Por SERGIO MONSALVO C.

(EL ROCK VS. LOS BÁRBAROS)
Cultivar la ignorancia y liquidar el afán crítico a golpes de espectáculo político-mediático, lo cual tuvo su clímax con el binomio John McCain/Sarah Palin contendiendo por la presidencia.
Desde la Casa Blanca se quiso imponer el dogma a la razón. El creacionismo intentó desbancar a la teoría de la evolución y los tintes racistas se acentuaron. Se optó por la venganza guerrera y no por el diálogo mundial, por el retumbar de las bombas y no por el de las voces preocupadas.
Y se pretendió acallar a éstas dentro de ese país con los gritos de “¡traidor!”, “¡antipatriota!” y “¡elitista!”. Una larga lista de músicos conscientes fue acusada de ello: Dylan, Springsteen, CSN&Y, Patti Smith, Lou Reed, las Dixie Chicks, Sonic Youth, Green Day y R.E.M., entre muchos otros, hasta raperos y hiphoperos o la mismísima Madonna.
Daba escozor ver en los conciertos de todos ellos a jóvenes espectadores gritarles insultos o salir airadamente de los mismos cuando los músicos se pronunciaban contra el gobierno y su ideario bélico y social; o apersonados en los mítines y arrebatados por la apetencia de destrucción bíblica, para complacencia de la casta política que había alimentado patriotismos feroces y abastecido el vasto matadero iraquí y afgano, a plena satisfacción de los industriales y comerciantes beneficiados con las ganancias generadas por la maquinaria de guerra.
Era un momento álgido y los músicos se preguntaban qué fuerzas anulaban universalmente la capacidad de análisis de las personas en algunos momentos históricos. También se lamentaban por la propensión a lo brutal y a la unanimidad agresora escudada en la religión, por su dejo intoxicante y contagioso. Entonces llegó Obama…
Y se intuyó que la larga marcha no había sido inútil; que había que recuperar el sentido y las formas, y que éstas sólo tienen cabida si están cargadas de contenido; que importan las ideas; expresarse bien, con claridad; convencer, no imponer; escuchar y argumentar. Y todo lo que había sido desplazado, la sustancia de las mentes pensantes, regresó para poner un poco de confianza en que las cosas cambiarían. Sin embargo, no fue así. Sólo hubo tibieza.
A pesar de ello, en ese sombrío inicio de siglo, continuaron colaborando algunos nombres que nunca flaquearon y que siempre buscaron salvar a la gente de la vergüenza, tipos que enarbolaron sus guitarras eléctricas para lograrlo. El viento del cambio supo que también les debía mucho y los llevó en campañas de convencimiento desde entonces.
Sin embargo, aquello se volvió más difícil y peligroso: llegó la era Trump, en una primera y segunda presidencias cada vez más esperpénticas, absurdas, violentas, magalómanas, plutocráticas, populistas mediáticas, nacionalistas, xenofóbicas, mentirosas y tecnofascistas, con todas sus consecuencias, lo negativo elevado al cubo, y las cuales continúan expandiéndose con su ira incandescente, descontrolada y bárbara…
VIDEO: Dixie Chicks – I Hope, YouTube (Rose Alvaro)

























