762-The-Rolling-Stones-Mejores-discos-XI

Por SERGIO MONSALVO C.
THE ROLLING STONES
(MEJORES DISCOS-XI)

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.
https://e-radio.edu.mx/Babel-XXI/762-The-Rolling-Stones-Mejores-discos-XI

Por SERGIO MONSALVO C.

Recobrar aquí el mito como una historia sagrada y terrena que ha tenido lugar en el tiempo primordial, en el tiempo fabuloso de los comienzos. En este sentido el blues siempre se ha remontado a ellos en el intento de dar una explicación mundana al sentimiento humano.
Stevie Ray Vaughan eligió ese camino para buscar una definición de sí mismo. «Escogí esta música porque es honesta», dijo una vez al iniciar un concierto en compañía de Jeff Beck. Tal declaración de principios dotó de sentido a su existencia.
Hacia el final de ésta, cuando el muro de las negaciones destructivas que lo habían envuelto cayó a base de revelaciones y desafíos, su verdad hizo palidecer a los demonios, puesto que quien se apropia de una verdad se apropia de un poder que es exclusivo y excluyente.

El mito en la sociedad occidental, antigua y moderna, de alguna manera ha revelado dichas expresiones, pero también la vocación trágica a la que están destinadas.
Siempre fiel al tiempo fabuloso de los comienzos, a las raíces, Stevie Ray Vaughan realmente tomó lo mejor del blues para hacerlo trascender en el curso de una carrera relámpago.
Nació en Dallas, Texas, en 1956. Su hermano Jimmy (líder de The Fabulous Thunderbirds) le enseñó a tocar la guitarra. Posteriormente aprendió el uso del bajo y la batería. Cuando se mudó a Austin, remplazó a los músicos de estas especialidades en el grupo Blackbirds antes de fundar Triple Threat (su apodo por triple instrumentista).

Pronto la banda se convirtió en Double Trouble, nombre que provenía de una canción de Otis Rush, y acompañó a Albert Collins de 1976 a 1979.
John Belushi le proporcionó la oportunidad de salir del circuito texano al invitarlo al popular programa de televisión «Saturday Night Live». A consecuencia de tal aparición, los Rolling Stones lo llamaron para abrir uno de sus conciertos privados en el club Danceteria de Nueva York, en 1982.
De ahí fue contratado para el festival de jazz de Montreux, en donde David Bowie le pidió colaborara con su guitarra en el disco Let’s Dance. Tras una fallida gira con este último, Jackson Browne le prestó el estudio para que grabara su primer álbum, Texas Flood (1983).
VIDEO: Stevie Ray Vaughan – Texas Flood (Long Version), YouTube (gabriel94170
Una vez en la compañía Epic y con John Hammond como su productor, siguieron Couldn’t Stand the Weather (1984), Soul to Soul (1985) y el doble Live Alive (1986).
Sin embargo, su estrella refulgente comenzó a menguar debido al uso excesivo de alcohol y drogas. Se fracturó la pierna al caer de un escenario en Londres debido a lo mismo. Con la ayuda de Eric Clapton y de las reuniones de los exdrogadictos de Narcóticos Anónimos se restableció de los sufrimientos de la dependencia.
A continuación, salió In Step, considerado su mejor disco, el cual contiene composiciones esmeradas y grandes espacios para que el virtuoso guitarrista remarcara sus evidentes influencias (Buddy Guy, Muddy Waters, Freddy, Albert y B.B. King, así como Kenny Burrell y Wes Montgomery, los Rolling Stones, los Bluesbreakers, pero sobre todo Jimi Hendrix).

El álbum amplió sus horizontes musicales y evocó las tempestades que rugían en su cabeza durante este periodo. La pieza «The Wall of Denial» (Muro de negaciones) destacó su sentir:
«Todos hemos conocido a nuestros demonios en el jardín de las mentiras blancas/Los hemos vestido y dado diversión, tapándonos los ojos/Hasta el extremo de amarlos para no tener que soltarlos/Todo el tiempo nos estaban aniquilando, pero no se lo podíamos dejar ver/No importan los problemas que carguemos dentro/Nunca estaremos a salvo de nuestra verdad/Sólo en ella podremos sobrevivir…»
El talento musical de Stevie Ray Vaughan lo llevó a desarrollar el blues y a expandir sus fronteras como lo hizo Jimi Hendrix, su maestro. El sonido y el genio los atan a ambos en el mito.

