FRANK ZAPPA: EL QUIJOTE AUSENTE (XI)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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XI

 

SOMERO ACERCAMIENTO DISCOGRÁFICO (4)

 

Joe’s Garage Acts I, II & III, Frank Zappa (Rykodisc, 1979).

Zappa cierra magníficamente el decenio de los setenta con una obra en tres actos que narra las desventuras de Joe, un guitarrista que tiene un grupo de rock que inicia su camino en el garage de su casa, pero en una época en la que, debido al excesivo gasto de energéticos, la música de rock (conciertos y todo eso) se encuentra prohibida. El Escudriñador Central, narrador de la historia, es quien se encarga de vigilar que esta disposición se lleve a cabo. No hay desperdicio en los tres discos, pero resalta la belleza del mejor solo de guitarra que se le ha oído a Zappa en años, lleno de enorme belleza formal y emotiva, llamado “Watermelon in Easter Hay”. Otros cortes importantes son el bluesero “Why Does It Hurt When I Pee”, el “Wet T‑Shirt Contest” y la respuesta a “Jewish Princess”, llamada “Catholic Girls”, como para que todas las partes se sintieran aludidas. Entre los músicos participantes se encuentran los entonces jóvenes Vinnie Collaiuta, a la batería, y el guitarrista Warren Cucurullo.

 

Baby Snakes (CBS, 1979).

Versiones en vivo de canciones de Live in New York y Sheik erbouti, el soundtrack del video. Material excelente, grabado con energía máxima.

Joe’s Garage Acts 1, 2 & 3 (CBS, 1979).

Dos horas de canciones en suave transición, con la “narración” hecha por Zappa hablando por un megáfono de plástico (como “The Central Scrutinizer”).  La producción del bajo y la batería es de ambiente, al estilo de los discos de soul de fines de los setenta, y los solos de la guitarra en su mayoría son xenócronos, lo cual les otorga una ausencia vivaz de propulsión. “A Token of My Extreme”, una canción de Flo & Eddie Mothers de 1971, es intrigante; otras están menos inspiradas. Del lado uno, el sexo con un robot llamado Cy Borg posee una brutalidad magnífica e incluye un solo de Peter Wolf en los sintetizadores que imita en forma experta las sensaciones del sexo oral. “A Little Green Rosetta” es, según el respectivo punto de vista, (a) un chiste divertido, (b) una imponente degradación de los productos de consumo, (c) una pérdida de tiempo.

Tinseltown Rebellion (CBS, 1981).

Las giras demasiado prolongadas dedicadas a documentar las debilidades de sus músicos terminan por dar a las letras de Zappa un inexorable carácter sexista que llega a cansar. Abundan las versiones de canciones antiguas.  Los músicos –que ahora incluyen a la futura estrella del metal Steve Vai, a los tecladistas Tommy Mars y Peter Wolf y al percusionista Ed Mann– sin duda son deslumbrantemente capaces, pero al revelarse sus personalidades en las canciones (como el cover de “Brown Shoes Don’t Make It”) suenan idiotas y les falta el encanto pachuco de los Mothers originales. El “ataque” dirigido por Zappa contra el punk de Los Ángeles en el track del título suena un tanto desinformado. Pero “The Blue Light” es sumamente peculiar y el único track de guitarra es una maravilla.

You Are What You Is (CBS, 1981).

Otra vez el énfasis en la voz.  La única “música música” (en palabras del propio Zappa) es “Theme from the 3rd Movement of Sinister Footwear”.  “Jumbo Go Away” tal vez se salve por su insensibilidad, pero la naturaleza trillada del tema (los integrantes de un conjunto aburridos con las groupies) parece invadir la pieza. Los laboriosos ejercicios corales parecen eternos. Los comentarios políticos son válidos pero pesados, careciendo la urgencia paranoica de antaño. Incluso los incondicionales desearon que sacara ya un álbum instrumental.

Ship Arriving Too Late to Save a Drowning Witch (CBS, 1982).

Este casi lo fue. Una nueva riqueza de múltiples facetas confirió un carácter directo incluso a la interpretación vocal. El hit fue “Valley Girl”, en el que Moon, la hija de Zappa, se mofaba de los giros acostumbrados por la juventud adinerada de Hollywood. Como de costumbre, el instinto de Zappa por lo barato y divertido costeó la musicalidad abstrusa: “Drowning Witch”, que arranca con galimatías habladas, es un compendio de la composición de vanguardia. “Teenage Prostitute” documentó la otra cara de la vida en Los Ángeles. Material clásico.

