Por SERGIO MONSALVO C.

LA INVASIÓN BRITÁNICA
El auge había comenzado y Liverpool era una ciudad demasiado pequeña con clubes muy restringidos para contenerlo. Muchos de los grupos, entre ellos los Beatles, empezaron a presentarse en antros ubicados en Hamburgo, Alemania, a partir de 1960, y de muchas formas fue en Hamburgo donde despegó la conciencia liverpooliana de sí misma como protagonista de un extraordinario renacimiento musical.
Hamburgo era un caldo de cultivo, un terreno para probarse, un lugar donde se les exigía a los grupos tocar fuerte, rápido y de forma cruda toda la noche, hora tras hora, tomando estimulantes para mantener el paso y obligando a los integrantes que pensaban que no sabían cantar a encargarse del micrófono cuando los pulmones del líder se rendían.
El asunto se alocó y el sonido adquirió un tono estridente que sería crucial para el asalto próximo a los Estados Unidos. De hecho, es posible que se haya tratado del factor decisivo, ya que de acuerdo con cualquier norma razonada —que no purista—, la mayoría de las reproducciones por grupos beat del rhythm and blues y rock and roll negro estadounidense resultaban frenéticas y en muchos casos ineptas; mucho ruido con muy poco para respaldarlo excepto el entusiasmo de los músicos y su vitalidad desenfrenada.
Cabe apuntar que nadie en absoluto pretendería adjudicar a los grupos del Mercy beat una importancia y valores tan sobresalientes como los que se atribuyeron a los art rockers de fines de los sesenta y principios de los setenta; nadie afirmaría que la pieza “Ferry Cross the Mersey” sea una obra maestra que rivaliza con Beethoven y sobrevivirá a la eternidad, como sí se ha dicho de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band o de Electric Ladyland. ¡Para nada! Todo era “¡yeah, yeah, yeah!” y guitarras rítmicas dominantes.
A partir de 1963, el aficionado británico al Mercy beat pudo admirar a sus grupos favoritos en el programa Ready Steady Go!. Lo trasmitía la emisora privada ITV, pero cuando su auge creció sobremanera ni el muy propio canal estatal, la BBC, pudo hacer ya caso omiso de los nuevos sonidos de Londres y Liverpool. Nació el programa Top of the Pops, basado en las listas de popularidad, y se estrenó el 1º de enero de 1964.
Participaron en el estudio de la BBC en Manchester: los Rolling Stones (con “I Wanna Be Your Man”), Dusty Springfield (“I Only Want to Be with You”), los Hollies (“Stay”), los Dave Clark Five (“Glad All Over”), así como los Swinging Blue Jeans (“The Hippy Hippy Shake”). Además, el conductor Jimmy Saville mostró cortos de Cliff Richard & The Shadows, Freddie and The Dreamers y de los Beatles, que en ese momento encabezaban las listas británicas con “I Wanna Hold Your Hand”.
Top of the Pops se trasmitía en vivo, aunque los músicos tocaban con playback. Grababan las pistas para el mismo de manera especial antes del programa. Así lo exigía el sindicato de músicos: para asegurarles a éstos una ocupación constante sólo se permitía emitir grabaciones en vivo producidas ex profeso; estaba prohibido sólo reproducir el disco correspondiente.
Desde luego esta situación acarreó problemas financieros y de organización en los casos en que la BBC debía contratar a una gran orquesta y a una docena de cantantes de acompañamiento para que una canción incluida en Top of the Pops sonara de manera parecida al disco que figuraba en las listas del momento.
Y si la estrella en cuestión no estaba disponible la cosa tampoco se facilitaba. No obstante, los responsables sabían sortear los obstáculos: cuando en mayo de 1965 Elvis Presley no tuvo ganas de viajar a Manchester para presentar su canción “Crying in the Chapel”, la BBC armó una peliculilla con base en fotos de Elvis, así como tomas de una iglesia de la región de Manchester, lo cual funcionó bastante bien. El programa sigue existiendo hasta la fecha, convirtiéndose en un clásico.
Después de que los Beatles lograran el éxito, un sinnúmero de agrupaciones amateurs de toda Inglaterra fueron a probar suerte a Londres, con la esperanza de obtener un contrato disquero. El enorme éxito de los originarios de Liverpool hizo cundir el ánimo de buscadores de oro en la industria disquera: nadie quería pasar por alto a los “próximos Beatles”, por lo que las puertas de los estudios londinenses se abrieron con mayor facilidad que antes.