Estos poseedores de la onza se dieron a la tarea de cambiarla, aun quizá a sabiendas del riesgo que corrían con la fatalidad, destino inherente a quienes se atreven a impugnar a los demonios en lugar de simplemente vivir con ellos. En el caso de estos músicos la acción resultó trágica, se resolvió con la muerte.
Stevie Ray Vaughan murió el 27 de agosto de 1990 en East Troy (Wisconsin) al estrellarse el helicóptero en el que viajaba, tras un concierto con Eric Clapton.
Meses antes había colaborado con Bob Dylan para el disco Under the Red Sky y grabó a la postre, junto a su hermano Jimmy, el L.P. Family Style, el cual ha quedado como herencia póstuma.
La magia no le alcanzó, sin embargo, para llegar al homenaje de aniversario (el vigésimo) en honor a Hendrix que se realizaría por aquel entonces en el club New Morning de París. En aquella fecha la verdad, los demonios, la muerte y el mito volvieron a manifestarse en la historia sagrada del blues.
VIDEO: Stevie Ray Vaughan – Look At Little Sister, YouTube (darrentownley2004)

Por SERGIO MONSALVO C.

CONTRA EL SISTEMA
El de las Dixie Chicks es un cuento posmoderno. Uno que parte al revés: del éxito a las incógnitas por el futuro. El comienzo es en 1989 en Dallas, Texas. La violinista folk Emily Erwin y su hermana Martie Seidel (intérprete del banjo) deciden formar un grupo femenino de country tradicional al lado de la bajista Laura Lynch y la guitarrista Robin Lynn Macy (todas cantan).
El nombre para el cuarteto de cowgirls está inspirado en la canción «Dixie Chickens» de la banda sureña Little Feat. Se enrolan en el circuito de bares de la ciudad y en los clubes del estilo.
El impulso necesario para el siguiente paso se produce cuando Seidel obtiene el tercer lugar en el National Fiddle Championship con el instrumento que toca. La combinación de country, folk y bluegrass en la que se sustentan interesa al sello independiente Crystal Clear, con el que graban el disco debut Thank Heavens for Dale Evans (1990), un homenaje a la pionera del género con tal nombre y que les sirve, además, para mostrar sus virtudes dentro del mismo.
Las inquietudes artísticas de las hermanas no se corresponden con los intereses de Macy, quien decide abandonar el grupo. De esta manera, la siguiente grabación marca sus primeros cambios. Buscan un sonido más contemporáneo inclinado al pop, Martie asume también el uso de la mandolina, mientras que Emily hace lo propio con la guitarra y el dobro. Lynch pasa a ser la voz principal.
Ya como trío aparecen: Little Ol’ Cowgirl (1992) y Shouldn’t a Told You That (1993) y así se mantienen, incluso cuando en 1995 firman para una nueva compañía, Sony.
Los esfuerzos por refrescar repertorio e imagen llevan a Lynch a abandonar al grupo. El sitio de vocalista principal y guitarrista lo ocupa una guapa joven de 21 años llamada Natalie Maines, quien no es ninguna improvisada ni ajena al medio, sino hija del legendario intérprete de la steel, Lloyd Maines. La transformación es notable. A la compañía le urge sacar un nuevo disco y materializar las expectativas. Aparece Wide Open Spaces en 1998, ya con su formación definitiva.
Con armonías de country pop el trío se moderniza y obtiene un éxito insospechado. «I Can Love You Better» es el primero de tres sencillos en colocarse en las listas de popularidad a nivel nacional, mientras que «There’s Your Trouble» logra el sitio de honor en las de country.
El disco se convertiría en cuádruple disco platino y el trío —prácticamente desconocido—elevado a la categoría del megaestrellato. La culminación de una década de trajín, cambios y búsquedas estéticas. Aquí es cuando comienza la verdadera historia del grupo.
Hubiera resultado fácil echarse en la hamaca y repetir la fórmula ad infinitum; sin embargo, había un compromiso con la música. La ruta al respecto quedó despejada con la salida del siguiente compacto, Fly (1999), aún con los fuertes ecos del anterior (premios y Grammys por mejor álbum y letras de oro para mencionarlas como el grupo más vendedor en los anales del country).
“Ready to Run” y “Goodbye Earl” mostraron cambios y avances. La calidad se acrecentó con la fama. A un bluegrass más progresivo lo dotaron de country-pop actualizado, reflexivo, sugerente y con el supremo toque de la inteligencia: el humor.

