PRIMERA Y REVERSA: DEBUT (BJÖRK)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

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A fines de los años ochenta, Björk transportaba las canciones de los Sugarcubes islandeses a otras galaxias, como cantante principal siempre gimiente, muchas veces aullante. Al desintegrarse el grupo se mudó a Londres.  Profundamente impresionada por las house-parties y los ritmos urbanos, la princesita de los independientes se dejó seducir por una compañía grande:  Island.

Ésta presentó a Björk, la cantante escapada de los Sugarcubes, para un primer ensayo solista con el gusto edulcorado de un cuento de hadas. Todo con fineza.  Como una comedia musical moderna en la que Blancanieves vocaliza entre un club house y jazz de cabaret. Pasa del uno al otro de acuerdo con las piezas o permanece en la calle entre ambos, para escuchar los sonidos filtrados y mezclarlos en un solo título.

Björk recurre a la técnica para comunicar sus paisajes interiores. Pero no abusa de ello. La prioridad está en las sonoridades acústicas y los instrumentos clásicos. Hay muy poca guitarra. Dominan los metales, las percusiones, el arpa y el piano. Sampleados o en vivo.

Instrumentos que tejen ambientes, armazones más que muros, que se fueron formando con toques discretos detrás de una fachada decididamente a capella.  Resplandeciente, nostálgica, seductora, mágica, lánguida, la voz desempeña el papel principal en esta obra en technicolor.

VIDEO: Björk – Big Time Sensuality – Debut, YouTube (Music)

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