Por SERGIO MONSALVO C.

CERTIFICADO DE ORIGEN
Charlotte Gainsbourg es una actriz de reconocida trayectoria y que en el presente se han decidido por el canto como otro modo de expresarse. Pero el cabaret y la balada ya no son sus vías. Lo son los géneros del hard rock, la dark americana y el heterogéneo hipermodernismo. Los tiempos son otros. Y para mostrarlo está el ejemplo de la francesa Charlotte Gainsbourg
Ser concebida entre los jadeos orgásmicos de Jane Birkin y de Serge Gainsbourg, los cuales quedaron plasmados en la mítica canción “Je t’aime…moi non plus”, seguro que marca la existencia. Quizá por eso Charlotte, la hija de ambos famosos personajes, se dedicó a la actuación cinematográfica y al canto (como expresión paralela).
Hoy, ella, una adulta bien plantada, tiene un aire juvenil y un carisma ambiguo que le permite asumir distintos papeles. Aunque “tímida por naturaleza”, como ella misma se ha definido, es poseedora de una imagen que puede transformar su supuesta fragilidad en firmeza o temeridad a discreción.
Charlotte Gainsbourg (nacida en Londres en 1971) debutó en el cine en 1984 con Paroles et Musique a los 13 años de edad, al lado de Catherine Deneuve, y desde entonces no ha dejado de trabajar con grandes directores hasta consolidarse como estrella en el biopic I’m Not There de Todd Haynes sobre Bob Dylan (2007), o el filme Antichrist de Lars Von Trier (2009). Muchas cintas han certificado su consistencia como actriz.
Dentro de la música han sido menos sus manifestaciones, pero eso sí, ninguna ha pasado desapercibida. En cada una ha estado respaldada por la composición y/o la producción de hitos dentro de la escena.

Charlotte Forever (1986) fue el inicio del camino con temas y realización de su padre (el legendario Serge); la pieza principal fue “Lemon Incest”, a dúo con él y que levantó ámpula por las implicaciones y el video respectivo [Lemon Incest (High Definition), YouTube].
Tras un largo paréntesis de tiempo sacó a la luz 5:55, su segundo álbum de estudio (en 2006), en el cual apareció rodeada de luminarias con temas y producción de Air y Nigel Godrich. También colaboraron como letristas de lujo Jarvis Cocker (miembro de Pulp) y Neil Hannon (de Divine Comedy)
A la postre lanzó IRM (2009, un disco de experiencias mórbidas) tras otro lapso de silencio bajo el manto del poliédrico Beck (composición, producción y dirección musical), aunque ella es la gran protagonista, sin lugar a dudas.
Un acierto del Beck productor que además puso a disposición de Charlotte un abanico de canciones de la más diversa índole estilística, tanto en las letras como en las rítmicas, que exigió de ella una interpretación versátil e igualmente variada. Exigencia de la que salió avante y con la cual quedó patente su inconfundible y susurrada voz.
Charlotte Gainsbourg es una diva del celuloide de complexión menuda, físico atractivo y talentos demostrados, que al recurrir al oficio de cantante, como una faceta más de su personalidad, ha buscado evolucionar dentro de tal carrera y sobre todo ha sabido rodearse de grandes personajes de la música para navegar hacia resultados decorosos. O, por parafrasear un viejo dicho: detrás de esta pequeña gran mujer hay grandes hombres para envolver su voz de sirena.
VIDEO: Charlotte Gainsbourg – IRM (Live), YouTube (Charlotte Gainsbourg)

