TIEMPO DEL RÁPSODA: SÓLO LAS NOCHES (IX)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

 

 

(POEMARIO)*

CARTESIANO

Te acostaste

sin pronunciar su nombre

pero en la meditación

que preludió al sueño

pensaste

cual original filósofo

que faltaba un día menos

para la muerte

HISTRIÓN

De prisa

o perderás el momento

poema

y tienes tan poca oportunidad

para meditar el instante

Aprovecha que ella

está aún con nosotros

habitada por sí misma

e infestada por el sueño

Tienes que salvarla del tiempo

descubrir cuánta cantidad de mujer

cabe en ese cuerpo que es sólo línea

No debe despertar antes que el cuadro

quede impreso en las yemas de tus dedos

Después

musítale tu nombre

y desaparece quedamente

en el rincón suave de sus labios

ESPERANZA FALLIDA

Sola y temerosa

oculta entre sombras envolventes

la figura de minúscula jactancia

en su oráculo de oscuridad acuchillada

La sorprenden y torturan

volátiles universos

que súbitos abarcan

toda la extrañeza

Infinitos verdugones

muerden y rasguñan

las empequeñecidas espaldas

de sueños derrotados

que se alejan hacia el silencio

Cargada de fatiga

se rinde sin condición

al encanto de la piedra vieja

El alba no despuntó

al morir su memoria

 

*Textos extraídos del poemario Sólo las noches.

 

Sólo las noches

Sergio Monsalvo C.

Editorial Oasis

Colección “Los libros del fakir”

Núm. 63

México, 1984

Dibujo: Heraclio

LIBROS: BRAZADA INÚTIL

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

 

POEMARIO*

 

 

“UNA NOCHE DE ÉSTAS”

 

 

Una noche de éstas

saldrán

de mis ojos (¡por fin!)

tus recuerdos

a escondidas

 

 

 

FAMÉLICOS

 

 

Famélicos

como salidos del silencio

como fieras

mis deseos brutales

se colgaron de sus labios

 

 

 

 

*Brazada Inútil es el poemario con el que participé en el libro colectivo Andan por ahí. Y del que presento aquí un par de textos.

 

 

 

 

 

 

 

Brazada inútil

Sergio Monsalvo C.

Andan por ahí

(Libro colectivo)

Ediciones de la Revista

Punto de Partida

Coordinación de

Difusión Cultural

UNAM

México, 1987

 

 

 

 

 

LIBROS: ELLAZZ (.WORLD) VOL. III

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

LA MUJER EN EL JAZZ*

 

Durante muchos años, las cualidades necesarias para adentrarse en el mundo del jazz se consideraron prerrogativas netamente masculinas. Entre ellas estaba una agresiva confianza en sí mismo, con la disposición a lucir e imponer la capacidad y potencia de interpretación en el escenario. Otra era la concentración exclusiva en la profesión, incluyendo ausencias frecuentes de casa y el derivado abandono de la familia.

A lo ya mencionado se agregaba la capacidad de moverse en ambientes difíciles y peligrosos, como lo eran los clubes nocturnos, infestados de vicios y administrados muchas veces por gángsters. Con frecuencia a las circunstancias mencionadas se sumaba la posibilidad de beber vastas cantidades de alcohol, ingerir drogas duras o las dos cosas juntas, según el caso, sin dejar de tocar de manera coherente hasta el amanecer del siguiente día.

En el pasado, una mujer decidida a formar parte de la comunidad de músicos y a no dejarse intimidar por dicho ambiente duro e impregnado de humo, en el que los compañeros de trabajo solían ser puros hombres, con frecuencia tenía que pagar el precio de su osadía, con costos tendentes a ponerla en su lugar, tales como la pérdida de su respetabilidad, la cual encabezaba la lista, además de la desaprobación social y familiar, y a veces ser relegada al ostracismo.

 

*Fragmento de la introducción al libro Ellazz (.World) Vol. III, publicado por la Editorial Doble A, y de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos, bajo ese rubro.

