Por SERGIO MONSALVO C.
Hay discos que jamás dejan de llamar la atención. ¿Por qué? Porque son clásicos. Pero ¿qué es lo que los convierte en clásicos? En el mundo grecolatino, durante la época de Sófocles, el término “clásico” se utilizó para designar a las personalidades de primera clase, es decir, a los miembros más sobresalientes de la cultura.
En el campo que nos convoca, la música, el rock fundamentalmente, posee por supuesto su material clásico, y éste en primera instancia no es lo incomprensible, sino lo misterioso disfrutable. Es aquello con lo que se puede deleitar (individual o colectivamente) toda la vida; lo que continúa conmoviendo y sorprendiendo; es aquello que es imposible hacer mejor (en su momento y circunstancia).
En el arte, cualquier arte, lo clásico resulta fascinante porque contiene un secreto, tanto para sí mismo como para quien lo contempla o escucha, y se mantiene vivo porque dicha fascinación prodigiosa envuelve siempre, sin faltar, y esa poética se verá legitimada constantemente por sus principales avales: valor y tiempo.
AÑOS 80’s*
1.- Police (Zenyatta Mondatta, A&M, 1980)
2.- Depeche Mode (Music for the Masses, Mute, 1987)
3.- Pixies (Surfer Rosa, 4AD, 1988)
4.- Tom Waits (Rain Dogs, Island Records, 1985)
5.- The Smiths (The Queen is Death, Rough Trade,1986)
6.- U2 (Joshua Tree, Island Records, 1987)
7.- Prince (Sign of the Times, Paisley Park, 1987)
8.- Guns’n’Roses (Appetite for Destruction, Geffen Records, 1987)
9.- R.E.M. (Document, I.R.S. Records, 1987)
10.- The Cure (Desintegration, Fiction Records, 1989)
*Lista definitivamente subjetiva, como todas las listas.