Se les permitía a grupos de la provincia realizar grabaciones de prueba, como por ejemplo los Zombies de St. Albans, que en enero de 1964 ganaron el concurso de aficionados “Hearts Beat” y se presentaron con Decca Records: 11 meses más tarde se ubicaron en el segundo lugar de las listas estadounidenses con “She’s Not There”.

El 31 de diciembre de 1963 los Ravens de Muswell Hill tocaron su primer concierto con su nuevo nombre, los Kinks; el 23 de enero de 1964 firmaron un contrato de grabación con Pye Records y en septiembre encabezaban las listas británicas con “You Really Got Me”. Así de rápido se dieron las cosas también para los Animals de Eric Burdon de Newcastle, que firmaron con Capitol en enero y llegaron a la cima de las listas británicas en julio y de las estadounidenses en septiembre con “House of the Rising Sun”.
Nadie sospechaba siquiera lo que llegaría a las pocas semanas: en enero la “ola inglesa” encabezada por los Beatles (a quienes siguieron los Rolling Stones, Herman’s Hermits, Animals y Dave Clark Five, entre otros) aún se estaba preparando allende el Atlántico. No obstante, incluso entonces los Beatles ya habían erigido el pilar decisivo de apoyo: el sencillo “I Wanna Hold Your Hand”, que tenía semanas en el número 1 en Inglaterra, se lanzó el 26 de diciembre de 1963 para el mercado estadounidense.
A los pocos días, el 3 de enero de 1964, millones de estadounidenses vieron a los Beatles por primera vez cuando Jack Para trasmitió un collage tomado de varias películas británicas en su programa de televisión. Todo lo demás se dio prácticamente solo: “I Wanna Hold Your Hand” encabezó las listas el 1 de febrero, y le siguieron “She Loves You”, “Can’t Buy Me Love” y “Love Me Do”. Todos los diques se rompieron tras la presentación del grupo en el legendario show de Ed Sullivan el 9 de febrero.
El desabrido pop estadounidense de Bobby Vinton, Tommy Roe o Nino Tempo había llegado a su fin. En aquel entonces John Lennon resumió sus primeras impresiones de los Estados Unidos de la siguiente forma: “Todos andaban peinados a la broche y vestidos con bermudas, tenían frenos en los dientes y oían a Jan & Dean”.
Las cosas cambiarían de golpe. Otros grupos precursores de la “Ola Inglesa” fueron: Billy J. Kramer, Peter and Gordon, Bachelors, Chad Stewart and Jeremy Clyde, Manfred Mann, Honeycombs, los Mercy Beats, Wayne Fontana and The Mindbenders, así como los grupos en los que también se fijó Brian Epstein: Big Three y Casanovas, quienes junto con los ya mencionados impusieron en Liverpool el r&b de las Marvelettes y las ideas de Berry Gordy. Todos esos conjuntos supieron adoptar el estilo Tamla Motown al formato grupal. Epstein les recomendó volverse mods, para hacerle contrapeso a los Shadows y ayudar a los grupos de guitarras a salir de la rutina del rock instrumental.
Un par de años después el Mercy beat saldría del panorama, su explosión sería eclipsada por el blues y por Londres, la nueva meca. El Mercy quedaría instalado en la historia como una inflación promovida por el marketing y sus trucos de ventas, sus fanclubs, sus periódicos, sus películas (como la inenarrable Ferry Cross the Mercy). De todo ello sólo quedaría firme el paso de los Beatles, quienes muy pronto abandonaron las riberas del río.
El Mercy beat no superó como género sus momentos en el pináculo del hit. Todo se tornó en conformistas versiones de “Money”, “Twist and Shout”, “Slippin’ and Sliding’”, “Hello, Josephine”, etc. No pudieron sostenerse frente a las ráfagas de poder de los londinenses, lideradas por temas como “My Generation” (The Who) o “You Really Got Me” (Kinks). El resto, es decir, el romance y el r&b, quedó en manos de los Beatles.
VIDEO: Glad All Over Dave Clark Five COLOR Widescreen HiQ Hibrid JARichards Film 720p, YouTube (jarichards99utube)

