Por SERGIO MONSALVO C.
Hay discos que jamás dejan de llamar la atención. ¿Por qué? Porque son clásicos. Pero ¿qué es lo que los convierte en clásicos? En el mundo grecolatino, durante la época de Sófocles, el término “clásico” se utilizó para designar a las personalidades de primera clase, es decir, a los miembros más sobresalientes de la cultura.
En el campo que nos convoca, la música, el rock fundamentalmente, posee por supuesto su material clásico, y éste en primera instancia no es lo incomprensible, sino lo misterioso disfrutable. Es aquello con lo que se puede deleitar (individual o colectivamente) toda la vida; lo que continúa conmoviendo y sorprendiendo; es aquello que es imposible hacer mejor (en su momento y circunstancia).
En el arte, cualquier arte, lo clásico resulta fascinante porque contiene un secreto, tanto para sí mismo como para quien lo contempla o escucha, y se mantiene vivo porque dicha fascinación prodigiosa envuelve siempre, sin faltar, y esa poética se verá legitimada constantemente por sus principales avales: valor y tiempo.
AÑOS 70
1.- Derek & The Dominos
(Layla and Other Asorted Love Songs, Polydor, 1970)
2.- Led Zeppelin
(Led Zeppelin IV, Atlantic, 1971)
3.- David Bowie
(The Rise and Fall of Ziggy Stardust, RCA Virgin, 1972)
4.- Pink Floyd
(The Dark Side of the Moon, Harvest Records, 1973)
5.- Iggy & The Stooges
(Raw Power, Columbia Records, 1973)
6.- Kraftwerk
(Autobahn, Kling Klang, 1974)
7.- Queen
(A Night at the Opera, EMI, 1975)
8.- Bruce Springsteen
(Born to Run, Columbia, 1976)
9.- Sex Pistols
(Never Mind the Bollocks, Virgin Records, 1977)
10.- The Clash
(London Calling, CBS, 1979)
*Lista definitivamente subjetiva, como todas las listas.