The Man from Utopia (CBS, 1983).

Aquí evolucionó la voz hablada de Zappa, con frecuencia “acompañada” por instrumentos grabados encima (overdubbed) que siguen las transcripciones hechas por Steve Vai de la monserga libre de Zappa. En “The Dangerous Kitchen” y “The Radio Is Broken”, los resultados forman una colisión increíble de disciplina y azar.  Hay tres piezas instrumentales cruciales, una canción contra los sindicatos (“Stick Together”), que refleja las aspiraciones pequeñoburguesas de Zappa como compositor, y un popurrí de rhythm and blues. Disparejo, pero un excitante indicio de que Drowning Witch no fue ningún fogonazo. Zappa estaba preparando algo nuevo en su esquema compositor.

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London Symphony Orchestra Vols 1, 2 & 3 (Barking Pumpkin, 1983).

Un artículo en Society Pages de Oslo (el fanzine de Zappa reubicado desde entonces en Nueva York) comparó las orquestaciones de Zappa con el cerebro de un dinosaurio. Si bien sirven perfectamente para pequeños conjuntos, según ahí se argumentaba, no son capaces de animar a una orquesta sinfónica completa. “Bogus Pomp” (en el vol. 2 en vinil y en el CD) pretendía parodiar los clichés cinematográficos con “fanfarrias vulgares, pasajes sentimentales babeantes y previsible `música para dar miedo’”, según Zappa. Si uno no anda buscando el futurismo de Giacinto Scelsi o Michael Finnissy, por decir algo, las instrumentaciones son excelentes, una inundación exuberante de la esencia de Zappa. El vol. 2 en vinil contiene dos tracks –“Bob in Dacron” y “Strictly Genteel”– no incluidos en el CD. La calidad de la grabación es ejemplar. La inscripción de la funda incluye una crítica característicamente sabrosa de la sección de trompetas de la sinfónica por el compositor.

 

Francesco Zappa (Barking Pumpkin, 1984).

Sonatas barrocas para trío de Francesco Zappa que (según Grove) tuvo su mejor época entre 1763 y 1788, ejecutadas en el Consorte de Gratificación Digital de la Calabaza Ladradora (es decir, el Synclavier de Zappa) con la colaboración del clarinetista David Ocker, quien además proporciona unos excelentes apuntes que ayudan a revelar la función de la música barroca (“serrando las cuerdas mientras los aristócratas cenaban”). Suena como una tarjeta navideña musical. La máquina de ritmos agrega un inquietante enfoque mecánico.

Them or Us (EMI, 1984).

Los álbumes de “rock” de Frank –las colecciones desprovistas de una intención temática o musical específica– a estas alturas se habían convertido en unas mezclas despreocupadas en las que el maestro saltaba de melodía en melodía como en los remotos principios, pero sin yuxtaposiciones demasiado discordantes. Este disco contiene pasajes instrumentales llenos de maestría deslumbrante. Steve Vai supera incluso al líder del grupo en su escaparate “Stevie’s Spanking” y se presenta la primera prueba del nuevo interés de FZ en los covers, con una interpretación de “Whipping Post” de los Allman Broters que le gana a cualquier boogie que el Sur hubiera podido servir. El título se refiere a la indignación moral de Zappa ante los nuevos esfuerzos por censurar la música. Y todos estamos de acuerdo.

The Perfect Stranger (EMI, 1984).

Afirman los rumores que Zappa se peleó con Pierre Boulez durante este proyecto, lo cual explica las cuatro incursiones (excelentes) con el Synclavier en un álbum aparentemente ejecutado por el Ensemble Intercontemporain de Boulez. La lista de “influencias” publicada por Freak Out incluía a Pierre Boulez y, abstracción hecha de los rumores (se debería tomar en cuenta la terriblemente graciosa “Down in France” de Zappa incluida en Them or Us; recuerden que muestra mucho respeto hacia Boulez en el Real Frank Zappa Book), la música es magnífica. Conforme madura todo mundo, estas fusiones han sido aceptadas cada vez más. El chiste es que esta colaboración produjo música moderna importante. Si bien Zappa (¿a la defensiva?) la describe como “absurdamente antimoderna”, se trata de material para la Isla Desierta.

