LOS OLVIDADOS: FRONT 242

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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Para muchos, los cuatro miembros de Front 242 (fundados en 1981) son los pioneros de la electronic body music o etiqueta semejante. En todo caso, el grupo de origen belga ocupa la cima indiscutible en este género.

Tyranny For You (1991), su cuarta obra, siguió al innovador L.P. Front by Front (1988). El éxito de este último, sin embargo, no los indujo a caer en la trampa de la repetición de una fórmula. Front 242 tiene una imagen de fría distancia.

Los textos de sus canciones estaban constituidos por observaciones periodísticas, sin tomar ninguna posición determinada. En el álbum mencionado se apartan de los medios de comunicación, su fuente natural de inspiración, para clavarse en las raíces del hombre, el simbolismo, su trasfondo cultural.

Era la síntesis de una década, las máquinas se volvían ambiguas y hablaban de la naturaleza. La música se volvía espejo. Fue el disco más emotivo de su historia.

Front 242 ha dejado pasar cada vez más tiempo entre disco y disco, aprovechándolo para meditar y destilar. El resultado muestra solidez y concepto.  El trabajo de fondo sigue siendo apreciable, con florituras pulidas, detalles cuidados, atención escrupulosa y hasta exagerada.

En general, la suya es una obra de orfebrería auditiva, la cual ofrece, para empezar, composiciones de sorprendentes matices, todas rincones y recovecos, toques sutiles y puñetazos, manejando lo electro en su más pura tradición, pero sublimándolo con notas más acústicas.

Pese a todo, cuando en la pieza «Rhythm of Time» se les escucha hablar de la raza humana o del alma, uno piensa más bien en una pandilla de mutantes que en seres de carne y hueso.

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Por otra parte, una de las antiguas características del grupo permanece inconmovible: el lado perturbador. Continúa desprendiendo efluvios sulfurosos y sonoridad creciente.

Esto no le impide basarse en ambientes más que en melodías y muestra, con jadeos o evocaciones de piezas antiguas, el regreso de ciertos trucos, pero eso sí tan enriquecidos que parecen diferentes.

Y si ya hemos de adentrarnos en la comparación con su propio pasado, otra evolución es el volumen del sonido, el cual fue aumentando de disco en disco conforme adquirían la perfecta maestría tecnológica.

En resumen, su discografía se trata de un producto ultraprofesional, acabadísimo, impecable, sin una sola arruga cibernética, de lírica industrialidad.

Front 242 está, paralelamente, ligado al cinismo. Su obra sin concesiones se impone como una buena catarsis. Dicen no creer en el hombre, que no lo respetan, pero tienen hijos; no les da miedo envejecer sino morir; practican deportes, aunque adoren el ambiente industrializado; no se drogan, aunque amen la decadencia; son en general muy positivos en su forma de vivir.

Tras una potente estética trágica y un ritmo marcial se esconde, pues, un conjunto de pesimistas felices de estar vivos. Esta espiral de contradicciones se nota, se escancia con agudos estridentes y bajos subterráneos que engendran atmósferas fríamente apocalípticas sin dejar de ser bailables.

La de este grupo es música fácilmente comparable con el impresionismo alemán y el realismo de connotaciones guerreras y perturbadora porque nace de la perturbación. Dicha agrupación belga, continúa siendo a la fecha del más inmediato vanguardismo electrónico.

VIDEO: Front 242 – No Shuffle (Live 1985), YouTube (Les archives de la RTS)

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