A-HA

Por SERGIO MONSALVO C.

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 DULCE PARA ADOLESCENTES

A-Ha fue un grupo de soft rock de origen noruego y uno de los más exitosos a fines de la década de los ochenta, aunque de breve existencia. La popularidad de este conjunto, lo mismo que la de sus predecesores escandinavos de nombre Abba, reflejó en forma simultánea el carácter internacional de la música pop y la importancia central que le dieron al idioma inglés, en el cual compusieron y cantaron.

Bajo la influencia de los Beatles y los Doors, el tecladista Magne Foruholmen y el guitarrista Pal Waaktar, respectivamente, participaron en las agrupaciones Spider Empire y Bridges en la capital, Oslo, a mediados de los años setenta. Con este último grabaron un disco producido por ellos mismos llamado Nye Takter.

Llevándolo bajo el brazo viajaron a Londres para buscar un contrato con alguna compañía discográfica. No obtuvieron los resultados que esperaban y regresaron a casa a desbandarse.

Ambos músicos entonces decidieron reclutar al cantante Morten Harket –quien provenía de un grupo que interpretaba soul, de nombre Souldier Blue– para formar un trío. Una vez acoplados, lo volvieron a intentar en Inglaterra.

Luego de un tiempo de tocar puertas con sus demos caseros, la compañía Warner Bros. firmó con ellos un contrato preliminar; les asignó al director musical Dag Kolsrud y los puso a grabar un disco sencillo.

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Así, en 1985 salió a la luz la pieza «Take on Me», con la cual pronto se dieron a conocer en Europa y llegaron al primer lugar en las listas de los Estados Unidos, apoyados por un videoclip dirigido por Steve Barron, el cual incluyó efectos de animación que sorprendieron a los especialistas y al público en general.

La posición del grupo como ídolos para adolescentes se reforzó posteriormente con las canciones «The Sun Always Shines on TV», «Train of Thought» y «Hunting High and Low», pieza esta última que le dio título a su primer L.P. en 1986.

Ya convertidos en «estrellas mundiales», A-Ha, el bonito trío noruego, se lanzó a una gira europea con el handicap en contra de no haberse presentado jamás ante un público en vivo. Con la colaboración de tres músicos sesionistas (bajo, batería y teclados) el grupo mostró un repertorio que no brindaba muchas variantes y sí un sonido insípido que denotaba su elaboración en el estudio.

La crítica los hizo polvo por todo ello, pero las adolescentes se desmayaron, cantaron y gritaron que dio gusto. El disco se vendió en grandes cantidades.

De regreso en Inglaterra, el productor de Cliff Richard los tomó a su cargo y supervisó el proceso de su segundo álbum, Scoundrel Days, que apareció a fines de 1986. De ahí extrajeron la canción «Manhattan Skyline», que se convirtió en hit en 1987.

El mismo año el letrista del grupo, Waaktar, colaboró con John Barry en el tema para la película The Living Daylights de James Bond.

A principios de 1988 comenzaron los problemas. La imagen que habían creado empezó a quedarles grande como músicos. La tensión creció entre ellos, lo mismo que con su equipo de producción. No obstante, apareció el disco Stay on These Roads.

Tras lo cual Dag Kolsrud dejó de asesorarlos para irse a formar al grupo One 2 Many. El disco subrayó claramente la problemática y que A-Ha no logró ganar la lucha contra el estancamiento musical. La voz de Harket evidenció su falta de flexibilidad y fuerza al salirse de los patrones sentimentales establecidos.

Las programaciones y los bancos de sonido mantuvieron el mismo tono; sin embargo, las canciones se atoraron en el intento interpretativo. La pieza que da título al último disco fue otro éxito de ventas, pero el grupo ya corría en un solo lugar como perro tras su cola y terminó por tronar.

VIDEO SUGERIDO: a-ha – Take On Me (Official Music Video), YouTube (RHINO)

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HADSEL

Por SERGIO MONSALVO C.

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 DE MADRUGADA

Difícil puede resultar a veces descubrir elementos noruegos en el rock contemporáneo. Pero si escuchamos atentamente las letras de los grupos internacionales de heavy metal, se descubre que una cantidad sorprendente de ellos tiene algún tipo de nexo con la temática noruega.

¿Cómo es posible eso? ¿Cómo puede un país de apenas cinco millones de habitantes tener alguna influencia en la cultura popular contemporánea?

Justamente el hecho de que el país sea pequeño puede ser una explicación. El mercado interno es tan chico que para la mayoría de los grupos profesionales es una necesidad tener contactos más allá de las fronteras. Por la misma razón es obvio que los noruegos tienen que aprender bien por lo menos un idioma extranjero.