Shut Up ‘n Play Yer Guitar (CBS, 1984).

Zappa siempre grabó sus conciertos. En esta ocasión decidió sacar una serie de solos de guitarra, acompañados por recursos acústicos de estudio. Muchos de los tracks derivaron de “Inca Roads”, una pieza jazzeada particularmente adecuada para la ejecución melódica y claustrofóbica de la guitarra por Zappa. Alguien de hecho usó la máquina del rock para improvisar una música dotada de originalidad pasmosa. Hasta el arribo de Guitar, Shut Up pareció ser el Interstellar Space de Zappa. Ningún otro guitarrista había prestado una atención tan precisa a la separación rítmica. Una maravilla.

Guitar (Zappa, 1984).

Probablemente la mejor música disponible en disco.  132 minutos de la guitarra de Zappa en vivo con un grupo que realmente se adapta a sus extensiones. La fabulosa calidad escultural del sonido hace que Shut Up suene enmalecido. Chad Wackerman (batería) y Scott Thunes (bajo) son algo especial. Como John Swenson señaló en Guitar World, Zappa tenía cajas y cajas de música así. Espléndido.

 

VIDEO: Frank Zappa “-Watermelon in Easter Hay-“ 1988 (HD), YouTube (Live Music HD)

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FRANK ZAPPA: EL QUIJOTE AUSENTE (IX)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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IX

 

SOMERO ACERCAMIENTO DISCOGRÁFICO (2)

 

Hot Rats. Frank Zappa (Bizarre, 1969). Es un trabajo como solista de Zappa una vez desintegrado su grupo, porque “ya me harté de encargarme de todo y que otros cobren por ello”, declaró por esos años el compositor. Es una obra básicamente experimental que despliega el uso de diversos implementos electrónicos como el sintetizador Moog, del que Zappa fue pionero. A la pregunta sobre quién fue la primera persona en utilizar este aparato, Frank contestó, muy serio: “Su inventor”. Lo cierto es que él lo usó por vez primera. “Peaches in Regalia” es uno de los mejores cortes de este disco. Aquí participa, con acierto, inicialmente el violinista Jean‑Luc Ponty.

Burnt Weeny Sandwich. The Mothers of Invention (Bizarre, 1970). Singular disco que captura, en diversos cortes, la fuerza del grupo en vivo. Presenta, entre otras cosas, un tremendo solo de violín de “Sugarcane” Harris. “WPLJ”  es una canción que se volvió mítica, por la inserción de un diálogo en español entre dos chicanos drogados. El álbum entrega una afortunada mezcla de temas instrumentales y de contenido lírico. “The House I Used to Live in” y “Holyday in Berlin” son dos cortes destacados, recurrentes en muchos de los discos en vivo que aparecerán a partir del decenio de los ochenta.

Weasels Ripped My Flesh. The Mothers of Invention (Bizarre, 1970). Este álbum es un trabajo que podría calificarse de transición, tanto por la inclusión de nuevos elementos en el grupo como por sus alcances instrumentales y líricos. Entre los músicos que intervienen en la grabación está Lowell George, el efectivo guitarrista (que después formaría Little Feat con otro ex‑Mother, el bajista Roy Estrada) que encontraría la muerte en 1979. Temas curiosos: “Preludio a la tarde de una máscara de gases sexualmente excitada” y “Mi guitarra quiere asesinar a tu madre”.

Chunga’s Revenge. Frank Zappa (Bizarre, 1970). Sigue la línea melódica del Uncle Meat, sobre todo en las inser­ciones jazzísticas. El rock incluido posee una gran cantidad de intervenciones de una sensacional guitarra distorsionada impuesta sobre estribillos rockabilly, como en “Transylvania Boogie” y “Sharleena”.

Live at the Fillmore East ‑ June 1971. The Mothers of Invention (Reprise, 1971). Con la inclusión de dos de los ex integrantes de The Turtles, Marc Volman y Howard Kaylan, esta alineación de Mothers of Invention ganó mucho en el aspecto histriónico y teatral, y este disco es la prueba de ello con temas tan discursivos pero desternillantes como “Do You Like My New Car?”, “What Kind of Girl Do You Think We Are?” o “The Mud Shark”; además de una última vuelta de tuerca a “Happy Together” de The Turtles.