Por lo tanto, las Dixie Chicks se convirtieron en auténticas artistas. Trascendieron fronteras, el mundo las reclamaba. Retornaron a los estudios para lanzar en el 2002 su sexto disco: Home. Éste fue signado para la Sony por su propia compañía, Open Wide Records, con resultados semejantes. Los retos se hicieron más importantes. Lanzarían también al mercado el disco en vivo y DVD Top of The World Tour, como testimonio de su actuación escénica.
Y fue de ahí, el 10 de marzo del 2003, desde la cima en el mundo y en un escenario, donde Natalie Maines dijo lo siguiente: “Estamos avergonzadas de que el presidente de los Estados Unidos sea de Texas, como nosotras». En referencia a las acciones tomadas por George W. Bush contra Irak.
El compromiso con la música se extendía ahora a lo social, dar voz con esa declaración a los millones de ciudadanos, de los Estados Unidos y del mundo—como de Londres donde se encontraban en esos momentos—, que discrepaban con una política y con una forma de gobierno. Toda la inteligenzia norteamericana lo hacía al unísono, al igual que la inglesa, cuyo Primer Ministro apoyaba los actos de Bush.
A lo expuesto correspondió una reacción furiosa por parte de los sectores más retrógradas de la tierra del Tío Sam. Esos conservadores incapaces de comprender los hechos históricos y para quienes las cosas se resuelven a balazos. Entre ellos, los dueños de radiodifusoras que convocaron a sus oyentes —tal para cual— a boicotear sus discos y conciertos. Las llamaron antipatriotas y las descalificaron. El asunto se puso peligroso para el trío en su propio terruño.
Por otro lado, muchos artistas cerraron filas alrededor de ellas, entre otros Bruce Springsteen y Madonna, quienes defendieron en todos los ámbitos el derecho a la libre expresión del grupo.
Los siguientes fueron años difíciles para las Dixie Chicks; ellas no dieron marcha atrás ni pidieron disculpa alguna, como les exigían. Al contrario, el grupo estuvo más unido y cuestionador que nunca: una para todas y todas para una.
El tiempo les sigue dando la razón, como a tantas otras mentes pensantes. Bush, del 2003 a la fecha, había recortado presupuestos sociales para canalizarlos a la milicia; derogado derechos y libertades ciudadanas; pugnado por la charlatanería creacionista; mostrado uno más de sus crueles rostros —el racista y el de peor mala fe de un gobernante— tras el paso de Katrina por Nueva Orleáns; ha dejado a Bagdad —a Irak—en ruinas y se embarcó ya en una nueva invasión, la del Líbano. Toda una tragedia, grotesca, lacerante y brutal, y una proyección panorámica sobre el estado moral de aquella nación frente a sí y frente al mundo.
Las Dixie Chicks, por su parte, supieron capotear el temporal y logrado que las aguas volvieran a un nivel razonable para ellas. La experiencia de estos tres últimos años quedó reflejada en dos obras. Una, Shut up and Sing, de la autoría de Barbara Kopple y Cecilia Peck, que lleva a la imagen documental lo acontecido para el trío en esa etapa; y la otra, el octavo álbum del grupo, Taking the Long Way (2006).
Un disco que muestra una evolución hacia el rock. Rick Rubin, el productor que logró el canto de cisne de Johnny Cash consiguió con ellas plena identificación, dejó que escribieran por completo las canciones y les mostró la melodía y el estribillo más apropiados para las estructuras finales. “Everybody Knows”, “So Hard” y “I Hope” son los primeros sencillos destacados del disco.
Una obra intensa, autobiográfica y valiente en muchos sentidos: «El impulso vino de sentir que habíamos perdido la esperanza en la costumbre democrática de cuestionar las acciones de nuestro gobierno, el cual implantó sistemas de control que hicieron desaparecer la crítica —han señalado—. O estabas de su lado o eras un traidor antipatriota. La canción ‘I Hope’ pregunta qué hemos aprendido de todo esto y qué legado vamos a dejar a nuestros hijos”.
VIDEO: Dixie Chicks – I Hope, YouTube (Rose Alvaro)


Por SERGIO MONSALVO C.

