Por SERGIO MONSALVO C.
Hay discos que jamás dejan de llamar la atención. ¿Por qué? Porque son clásicos. Pero ¿qué es lo que los convierte en clásicos? En el mundo grecolatino, durante la época de Sófocles, el término “clásico” se utilizó para designar a las personalidades de primera clase, es decir, a los miembros más sobresalientes de la cultura.
En el campo que nos convoca, la música, el rock fundamentalmente, posee por supuesto su material clásico, y éste en primera instancia no es lo incomprensible, sino lo misterioso disfrutable. Es aquello con lo que se puede deleitar (individual o colectivamente) toda la vida; lo que continúa conmoviendo y sorprendiendo; es aquello que es imposible hacer mejor (en su momento y circunstancia).
En el arte, cualquier arte, lo clásico resulta fascinante porque contiene un secreto, tanto para sí mismo como para quien lo contempla o escucha, y se mantiene vivo porque dicha fascinación prodigiosa envuelve siempre, sin faltar, y esa poética se verá legitimada constantemente por sus principales avales: valor y tiempo.
AÑOS 90’S*
1.- Nirvana (Nervermind, DGC Records 1991)
2.- Red Hot Chili Peppers (Blood, Sugar, Sex Magik, Warner 1991)
3.- Metallica (Metallica, Elektra 1991)
4.- Rage Against the Machine (Rage Against the Machine, Epic 1992)
5.- Björk (Debut, One Little Indian/Elektra 1993)
6.- Oasis (Definitely Maybe, Creation 1994)
7.- Portishead (Dummy, Go! Beat 1994)
8.- Samashing Pumpings (Mellon Collie And The Infinite Sadness, Virgin Records 1995)
9.- Beck (Odelay, DGC 1996)
10.- Radiohead (OK Computer, Parlophone 1997)
*Lista definitivamente subjetiva, como todas las listas.