 

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200 Motels (United Artists, 1971). Álbum con el sonido original de la cinta del mismo nombre, que parodia y se basa en las experiencias de Zappa en las giras con su grupo, en la que Ringo Starr hace el papel del líder Frank. Canciones: “This Town Is a Seal Tuna Sandwich”, “Lonesome Cowboy Burt”, interpretada –paradójicamente– por el indio del grupo, Jimmy Carl Black, y “Centerville”. Las partes orquestales fueron realizadas por la Filarmónica de Londres.

Just Another Band from L.A. The Mothers of Invention (Reprise, 1972). Disco en vivo grabado en el Pauley Pavillion de UCLA, Los Ángeles, en 1971. Contiene la primera versión de aquella miniobra conceptual llamada “Billy the Mountain”, que aquí dura todo un lado (24’42”). También se incluye una alargada interpretación de la vieja “Call Any Vegetable” y una efectiva (sobre todo por el requinto) reelaboración de “Dog Breath”.  Aparte de Zappa intervienen Marc Volman y Howard Kaylan, en las voces; Ian Underwood en los teclados y Aynsley Dunbar en las percusiones.

Waka/Jawaka. Frank Zappa (Bizarre, 1972). Durante la gira europea de aquel año, en el concierto del Royal  Albert Hall de Londres, un tipo celoso porque su novia adoraba a Zappa subió al escenario y lo arrojó a las butacas. A consecuencia del golpe, el músico resultó con una pierna fracturada y debió suspender la tour. Después de ese accidente, entrega este álbum casi instrumental de composiciones largas para orquesta, algunas veces consistente de 20 elementos que con frecuencia tocan al modo de una de las grandes bandas jazzísticas; aquí Zappa explora, crea nuevos paisajes de sonido, color e intensidad, al lado de Sal Márquez en la trompeta y un efectivísimo Aynsley Dunbar en las percusiones.

The Grand Wazoo. Frank Zappa (Bizarre, 1972). Gran disco conceptual poco publicitado en donde los metales (trompetas y saxofones de todos tipos y calibres) y las percusiones llevan el papel principal (al menos en el primer lado). Esta obra, mayoritariamente de corte jazzístico, narra la historia de Awreetus‑Awrightus, el emperador funky que poseía un fantástico ejército de músicos desempleados quienes engordaban en paz, siempre que no estuvieran peleando contra el archivillano Mediocrates of Pedestrium. Intervienen 21 músicos en esta grabación; entre ellos Tony “Bat Man” Ortega, Sal Márquez, Aynsley Dunbar y George Duke.

Overnite Sensation. The Mothers of Invention (Discreet, 1973). Álbum compuesto por canciones cortas de gran contenido lírico y socarrón, recobrando los agudos comentarios sociales de Zappa, como en “The Slime”, “Dirty Love” o “Camarillo Brillo”. Los esposos Ruth e Ian Underwood, Sal Márquez, los hermanos Tom y Bruce Fowler, George Duke y El Francés Volador, Jean‑Luc Ponty, trabajan aquí.

 

VIDEO: Frank Zappa – Dirty Love (Over – Nite Sensation, September

 7, YouTube (djclay33)

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FRANK ZAPPA: EL QUIJOTE AUSENTE (VI)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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VI

Las razones para su candidatura empezaron con un manifiesto artístico a través del disco Freak Out (1966) y de la fundación del grupo The Mothers of Invention (1967), las tarjetas de presentación de Frank Vincent Zappa (1940-1993), compositor, cantante, guitarrista y embajador de la libertad de expresión. De ascendencia franco-italiana y griego-árabe destacó desde el principio como el ideal del self-made man estadounidense, y como librepensador absoluto estuvo en situación de mostrar a los compatriotas su imagen en el espejo. Zappa siempre le causó horror al estadounidense medio, blanco y temeroso de Dios: era la encarnación absoluta de “la perversa cultura del rock”.

Declaraba cosas como: «Los políticos son unos villanos. Los presidentes de los Estados Unidos se dan aires de ser los amos del resto del mundo. ¿En qué se basan? ¿Se creen los líderes del planeta sólo debido al gran arsenal que manejan? ¿Cómo es posible que un gobierno que está en proceso de llevar a su propia población al abismo se adjudique el derecho de reinar sobre el resto del globo terráqueo?»

En consecuencia, Frank se declaró partícipe en la carrera por la presidencia. ¿Una broma? ¿Una locura?  Depende de los criterios de cada quien. Aunque frente a participantes de su mismo territorio —o de otras “democracias”— a los que ni una idea sobre el buen gobierno caracteriza, el líder de las Madres de la Invención hubiera sido la opción más sensata.

