PATRICIA HIGHSMITH: EL SHOCK DE LA NORMALIDAD (III)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

EL LUGAR DEL CRIMEN (PORTADA)

 

EL AVANCE DE LA INTELIGENCIA

«La pasión del público por la justicia me resulta aburrida y artificial, porque ni a la vida ni a la naturaleza les importa que se haga o no justicia –declaró la escritora en su momento–. El público, al menos el público en general, quiere presenciar el triunfo de la ley, aunque al mismo tiempo le gusta la brutalidad.

Sin embargo, la brutalidad debe estar en el bando bueno. Los héroes-detectives pueden ser brutales, sin escrúpulos sexuales, pueden pegar patadas a las mujeres, y seguir siendo héroes populares, porque se supone que andan persiguiendo algo peor que ellos mismos”.

Los libros de Patricia Highsmith son la contraparte de tales experiencias. En lugar de afirmar las fronteras estabilizadoras del sistema, las hacen permeables; en lugar de restablecer viejos modelos de conducta, los deshacen; en lugar de destruir la perplejidad, la aumentan.

Su literatura contiene el espíritu de lo policiaco auténtico: la vanguardia en la experimentación imaginativa. No es escapista. La sensación producida de que no hay salida es difícil de asimilar, como en A Dog Ransom (Rescate por un perro, 1972), donde un joven e ingenuo policía es privado de todo lo que le importa por la combinación de un psicópata inteligente, un compañero policía sádico y la invencible indiferencia neoyorquina.

O en Ese dulce mal (1953), con la historia de un hombre que se niega a aceptar que su primer amor se ha casado con otra persona. La acosa con sus llamadas telefónicas y sus cartas apasionadas; amuebla una casa donde se entrega a una fantasía patética de su vida conjunta; rechaza de forma cruel a una muchacha que lo ama; y, casi contra su voluntad, es responsable de tres muertes.

O en la de sangre fría de cualquiera de los libros sobre Tom Ripley: The Talented Mr. Ripley (A pleno sol, 1953), Ripley’s Game (El amigo americano, 1974), The Boy Who followed Ripley (Tras los pasos de Ripley, 1980), Ripley under Ground (Ripley bajo tierra, 1990) y Ripley bajo el agua (1992), donde un estadounidense asume varias personalidades falsas en su persecución por el arte, la cultura, fortuna y las cosas más refinadas de la vida.

En estos libros cuestiona con inteligencia a las estructuras sociales con nuevas posibilidades para el psicoanálisis, la educación y la administración de justicia. «A mí me interesa la moral, a condición de que no haya sermones –escribió la autora–. Donde reside el valor perdurable de la literatura es en la historia contada…el arte en esencia no tiene nada qué ver con la moral, los convencionalismos y los sermones”.

 

 

 

 

 

*Fragmento del ensayo “Patricia Highsmith: El Shock de la Normalidad”, contenido en el libro El Lugar del crimen, de la editorial Times Editores, cuyo contenido ha sido publicado de manera seriada en el blog Con los audífonos puestos.

FOTO 2

El lugar del crimen

(Ensayos sobre la novela policiaca)

Sergio Monsalvo C.

Times Editores,

México, 1999

 

 

 

ÍNDICE

Introducción: La novela policiaca, vestida para matar

Edgar Allan Poe: La poesía en el crimen

Arthur Conan Doyle: Creador del cliché intacto

Raymond Chandler: Testimonio de una época

Mickey Spillane: Muerte al enemigo

Friedrich Dürrenmatt: El azar y el crimen cotidiano

Patricia Highsmith: El shock de la normalidad

Elmore Leonard: El discurso callejero

La literatura criminal: Una víctima de las circunstancias

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