REZA EL GLOSARIO: POLÍTICA (POR TV)

Por SERGIO MONSALVO C.

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 RITO Y DRAMATIZACIÓN

En el libro The Rituals of Humanity and the Rhythm of Reality, el comunicólogo Roland Delattre escribió que “Los ritos pueden celebrar y afirmar los ritmos y la forma de una versión establecida de la realidad, pero también pueden celebrar y dar expresión a la forma y los ritmos de una nueva versión naciente”.

Esto, traducido a la actualidad que nos ocupa –los debates políticos en pantalla–, indica que las figuras tradicionales del candidato fuerte a ocupar la presidencia de cualquier país y de sus contrapartes de los partidos opositores, hasta la fecha del primer «debate» político televisado, mantuvieron un sistema social vigente y totalmente anticuado, acorde a la misma actividad política.

Sin embargo, hubo el «descubrimiento» de que a través del medio electrónico más popular por antonomasia, la televisión, ese sistema podía ser modificado y esas figuras estáticas y lejanas ya eran susceptibles de ser tocadas y cambiadas en la conciencia pública.

Con dicha primera emisión masiva, las pautas del rito político, por y a pesar de quienes manejaban (y manejan) la televisión, deberían modificar la manera en que los ciudadanos pensaran en sus procesos políticos y participaran en ellos. Los reportajes televisados de las campañas presidenciales, tras la aparición de los candidatos en las pantallas chicas, no dieron ningún giro en relación a lo que se venía realizando antes del evento con ellos, sólo se incrementó la exposición previa, se saturó tiempo y espacio con ella y se terminó abrumando al espectador.

La concepción de quienes dirigen los noticiarios (tras aquello) continúa igual. En esencia, su visión –intereses de por medio– no ha sufrido cambio alguno: los mismos lenguajes de texto e imagen; las mismas tendencias burdas o subliminales; el mismo apiñamiento en torno a cuestionamientos semejantes, para luego darle «digerido» el mensaje al televidente.

Difícil iba a ser propiciar el cambio en la forma de abordar el tema político en las mentalidades de quienes realizan la televisión en el mundo, llámese como se llame la cadena. Acostumbrados a la información desechable día con día, los ejecutivos de tales emisoras continúan con los cartabones plenamente masticados.

Para ellos, los días de tal evento sólo fueron pretexto para atraer audiencia, elevar ratings. Cosa que hicieron, pero sólo de momento. La experiencia del instante no los puso (ni ha puesto) a reelaborar sus formas de periodismo, crear opciones para mantener continua la participación ciudadana en el medio o hacer auténticos reportajes, en los que los ingredientes sean las alternativas propiciadas por los géneros convocados: nota informativa, editorial, artículo de fondo, crónica, columna, entrevista, encuesta y hasta comentario de opinión de algún periodista relevante, sin compromisos más que con su profesión.

Para ello hubiera sido menester igualmente, y como ya apunté, modificar los lenguajes tanto en lo verbal como en lo iconográfico. Bastaba ya de mantener a las figuras intocables; bastaba ya de proporcionarles a estas figuras las listas de las preguntas antes de los programas; bastaba ya del agachismo frente a ellas, del servilismo, del trato extremadamente gentil para con ellos (sin ser irrespetuosos).

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La educación y la cortesía son una cosa, la agudeza otra. Que las entrevistas fueran incisivas, profundas, punzantes, enriquecedoras, inteligentes; que los reportajes abarcaran todos los ángulos y puntos de vista; que la imagen también hablara por sí misma y complementara lo dicho; que descubriera y tradujera al televidente lo comentado por opinadores y gente destacada. Que cada noticiario tuviera su personalidad y dejara de haber estandarización al respecto; que hubiera continuidad para todos los aspectos y que se pensara en el público (como ente político y no sólo como consumidor) tras las cámaras.

Para éste, el cambio de mentalidad hubiera sido más rápido con respecto a las figuras políticas. En conversaciones por doquier se hubieran puesto en relieve ciertas actividades que antes del «debate» recibían escasa atención. Esa extraña emisión para todos los televidentes hubiera tenido mayores consecuencias en la vida común que en la electrónica.

En primerísimo lugar se habían apropiado con lenguajes cotidianos de una temática que a todos correspondía. Debido a ello se aumentaron de manera considerable los elementos que hacían de la política algo parecido a un encuentro deportivo.

Los hechos de acento político neto recibieron desde entonces una atención soterrada, diluida, y los ritmos de las campañas, debidos a esta atención pública, obligaron a los noticiarios nocturnos, sobre todo, a volverlos el centro de su transmisión. Supieron éstos de forma contundente que dichas campañas y quienes las encabezaban se habían convertido en ingente acontecimiento de los medios de comunicación, y que se podía elevar o rebajar a los candidatos con aspiraciones.

De ahí la manifestación evidente o encubierta de los intereses creados, que fueron a partir de ahí los únicos valederos para dichos medios; y de ahí también surgió la importancia de la opinión pública para evitar que tales intereses fueran los únicos que prevalecieran. Obligar al medio a que cumpliera con las expectativas de la comunidad, y no sólo con la de sus directivos.

Los noticiarios por televisión actualmente permiten a los espectadores ver y oír a los candidatos en una índole única de retrato político. Las cámaras y micrófonos registran sus pifias y aciertos escénicos u oratorios, y éstos circulan (por las redes sociales) durante días por todos lados.

Los noticiarios, retomando el lenguaje telenovelero, concentran la acción dramática de las campañas políticas. Cada noche, los espectadores se sientan ante sus receptores y ven esas dramatizaciones. Cabría entonces dejar en claro que las otras telenovelas finalizarán o cambiarán de título y sus personajes desaparecerán de la vida comunitaria, el candidato electo y los opositores no, seguirán ahí, como el dinosaurio monterrosiano.

VIDEO SUGERIDO: Gil Scott-Heron – The Revolution Will Not Be Televised (Full Version), YouTube (spuddy83)

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