«Me ubico totalmente fuera de la realidad —se le escuchaba decir con burla—. No soy un fanático religioso, no consumo drogas, no soy republicano ni demócrata, y además estoy en mi sano juicio. Mi candidatura la he propuesto en serio. Los republicanos no le han traído nada bueno a este país; y los demócratas son incapaces de regir a la Unión Americana. Los dos grandes partidos no sirven; sus programas no se comprometen a nada y los políticos profesionales son un grupo de canallas. Este país está descendiendo a un nivel preocupante y nadie parece interesado en hacer algo al respecto. La mayoría de los políticos juegan al golf y realizan viajes al extranjero para escapar de la presión. Se portan como adolescentes consentidos. Esa es la tragedia de este país: nos gobiernan hombres que se resisten a ser adultos».

¿Qué hacía entonces a una excéntrica estrella del rock como Frank Zappa competente para dirigir a su país?, se preguntarán los interesados. La respuesta del propio músico era contundente: «No me voy de vacaciones, no juego al golf y admito que uso el W.C. Eso muy pocos políticos lo aceptan».  Al mismo tiempo no quiso hacer campaña alguna: «Me proclamé candidato y con eso basta. Quien quiera votar por mí, que lo haga. No gastaré millones de dólares que no me pertenecen en propaganda».

Se expresó con igual claridad acerca de su programa político: «Para empezar eliminaría los impuestos sobre los ingresos. A continuación, volvería a poner en activo la constitución estadounidense. La constitución fue concebida originalmente como un contrato entre el pueblo y el gobierno, dando al gobierno el derecho de tomar decisiones, en nombre del pueblo, que favorezcan el bienestar del mismo. No se trata de un poder que diga:  ‘Hagan lo que quieran, nosotros los elegimos’.  Todos los escándalos financieros, los asuntos intervencionistas; toda la corrupción que se lleva a cabo entre bastidores prueba cuánto se han alejado los gobiernos de los objetivos originales de la constitución».

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Zappa atribuyó las guerras recientes en que participaban los Estados Unidos al creciente ejército de abogados y juristas, organizado en tal forma que siempre incrementaba al máximo posible el caos y la confusión, para así poder conservar su estatus. «Este país se hunde por la plétora de juicios que tienen lugar. En ninguna otra nación del mundo hay tantos abogados por metro cuadrado como en los Estados Unidos. ¿Para qué sirven?  Todo el sistema jurídico de este país está torcido y se ha pervertido de tal modo que incluso quien se esfuerza por no gastar en toda su vida un centavo en ellos finalmente termina haciéndolo. Yo prohibiría que hubiera más abogados. Deben ser extinguidos».

La imagen de los Estados Unidos como el líder del mundo está caduca desde hace mucho, opinaba Frank. “¡Como si éste fuera un país libre! Hay más gente metida tras los barrotes aquí que en cualquier otra nación occidental. La mayoría a causa de las drogas; ni siquiera por tráfico, sino por consumo».

Él mismo afirmaba no haber probado nunca drogas como LSD o heroína, y que en su obra sólo había propagado las drogas suaves. «El LSD convirtió a personas comunes y corrientes en yuppies —indicó—.  Toda la generación de los sesenta, con su deseo de mejorar al mundo, se basó en el consumo de drogas: un caso de psicosis masiva. El LSD fue inventado por la CIA para confundir al enemigo en tiempos de guerra. En lugar de poner la sustancia a prueba con ovejas, utilizaron a los jóvenes. E incluso, como se vio, tuvieron que pagar por ello.

«Se ha creado una industria millonaria en torno a las drogas. Entre más profundo se hunde el país en el lodo, más grande es su necesidad de drogas. El gobierno prácticamente no hace nada en contra de los grandes capos de la misma. Lo único que le interesa es mantener bajo control a la población.  Sin embargo, este mantener bajo control a la población no está previsto en la constitución. Por eso a mi parecer habría que acusar a nuestro gobierno de alta traición».