REPARTIENDO LA HERENCIA
No es fácil ser una leyenda. Sólo se puede seguir o desaparecer con estilo, y ambas opciones son a veces imposibles. Nico había muerto en 1988 a consecuencia de una caída de la bicicleta, un fin banal para una ex superestrella de Warhol. El propio Andy falleció tras una operación relativamente sencilla de la vesícula. Y ahora los protagonistas restantes regresarían al escenario, ¿cuáles serían las consecuencias? ¿se mantendrá el grupo unido por suficiente tiempo como para escribir canciones nuevas? Muchas preguntas aprehensivas sobre su futuro, en pleno final del siglo XX.
Los miembros de Velvet Underground volvieron a reunirse entonces para realizar una gira alrededor del mundo, en un comeback que resultó impresionante para todos los que los vieron.
Por fortuna, tal hecho quedó registrado de varias maneras. Una en video, con imágenes que pasmaron por su fuerza a las generaciones que no los conocían físicamente; y otra, mediante la grabación de sus conciertos en Europa, tanto en Francia como en Los Países Bajos.
Los conciertos que el Velvet Underground ofreció en París en el Olympia Theater los días del 15 al 17 de junio de 1993 aparecieron en el álbum doble Live MCMXCIII (Sire), producido por el guitarrista de Reed, Mike Rathke. El resultado: diferente, extraño, sublime. Como el Velvet Underground mismo.
Una obra perturbadora del grupo en vivo con nuevas tecnologías, o sea que no suena como si estuviera bajo el agua. Este disco abre con “We’re Gonna Have a Real Good Time Together” de Reed (en general el contenido está sostenido por su material en combinación con temas de él y Cale y de los cuatro).
Le sigue «Venus in Furs», una pieza clásica que elevó su trascendencia a los anaqueles del sadomasoquismo expresado con la música. Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker ponen de manifiesto, una vez más, el hito que significan.

«Afterhours», «Sweet Jane», «All Tomorrows Parties», «Some Kinda Love», «Rock’n’Roll», «The Gift»…lo clásico de lo clásico en su repertorio. Un documento único plagado de los solos e interpretaciones conjuntas que los volvieron a hacer célebres.
Ahí, en perfecta captura los famosos sonidos rechinantes, eléctricos, saturados y distorsionados hasta lo inverosimil. «Heroin», «Waiting for My Man» y «Pale Blue Eyes» son seminarios magistrales para oídos abiertos a la sabiduría.
Y luego lo esperado y temido: la desbandada. O bien, según se lo explicó Lou a las más de 10 mil personas del público en el primer concierto en el curioso tema «Velvet Nursery Rhyme» (que sirvió además de presentación para cada uno de los integrantes): “Velvet Underground es un grupo que sólo se reúne a tocar cada 25 años. Las pausas entre las presentaciones son un poco más largas de lo que se permiten otros grupos, nada más. No es la gran cosa”.
¿No es la gran cosa? La lista completa de grupos para los que el Velvet Underground ha sido una importante fuente de inspiración, rebasaría el espacio disponible para este escrito.
A fines de los sesenta la influencia de Velvet Underground sólo se hizo sentir muy poco, pero fue aumentando a principios de la década siguiente, con el movimiento del glam rock, y llegó a su culminación durante los años del punk.
A comienzos de los ochenta, con el postpunk su herencia pareció haber crecido. Y se renovó con fuerza al finalizar el decenio con el noise. En los noventa, cuando se sintonizaba 120 Minutes de MTV, parecía como si todos los grupos de indie portaran el sello de los Velvets. Y prácticamente se puede decir lo mismo del primer lustro del nuevo siglo XXI.
Uno de los primeros grupos en seguir el ejemplo de los neoyorkinos fue el europeo Can. Irmin Schmidt y Holger Czukay, alumnos de Stockhausen, pudieron identificarse con el rompimiento que Cale realizó con el avantgarde clásico. “Los del Velvet Underground tocaban sus instrumentos como unos malditos —he indicado Czukay con tono de admiración—. Fue muy liberador escuchar eso”.
Al poco tiempo surgieron otras bandas que también reunieron los collages sonoros de la música electrónica y experimental con la simpleza estruendosa del rock, entre ellos Kevin Ayers and The Whole World (con quienes el compositor inglés David Bedford desempeñó el papel de Cale) y Roxy Music (dentro del cual esta tarea le correspondió a Brian Eno).
VIDEO: ‘Femme Fatale’ – The Velvet Underground (Live At L’Olympia…), YouTube (Cam Forrester)


