Por SERGIO MONSALVO C.
Hay discos que jamás dejan de llamar la atención. ¿Por qué? Porque son clásicos. Pero ¿qué es lo que los convierte en clásicos? En el mundo grecolatino, durante la época de Sófocles, el término “clásico” se utilizó para designar a las personalidades de primera clase, es decir, a los miembros más sobresalientes de la cultura.
En el campo que nos convoca, la música, el rock fundamentalmente, posee por supuesto su material clásico, y éste en primera instancia no es lo incomprensible, sino lo misterioso disfrutable. Es aquello con lo que se puede deleitar (individual o colectivamente) toda la vida; lo que continúa conmoviendo y sorprendiendo; es aquello que es imposible hacer mejor (en su momento y circunstancia).
En el arte, cualquier arte, lo clásico resulta fascinante porque contiene un secreto, tanto para sí mismo como para quien lo contempla o escucha, y se mantiene vivo porque dicha fascinación prodigiosa envuelve siempre, sin faltar, y esa poética se verá legitimada constantemente por sus principales avales: valor y tiempo.
AÑOS 10’S*
Radiohead (The King of Limbs, XL 2011)
Best Coast (The Only Place, Mexican Summer 2012)
Arcade Fire (Reflektor, Merge 2013)
The War on Drugs (Lost in the Dream, Secretly Canadian 2014)
Alabama Shakes (Sound & Color, ATO Records 2015)
David Bowie (Black Star, ISO Records 2016)
LCD Sound System (American Dream, DFA 2017)
Arctic Monkeys (Tranquility Base Hotel & Casino, Domino 2018)
Courtney Barnett (Tell Me How You Really Feel, Milk! Records 2018)
The Black Keys (Let’s Rock, Easy Eye Sound 2019)
*Lista definitivamente subjetiva, como todas las listas.