En general, los noruegos hablan hoy el inglés. A diferencia de muchos países, en Noruega no se doblan las series de televisión y por tal razón todos ellos oyen hablar el inglés cotidianamente. Se puede decir que los noruegos de generaciones jóvenes, que se han criado con Internet, computadoras, videojuegos y música popular –medios en los que el idioma es el inglés–, son prácticamente bilingües.

Muchos jóvenes locales han hecho en su época escolar viajes de estudio a Inglaterra, donde han vivido con alguna familia inglesa para mejorar su conocimiento del idioma.

También la capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas técnicas ha demostrado ser muy importante igualmente en el campo de la música, donde todo se informatiza cada vez más.

La mundialización ha achicado el planeta y reducido las diferencias culturales entre los países, tal vez en mayor grado aún la cultura juvenil y popular. Un muchacho noruego de 13 años de edad ha visto las mismas películas y escuchado a los mismos grupos que uno de Shanghai o de Canadá.

Noruega no difiere tampoco en los contrastes entre la provincia y la urbe. Cuanto más moderna y perfecta se vuelve la sociedad primermundista, mayor parece ser la necesidad de fantasear acerca del viento, los bosques y el agua, como en las historias de la antigüedad y sus mitos.

En  la isla de Hadsel en el archipiélago Vesteralen, hay una pequeña ciudad que se llama Stokmarknes. No sólo es pequeña (tres mil habitantes), sino que mengua constantemente. Es curioso –o típico– que justamente esta ciudad haya dado nacimiento a uno de los grupos de rock más sofisticados en la actualidad: Madrugada. Uno que habla de aquello precisamente: de fantasear acerca del hombre frente al viento, los bosques y el agua, como en las historias de la antigüedad y sus mitos, con una atmósfera sonora de lo más hipermoderna.

 

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MADRUGADA

Por SERGIO MONSALVO C.

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EL INSTANTE DE PENSAR AL MUNDO

Es de madrugada cuando vaga el espíritu en la vigilia del sueño. El término viene de lejos en el tiempo, de las épocas primigenias del género humano, en que tras el bullicio diurno o vespertino se dedicaba al hecho de pensarse, por el acto mismo del entendimiento. Relajados o inquietos los sentidos. Rodeados de naturaleza se afanaban los hombres en la construcción de la conciencia.

Así nacieron los cuentos, las fábulas, las narraciones orales, las mitologías, la forma de relacionarse con todo aquello que los rodeaba. Fue un tiempo de magia y encantamiento, de dioses y héroes, de criaturas extrañas y creencia animistas. Así lo fue en cada región de la Tierra. Y de alguna manera la explicación del mundo y de estar en él continúa dándose de madrugada.

En el norte de Noruega, ya dentro del Círculo Polar, la madrugada es de una oscuridad silenciosa y azul, el frío es como un cristal y ni los Trolls –sus habitantes míticos más antiguos– se atreven a moverse para no romper el momento.

El agua está en calma y parece como si en el mundo no existiera más que la naturaleza y toda la ansiedad que ésta pudiera desatar en los estados anímicos de los que velan por la aparición de alguien en aquellos fiordos sin tiempo.

En la orilla de tal espectáculo nocturno existe un pueblo al que han dado en llamar Stokmarknes, ubicado en una de las tantas islas de ese archipiélago nórdico. Tiene una población de tres mil habitantes y la consigna de vigilar la entrada a los fiordos más bellos de la de por sí bella Noruega.

Todo es férrico en este lugar, incluyendo el espíritu anochecido de sus habitantes. En un territorio plagado de leyendas y de combates sordos por su supremacía.

La poesía es una costumbre añeja en esta zona del mundo. Primero los bardos vikingos se encargaron de hablar de sus gestas, montañas y ríos; de sus descubrimientos y de las deidades y demonios que lo poblaban todo.

Durante el periodo romántico, de mediados del siglo XIX, la literatura inflamó el sentimiento por recuperar todo aquello, de unir los periodos culturales del país. Intentaron la creación de un idioma propio (hasta ese momento su lengua había correspondido a su dependencia de Islandia, Dinamarca y Suecia, en diversos momentos de su historia).

Expresión típica de esta época son las primeras colecciones de cuentos populares noruegos (Norsk folkeeventyr), realizadas por los escitores Peter Christen Asbjornsen y Jørgen E. Moe, así como las antologías de poesía y música folklóricas de Magnus B. Landstad.