Por SERGIO MONSALVO C.

EL ESTANDARTE DEL GARAGE
“Louie Louie” es una pieza que la vida transformó en estandarte, himno, y un clásico del cóver de todos los tiempos. Su creador original fue Richard Berry, quien escuchaba “Havanna Moon”, un tema de Chuck Berry (sin parentesco) del que le encantaba la atmósfera y el ritmo.
Richard Berry fue un cantante y compositor de rhythm and blues que nació en Nueva Orleans, pero que en 1955 decidió cambiar del estilo doo-wop que lo caracterizaba al rock and roll y compuso la pieza “Louie Louie” inspirada en aquella vieja tonada de Chuck Berry.
La canción original trataba acerca un marinero jamaicano que le platica al cantinero de un bar, de nombre Louie, sus penas amorosas. Un tema naive con un ritmo pegajoso que fue un éxito local y luego pasó al olvido. Hasta que en 1963 lo retomaron los Kingsmen y todo explotó.
The Kingsmen, originarios de Oregon, hicieron un cóver con el sonido del garage primigenio –sección rítmica muy marcada, enfático riff y un solo de guitarra enloquecido- y adaptaciones fugaces a las letras con dobles sentidos de carácter sexual.
El asunto inmediatamente atrajo a las audiencias adolescentes como oyentes e intérpretes de la misma. Pero no sólo a ellos. Al FBI le pareció obscena e inmoral. La investigación duró 30 meses, pero nunca pudieron enjuiciar a nadie porque las interpretaciones cambiaban de una a otra y a cual más incomprensible.

La censura, la jocosidad de sus intenciones y las ambiguas conclusiones del expediente, unidas al pegadizo tema, lo catapultaron como emblema e himno contestatario al que cada cantante o grupo a partir de ese instante pudo incluirle o cambiarle los versos a discreción.
A “Louie Louie” se le han insertado temáticas políticas, sexuales o sociales de cualquier índole, dependiendo del momento y las intenciones particulares, manteniendo la estructura de la canción. La sencillez de la misma permite la improvisación lírica y musical. Eso ha hecho de “Louie Louie” el pilar por excelencia del rock de garage.
Hay algunas canciones de las que crecen árboles frondosos y hasta inmensos bosques. Es el caso de “Louie Louie”, al que se le han hecho 1800 versiones registradas. Una pieza que nació inocente y se transformó en un clásico inmortal.
VIDEO: Louie Louie – The Kingsmen (DES Stereo) 1963, YouTube (Smurfstools Oldies Music Time Machine)


Por SERGIO MONSALVO C.
CROONERS, ROCKERS Y VICEVERSA

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.
https://e-radio.edu.mx/Babel-XXI/761-Crooners-rockers-Y-viceversa

Por SERGIO MONSALVO C.