 

 

Ellazz (.World) Vol. III

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Palabra de Jazz”

The Netherlands, 2022

Contenido

Cassandra Wilson

Doris Day

Lena Horne

Melody Gardot

Mindi Abair

Mosaic Project

Natalie Cole

Sabina Hank

Viktoria Mullova

TIEMPO DEL RÁPSODA: SÓLO LAS NOCHES (VIII)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(POEMARIO)*

 

“NI UN RECONOCIMIENTO”

 

Guardaré los restos de tu cuerpo

para que los voraces perros

de mi memoria

no te devoren en mis insomnios

Mientras tanto

mis manos presurosas

se aferrarán a tus pechos

frotándolos largamente

hasta que tus ojos

no tengan para mí

ni un adiós

ni un reconocimiento

 

 

“EL SUEÑO REPOSA”

 

El sueño reposa

en la habitación azul

Duermen los misterios

con suave murmullo

que mece sus alas

y desgrana ligero

los últimos tonos del atardecer

 

Sombras livianas huidizas

se posan en tu vientre

Mariposas confundidas

inquietas a la mirada

Revolotean

llamas arrancadas

al crepúsculo

sin decidirse a repartir

la noche

con su tenue brisa

 

 

“ACUCHILLAR EL TIEMPO”

 

Acuchillar el tiempo

con palabras afiladas

de hoja perfecta

que penetren inmaculadas

cuidadosas asesinas

en la tersura gris

del plexus

Y ya heridos los recuerdos

disponer del presente

en cortes

sin geometría ni clave

hasta agotar el flujo

de sus venas

Después trazar la cicatriz

sobre su carne

como una tachadura

larga y penosa

como el pensamiento

Y luego dejarlo caer

sencillamente

con la mejor sonrisa

de que se disponga

 

 

 

 

*Textos extraídos del poemario Sólo las noches.

 

 

 

 

 

Sólo las noches

Sergio Monsalvo C.

Editorial Oasis

Colección “Los libros del fakir”

Núm. 63

México, 1984

 

 

 

Dibujo: Heraclio

 

 

 

LIBROS: STREET MUSIC

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(FOTOGRAFÍAS)

 

INTRO

 

Es verano y pululan por doquier, pero igualmente se les encuentra en otoño, primavera o invierno. Sin embargo, es en el verano cuando junto a los experimentados de la andanza callejera aparecen también los novatos y los primerizos. Así que las calidades varían, lo mismo que las músicas que interpretan.

 

Los folklores de todos los continentes o la adaptación de la cultura popular global a ellos es uno de los atractivos que representan hoy en día, tanto como la variopinta instrumentación. No obstante, el jazz, lo clásico, el pop, el rock, el folklor o el hip hop siguen siendo el repertorio entre tanta mochila aventurera.

 

Aventura que puede perseguir varios fines. Entre lo divertido está el viaje, conocer otros países y formas de vida, autofinanciarse el conocimiento. Entre lo pragmático, para conseguir la colegiatura universitaria o un dinero extra aprovechando las vacaciones; la exposición pública de alguna destreza, idea y su perfeccionamiento; la transformación de la vida en algo alternativo, al margen social, con un objetivo existencial.

 

Pero la opción también puede ser patética, de sobrevivencia pura y dura, como la de muchos inmigrantes o de gente que no encuentra lugar en las ciudades, que malvive en las orillas, sin otra expectativa que resolver el día con día a expensas de una voz o un instrumento, de los permisos, de la generosidad de la gente o de la astucia para evitar la multa o el arresto.

 

La historia de estos músicos nació en la Provenza (antigua región del sudeste de Francia) durante el ocaso del siglo XI. El primer trovador conocido fue Guillermo de Poitiers (1071-1127). El estilo del cual fue precedente floreció a lo largo de dicha centuria, junto a sus mitos románticos y caballerescos.

 

Los trovadores normalmente viajaban grandes distancias y llevaban consigo noticias entre una región y otra, las cuales trasmitían con cantos en las plazas públicas de los villorrios, pueblos y ciudades, aunque también contaban costumbres y otras formas de cultura, ante el pasmo, asombro y festejo de las audiencias.

Estos personajes pertenecían mayoritariamente a la nobleza, a menudo a medio camino entre el caballero andante y cortesano y el soldado mercenario.

Con sus canciones amorosas, sobre todo, pero también con sus composiciones de propaganda a favor o en contra de uno u otro reino, sus debates sociales y, en definitiva, con su visión del mundo, iniciaron una historia cultural y política con una variedad de ejemplos que no encontramos en ningún otro documento de la época en Occidente.

A la zaga de estos personajes surgieron los juglares, que eran artistas del entretenimiento en aquella Europa medieval. Eran hombres dotados también para tocar instrumentos musicales, cantar y contar historias o leyendas.