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A partir de entonces, la poesía la han practicado los ancianos poseedores de los cánones y los niños, con su recitación de los cuentos fantásticos. Sin embargo, hoy la voz cantante la tienen los jóvenes. Éstos tienen ante sí la dura consigna de hacerse un lugar no sólo entre los extremos de la música que aflora por territorio noruego (el tenebroso black metal y el pop rock de A-ha) sino en un mundo globalizado.

Además de dicho handicap, los jóvenes integrantes de Madrugada, oriundos de Stokmarknes, quisieron hacer épica, como la hicieron sus célebres coterráneos Ibsen, Munch, Grieg o Hamsun, en sus respectivas disciplinas. Así que fueron varios poetas (Sirvert Hoyem y Øystein Wingard Wolf) quienes los surtieron de material para que salieran a contar sus historias.

Y como Madrugada, con ese concepto del tiempo, el espacio fantasioso y la imaginería, recorrieron los continentes con un habla común que todos pudieran entender (el inglés).

VIDEO SUGERIDO: Madrugada – Beauty Proof, YouTube (gabilaro)

Propagaron su poesía intimista plagada de dudas existenciales y la convivencia con seres tan cercanos como ficticios, tan fascinantes como terribles y diabólicos, un mundo de luces singulares y sombras ontológicas. Como si el ser humano actual, en soledad, se enfrentara por primera vez a la naturaleza, el cosmos y a quienes los gobiernan.

El grupo se formó en aquel pueblo en la década de los noventa con amigos de la infancia como Sirvert Hoyem (en la voz y composición), Frode Jacobsen (bajo) y Robert Buras (guitarra, voz y arreglos). A ellos se agragaron varios bateristas, que fueron cambiando con el paso de los años, y el guitarrista de acompañamiento Cato Thomassen.

Con letras muy trabajadas, plenas de imágenes oníricas, metáforas existenciales, nostalgias amorosas, una atemorizante zoología y un rock atmosférico que se movía entre el dark progresivo y lo alterno lanzaron su primer álbum en 1999.

Para estar cerca de la acción y de los modernos estudios de grabación se trasladaron a Oslo, donde rápidamente se rodearon de la bohemia literaria y teatral. Afinaron su sonido y sus miras artísticas.

Su música se caracterizó desde entonces por un tono de desolación y oscura melancolía. Tal como los paisajes de su tierra lejana. El romanticismo de su estilo tuvo buena recepción y el siglo XXI los recibió con los brazos abiertos.

El sonido de Madrugada evitó los recursos habituales del dark wave, tales como la música fantasmagórica con muchos efectos y distorsiones digitales. El suyo se fundamentó en lo musical con una importante base de guitarras tanto eléctricas como acústicas o el piano, en sus álbumes más sofisticados. Sus letras, como ya se mencionó, cuidadas en extremo y por ello se les suele comparar con Nick Cave o los Tindersticks.

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Consolidada su carrera como grupo varios miembros del mismo concretaron, a su vez, algunos proyectos como solistas o con formaciones paralelas, para dar salida a materiales con expresiones particulares diferentes a las manejadas en Madrugada

El cantante Sivert Hoyem hizo un disco con otra parte de sus poemas, titulado Exiles, mientras que el guitarrista Robert Buras creó la banda My Midnight Creeps, de rock duro. No obstante, este último se encontraba al final de una gira con dicha banda cuando uno de los deportes más populares del país le pasó la factura: el suicidio. Esto ocurrió el 12 de julio del 2007, en Oslo.

Al morir Buras estaba por producirse el siguiente álbum de Madrugada. Tenían los materiales grabados por éste, pero la banda se cuestionó seriamente continuar como tal dada la cercanía familiar entre sus miembros.

El golpe había sido brutal e inesperado. A pesar de ello su productor logró convencerlos y entraron al estudio para grabar en su honor el siguiente disco de nombre homónimo: Madrugada, el sexto. Hicieron una atormentada gira con dicho contenido y luego, tras un par de años lanzaron The Best of Madrugada (2010), pero aún continúa la incógnita sobre un próximo retorno.

De cualquier manera sus palabras aún reverberan: “Que no te engañe la mirada ni el corazón se exceda/ al robarte la memoria de la sangre./ Frente a ti yace el mar./ Sólido y rotundo como antaño fuera sobre el fuego de la tierra./ Pero este mar llora en la ladera del tiempo/ y su frialdad no cede ante nuestras voces/ huellas de asfalto y carretera./ Que no te engañen tus ojos rociados por sales de plata./ Esta quietud soberbia/ imita la negrura de las olas y a ellas acuden/ fugitivos de la noche eterna,/ su hielo y su misterio.

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VIDEO SUGERIDO: Madrugada – Blood Shot Adult Commitment, YouTube (MoreTen)

 

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