VIDEO: ZAPPA FOR PRESIDENT – YouTube (FootageWorld)

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FRANK ZAPPA: EL QUIJOTE AUSENTE (V)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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FRANK ZAPPA

(UN CANDIDATO A LA PRESIDENCIA)

La presidencia de los Estados Unidos —como la de otras partes del mundo— es algo tan codiciado quizá como una guapa reportera de espectáculos, tan llena de atractivos como de carencias. Y los métodos para conseguirla igualmente absurdos. La cosa es que hay de absurdos a absurdos. Los hay desde patéticos y ridículos hasta auténticos y geniales, dependiendo del contendiente.

En el caso de las reporteras hay algunos que les prometen desde matrimonio hasta corrección de estilo o clases particulares de información general o esperanto, con tal de agenciarse las redondeces de su intelecto. En cuanto a la presidencia estadounidense hay quienes la quieren obtener a base de chequera, comprarla sin más florituras o asumirla a punta de truculencias —como en otras partes del mundo—; pero los hay también que la buscan sin hacer «política» ni campaña y sin gastar un solo dólar por ella.  Cuestión de talento.

Entre los últimos estuvo Frank Zappa, quien fue sin duda el gran pretendiente. A través de los años de su vida en el candelero, este importante personaje de la cultura musical externó sus razones y postulados al respecto. Rescatados éstos de diversas declaraciones, he podido conformar el perfil de este candidato al máximo puesto de uno de los ombligos del mundo. Y quizá el que más se lo haya merecido, a la luz de la historia del país al que quiso representar.

Este músico fue un raro ejemplo. No evitó nunca la verdad, y resultó a veces en extremo franco. Tampoco se hizo el ciego frente a las necesidades colectivas. Él fue la realidad de lo que predicaba, lo concreto de su ideología. No cedió a ninguna tentación ni aspiró sólo a la fama, se dio el tiempo incluso de luchar contra los piratas de su obra. De tal manera vivió en pleno su corta vida.

Al adentrarse en ella se impone la certeza de que la suya fue un ejemplo dadaísta de humanidad, sobre todo en lo referente al arte y a la lucha política y social. El humor negro y ácido que desplegaba nacía de un contexto dramático, simultáneo a las constantes crisis bélicas, no como reflexión a posteriori sino como una condena coetánea a la patriotería de aquellos que prometían “defender al mundo libre del mal”; así como de su observación de los comportamientos sociales en cuyos comentarios y conciertos solía no dejar títere con cabeza: era agudo, filoso y despiadado.

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Sus guiños dadaístas priorizaban en definitiva la sabiduría por encima del concepto. Es decir, para él la sabiduría por ser tal superaba la conceptualidad, ya que emanaba de la experiencia de la vida. La superaba, pero no la negaba, puesto que la consideraba un acto de reconciliación con la vida, con el todo, un todo imaginado como transformación, como interrelación. A los ojos de Frank no había nada que no fuera una expresión de la vida.

Por lo tanto, mantuvo siempre para sí la severa exigencia filosófica de la libertad total del pensamiento, como condición única e indiscutible para no dejarse avasallar por el aullido de las corrientes estéticas de moda o las partidistas de cualquier especie.

La única posibilidad de vida para él radicaba en los beneficios de una política acertada, según afirmó varias veces. La política desde siempre fue su hobby, era demasiado importante para él como para dejarla en manos de los políticos.

Se sumó entonces a lo que en su momento expresó un compatriota suyo, el escritor Henry Miller, quien apuntó en torno al asunto lo siguiente: «No creo en ella. Opino que el mundo de la política está totalmente podrido. No nos lleva a ninguna parte, lo envilece todo y sobremanera al idealismo. Hay que ser un tipo turbio, un poco asesino, para ser político; hay que estar preparado y deseoso de sacrificar, de masacrar a la gente…»

Con el ánimo de modificar tal envilecimiento de la actividad y del concepto, Frank mostró entonces interés por llegar al gobierno de su nación, pero a su propia manera, a lo Zappa. Sabía que, hacía siglos a un griego llamado Platón se le ocurrió estudiar cómo se ordenaría a un grupo humano en el que prevaleciese el individualismo. La forma política de éste, dijo, recibiría el nombre de democracia y sus divisas serían la libertad y la igualdad.

“En la época actual es en lo que se supone vivimos nominalmente, puesto que es el dogma al que el mundo entero rinde pleitesía, aunque los listos nos damos cuenta de que su presencia en realidad brilla por su ausencia. Es únicamente una cita para los demagogos”, sentenció el músico.