 

 

Se diferenciaban de los trovadores por sus orígenes humildes y por tener como fin entretener (el término, además de los cantores, abarcaba también a los saltimbanquis, a los lanzadores de cuchillos, equilibristas, domadores, etcétera) y no ser autores de sus versos. Éstos últimos, eran  generalmente copias de versificaciones de trovadores arregladas por ellos mismos, aunque sí llegaron a existir quienes componían sus propias obras.

Dentro de la primera etapa del siglo XII y la primera mitad del siglo XIII predominaron los juglares épicos (poetas cultos en realidad) que normalmente recitaban tiradas y fragmentos de poesía narrativa o biográfica. Pero a partir de la segunda mitad del siglo XIII y en el siglo XIV predominaron más los juglares líricos que recitaban la llamada «poesía cortesana».

Las diferencias, pues, entre trovador y juglar estuvieron bien marcadas: el primero era un poeta lírico de condición social elevada, que se acompañaba de una melodía fija y cuyo texto se fijaba por escrito y no se transmitía con variantes, además de que no necesitaba utilizar sus facultades artísticas como medio de vida.

 

El juglar, por su parte, llevaba una vida ambulante, recitaba con una entonación específica de acuerdo a la temática, memorizaba los textos e incluso improvisaba a partir de determinados motivos. Además, podía ayudarse con la mímica y la dramatización. La suya se trataba de una narrativa de transmisión oral y carácter folclórico o popular.

 

Sin embargo, a veces hubo mezclas entre los dos conceptos. Los primeros llegaron a dramatizar en ocasiones y los segundos incluían entre su repertorio las creaciones de los trovadores.

 

El epítome de aquellos oficios se dio con François Villon, poeta culto francés que vivió y cantó en París a mediados del siglo XV. La aventura le dictaba sus escritos acerca del amor y sus desventuras, de lo bello y su pérdida, de lo que vivía junto a sus amigos -los marginales de la época-: asiduos a las tabernas de mala fama, las prostitutas y la delincuencia. Su andar se desarrolló en una época de disturbios y violencia urbana que tuvo su epicentro en el barrio latino de la ciudad, y a la que él volvió burlesca con su poesía autobiográfica, puntillosa y crítica.

 

En la actualidad, los trovadores modernos se han vuelto profesionales del canto. Sus estilos van del alt country al folk rock, de la dark americana a la world music, entre otros estilos. En ellos se deposita la poesía que intenta explicar lo cotidiano, mientras que los juglares contemporáneos son los músicos callejeros que repiten los versos de aquellos en toda instrumentación y folklor populares.

 

Su tradición tiene imán y data, según se ha visto, de la Edad Media, en Europa, de cuando vagaban por las ciudades y poblados y por lo tanto tenían una gran influencia en la vida cotidiana de la gente. Desde entonces, el canto y otras extravagancias amateurs han sido un espectáculo regular en los barrios urbanos, con lo intermitentes que pueden ser, y los estilos se esparcen por distintos grupos compuestos por las diversas nacionalidades que se juntan.

 

 

En general son agrupaciones formadas con músicos que practican la música callejera para alcanzar mayor perfección en su área frente al público, y también con la intención de ganarse la vida de manera temporal con dicho oficio.

 

Y ellas se han forjado bajo la filosofía de hacerle llegar al público su música, ganarse unas monedas y al mismo tiempo proporcionarle a la gente un momento agradable durante el día, en su ir y venir por la ciudad.

 

Los músicos que conforman dicha actividad es gente que lo hace por hobby, o profesionales que así ensayan; son viajeros fugaces, turistas mochileros o inmigrantes exiliados por las persecuciones, las guerras y la intolerancia, con los homeless (sin techo) desechados por el sistema.

 

Pero también son activistas sociales que de esta manera hacen propaganda a sus ideas. Son desempleados, lúmpenes o mendigos poseedores de algún instrumento para hacerse de un poco de dinero para comer. En medio de esto cantan sobre el amor y su búsqueda.

 

Siempre han preferido realizar dicha actividad en el exterior y cuando es posible en el Metro. Sin embargo, prefieren los espacios abiertos, donde las personas se toman el tiempo de escuchar con atención, sin tener que correr para alcanzar un vagón o con el estrés de la aglomeración en horas pico.

 

Lo suyo está en la creación del escenario para el sentimiento, para la emoción; en la seguridad para alcanzar ambas cosas con la colaboración del oído atento del escucha.

