RIZOMA: EL ACTO DE REFLEXIONAR (V)

Por SERGIO MONSALVO C.

 

 

(EL ROCK Y LOS BÁRBAROS)

Lo que ignoraban los músicos desinformados y quienes opinaban a favor de la tortura era que los centenares de presos recluidos en dicha base naval en la isla de Cuba (a los que eufemísticamente se les llamaba “combatientes ilegales”) habían sido secuestrados y retenidos sin mediar justicia de por medio, además de que se les negaban las consideraciones dadas a los prisioneros de guerra por la Convención de Ginebra.

 

La ONU, el Tribunal Europeo para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, diversas ONG y hasta la misma Suprema Corte de Justicia estadounidense, se opusieron a los abusos del poder y a los tratos recibidos por los prisioneros, muchos de los cuales ni siquiera habían sido acusados de delito alguno.

 

La tortura (psyops en argot militar) consistía en obligar al prisionero a adoptar la denominada “posición de estrés”, en la que no se pueden mover los brazos ni las piernas.

 

Después se les encadenaba al suelo de un pequeño habitáculo y se subía el aire acondicionado hasta el nivel de congelación. Acto seguido, se ponía una canción y se subía el volumen al máximo con sólo un altavoz.

 

Las sesiones podían durar entre 14 y 27 horas, dos o tres veces por semana. Para los psiquiatras los daños psicológicos causados por eso resultan incalculables. “Se conduce al cerebro al mismo nivel de ansiedad que puede causar el síndrome de estrés postraumático”.

 

El entonces secretario de la Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, y el presidente George W. Bush, ratificaron en el 2003 el uso de estas técnicas para “obtener información que pudiera conducir a la mejora de la seguridad nacional”. Para morirse de la risa, ¿verdad?

 

VIDEO: Groups Call on US Stop Using Music As Torture, YouTube (Associate Press)