HADSEL

Por SERGIO MONSALVO C.

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 DE MADRUGADA

Difícil puede resultar a veces descubrir elementos noruegos en el rock contemporáneo. Pero si escuchamos atentamente las letras de los grupos internacionales de heavy metal, se descubre que una cantidad sorprendente de ellos tiene algún tipo de nexo con la temática noruega.

¿Cómo es posible eso? ¿Cómo puede un país de apenas cinco millones de habitantes tener alguna influencia en la cultura popular contemporánea?

Justamente el hecho de que el país sea pequeño puede ser una explicación. El mercado interno es tan chico que para la mayoría de los grupos profesionales es una necesidad tener contactos más allá de las fronteras. Por la misma razón es obvio que los noruegos tienen que aprender bien por lo menos un idioma extranjero.

En general, los noruegos hablan hoy el inglés. A diferencia de muchos países, en Noruega no se doblan las series de televisión y por tal razón todos ellos oyen hablar el inglés cotidianamente. Se puede decir que los noruegos de generaciones jóvenes, que se han criado con Internet, computadoras, videojuegos y música popular –medios en los que el idioma es el inglés–, son prácticamente bilingües.

Muchos jóvenes locales han hecho en su época escolar viajes de estudio a Inglaterra, donde han vivido con alguna familia inglesa para mejorar su conocimiento del idioma.

También la capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas técnicas ha demostrado ser muy importante igualmente en el campo de la música, donde todo se informatiza cada vez más.

La mundialización ha achicado el planeta y reducido las diferencias culturales entre los países, tal vez en mayor grado aún la cultura juvenil y popular. Un muchacho noruego de 13 años de edad ha visto las mismas películas y escuchado a los mismos grupos que uno de Shanghai o de Canadá.

Noruega no difiere tampoco en los contrastes entre la provincia y la urbe. Cuanto más moderna y perfecta se vuelve la sociedad primermundista, mayor parece ser la necesidad de fantasear acerca del viento, los bosques y el agua, como en las historias de la antigüedad y sus mitos.

En  la isla de Hadsel en el archipiélago Vesteralen, hay una pequeña ciudad que se llama Stokmarknes. No sólo es pequeña (tres mil habitantes), sino que mengua constantemente. Es curioso –o típico– que justamente esta ciudad haya dado nacimiento a uno de los grupos de rock más sofisticados en la actualidad: Madrugada. Uno que habla de aquello precisamente: de fantasear acerca del hombre frente al viento, los bosques y el agua, como en las historias de la antigüedad y sus mitos, con una atmósfera sonora de lo más hipermoderna.

 

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