 

Éste debe poner todo de su parte en el invite que su canto y música representa, y un instante antes de caer en la explosión del encuentro consumado, darse cuenta del disfrute del que goza y saborear lo que sucederá un segundo después en plena conciencia dentro de la pasión, para desplegar su arte en pleno, cual romance de juglar callejero.

 

 

 

 

 

 

*Introducción y fotografías extraídos del volumen Street Music, publicado por la Editorial Doble A y, de manera seriada, por el blog “Con los audífonos puestos”.

 

 

 

 

Street Music

(Fotografías)

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Imago”

The Netherlands 2023

 

 

 

 

 

 

 

BABEL XXI-743

Por SERGIO MONSALVO C.

 

BILL HALEY

UN COMETA CENTENARIO

 

 

 

 

 

 

Programa Radiofónico de Sergio Monsalvo C.

 

 

https://www.babelxxi.com/743-bill-haley-un-cometa-centenario/

 

 

 

 

 

LIBROS: ELLAZZ (.WORLD) VOL. II

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

LA MUJER EN EL JAZZ*

 

Durante muchos años, las cualidades necesarias para adentrarse en el mundo del jazz se consideraron prerrogativas netamente masculinas. Entre ellas estaba una agresiva confianza en sí mismo, con la disposición a lucir e imponer la capacidad y potencia de interpretación en el escenario. Otra era la concentración exclusiva en la profesión, incluyendo ausencias frecuentes de casa y el derivado abandono de la familia.

 

A lo ya mencionado se agregaba la capacidad de moverse en ambientes difíciles y peligrosos, como lo eran los clubes nocturnos, infestados de vicios y administrados muchas veces por gángsters. Con frecuencia a las circunstancias mencionadas se sumaba la posibilidad de beber vastas cantidades de alcohol, ingerir drogas duras o las dos cosas juntas, según el caso, sin dejar de tocar de manera coherente hasta el amanecer del siguiente día.

 

En el pasado, una mujer decidida a formar parte de la comunidad de músicos y a no dejarse intimidar por dicho ambiente duro e impregnado de humo, en el que los compañeros de trabajo solían ser puros hombres, con frecuencia tenía que pagar el precio de su osadía, con costos tendentes a ponerla en su lugar, tales como la pérdida de su respetabilidad, la cual encabezaba la lista, además de la desaprobación social y familiar, y a veces ser relegada al ostracismo.

 

 

 

*Fragmento de la introducción al libro Ellazz (.World) Vol. II, publicado por la Editorial Doble A, y de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos.

 

 

 

 

 

Ellazz (.World) Vol. II

Sergio Monsalvo C.

Editorial Doble A

Colección “Palabra de Jazz”

The Netherlands, 2020

 

 

Contenido

 

Jesse (Relato)

Esperanza Spalding

Hülsman-Lavergnac

India

June Tabor

Karrin Alyson

Lisa Bassenge

Lynn Arriale

Madeleine Peyroux

 

 

TIEMPO DEL RÁPSODA: SÓLO LAS NOCHES (VII)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(POEMARIO)*

 

“NADA”

 

Nada

que no sea la satisfacción

los cuerpos marcando el ritmo

las caras aflojándose

la música

paseándose por la piel

Y después ¡basta!

Nada de razonamientos profundos

 

 

PETICIÓN”

 

No me dejes salir

abrir el corazón así

equivaldría a sufrir dos veces

Tu hospitalidad

al contemplar mis ruinas

no exigiría la violación de tus secretos

ni aún bajo la bandera de esta muerte

 

No me dejes salir

porque mi existencia se asfixiaría

con las pesadillas insensatas

que atormentan mis insomnios

porque nada podría hacer

excepto evitar morir

pues si muriera

no contaría más con el aspecto

de mis miserias

 

 

“¿QUÉ HARÉ?”

 

¿El lugar?

Cualquiera donde se expongan

vergüenzas de piedra

sucias y aplanadas

¿Mi aspecto?

El del silencio donde se pasean los años

¿El color de su vestido?

Azul, con olor a zorra

¿Qué haré?

salir a recibir el roce de la tela

 

 

 

 

*Textos extraídos del poemario Sólo las noches.

 

 

 

 

Sólo las noches

Sergio Monsalvo C.

Editorial Oasis

Colección “Los libros del fakir”

Núm. 63

México, 1984

 

 

 

Dibujo: Heraclio