VIDEO: Frank Zappa – If I Was President… – YouTube (Frank Zappa)

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FRANK ZAPPA: EL QUIJOTE AUSENTE (IV)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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Franz Zappa era un artista en toda la magnitud del concepto, de la palabra, porque era un genio poliédrico, con cantidad de registros, compositor inmenso, músico expansivo, personaje franco y cultivador del humor hasta la crueldad; porque su talento lo avaló obra tras obra, colaborador tras colaborador, concierto tras concierto, entrevista tras entrevista, de principio a fin.

En 1979, Zappa afirmó que no había podido identificarse nunca con un movimiento social o político y que se negaba a participar en las elecciones únicamente por impedir que tomara el poder el peor candidato. En los ochenta cambió de opinión, promovió el registro electoral, hizo público su parecer con respecto a cuestiones ecológicas y era sin duda el más elocuente entre los músicos de rock que se manifestaron de forma abierta contra la censora Tipper Gore y su comité de «Esposas de Washington».

Después de abandonar por completo las giras en 1988 -harto de los gastos que le ocasionaba cada concierto-, Zappa invirtió aún más tiempo en la política y los negocios. Entabló relaciones comerciales con Europa del Este y durante un viaje a Praga hizo amistad con Vaclav Havel, quien resultó ser un fan de los Mothers originales.

Cuando el presidente checo lo nombró embajador extraordinario de Comercio, Cultura y Turismo de la república checa, casi ocasiona un escándalo a nivel internacional. La Secretaría de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos puso un ultimátum: «Escojan: o tratan con nosotros o con Zappa.»

Frank, a quien le molestaba mucho que siempre lo sacaran de la jugada, pasó a la ofensiva y amenazó con presentar su candidatura a la presidencia estadounidense: «Seamos honestos: ¿de veras podría yo cometer más idioteces que George Bush?». La campaña electoral seguramente hubiera sido muy entretenida, pero no hubo oportunidad. En 1991 resultó que Frank padecía un cáncer de la próstata. La enfermedad ya estaba avanzada y los doctores no le dieron esperanzas.

Así que intensificó su trabajo en el estudio, preparó varios álbumes, puso en orden sus asuntos personales y pasó los derechos de sus composiciones al Zappa Family Trust. Era muy fuerte su voluntad para seguir. Trabajar 12 horas, editar cintas viejas y componer nuevo material en el Synclavier fue hasta el final el objetivo declarado de cada día.

La experiencia musical culminante de sus últimos años fue para Zappa la colaboración con el Ensamble Modern de Frankfurt; el excelente CD The Yellow Shark probablemente no será el único documento de dicha cooperación.

En julio de 1993 Zappa produjo en Los Ángeles un álbum, para su disquera Barking Pumpkin, en el que el Ensamble interpreta las obras para orquesta más importantes de Edgard Varèse, entre ellas «Ionisation», la pieza que en algún momento despertó en Zappa el deseo de ser compositor y que lo acompañó durante toda la vida.

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Aportó a esta última sesión todos los conocimientos adquiridos en tres décadas de trabajo, a fin de crear el marco óptimo para las tonalidades sonoras de esa música que tan bien conocía y registrarlas con la técnica digital de 48 tracks.

Frank Zappa Murió el 4 de diciembre de 1993, en Los Ángeles.

Su música construyó puentes para escapar del carácter insular y la banalidad del pop. Seguir su trayectoria permite descubrir mundos musicales fascinantes. La pasión de Zappa por lo que llamó “la Música Verdadera” fue lo más cercano de un hombre tan escéptico a una convicción espiritual.

VIDEO: Frank Zappa with Ensemble Modern (Alte Oper, Frankfurt), YouTube (Slava Ukrani!)

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FRANK ZAPPA: EL QUIJOTE AUSENTE (II)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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II

El fracaso artístico del que el mismo Frank Zappa hablaba era el hecho de que «casi nadie» captara los matices finos de su trabajo. No obstante, hacia el final de su carrera la situación empezó a cambiar, cuando las interpretaciones de su obra presentadas primero por Pierre Boulez y luego por el Ensamble Modern arrojaron nueva luz sobre ella.

Siguieron trabajos de composición para renombrados grupos de cámara, desde el Kronos Quartet hasta el Aspen Wind Quintet. Sin embargo, Frank criticaba a la comunidad «clásica» en la misma forma despiadada que al mundo del rock. Aborrecía la distinción arrogante establecida entre la cultura seria y la de entretenimiento y, pese a todas las pruebas al contrario, insistía en no ser artista sino «sólo» entertainer.