DARK ETÉREO
La música que habría de convertirse en el fundamento del manifiesto artístico del grupo germano Love is Colder Than Death (LICTD), nació de un film noir con el mismo título (Liebe ist kälter als der Tod, de 1969) del cineasta alemán Rainer Werner Fassbinder.
Un filme en blanco y negro que retrataba eso: el aislamiento y dolor del amor (en varias de sus formas) en su relación con la muerte y la violencia. El personaje tiene la certeza de que el amor y los valores que conlleva no significaban nada frente al hecho de no pertenecer o el sometimiento.
Que todas las cosas hechas por y para él, en el intento de parecer acorde con la vida, de facto no tenían ningún valor real. Tal certeza lleva al protagonista, armado de un fuerte nihilismo, a una búsqueda en el lado oscuro de la vida para explorar quién era y qué deseaba hacer consigo.
Ese mismo sentimiento fue el que condujo a varios músicos alemanes a reunirse y formar el grupo Love is Colder Than Death al principio de los años noventa. La integración del grupo coincidió con la fundación del sello independiente Hyperium, en el mismo país.
Ambos fueron producto de tal búsqueda filosófico-musical, del espíritu de los tiempos en una era finisecular y, en la coincidencia, ambos siempre trataron desde entonces de proyectar tal certeza y la aceptación despertada por dicha idea.
El flujo de pensamiento en sus obras (de grupo y disquera) a partir de ahí equivale a la exploración continua por la comprensión personal de la propia realidad. La compañía se dio a la tarea de aglutinar grupos afines y a lo largo de su historia logró publicar alrededor de doscientos discos y poner a la dark wave ethereal en el mapa de las músicas importantes.
Love is Colder Than Death es un cuarteto de dark neoclásico que se dio a conocer a partir de las escenas de la world music y el jazz. Ambientes en el que se les incluía, dada la falta de definición o alguna señal que permitiera ubicarlos referencialmente o en un nuevo orden.
En el comienzo de su carrera enfrentaron el problema de que mucha gente lo calificaba (y a Hyperium, por extensión) como una agrupación gótica (este adjetivo mayoritariamente se refiere a grupos de rock), pero no era así.
La sutileza y el refinamiento de las emociones mostradas por ellos discrepaba en muchos sentidos con aquel subgénero, entre los que se encontraba la postura frente a la finitud, por ejemplo.
La música de LICTD tuvo y tiene sus raíces en el underground. Sí, en el underground dark, pero los músicos (y los que dirigían la empresa) no eran goth ni nada parecido. Todos querían escuchar música de calidad con un toque serio, orientado al dark o al ambient, pero sin relación alguna con los anhelos góticos.
Las letras de sus canciones están inspiradas en la narrativa de Franz Kafka y sus integrantes creen que las razones profundas de los sentimientos de este autor son pertinentes ahora cuando las visiones que escribió en sus relatos se han concretado en lo cotidiano.
Los textos de LICTD al igual que los del praguense son sobrecogedoramente solitarios y aislados por su propia fe dogmática en leyes invisibles que ellos mismos se imponen; se encuentran ciegos ante su potencial de libertad y de una vida moldeada por ellos mismos.

