HITOS: THE VELVET UNDERGROUND (IX)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

PERIODISMO, SUBVERSIONES Y REENCUENTROS

 

Una de las muchas cosas interesantes del disco Songs for Drella fue que brotaron cuestiones olvidadas hacía mucho y no todas agradables. La sinceridad fue fundamental en la concepción del disco, de otra manera ¿para qué ocuparse con el asunto? Todo está dicho en el álbum: la admiración mutua que sobrevivió incluso a la pérdida total de comunicación, y también la consciente y amarga seguridad de no poder arreglar ya nada de lo sucedido.  Los muertos difícilmente ayudan a ello.

 

Tras que Warhol (su apodo, “Drella”, era una combinación de Drácula con Cinderella) dejara al puesto de manager del Velvet Underground, casi no cruzaron palabra hasta su deceso. Entre Reed y Cale sucedió algo semejante. Después de una buena pelea entre ellos por la dirección del grupo, casi ningún contacto tuvieron hasta que la Brooklyn Academy of Music les encargó el proyecto de homenaje a Warhol.

 

La reunión no resultó tensa, como se esperaba, y ambos dejaron constancia de tal hecho: «Songs for Drella fue la segunda colaboración entre Lou y yo desde 1965. Debo admitir que él hizo la mayor parte del trabajo, pero me permitió mantener la dignidad en el proceso. Por lo tanto, el disco se conserva como fuera su intención, como un tributo a alguien cuya inspiración y generosidad, brindadas a través de los años, ahora se recuerdan con mucho amor y admiración», escribió John Cale.

 

Lou Reed, por su parte, dijo que como en todo trabajo compartido hubo discusiones, «sin embargo, el fundamento existió: el enfoque, la actitud, la presentación.  En eso estuvimos de acuerdo».

 

De esta forma, los puntales del Velvet Underground, un icono y piedra de toque en la historia del rock, se conjuntaron para erigirle un monumento musical al hombre que alguna vez fungió como catalizador del grupo.

 

 

Las canciones del dúo, impulsadas por las nerviosas y crudas pisadas de Reed y envueltas por el poco ortodoxo estilo en los teclados y la viola de Cale, trazan el camino recorrido por Warhol desde el acosado muchacho de un pequeño poblado estadounidense hasta su culminación en el punto clave del mundo artístico de Nueva York, de una manera poética, sobria y expresiva.  No faltan tampoco los arreglos de cuentas personales y francos.

 

Songs for Drella resulta así un disco emotivo, inteligente y esencial, pleno de conclusiones diversas y, sobre todo, testimonial. El hecho tuvo sus consecuencias.

         

Entre otras actividades, Lou Reed a veces incursionaba en el periodismo.  En tal papel fue comisionado por la revista Rolling Stone para entrevistar a Vaclav Havel. Este dramaturgo checo, que durante la Primavera de Praga en 1968 representara obras que ponían en tela de juicio a la dictadura estalinista de Kruschev, se había convertido a fines de los años ochenta por elección popular en presidente de Checoslovaquia —cuando aún se llamaba así—.

 

La historia cuenta que en 1977, el grupo de rock checoslovaco Plastic People of the Universe había sido encarcelado por subversión. Havel, líder del movimiento de resistencia contra los invasores soviéticos, protestó por el asunto y dio comienzo, con ello, a la oposición organizada en su país, hecho que lo envió también a prisión. De ahí salió para erigirse en el factor de cambio en dicha nación.   

 

Durante la entrevista, Reed le mencionó a Havel que conocía un disco de aquel grupo. El presidente, entonces, le pidió que diera un concierto en compañía de los sobrevivientes de aquel conjunto, que se había rebautizado Pulnoc (Medianoche). El concierto se llevó a cabo los primeros días de mayo, durante la primavera de 1990 en Praga. Al finalizar el evento, Reed animó al grupo a tocar en la exposición que en homenaje a Andy Warhol se efectuaría en la capital francesa.

 

Los organizadores de dicho suceso, la Fundación Cartier, aceptaron de buen grado y prepararon un pequeño escenario en el jardín del castillo Jouy-en-Josas, en las afueras de París. Al lugar asistiría la prensa especializada, amigos y colaboradores de Andy Warhol en la Factory y, en calidad de invitados de honor, los cuatro exintegrantes originales de Velvet Underground, ítimamente ligados al pintor durante la década de los sesenta.

 

Es decir. Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker estarían presentes en la inauguración del evento, el 15 de junio de 1990. La megaexposición duraría todo el verano en el castillo de Jouy, bajo el título «Andy Warhol System, Pub, Pop, Rock», y al mismo tiempo se haría otra en el centro cultural Georges Pompidou. Asistirían, sí, después de una ardua labor de convencimiento: ninguno tendría que acercarse a los otros si no lo deseaba.

 

A pesar de recientes encuentros (Reed y Cale, para la grabación de Songs For Drella), había problemas de mucho tiempo atrás entre los excompañeros, debido a egos maltratados o de regalías, por ejemplo. La acariciada posibilidad de hacerlos tocar juntos por parte de los organizadores fue desechada por Reed y Cale enfáticamente. Sin embargo, cada uno de ellos contribuyó al homenaje prestando artículos y documentos de la época, y ante la expectación creciente Reed y Cale se dejaron convencer de tocar algunas piezas de Songs for Drella.

 

VIDEO: Songs for Drella – Smalltown, YouTube (Dom784)