Con todo, no hay duda con respecto a sus prioridades: «Nunca tuve la intención de dedicarme al rock. Siempre quise componer música más sustanciosa, que se interpretara en salas de concierto, pero también sabía que nadie estaría dispuesto a tocarla. Por eso pensé que la única forma de dar a conocer algo mío sería fundando un grupo y tocando rock”. Ése era su plan a largo plazo: una carrera como compositor disfrazado de rockero.

Zappa creció en Lancaster, California, (aunque nació en Baltimore, Maryland, el 21 de diciembre de 1940), un pueblito en medio del desierto de Mojave y escenario de sus primeros pasos musicales. Al principio el pequeño Frank concentró sus estudios autodidactas en la música negra, lo cual era extraordinario para un adolescente blanco a comienzos de los cincuenta.

A los 14 años se enamoró de la música de Edgar Varèse. La gama de sus intereses musicales creció: «Puesto que no tenía estudios formales me daba igual escuchar a Lightnin’ Slim, los Jewels, uno de los grupos vocales, o Webern, Stravinsky y Varèse».

Después de coquetear con la batería eligió la guitarra y en 1957 fundó su primer grupo, los Blackouts, una mezcla multicultural de músicos negros, blancos y chicanos. En la misma época se ubica el inicio de su amistad con otro bicho raro de Lancaster, Don Van Vliet, pintor y cantante de blues, que a la postre se daría a conocer bajo el nombre de Captain Beefheart. A comienzos de los sesenta los dos formaron un conjunto llamado The Soots.

No es posible reconstruir con exactitud las actividades de Zappa en ese entonces. Se sabe que tocó música de ambiente, cocktail music, en bares, compuso los soundtracks para dos películas de bajo presupuesto, instaló su primer estudio casero en Cucamonga, apareció en el programa de televisión de Steve Allen con un «concierto para bicicleta» (como virtuoso que punteaba los radios de la rueda y soplaba en el manubrio) y fue encarcelado dos veces, por vagancia y «planeación de delitos pornográficos». Estas últimas experiencias colocaron a la policía y al sistema judicial estadounidense a la cabeza de la lista de legítimas víctimas para su sátira.

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UNA EMPRESA KAMIKAZE

Los ahora legendarios Mothers of Invention (originalmente se llamaron Mothers, que en el lenguaje del jazz es la abreviación de «motherfuckers«, o sea, músicos que le tupen en serio) derivaron de un grupo llamado Soul Giants, al que Zappa se unió en 1964. Al principio era un integrante secundario, pero no tardó en ejercer el control sobre la agrupación, por ser el único que componía su propio material. Sin embargo, dicho material convirtió al grupo en una empresa kamikaze, porque el estreno en vivo de cada canción de Zappa solía provocar de inmediato la prohibición de volver a aparecer en el lugar correspondiente.

También la escena «freak» de Los Ángeles, en la que Zappa y sus compañeros irrumpieron poco tiempo después, les exigió 18 meses de penurias tradicionales (bolsillos y estómagos vacíos) antes de firmar su primer contrato con MGM, quien les asignó a Tom Wilson como el productor del disco Freak Out. Las grabaciones realizadas durante esa época demuestran que la formación fue en muchos sentidos la más creativa encabezada por Zappa.

(Según el calendario y las enciclopedias el de 1966 fue un año común que comenzó en sábado. Sin embargo, quienes estamos involucrados con la música sabemos que no fue así. Que no fue un año común y que tampoco comenzó en sábado. Inició el 27 de junio con ese alumbre de la extrañeza llamado Freak Out! Por cierto, un par de días después de la aparición de Freak Out!, Dylan sufriría un grave accidente de motocicleta y todo volvería a cambiar. No. Definitivamente 1966 no fue un año común)

El grupo del periodo de Uncle Meat constituyó una mezcla fascinante de autodidactas y músicos con antecedentes clásicos. Sabían fundir sin ningún problema la rudeza del rock con ritmos complejos y los saxofonistas Ian Underwood y Bunk Gardner, así como el tecladista Don Preston, eran solistas excelentes. Ninguno de los conjuntos formados a la postre por él poseyó tanto potencial y espacio para las excursiones solistas e improvisaciones como los tempranos Mothers.

VIDEO: Kronos Quartet – None Of The Above (Frank Zappa) – YouTube (Black Page)

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