VIDEO: Love Is Colder Than Death – Humming Bird (LICTD S)
Piensan que todo eso es muy cierto en nuestra sociedad nuclear y que analizar el origen de dichas creencias –así como el motivo de nuestra adherencia a dogmas caducos– puede conducirnos a un mayor conocimiento del vacío en el que vivimos.
Al crear una atmósfera capaz de evocar recuerdos, temores y deseos sensibles al individuo con sus definiciones subjetivas personales, sus canciones permiten al escucha dar los primeros pasos hacia la contemplación interna del yo.
La premisa influida por los surrealistas que se consagra a desgarrar la fachada de la realidad a fin de revelar las verdades interiores tal vez sea afín a su propósito; pero las palabras obvias no formarán parte nunca de su lenguaje. Es dentro del sutil reino subterráneo de la intuición, la pasión y la comprensión que será posible conectarse con Love Is Colder tan Death.
Sus fundadores: Ralf Donis, Maik Hartung, Sven Mertens y Susann Heinrich (reemplazada por Anja Herrmann desde el 2012), crean y difunden una obra artística orientada hacia las expresiones oscuras, de tribalismo primitivo y atmósferas lúgubres.
Los mismos componentes del grupo han definido la esencia de su música como etérea y ambiental. Son estos tipos de música los que ofrece al escucha que busca dimensiones diferentes, experiencias sonoras sin asideros y la sensación de ir a ciegas por el mundo.
La sustancia del cuarteto puede estar resumida en tales palabras. Los músicos y productor han explicado que el dark ethereal neoclásico que interpretan es un término que utilizan para describir un tipo de música que requiere no sólo de sensibilidad sino también de conocimientos varios.
Quizá ellos lo hayan inventado. Su propuesta es ambient de oscuridades nada densas sino de ligereza impenetrable; está a medio camino entre lo intenso y lo pasional, una música que excita los sentidos y la imaginación y que concuerda con una variedad de estilos, aunque todos parezcan tener algo en común. El sinónimo “introspectiva”, puede resultar también una definición bastante precisa.
Como se ve, tal propuesta no puede adecuarse a los esquemas preconcebidos sobre los géneros musicales de mucha gente. La de ellos trata de explorar su propia realidad, lo cual coincide en parte con muchas clases de sonidos e imágenes.
Y en esto último es donde entra también la parte gráfica, porque en las portadas de sus discos (y las de todos los grupos del sello) las imágenes están fuera de foco, difusas. Intentan capturar los sentimientos visuales de las emociones internas.
Y si se dice que están fuera de foco y son elusivas, quizá es porque eso se parece mucho a las sensaciones que produce la música de Love Is Colder than Death: no pueden ser fácilmente definidas, no pertenecen a una sola dimensión.
La misión musical de un grupo así aparece como el determinante fundamental de una nueva figura artística, la que lejos de sensiblerías románticas cursis es consciente de las múltiples posibilidades que ofrece la época.
Una donde los discursos y la tecnología se cruzan inmisericordemente, pero donde también la dimensión musical asciende de manera portentosa hacia constelaciones artísticas y humanas, con pretensiones tan renovadas como habitables de actualidad.
Las indagaciones y experiencias de formaciones como Love Is Colder than Death están encaminadas de manera significativa hacia el logro de una totalidad difícil de alcanzar; sólo perceptible por su raro equilibrio entre normas técnicas de la música y la conciencia de su complemento estético.
En esta formación se da la aventura en la frecuentación de campos más ambiciosos para lo inteligible. Hay igualmente una manifestación de insospechadas colaboraciones (lenguaje plástico, arquitecturas sonoras, filosofías y poeticidad) que obligan a los escuchas a descubrir guardadas informaciones, sabidurías transitadas, interconexiones culturales llenas de reminiscencias y promesas.
VIDEO: Love Is Colder Than Death – An Invite To Eternity, YouTube (Janet Sánchez)


Por SERGIO MONSALVO C.

(756 -760)

BXXI-756 DE-PHAZZ (REMAKE)
En el mundo en general, las sociedades han avanzado y avanzan en el vacío sobre el sentido último del ser humano. ¿Qué se le va a hacer? Cada uno tiene que resolver su quo vadis personal. Para evitar la depresión por las esperanzas frustradas en el acontecer cotidiano, los artistas de clubes y salones europeos han proporcionado una respuesta ante la crisis: la construcción del placer mediante la música de baile o el relax de la escucha nítida y presuasiva. El d-jazz encarnado por De-Phazz es, pues, además de un estilo con más de una década de existencia, una metáfora epitemológica de la contemporaneidad que busca precisamente al sujeto y su sentido como ente hedonista.
VIDEO: De-Phazz & The Radio Big Band Frankfurt “The Mambo Craze”, YouTube (monophonicsoundz)

BXXI-757 THE ROLLING STONES (X)
A finales del año 2022, Jagger, Richards y Ron Wood entraron al estudio, con Darryl Jones al bajo y Steve Jordan a la batería. Andrew Watt, de 33 años, se hizo cargo de la producción con Don Was. En Hackney Diamonds el grupo ofrece un menú genérico con un sonido directo y nítido que hace perfecta justicia al suyo clásico. La dupla Jagger/Richards llegó con bastantes canciones buenas a la mesa: Angry, Get Close , Whole Wide World y Driving Me Too Hard, que habrían sido un excelente material en cualquier disco anterior de los Stones. La colaboración con invitados también se desarrolló en condiciones favorables. Todos esos aspectos destacados hacen de Hackney Diamonds uno de los mejores álbumes de los Stones.
VIDEO: The Rolling Stones – Angry (Official Music Video), YouTube (TheRollingStonesVEVO)

BXXI-758 DAVID BOWIE 1.OUTSIDE (I)
En el álbum Outside hay otros lenguajes, otras texturas y otra fenomenología de lo sonoro (en la que se encuentran la mano de Brian Eno y los influyentes ecos de Nine inch Nails), lo que implica comportamientos multidisciplinarios, tanto en lo tecnológico como en lo humanístico. Outside es en ese momento el summum y crisol de la cultura cyber con el thriller. Con génesis sociales y morales, dimensiones históricas, psicológicas y conceptos de impensables alcances. El pensamiento y el deseo son alterados de forma profunda en un nuevo sistema de creatividad. Fue la obra de David Bowie para despedir el siglo y el milenio.
VIDEO: David Bowie – Outside (live at Lorelei 6-22-96), YouTube (BowieOutsideAudio)

BXXI-759 DAVID BOWIE I.OUTSIDE (II)
Los catorce temas, sin contar los enlaces (“segues”), que integran la obra Outside, individual o colectivamente, son un auténtico desfile de la carne sometida; el espíritu de los tiempos canalizado por la imaginería de estos dos músicos empeñados en inyectar dosis de misterio y energía al fin del milenio, en el cual el sida vino a agregar el miedo a la sangre. El concepto de David Bowie/Brian Eno, con el detective profesor Nat Adler (uno de los tantos alter egos de Bowie) como personaje de este thriller sonoro, viene a hablar de un mundo fetichista, de las ceremonias sanguinolentas dedicadas al deseo, al arte del realismo extremo como único afecto por la vida y la muerte.
VIDEO: David Bowie – Outside, YouTube (David Bowie)

BXXI-760 FUSIÓN
Hoy en día se oye hablar con frecuencia de la difusión de una cultura global o universal, en la que la humanidad entera participa de manera creciente con su cúmulo de valores. El jazz es parte destacada de todo ello. Y así lo han entendido sus intérpretes de cada época. El elemento primordial para la génesis del jazz fue el encuentro de diversas culturas, su crisol fundamental. Tal fenómeno no ha dejado de ser importante a lo largo de la historia del género, y el futuro no predice otra circunstancia. Al contrario, fortalece esa simiente con nuevas corrientes y manifestaciones musicales tanto globales como regionales. El conocimiento de estilos musicales como el tango, la bossa nova, el dub o el del-jazz, por ejemplo, son producto de la fusión más genuina.
VIDEO: Gotan Project – Last Tango In Paris (La Revancha del Tango Live), YouTube (ChillgrooveR)
*BABEL XXI
Un programa de:
Sergio Monsalvo C.
Equipo de Producción: Pita Cortés,
Hugo Enrique Sánchez y
Roberto Hernández C.
Horario de trasmisión:
Todos los martes a las 19:05 hrs.
Por el 96.5 de FM
Online por Spotify
Radio Educación,
Ciudad de México
Página Online:

Por SERGIO MONSALVO C.

LA CRONOLOGÍA DE LA VIDA
El enésimo álbum conceptual del compositor y virtuoso tecladista francés Jean-Michel Jarré, cuyo tema en esta ocasión, como su título lo indica: Chronologie (Dreyfus/Polydor, 1993), es una cronología de La Vida. Nada menos. Las ocho piezas no incluyen ni una palabra de texto.
Más aún, ni siquiera tienen títulos. Por lo tanto, las composiciones instrumentales desarrolladas en el sintetizador, que como única identificación son encabezadas por cifras y que por cierto no se diferencian mucho de los discos anteriores de Jarré, exigen al escucha una enorme sensibilidad y un gran poder de imaginación.
Ya analizadas en forma más detenida, resulta que hubieran podido tratar de igual manera de la vida de una albóndiga. Para producir su música tecnocrática, Jarré recurre a técnicas ultramodernas.
Su colaboración con los grupos ingleses de dance Sunscreem y Praga Khan en los remixes del sencillo «Chronologie Part 4» demuestra, además, su atención a la evolución más reciente del pop (o lo que se toma por ello). Desafortunadamente no se incluyen en el álbum estos remixes, con su testimonio de un deseo de renovación. Chronologie se distingue sobre todo por su carácter predecible.
VIDEO: Jean-Michel Jarre – Chronology Pt. 4, YouTube (JeanMichelJarreVEVO)

